CÓMO CAMINAR DESNUDO A TRAVÉS DE UN SUEÑO
Cómo caminar desnudo a través de un sueño,
Cómo acompasar el latido de la noche del corazón al ojo interior del día manifiesto
Mientras se tocan nuestras manos y el instante eterno nace en los labios que se unen en la verdad de un solo signo recordado.
Así el sol externo me mira y me quema la piel porque arde fuera de los vínculos emotivos que serán míos a cada paso que da mi cuerpo en el tuyo.
Sí, sé que tu amor me devolverá la vida, sé que mi boca, más allá de la ciencia del miedo que ata y condena,
Invocará tu nombre día y noche, hasta que así sea.
Mido mi estatura – la sombra del mundo- por mi voluntad de verte y sentirte a mi lado, tus manos me sanarán cuando me toquen, y no pertenecerán al abismo donde se compran y se venden ilusiones;
Yo estoy enamorado de ti, y soñaré para ti el mejor de los mundos posibles,
En un infinito que brotará de nosotros.
No quiero emplear palabras en vano, pues el final se ha dicho ya al principio y no queda más que decir que lo que nadie ha creado ni fabricado,
Aunque mi debilidad me lleve a equivocar mi camino cuando no te veo cerca de mí.
Los labios congelados de la nieve consultan la respuesta sosegada del silencio.
No se hace esperar la pregunta, ella es la creación entera separada del caos.
La linterna de tu boca brillante se acerca a mi corazón cuyas olas comprensivas van despertando la línea de la costa sensitiva.
En la mesa del desayuno el alba parte con su luz el pan cerca de la ventana que da a los dormitorios de las miles de noches que recrean el sueño de domésticas figuras familiares,
Odas instrumentales se derraman de la ducha del día cuyo don se vierte por el cuerpo como un bálsamo de felicidad.
Antaño mi memoria vivió una pesadilla: se separó mi cuerpo de mi alma y tú y yo nos separamos,
Como si fuéramos seres distintos vivimos enemistados por el dolor y la propiedad de las cosas que no son de nadie.
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Ofréceme todo el dinero del mundo, el crédito de los titulares de las mentiras humanas, la sangre de los vencidos, la gloria de la venganza, y no podrás disfrutar de un día siquiera conmigo – dijiste, y la tormenta de mi mente se desvaneció.
Porque ni tú ni yo pertenecemos al sueño misterioso. Es nuestro hogar, nuestro nido de amor. Pero la niebla no puede atraparnos en espirales de humo mientras ascendemos por la escalera de caracol hacia el astro de fuego que nos dio el nacimiento.
Rocas o continentes nos aíslan, la materia ilusoria con su anillo de energía encarcelada a los dedos de la memoria reminiscente puebla los limbos del aliento elástico,
Seres vivos parten de mi vida y no los reconozco subiendo y bajando de la escala de tu voz amada.
Repites el origen en la música armónica y orgánica de las estaciones, Silencio que custodias el vacío de mi conocimiento, hasta que Padre pueda llamarte, imagen en la que podamos vernos.
Apenas tengo un valor en el mundo, apenas soy nada y desde la nada invoco,
Las situaciones me son extrañas, aquí y ahora soy la sombra de un símbolo que desconozco.
Pero tú, seas quien seas, me llevas de la mano y no permites que se anule el sentido que tengo de ti,
Encuentro mi propia carne y la amo como a mí mismo.
Los sueños son orgánicos y se comunican desde el subsuelo de la vida en formación,
Parten desde el ombligo de la luz que se transforma en el aire del espíritu absoluto que nutre los pulmones de la tierra.
La tierra nos atrae con la gravedad del amor; el sol nos sostiene con un manto de armonía cuyos dedos arrancan notas de las cuerdas del corazón que nos une.
Luz de luz, cuerpos respirando luz que nos eleva a la conciencia de lo que todavía vemos como imaginario en la corrupción que mide el tiempo.
Todo lo que está afuera, estuvo un tiempo dentro de nosotros, en la dimensión de lo no creado, en la patria de lo eterno.
Exiliados vagamos y no nos reconocemos como el Ser Primero y Último, el hijo único del padre que nos engendró antes de que la creación nos otorgase el cuerpo de su materia soñada, dividiéndonos en rutas propias de experiencia.
La Obra ha de ser consumada, pues el verbo se ha conjugado y en su gestación la tierra manifiesta figuras de evolución milagrosa,
Desde el átomo al órgano que lo percibe, desde la masa hasta el movimiento, desde la pirámide al arquitecto que no ha hecho más que copiar lo que ha comprendido.
No estoy fuera, estoy dentro de ti; no estás fuera, estás dentro de mí. Guíame hasta ti y yo te guiaré hasta mí.
Mi voz es un hilo en el laberinto de la noche, un hilo imaginario que llega a la realidad de sentirnos juntos y unidos para siempre, todos y cada uno sin distinción ni pérdida alguna.
Y cuando caiga enfermo, tú me levantarás desde donde estés, y la verdad de tu amor me hará libre y cerrará mis heridas sangrantes.
Sé que a pesar de mis debilidades en la confusión que me habitó de odioso miedo, saldré ileso en tus brazos, aunque la niebla nos oculte el rostro a veces con opacas mentiras.
Me beberé tu amor y soñaré con todos nuestros encuentros,
Prepararé el lecho, amada mía, perla de belleza que emergiste de la tierra oscura, prepararé la cama con las flores de mi canto.
Aquí y allá oigo voces de seres hermanos que me llaman, pero su lengua es para mí irreconocible por ahora,
Se han ocultado en mi memoria como el sol se oculta en el mar y surgirán con el próximo amanecer dorado,
la información de sus idiomas sonoros vaga por mis sentidos, el pájaro del mensaje no se ha posado todavía en ninguna parte,
tantearé las sombras con el lenguaje e interpretaré los enigmas hasta que desaparezcan en una verdad más fuerte que el olvido y la muerte.
La geografía del alma es un universo que juega con los cuerpos de la luz,
Las calles se adelgazan como cables en las ciudades de política y aparente armonía,
Te encuentro en la atmósfera inventada de mis sueños, en las conversaciones incluso más vulgares,
Partes de mí que estáis en el mundo con derechos y libertades iguales a los míos.
Emergieron de una isla los oráculos antiguos. Descendieron los audaces mentores de la Primera Humanidad, los Maestros, de una galaxia lejana en una dimensión celeste,
Y pusieron en el animal una gota de conciencia para que supiera encontrar el camino en la evolución del espíritu,
Las razas y los pueblos se agregaron en torno a la majestad de los dioses, las células estrecharon sus vínculos en torno al reino de las almas que recorren las órbitas de la creación inspirada y expirada en ciclos aprendidos.
La historia es una sombra de este recuerdo; los Libros Sagrados lo confirman con caracteres escritos para siempre,
Hasta ofrendar en la Copa de la Unidad la sangre de los homicidios y de los crímenes y devolverle la vida al Corazón Compartido que late por todos.
El tiempo vuelve en las estaciones, los imperios del poder humano se suceden y se heredan las derrotas que encubren las aparentes victorias de banderas e himnos propagandísticos,
Pero lo que siempre estuvo vive desde el momento en que la verdad ha sido comprendida.
Esto sabían nuestras mentes antes de su nacimiento, pues la Sabiduría las había reflejado a su imagen.
De nada sirven las murallas fabricadas y sostenidas por tradiciones de temor y engaño.
Caen una a una sus falsas glorias, agonizan sus tratados y sus guerras, se pervierten sus leyes y se rebelan sus pueblos, y una música de libertad arranca del suelo sus propiedades.
Es una música sencilla. Es la esperanza terrestre que siempre estuvo con nosotros en el fuego que nos reunió en la primera sociedad, en la familia de los iguales.
Cuando me desnudé a la luz de tus ojos, desaparecieron con las prendas arrojadas al pavimento en penumbra las envidias y los odios,
Y me viste tal cual era, y tocaste los miembros negados y condenados a adornar infiernos de lúbrico deseo,
Los viste puros y resplandecientes, y comprobaste cómo se movían al contacto de tu voz entrecortada.
Los habías imaginado muchas veces en noches de insomnio -¿ lo recuerdas? – pero los olvidabas a la mañana siguiente, a la hora del desayuno que acariciaba el pan del día en tu boca.
Si muevo uno de mis músculos de armonía, también se mueve el mundo y me revela su centro bajo mi piel,
Si tú te mueves junto a mí, la distancia desvanece su ilusión paradójica y te encuentro milagrosamente unida a mí por el ombligo del tiempo,
Mirando por la ventana de mis ojos los paisajes de lava fundida de la noche anterior, cubiertos de una esfera de seres vivos recién salidos del mar inconsciente.
En el centro ardoroso de la tierra grávida de peso y amor, recién fecundada por los signos letales de la inmensa pantalla cósmica
Una herida de dolor desperezó el dragón de escamas de jade, el Inmortal, y su sinuosa ciencia preludió la prueba de la Sabiduría que ordena los movimientos de las cosas.
Los siete órganos del ritmo instrumental abrieron sus puertas al soplo del fuego que consuela y cura con calor luminoso, con su dulce consejo vital:
Un rayo anímico penetró la materia y consumió la víctima de la débil soledad de los separados por el peso de sus culpas,
Atravesó en lucha fulgurante las tinieblas inventadas y rompió su tela mental, deshizo el encanto de la distancia insalvable, convirtió en un cuerpo las atracciones de los abismos inertes en el odio encarcelado de los siglos.
El dragón del Oscuro Misterio animó la columna vertebral del espacio con el movimiento del espíritu, hasta que la energía creó de nuevo la materia del mundo.
Siete comarcas y océanos, siete dones divinos, siete cuerdas sagradas recorrieron tu cuerpo y el mío, e hicieron el amor dentro de nosotros.
Sin duda el eco de las generaciones se resumió en el misterio que ahora nos alumbra:
El Portador de la Antorcha, el Cristo de Virtud Iluminado, hizo descender el fuego al corazón de las tinieblas. Allí,
La sangre se reprodujo en un espejo que reflejó nuestra alma errante, en el infierno de la culpa creada el héroe colectivo rescató a los muertos y los condujo a la luz que perdieron de vista,
Y nosotros lo seguimos, cada cual con la esposa legítima que encontró en su creación,
Al paraíso de su propia verdad.
De las alturas vivas y orgánicas cayó el pan de la luz indestructible dotada de espíritu inspirado,
La caverna de la creación la albergó pero no pudo apropiarse de ella, porque existía antes que sus oscuras paredes de móviles pinturas, nuestros sueños.
La luz revistió todas las formas, y cubrió de color las sombras que alargan sus hilos por la dimensión de lo sensible,
La luz venida del principio era oscura como el mismo principio, y era asimismo el espejo de lo que somos.
Alzó sus brazos el obrero en la posición del compás y el Arquitecto fundió las montañas en el crisol del Vacío Existente,
Los relojes se deformaron como círculos viciosos de odio y rencor homicida. El Misterio de la Libertad mostró su libro interior, la magnitud se redujo en una información microscópica,
El código genético del universo se condensó en la estatura del hombre, y el dios de nuestras creencias se transformó en un niño futuro.
Esto sucedió en el pasado, en el Reino del Recuerdo, pero el efecto de esta innata causa todavía está por llegar.
Con los ojos del corazón puedo ver a cada cual según lo que vale, más allá del ruido de las apariencias que ensordece a las moscas del delirio social,
Más allá de los papeles que representan puedo ver a cada ser digno representante del Todo,
Ante cuya esencia las diferencias nada significan, porque en la orgánica armonía de los cuerpos danzantes cada elemento es tan perfecto como su contrario,
Y cuando la locura del culto a las inestables imágenes se apodera de mí por medio del temor a la pérdida,
Invoco este silencio y recupero la calma, respirando en la oscuridad.
Veo a través de la ventana del mundo a una mujer joven amamantando a su hijo recién nacido.
Con gesto humilde lo arropa y lo calienta con su cuerpo acogedor, lo envuelve en su hálito a la luz del sol que cose los paisajes a la mirada interrogante.
Puedo sentir cómo crece el niño en brazos de su madre, obra del amor, sin entender muy bien a qué se debe,
Escucho sus balbuceos que articulan en un nuevo lenguaje los sonidos antiguos, y los mitos del tiempo se desvanecen al igual que sombras en presencia de resplandores de eternidad.
Una ciudad emerge de la niebla en medio del mar de azul espumoso: es la legendaria Atenas, a orillas del puerto donde varan los barcos polícromos cargados de mercancías rumbo a las fábricas de los artesanos que conservan la forma de la historia en los objetos;
Los niños juegan alrededor de las tareas de sus padres, y los adultos filosofan en la Acrópolis, celebrando Asamblea para dirigir el bien común.
Cada cual toma la palabra a su tiempo, declama su opinión y converge en la inteligencia de la Justicia, cuyo resplandor va alumbrando la senda de los más pobres desde la cárcel de ignorancia en la que se encuentran.
O es la ruidosa Londres tal vez la ciudad perdida en la niebla, y los buques de carga remolcan los tesoros ocultos del mar, y las máquinas de la industria transforman la faz de la tierra acercando a los pueblos separados por millas de distancia,
O es la sólida Roma, capital de un imperio que dilata sus fronteras y acoge a los extranjeros en su seno,
O es Jerusalén, brotando como un pájaro de fuego de las ruinas de la decadente Babilonia.
Por todos los extremos la ciudad indefinida se abre y se desgrana en racimos y mitades,
Las carreteras y las vías de transporte conquistan el dominio de las aves y de las nubes etéreas,
Un aeroplano eleva a los pasajeros sobre las selvas tropicales donde anidan gigantescos invertebrados anteriores al diluvio de la memoria,
Incluso los niños sobrepasan en conocimientos a los adultos faltos de fe que repiten letanías de escuela detrás de grises anteojos de vidrio.
Ese que ahora se muestra a la vista era un condenado a una cárcel de envidia e ignorancia.
Obsérvese su uniforme de presidiario con rayas blancas y negras – con artículos legales cosidos a su camisa-, el número de identificación de celda, la cabeza rapada,
Las marcas de los grilletes, la máscara que le cubre el rostro, los ojos llenos de desconfianza, la suciedad y el sudor sobre su piel áspera como un rodillo.
Admírese la manera en la que se levanta del suelo, se frota los ojos y camina al sol como un sonámbulo, apreciando de nuevo la libertad que vuelve a él, tratando de encontrar un punto de apoyo en lo que le sobrepasa.
Estaba muerto y ha vuelto a la vida, y los amigos han salido a recibirlo. Su mujer lo besa y sus hijos lo reconocen por padre.
Muchos años vagó por el mundo aquel a quien llamaban loco, y nadie lo alojaba en su casa;
Los ricos le cerraban las puertas y el hambre lo castigaba por los caminos sin caridad ni comprensión.
Amarga se hizo su alma maldiciendo su destino, hijo ilegítimo excluido de los lazos familiares, obligado a mendigar y a sufrir penas inhumanas.
La necesidad no es bienvenida; fácil resulta humillar a un pobre y condenar a un desamparado. Cualquiera puede serlo cuando se quita la ropa del trato social y se muestra tal como es, sin encubrirse.
¿Quién pregunta por el que no tiene bienes? Todos señalan a lo lejos y se callan. Pero alguien lo mira con amor, y el soplo del espíritu de la libertad incorpórea lo levanta del polvo y le da un lugar entre los inmortales y felices, bendiciendo su generación.
Las manos del generoso son las alas de un ángel que se ofrece a sí mismo, y desde el abismo del dolor se remonta a las alturas de lo inexplicable,
El aliento de la esperanza penetra en la materia como el alma penetra en el cuerpo del embrión con la información de sus mayores,
Las sociedades y los pueblos avanzan hacia una comprensión más plena desde la cercanía de los medios comunes,
El germen de los derechos nace del trabajo y de la libertad, pues las espigas maduras de los campos arados justifican la paciencia de los sembradores.
El pobre excluido de la mesa pretenciosa del rico que tiraniza sus pasos se sentará en la cabecera y repartirá los despojos del expolio de los tiempos,
Las máquinas de la inteligencia desplazan a los maltratos de la esclavitud. La muerte levanta su velo y abre paso a la luz de la vida.
En el origen de la creación estaba escrita esta máxima: que todo lo separado alcanzaría la unidad.
Si mi voz pudiera cantar como la de ese pajarillo que apenas se sostiene en el cielo con sus frágiles plumas,
Si pudiera deshacer con canciones la madeja de los embustes fabricados por la ambición enferma de los explotadores que usan los recursos del cerebro para confundir y humillar,
Si pudiera abolir los falsos nombres que Adán, nuestro primer antepasado, otorgó a las cosas, separándolas de la identidad de su fuente,
Y dirigir también a Eva, a la madre de los vivientes, una mirada piadosa y no condenatoria;
Si pudiera salir de la cárcel de mi angustia con una palabra de amor, entonces a la tierra desde donde invocamos llegaría al fin la Divina Justicia,
Y no habría presas ni depredadores, y el poder sería el mismo para todos los que respiran el compartido sueño.
Pero soy pequeño y débil, y mi vida pende de un hilo. No puedo mirar con mis ojos al sol sin avergonzarme frente a la majestad de su brillo.
Los animales salvajes me muestran que su ley es la mía – ellos, no obstante, no se avergüenzan de lo que son porque no tienen conciencia de ningún despertar-.
Tendré que atravesar las aguas de la muerte junto con mis hermanos, y cuando lo haga espero estar preparado para encomendar mi espíritu después de una vida plena y justa,
Porque sé que la materia es perecedera y que sus leyes no son inmutables,
Sé que la muerte será también una ilusión marchita cuando la fuerza del espíritu que concede alma a los cuerpos me devuelva a mi punto de partida, el Ser que estaba antes de la creación y cuya sustancia es semejante a la mía, como imagen suya que soy yo.
El encuentro con los demás no es siempre satisfactorio – ¿ será que los he juzgado antes de conocerlos?-.
Así, me defiendo de enemigos irreales, vengándome de mis actos con mentiras que solo logran confundirme.
¿Quién me acusa, quién me causa daño? Mis propios actos me acusan. Mis temores fundados en erróneos aprendizajes me causan daño.
Alimento con mi libertad a mis enemigos. Les he concedido potestad para dominarme, porque no es fácil entender, y no reaccionar por los impulsos que salen de la boca del estómago. La tentación del deseo con temor se nutre, y de su círculo inventado no sale indemne la voluntad.
La tentación estalla desde la soledad y el miedo a los demás. Como una serpiente asfixia o envenena, se camufla entre flores de vanidad aparentemente inofensivas, repta sigilosa y atrapa en anillos de pensamiento al descuidado,
Confunde y roba energías, buscando la ocasión para disimular su furia violenta y atacar por sorpresa.
Su poder desaparece, no obstante, si levantamos la mirada y la vemos recorrer el suelo silbando con el enojo de alguna excusa.
Antes de que llegue a nosotros, nuestros pies aplastan su cabeza, y su partida nos deja en un desierto de contemplación, donde el vacío que nos rodea nos demuestra que no había nada que temer.
Respiras la paz del aire que se extiende por los ríos de luz de las estrellas que han salido de una voz oscura,
No son aprensibles los cuerpos si no pertenecen a tu cuerpo, identidad liberada, desposeída de un conflictivo pasado sin comprensión.
Quisiera cantar para alcanzar tu espacio de susurradas formas, si la voluntad no estuviese atada al temor todavía,
Porque, escolares siervos de lo visible, los espectros de la doctrina aprendida no nos mostraron el diálogo de la verdad, se quedaron en la máscara pretenciosa de una ciencia programada con dados arrojados al azar,
Volviendo ciegos a sus oyentes, incapaces de sentir nada, asimilados a muertos convertidos en marionetas que se mueven por hilos eléctricos emitidos por máquinas impersonales.
Muchas generaciones se apropiaron de herencias dañosas, se uniformaron de prejuicios y de odios para asesinar a sus iguales, negociaron con la vida de los demás,
Nos dejaron un testamento de lágrimas firmado con la sangre silenciada de la venganza.
Le llamaron creación a la mentira, jardín de placeres a la muerte, bendición a la tortura. No puedo olvidar el nombre de ninguna víctima. Una parte de mi alma se quedó en el lugar de las ejecuciones y nunca negará lo que ha visto y lo que ha oído desde el día desgarrado de la infancia y de la inocencia,
Cuando las leyes fueron inauguradas por el nacimiento a un antiguo dolor no superado por sus engañosas fórmulas.
Anduve palpando sombras de colores en una pantalla de cine para reconocer tu amado rostro,
Entre llanuras ópticas una cafetería celeste juntó nuestros labios en un beso que abolió en la paz luminosa la contradicción de las inquietudes,
Descendió de los motores etéreos un hogar de calidos abrazos que refugió todos nuestros anhelos,
Me salvaron – mendigo de la soledad- las infinitas cadencias de tu cuerpo palpitante como un líquido piano precioso,
En una estación en claroscuro cruzó un tren cuántico en línea curva hacia el encuentro de tu corazón.
Por los rincones más recónditos del planeta se muestra la piedad silenciosa de los vegetales, cuyas raíces permanecen ancladas firmemente a la tierra, absorbiendo la luz de los cielos y transformándola en respirable oxígeno del que se nutren todas las especies,
la verdad de sus hojas es el verde que modela con luz divina la atmósfera humana, a partir de los rayos poderosos que vierte el clarividente ojo solar,
hacia el que los tallos alzados se levantan ofreciendo el aroma de la copa de sus flores abiertas desde donde el polen de la fecundidad se esparce al aire innombrable.
Los Mediadores de la Vida, sin conciencia de movimiento aunque impulsores de las acciones, guardianes del silencio sagrado de la meditación de la existencia, desarrollan el vigor sereno de los árboles cuyo tronco se ramifica sin perder el vínculo con el suelo estable,
Educando desde el sosiego de la contemplación, demostrando que todo cuerpo inerte es en realidad un alma conectada a la vida que no puede definirse.
En la familia del universo, la manifestación de los árboles reconoce nuestra genealogía, desde la célula hasta el organismo divino en el que vivimos, nos movemos y existimos,
Desde el antepasado hasta el último descendiente que salvará nuestro nombre,
Y en su forma armónica de serena belleza se reconoce la presencia de la Sabiduría que rige el discurso del tiempo.
Las tribus de la conciencia humana bendijeron el Templo del Universo, y lo poblaron de ancestrales cantos de meditación. Así comenzó la Era del Espíritu, cuando la tierra se reconoció a sí misma y elevó sus sentidos al cielo abriendo la flor de su verdad.
Todo obedece al principio de expansión hasta colmar la medida del despertar progresivo.
De pronto, los objetos asombrados por la magnitud del reflejo se sumergen en la transparencia del origen.
Los rumores de la fiesta humana, en la que se suceden sobre el escenario alumbrado con lámparas reyes, princesas, mendigos, sirvientes y otras máscaras que desfilan con eléctrico impulso se alejan cuando el oído se acerca al tímpano de los ecos mundanos, y escuchamos circular por las venas ocultas los sentimientos transformados en la sangre que extiende y propaga la vida.
Dividida en capítulos y cortada por frases salidas de un libro desgastado por el uso, la naturaleza expresa su virginidad fecunda,
La experiencia reconoce su condición sagrada de generación en generación.
Por la carretera que une destinos distantes circulan caravanas de automóviles en dirección a la Aduana en la que pagarán el peaje antes de alcanzar el Hogar donde las familias se reconocen.
La autopista está señalizada con emblemas y signos de advertencia. No todos llegarán a su destino. Solo aquellos que respetan la norma que ellos mismos han aprobado.
Del útero azul del mar renacen nuevos pobladores de la tierra, como hace millones de años, desde el fondo de la fosa tectónica donde la luz solar se rinde a la oscuridad que le dio nacimiento.
El marino conoce los peligros del océano, ante el cual la pericia humana vale lo mismo que la duda de su interferencia,
Y sus cálculos previsores no siempre se cumplen frente a aquello que no puede controlarse porque a nadie pertenece.
El buzo que explora los arrecifes, equipado con su bomba de oxígeno, apenas puede filmar las maravillas de imágenes que nadan en un torbellino de colores devorando profundidades líquidas que imitan las sombras fosfóricas del abismo que tiembla con la noche.
La superficie de la líquida memoria aguarda que emerjan del seno del océano cósmico las voces de los muertos, recobrada su figura en una dicha sin fin.
Los vivos y los muertos habitan separados el mismo reino. No hay red que atrape al espíritu cuyo fuego devora distancias y concede un cuerpo al abismo de la nada estable y cierta, ombligo de la Creación que la voluntad congregada opera.
Se prepara la Revolución Cósmica con el espíritu por impulso inherente: ya sea energía que mueve a las máquinas del ingenio industrial, ya sea información que dirige el vehículo del conocimiento, ya sea el nombre de la armonía escrito en el libro de la memoria histórica.
Un circuito integrado recorre desde Abraham a Jesús, desde Brahma a Buda, desde Eva a María y desde Gea a Maya. Los impulsos del nacimiento y de la muerte recorren el cable conductor del espacio de la vida, encarnando nuevos mundos de variables dimensiones, y el amor luminoso comunica los seres apartados del cielo dilatado en el velo palpitante del alma que espera su eterno retorno.
A mi oído llegan voces procedentes del universo que me acunan como un niño y me protegen con su poderoso influjo,
No permiten que caiga en el desánimo y en la fosa del temor cuya hondura es la muerte.
A todos mis hermanos conducen con el cuidado con el que el pastor conduce su rebaño, procurando que no tropiecen y avancen hacia su destino común.
Yo invocaré a esas voces cuyos titulares no conozco para que me ayuden y me libren de la confusión. Sus decisiones no dependen de intereses humanos ni han sido sobornadas por la debilidad de la mentira,
Están por encima de los deseos y de los temores como el cielo está por encima de la tierra.
He pagado mi cuota por vivir en sociedad, al igual que todos los demás, y lo que sucede fuera me afecta, pero no me domina.
El dinero y el curso legal de la moneda pasan por mis manos, al igual que el trabajo y la fatiga, el éxito y el fracaso, la comodidad y la escasez de medios.
No me convence ninguna institución, fundación ni patronazgo magistral. Yo mismo, como cualquiera, sé descubrir mis límites.
Todos los hombres y mujeres del mundo son para mí iguales en dignidad, pero sus méritos los diferencian conforme a la bondad de sus obras.
Las religiones son muy persuasivas merced a fábulas y preceptos, rituales y dogmas, pero cada cual descubre la verdad a su tiempo, pues el espíritu de Dios es común a todos.
En el principio está la palabra que nos comunica y nos libra de los ancestrales temores que se han grabado en nuestra sangre, soltando el lastre que oprime el corazón, para que desde su centro se ordene el sueño que en su espejo nos revela.
En el principio, tal vez, estemos nosotros. Más allá de la creación y de la destrucción, más allá de la duda que se agacha en la ilusión de la muerte, anhelamos volver a comprender el mundo que hemos olvidado bajo una forma nueva,
Rotas las cadenas de la esclavitud y del desamparo, solos en la llanura cruel del desierto insensible a las plegarias, fundidos ya los ídolos en anillos repartidos entre abuelos y nietos,
Con la visión del descanso en la promesa terrestre que mide nuestros años, habitantes en tiendas nómadas bajo la cúpula del misterio, conocedores del porvenir que sale de nosotros, los relojes se detendrán en el instante de la eternidad, en el aquí y el ahora, querubines de toda ley posible.
El Espíritu no creado al que pertenecemos engendra las figuras y las formas que la evolución de su voluntad hace reales,
El Océano del Vacío modela las olas desplazadas por el viento que inspira y expira el alma.
La apariencia destinada a desaparecer se transforma mediante la ley del movimiento, y la verdad de la energía innata nunca puede perderse, pero la creación es solo apariencia caduca cuyo vencimiento da fe del juramento firmado por el autor del poder, así lo visible es prueba de lo invisible, documento auténtico de un dios desconocido.
Es el Espíritu quien nos sienta a todos alrededor de la mesa de la Creación- imagen de un sueño-, es quien parte el pan que la suerte nos asigna por los méritos de nuestras acciones, es el Hijo de Dios Padre, del cual formamos parte, y del que no nos separa la mentira de la confusión en la que creemos.
Su sencilla verdad siempre estuvo con nosotros desde el balbuceo con el que nombramos el mundo cuya amplitud despeja las incógnitas de la ciencia pretenciosa que se resiste a reconocer sus límites frente a lo que solamente refleja la gloria paulatinamente conquistada de nuestro estado.
La obra del Espíritu Sagrado es el Gran Perdón que devuelve la dignidad de ser a lo que estaba separado de la unidad orgánica y viva que lo nutre, y los caminos son los frutos inmortales de nuestros mortales trabajos, el fuego que purifica y el agua que regenera, el Pensamiento en Acción.
No estoy separado de ti, aunque mi mente caiga en el abismo de la falacia de tu ausencia, oh Fuente Universal y divina imagen de lo mejor de mí mismo.
No estáis separados de mí, oh mortales semejantes que compartís mi camino.
No sois, océanos, montes, valles, cielos y estrellas más que elementos de un solo cuerpo de cuya armonía somos conscientes mientras recorremos el camino de la vida cuyo horizonte se pierde en el infinito, invisible a los ojos en la tiniebla nocturna del sueño imaginario que como real sentimos, porque de nosotros procede.
Cómo caminar desnudo a través de un sueño, mientras la victoria comprensiva de la luz del amor nos arrebata,
Cómo despojarnos de la debilidad de nuestras falsas armas esgrimidas contra nosotros,
Cómo encontrarnos en el genético abrazo de la materia corporal que nos une en un matrimonio indisoluble cuya herencia es la felicidad de lo atemporal y eterno,
Dime cómo, pequeña alma silenciosa, tú que eres la madre de todas las cosas, tú que eres la imagen de todos los sueños.
LA NOCHE MÁGICA
Ancho cristal, la noche, deja que pase por ella tu cuerpo.
Derribadas sillas se oro,
Una lluvia de pacientes ilusiones,
Majestades del abismo que comercia con las formas.
Hondo cristal, la noche impenetrable a los ojos suspendidos en su cielo, al término de su líquida expresión, una imagen recobrada.
Papel de sombras luminosas que danzan en la libertad de una palabra que siempre está a punto de decirse,
Máscaras de un sueño que es a la vez realidad del corazón,
Penetrantes aromas que atraviesan los ecos de los espacios creados,
Papel de caracteres atómicos y de esperanzas latentes, iluminadas regiones del cerebro heredado por los colores del aire.
La noche igual a sí misma, la vacía y silenciosa noche que está al final del pasillo de las lámparas,
Una fe habituada es necesaria para recorrer los azulejos de la estirpe hasta el vestíbulo blanco de la dura luna de los presagios inmediatos,
Una fe firme, de cálidas caricias de inocentes verdades. Aquí y ahora fuimos desatados en la pequeña, casi invisible región de la conciencia de un separado regreso al tránsito de un poder que nos perteneció, Mañana.
Los miembros de los cuerpos padecen el miedo del tránsito a través de la encarnación de la noche,
Nuestros ojos están fijos en el conocimiento de una puerta sin llave por la que entran y salen gestos que nos pertenecieron. Compadecerse de sus viajes infinitos, abandonar los sueños donde se acuesta la ilusión felina de la muerte, inventar un sueño para despertar, ser uno con la puerta, poder verse a uno mismo y a los demás en uno mismo.
Es ese el sentido del viaje.
Descubrir el código de la esfera hasta amar la primera sombra abandonada.
La noche que da a luz un día invisible, el día de la palabra que regresa a la boca por medio del espíritu del amor, invención que destruye toda geometría de asimiladas culpas.
La noche, la hija del regreso, no hubo sombra alguna fuera de nosotros, y ante su luz fuimos como sombras que pasan dejando su carga de formas.
Fue eterna la noche, la concebida y su enigma de agua inductiva en un pájaro de brillo celeste, la doble imagen de nuestro equilibrio reconducido,
La paz del centro alrededor del cual se persiguen como inquietos peligros los misterios de los días.
BABEL
En la ciudad de espejos doy pasos de ciego,
Recorro anchas calles sin centro preciso que guardan la huella de mis pasos,
Mi atuendo es una copia de otros atuendos, mi corazón se pierde entre oferta y demanda,
En la ciudad de espejos doy mis manos y mis pies al rumbo innato del azar,
Comparo el cuerpo de mi sombra con los espejos deformados que no dan salida alguna a mi repetida imagen.
Me han invitado a una cena pública donde me han servido vino de todos los sabores,
He conversado con estatuas que movían labios y cadera al ritmo de la música,
Me pareció que estaban vivos.
No puedo ver el camino con la luz de lámpara que me engaña,
Sigo un hilo que da vueltas sobre sí mismo en un laberinto imaginado por otros,
Cuando el suelo me encanta en su ajedrez de alternas cifras siento miedo,
Me falta tal vez la moneda ficticia que mantiene la ilusión de los edificios,
Tengo que retroceder porque un perro sin cabeza me ha ladrado en un paso de cebra.
Quiero regresar a casa,
Allí me espera lo conocido que me sirve su mecánico ruido,
Necesito la droga de ese ruido si quiero prolongar la hipnosis de este sueño inventado por otros.
Babel, la Gran Ciudad, no me ofrece más que su preservado vacío,
Al que cada día nutren millones de anónimos empleados que comercian con la mente de los muertos,
Yo he encontrado en mi diario paseo el pozo en el centro de la gran ciudad,
Lo he encontrado sin proponérmelo, sin que ninguna señal me lo indicase.
Me he guiado por el sonido del silencio,
La fuente invisible de la tierra que sabía que yo iba a llegar a su morada,
En una palabra guardé todos los pasos que di más allá de lo sólido, en la vida que quiso respirarme.
Todo era invisible para mí, pero yo vi el pozo ciego donde beben los vivos las aguas de los muertos,
Era líquida tinta de oscura ignorancia sobre papeles blancos vertida para preservar la ilusión de lo no trascendido, de la gran ciudad, la Babel de los muertos.
Supe que vagaba por un tránsito de calles paralelas,
Lo supe sin olvidarlo dentro de mi sueño recién vertido,
Quería encontrar luz en la ciudad que alarga las tinieblas,
Pero solo pude ver mi propia sombra reflejada en los espejos.
La gran ciudad, Babel, puerta de un cielo que no existe,
Torre de antiguos dogmas cimentados en un miedo a no volver,
Era juego de reflejos que evitaban despertar de un frágil sueño inventado por otros,
Era un anillo o una serpiente que se encierra en sí misma,
Y yo, hablando desde mi cuerpo, la llamé entonces la ciudad sin salida,
Porque en el vino que me ofrecieron solo encontré embriaguez.
Era Babel el humo de un fuego escondido,
Pero cuando probé el agua del pozo de los muertos,
Mi lengua logró vencer al autor de mi ceguera,
Recobré mi cuerpo perdido en una barrera de visibles mentiras,
Supe que lo que había bebido era la tinta oscura que contiene el tiempo de la nada.
Era la noche que quería encontrar la luz que ocultaba mi cuerpo de enigmas,
Desperté cuando se hizo la luz dentro de mí.
Y ya no vi más la gran ciudad, Babel, la del cielo mentido,
Donde mi corazón estaba perdido y en su sombra confundido,
Entonces te vi a ti junto a mí, a ti, mi vida hecha forma en un cuerpo igual al mío,
Y recuperé mi imagen deformada en los espejos,
La imagen de lo que soy, girando en otras ciudades,
Siendo otros que se mueven buscando otras mil salidas,
Así fue devuelta a mí la libertad vendida en un sueño inventado por otros,
Devuelta la verdad al poema de la vida,
La nada devuelta al todo, a la ilusión que no existió más que dentro de mí.
EN LA PIEL DE LA MEMORIA
En la piel de la memoria se dibuja una rosa,
Yo no sé si alguna vez se abrió a mis ojos por sorpresa o si estuvo siempre conmigo,
Yo no sé, si la vuelvo a ver, de dónde viene.
El centro de la rosa me sigue allí a donde voy,
No puedo alejarme de mi centro ni del suyo.
Ella es por sí misma y yo soy para ella.
Es belleza y origen, forma nueva para decir lo mismo.
Aquí y allá se apagó el fuego mágico de una mirada,
Los pétalos de la rosa son llamas lentas que me consumen cantando,
Para eso he venido, para encontrar a la rosa en un rincón del vacío.
A su misterio no puedo evitar entregarme,
El fuego que encendieron mis padres no la revela,
Ni la doctrina de los expertos la define, ni yo puedo nombrarla con labios de ceniza.
Recuerdo su fuego encendido en mi infancia,
Todavía en el azar de la vida me sigue encendiendo la llama del alma,
Llega el susurro a mis oídos y sé que es ella que me canta sin que le tiemble la voz,
Sé que es ella, lo sé porque es ella la parte de mí que conozco.
Es aurora, repentina se desata en mi sombra,
Arde el mundo de hielo en sus pétalos de invisible aliento,
Yo la siento respirar a través de la muerte que pasa por mí sin tocarme,
Sin tocarla,
Sin conocerla en el viento que baja del techo de la luz difusa,
En la espera me siento para verla de cerca,
Todos los pétalos del misterio abriéndose ante mí en mitad del desierto de mi otra mitad,
La fragancia de las formas me sacude los frutos del árbol de mi interior,
Y la beso con la pasión de los espacios sin nubes que envuelven la esfera sin eco del juego de la vida,
Mi cara en su cara, la rosa se desnuda cantando,
Mi aliento le roza la piel y echa a volar los pájaros de su risa en el oscuro misterio de cada cosa,
Yo la veo sin verme,
Yo me veo sin verla,
Nos desnacemos de nuevo emergiendo del agua de la voz del amor,
Copa sin temor de muerte que bebemos en el secreto de la oscura apariencia del mundo.
ESCRIBO PARA DESPERTAR
Escribo para despertar mis tinieblas,
Mis tinieblas todas rotas al azar.
Nada propiedad de la libertad, mis ojos hacia el interior son solo sombras en la luz vacía.
Creado fue Adán, Nada, en el tiempo para ser lo que quisiera.
Mis ojos vueltos hacia el aliento que invade el cuerpo de mi sueño. Respiro habitando de imágenes soñadas la piel viva de la noche, mujer desnuda que canta dentro de mi espejo.
Me creaste, me respiraste, el yo es el eco que no tiene forma.
Solo, vivo en la libertad, para ser lo que quisiera.
Mujer, la noche, entrada en mi libertad, para ser lo que quisiera.
Déjame entrar por la puerta dorada de tu boca, allí la luz anida en el agua que suena para que despierte del sueño de los otros, para que sea uno contigo, para que pueda arder en tu estrella.
Respiro hacia la luna diosa silenciosa de los tiempos para siempre rotos al azar.
Sí, magia de que no me conozco porque nunca he sido más que magia de no conocerme, ahora tú eres la perla del cielo de la sombra inmóvil, fuego para que se mueran mis enigmas callados. Oh, patria, tu mirada en los espacios de mi cuerpo, mi anillo en tu dedo.
Memoria de dudas alucinadas, de febriles insomnios de enfermos y obedientes mensajeros perdidos en la sombra, la que proyecta mi corazón de materia humana, de nada imaginaria, para ser lo que quisiera.
Tú eres la puerta para salir del tiempo de los otros, los que no conocieron.
Tú eres la música para encontrar la imagen del mundo que han deformado mis ojos, la cadena de amor para romper las cadenas.
La escalera de sangre es un caracol de incompletas y vagas mentiras absurdas, la sangre llora porque no conoce, el tiempo encadena con imágenes, pero ninguna de ellas es más que el miedo de no ver, porque no te conocieron, porque no se conocieron los mares de sus ojos.
Tu cuerpo en el aire, la libertad de elegirte, de vivirte para siempre en la eternidad de un beso extendido por tu voz.
En el todo no hay yo, pero tú estás en todas partes y mi eco te percibe y se une en el amor más allá de mis muertes, cuando me recorro en la mano que me tiendes.
Dime verdad, no digas nada y que hable mi cuerpo por el tuyo, mi anhelo de criatura creadora, dando pasos en el vacío del azar para encontrar agua en tu boca y vivir para siempre.
¿Quién soy yo? Quien te responde. ¿Quién eres tú? La que mira mis ojos abiertos a la luz de sus ojos.
Toda la vida ciego hasta conocerte, trabajando en las tinieblas ahora rotas al azar, inventando el camino en la confusión de los días del tiempo que repite su hora en la gruta natural, buscando mi patria en el fondo de tus ojos.
Toda la vida ciego hasta ver la verdad de tu cuerpo caminando hacia mi corazón inquieto.
Tócame
toca el niño escondido de mi esperanza,
subido al árbol de la tierra extendido por el aire profundo del cristal de la noche.
Mis manos clavadas a tus manos de calor, la escalera rota del pasado de los otros, la historia del reloj sin agujas, de un pensamiento sin cabeza, la historia es ceniza en mi cara amaneciendo en el agua de la música secreta de tu boca entera.
La fruta que comimos es definitiva, la fruta no existió más que en el deseo de no existir, y la herida es un río de fuego que sale de una piedra, es mi corazón cantando en el hueco del vacío descubierto.
Oh tus labios lentos de silencio,
Oh tu pelo de millones de soles de oro y certeza,
Los mundos sucediendo los intervalos de los besos,
Oh mis tinieblas transitadas por tu luz,
Oh mis tinieblas de oro que pasa,
Mis tinieblas sin tiempo, todas rotas, liberadas en tu azar.
EL ESPACIO DE LA LIBERTAD
La emoción del tiempo un puñado de arena que se pierde entre los dedos
Cristales líquidos rompiéndose entre rocas de duda sin fondo exterior
Viaje del alma alrededor de una página en blanco
Encontrando la firma de su yo en la escritura que leen sus pasos
Un punto de anclaje en el papel vacío de signos que le han otorgado
Desnacimiento,
Desconocer y nombrar otra vez la nada que rechazamos. En ella está el todo que no sabemos encontrar.
Desconocer lo conocido, para conocerlo todo nuevamente,
Bailar al son de la propia música, fundir los anillos de oro en el crisol de la libertad,
La pradera desnuda de imágenes en la que pacen los animales del caos cuyo comportamiento reveló nuestra verdad,
Rechazar el orden ajeno, gestionar el aire respirado y dirigirlo hacia todas las formas de vida,
Ese es el primer motor del viaje humano.
El espacio de la libertad.
Mensaje para la creación, esta es la noticia que han escuchado:
Creen ustedes de nuevo, crean ustedes aquello en lo que creen,
No piensen lo que los piensa,
Sálganse de su cárcel mental, vénganse a vivir al universo y paséense por él con un cántaro de agua en la mano,
Trabajen para vivir, no vivan para trabajar,
No tengan miedo a las deudas que han heredado,
No eran más que fantasmas de otros tiempos de tinieblas en blanco y negro ilustradas por una bombilla que pendía de un cable inventado por los tiranos,
Mírense al espejo, pónganse guapos delante de él,
Son ustedes, no otros, quienes están delante del espejo,
Son ustedes, no otros, quienes deciden por sí mismos darse la espalda.
El arquitecto del orden perfecto del reloj olvidó asentar la clave de la bóveda,
La piedra que esperaba era un agujero negro en el centro de un mapa de estrellas catalogadas,
Muchas cruces fueron precisas para construir la muralla que defiende la ciudad del la avaricia febril que encadena a las generaciones a sus tumbas,
¿dónde están ahora los muertos y sus cadenas? En la mente de los vivos que repiten su condena.
Y dijo un dios desconocido que no había dios más que dentro de nosotros,
Allí quiso encarnarse, para romper nuestras cadenas,
Y era el vacío que no cabía dentro del edificio de las ruinas que se sostienen con la soledad y la angustia de los que cambiaron su imagen por la efigie de una moneda regalada por el atormentado y falso poder de la ignorancia.
Humana sombra que vagas en el limbo de un sueño ajeno,
Vuelve al río y bebe el agua de su fuente, en el corazón de la luz de oscuras apariencias,
Vuelve el rostro a ti,
Tú lo has pedido en el principio que ya no recuerdas,
Eres el pájaro que recupera su vuelo,
Es tu rostro el que está invocando tu mirada al fondo del espejo que no puede romperse,
Y el tiempo no existe ya más que en tus miedos aprendidos.
Es presente el lugar donde estás.
LA NOCHE MÁGICA
Ancho cristal, la noche, deja que pase por ella tu cuerpo.
Derribadas sillas se oro,
Una lluvia de pacientes ilusiones,
Majestades del abismo que comercia con las formas.
Hondo cristal, la noche impenetrable a los ojos suspendidos en su cielo, al término de su líquida expresión, una imagen recobrada.
Papel de sombras luminosas que danzan en la libertad de una palabra que siempre está a punto de decirse,
Máscaras de un sueño que es a la vez realidad del corazón,
Penetrantes aromas que atraviesan los ecos de los espacios creados,
Papel de caracteres atómicos y de esperanzas latentes, iluminadas regiones del cerebro heredado por los colores del aire.
La noche igual a sí misma, la vacía y silenciosa noche que está al final del pasillo de las lámparas,
Una fe habituada es necesaria para recorrer los azulejos de la estirpe hasta el vestíbulo blanco de la dura luna de los presagios inmediatos,
Una fe firme, de cálidas caricias de inocentes verdades. Aquí y ahora fuimos desatados en la pequeña, casi invisible región de la conciencia de un separado regreso al tránsito de un poder que nos perteneció, Mañana.
Los miembros de los cuerpos padecen el miedo del tránsito a través de la encarnación de la noche,
Nuestros ojos están fijos en el conocimiento de una puerta sin llave por la que entran y salen gestos que nos pertenecieron. Compadecerse de sus viajes infinitos, abandonar los sueños donde se acuesta la ilusión felina de la muerte, inventar un sueño para despertar, ser uno con la puerta, poder verse a uno mismo y a los demás en uno mismo.
Es ese el sentido del viaje.
Descubrir el código de la esfera hasta amar la primera sombra abandonada.
La noche que da a luz un día invisible, el día de la palabra que regresa a la boca por medio del espíritu del amor, invención que destruye toda geometría de asimiladas culpas.
La noche, la hija del regreso, no hubo sombra alguna fuera de nosotros, y ante su luz fuimos como sombras que pasan dejando su carga de formas.
Fue eterna la noche, la concebida y su enigma de agua inductiva en un pájaro de brillo celeste, la doble imagen de nuestro equilibrio reconducido,
La paz del centro alrededor del cual se persiguen como inquietos peligros los misterios de los días.
ANTIGUO VENENO DEL PASADO
Quítame con tu amor la máscara que nubla mis emociones.
La soberbia, máscara de oro, la culpa que he querido heredar de otros.
El logos que se obsesiona con su sombra, que se apropia de la sombra con la que no se atreve a encontrarse.
No se encontró con su vida, con la experiencia fluyente de su vida, única verdad en un mundo que existe girando alrededor de ella.
El hechizo se rompe cantando. Cantaré sobre los sepulcros y las cárceles hasta liberar todo mi espíritu en el sueño de la tierra.
Veré las transparencias de la aurora, tu mirada quieta sobre la mía.
No hay cielo ni tierra, son espacio y tiempo ilusiones de los ojos ciegos que todavía no se han abierto a la luz,
Los cuerpos abrazados que forman la luz,
Tú y yo en la creación que nos presentó para que nos amásemos.
Ellos no vieron la luz porque amaban sus cárceles construidas por sus miedos,
Estaban confundidos, perdidos en un limbo de duda agitada en un vaso roto, el deseo de huir para no verse reflejados en el espejo.
No son más que locos que juzgan el amor con la sentencia de sus muertes.
Almas vaciadas, lluvia que cae sin saber dónde, máscaras de oro que tú y yo nos arrancamos para siempre.
ME HE PERDIDO
Me he perdido en tus pasos
Y no sé cómo encontrarme frente a ti,
He caído en el tiempo
Y no he podido verte ni oírte llegar con el cielo detrás de tus ojos oscuros.
Me he perdido en el tiempo,
He caído en el poder de la esfera de los relojes,
He sido precipitado a una pobre imagen tuya sobre el agua que pasa cantando.
Quiero verte y tocarte, quiero tenerte y conquistar las sombras de tu sueño,
A través de ti misma quiero tenerte.
Caminaré y buscaré tu nombre entre las flores de todos los enigmas,
Me pondré a tu puerta y te esperaré para darte un beso por sorpresa.
Serás mía, y yo seré tuyo,
Seremos lo que siempre quisimos ser,
Principio y fin en nosotros,
Materia de una vida que no podrá morir a su misterio.
LA MÁSCARA DE ORO
Me quitaré la máscara de oro, la soberbia, para ver mi corazón a la luz de tus ojos.
Agitemos la piedra de la duda hasta que su lógica se transforme en agua y tierra.
No quisieron llegar al encuentro para no encontrarse con él, con su propio suelo
Que baje el amor a hacerse cuerpo en nosotros, que toque nuestra piel por dentro
Para que sepamos cuánto tiempo hemos estado en el tiempo perdidos
Sin encontrar el signo de la mirada en el reflejo del agua
Sin encontrar el signo de la mirada en el reflejo del agua que arrastró la tierra virgen a otro sueño
El lodo y el oro tienen la misma textura,
La muerte de lo que no se pertenece a sí mismo,
Fábricas de perfecto deshielo, esfinges de lo que sucede hasta nuestro retorno,
Por el desierto de las cosas que suceden los reptiles de la gravedad se quedan quietos.
El alma viaja a través su cuerpo por un mundo compartido
Los ojos se abren al testimonio de la inteligencia por el símbolo de la luz
Y la palabra despierta en nuestra lengua para unir nuestras verdades en la vida respirada del amor
El reino de nuestros besos donde toda emoción es posible
Donde somos lo que queremos ser
Donde queremos ser lo que somos
Porque no hay mundo fuera de nosotros
EL FINAL DEL LABERINTO
En el silencio que precede a toda luz te vi desnuda, de espaldas a la luna,
Tus ojos brillaban profundos en sus mares procelosos,
Me llamaste desde el final del laberinto, dejando caer tu imagen como una lágrima sobre el agua del lago de la noche,
El agua del espejo que es origen donde la luna baja a conocerse.
Estaba cantando un pájaro nocturno, y la selva de los sueños se había dormido,
Ya el águila no volaba ni merodeaban los leones,
En tu pañuelo se habían bordado las letras de mi nombre olvidado,
Escuché la caída de las sombras de la tierra con el ruido de una piedra que cae al agua.
Tú, esfinge de aire, bella parte oscura de mí,
Espejo de mi espejo, hecha de mi piel sensible que respira al azar,
Te imaginé sentada en la verdad que esperaba tu llegada,
Te evoqué con el rostro de todos mis sueños.
Recuerdo tu voz llamándome desde el final del laberinto,
Porque hubo un laberinto antes de conocerte, construido por obra de mis cuidadosos abuelos, de los que solo me separa la sombra de esta noche.
En el círculo alargado del laberinto sentía el miedo de una fiera encerrada,
Yo mismo tracé con un hilo las murallas de mi prisión, alejándome de ti.
Los reflejos en el agua que se mueve me llevaban de la mano como un niño y me dejaban agotado a los pies de las estatuas de héroes de mármol sin vida que nunca existieron,
Las monedas del tiempo que gasté en ilusiones se acuñaron con ecos de tu voz amada,
Espejo de mi espejo, alma que conmigo reflejas la luz.
Yo me preguntaba con mis ojos de niño
Cómo no se caía del cielo la luna, puerta de otro mundo que parece más libre,
Y por qué me alejaba repitiendo mi nombre como si fuera la palabra que revela el lugar donde se esconde el tesoro que estaba buscando,
Y que no era oro ni perlas, tan solo tu voz llamándome desde el fondo de un sueño creado por mí, que en la noche de mi memoria terca revelaba un laberinto abandonado a mis pasos que aumentaban la dimensión del vacío,
Mientras tú tan solo eras la más alegre imagen de mí que esperaba en la noche imaginaria del silencio.
SEGUNDO NACIMIENTO
Quítame con tu amor la máscara que nubla mis emociones.
La soberbia, máscara de oro, la culpa que he querido heredar de otros.
El logos que se obsesiona con su sombra, que se apropia de la sombra con la que no se atreve a encontrarse.
No se encontró con su vida, con la experiencia fluyente de su vida, única verdad en un mundo que existe girando alrededor de ella.
El hechizo se rompe cantando. Cantaré sobre los sepulcros y las cárceles hasta liberar todo mi espíritu en el sueño de la tierra.
Veré las transparencias de la aurora, tu mirada quieta sobre la mía.
No hay cielo ni tierra, son espacio y tiempo ilusiones de los ojos ciegos que todavía no se han abierto a la luz,
Los cuerpos abrazados que forman la luz,
Tú y yo en la creación que nos presentó para que nos amásemos.
Ellos no vieron la luz porque amaban sus cárceles construidas por sus miedos,
Estaban confundidos, perdidos en un limbo de duda agitada en un vaso roto, el deseo de huir para no verse reflejados en el espejo.
No son más que locos que juzgan el amor con la sentencia de sus muertes.
Almas vaciadas, lluvia que cae sin saber dónde, máscaras de oro que tú y yo nos arrancamos para siempre.
ESPACIO Y TIEMPO
La verdad es lo que está detrás de lo que puede decirse,
en un pequeño punto de un planeta suspendido en el vacío de las olas del sonido te respondo a la pregunta que me hagas,
puedo decirte que estoy vivo con los ritmos cíclicos de la marea del mundo que tiene arrugas en la piel,
pero mi voz no se arruga ni se dobla, es tal cual la escuchas en tu corazón.
Caminante interactivo de balcones de silencio poblado de formas que suceden sus ritmos en el espacio convocado por la voz,
Negador de la tecnología del tiempo, pero a la vez pronosticador de su acústica semilla en el intervalo del día soñado,
Paciente aguja de un reloj sin agujas,
Jugador de las sombras, más real que ellas, porque con ellas hemos dividido nuestro mundo en colores mensajeros para tropezar con los ojos al encontrarnos.
Pero el espacio y el tiempo, distantes límites de la mente, son un solo mundo descubierto cuando lo miramos juntos.
TÚ Y MI ALMA
Mi alma es un viaje sin retorno hacia el interior de tu mirada,
Te busco entre la niebla de las flores salvajes con la juventud del pájaro y la condescendencia de la aurora cálida,
Resbala por tu piel el silencio fruto de un mensaje aún no abierto que recorre mis miembros dentro del agua de tu sonrisa,
Eres una carcajada seria, eres siempre la misma saliendo de tu ropa mojada
Pones el acento a la luna que pende entre hojas de voladoras palabras
Y encuentras mi corazón cuando baja a beber al lago que le ofrecen tus manos que cosen el tiempo respirado del susurro a mis pasos,
Eres siempre la misma, la que supera los límites de mi fracaso humano,
Estás sentada en mi memoria como en tu casa, nombras como servidores a mis pensamientos,
Me tienes viviendo dentro de ti, yo soy el concebido de tu amor, pero no quiero nombrar esa palabra porque no cabe en mi habitación de esperanza por estar de nuevo junto a ti, descubriendo el mapa de tu cuerpo,
Dejándome caer en tu atmósfera donde te abandonas a mi aliento,
pues eres cada cosa que nombro de lejos,
y todo alcanzas de mí,
hasta llegar a vestirte con mis sueños,
en el viaje luminoso de mi alma,
isla maravillosa de mi océano incierto
A TI
Mi piel palpita dentro de la tuya como la tierra dentro del universo,
No necesito ver los ojos brillantes de las galaxias que nos miran,
Porque me veo creciendo a través de tus ojos y me siento creado si me tocan tus manos.
Pudiera ser un ángel caminando por avenidas de luz en el cielo extendido hacia fuera,
Pero prefiero ser aquel que te quiere como eres y que te besa como quisiera ser para ti,
Dentro de tu vida estoy seguro, en el hogar que ocupas de tu voz a tu cuerpo.
He creído en tu realidad antes de verte, te llevaba dentro de mi realidad que crecía en las sendas del tiempo,
Para encontrarme contigo te rescaté de un perdido sueño,
Puse en tu boca mis palabras y me dije que aquel era su sentido, su origen y su misterio.
Caíste del cielo,
Pero no del cielo que se ve con los ojos,
De otro más profundo del que nací a este mundo de encuentros,
Brotaste de la tierra,
Pero no como las plantas brotan desde las raíces a las hojas,
Brotaste del linaje más puro de mis sueños más secretos.
Y si eres una flor que se ve al volver de lejos
Con los pétalos más hermosos que los colores del alba en el intervalo de la madrugada,
Sostenida por un tallo de emoción al suelo que supo expresarte
Yo quiero ser quien viene a respirar tu aroma
Y me inclino ante la tierra apartando tus pétalos de belleza para tocarte el corazón
Porque me reconozco humilde ante la verdad de tu cara que me mira hasta perderme
Y de tu aliento moldeo mis palabras que van a la libertad del aire para hacerse forma
Yo soy quien cultiva tu flor para el amor.
RENCOR EN EL PASADO
Todo está en todo por igual en cada parte,
Pero en el dominio del engaño solo respiro polvo,
Me arrastro con la cola de la serpiente en busca de una víctima a la que inocular veneno,
No soy yo, estoy confuso entre sombras de muertes pasadas,
No me reconozco en quien me da de beber.
El desierto inhóspito de los pulmones nos tienta con el humo de un rencor antiguo
Como aguijón que pica donde la carne es más débil,
Para vencerlo cuento contigo, la más pura imagen a la que quiero amar hasta concederle mi vida,
Tú aplastarás la cabeza de la víbora hasta que la ira se disipe como la fiebre,
Reconoceré las partes que han salido de mí, renovaré su movimiento dentro del aire,
No negaré a quien me ha servido cuando pongas tu mano sobre mi frente y me muestres no un deseo pasajero,
Para amarme tal como soy en cada parte de lo que eres.
UNA CASA EN LAS ESTRELLAS
Una casa en las estrellas, bajo qué signo o presagio
Me pareces la mirada dulce de mis antepasados, los que fueron siervos en las tinieblas, aunque amaron tanto la luz que llenaron de canciones de paz la tierra,
Ellos quisieron elevar la tierra al cielo con la ofrenda de sus vidas,
Sus trabajos los encadenaron, pero nada supieron. Solo llegaron a saber esperar.
Ellos quisieron beber en el banquete la copa de vino puro,
La que hace recordar el primer latido. No obstante, sus vinos fueron aguados y sus ojos no vieron nada más que sombras.
Pero tuvieron la gracia de saber esperar. Sus ritos fueron banquetes de disfraces sociales, sus sueños fueron viajes a otros mundos imaginarios.
Ahora veo en el cielo la casa a la que ascienden las obras de la tierra.
Son mensajeros que suben y bajan por una escalera de caracol que se mueve, plástica, como la lluvia cayendo sobre los valles del viento sur.
Lo que está abajo se ha colocado arriba, para que la verdad iguale las almas, orientándolas a un espíritu nuevo,
El mal será un vehículo para el bien, si el espíritu me otorga la perspectiva de saber ver la utilidad del conjunto.
Por ahora veo la luz a través de mis propias tinieblas, las estrellas me parecen el mejor destino para el alma,
Pero debo mirar al suelo y continuar caminando.
La vida no se detiene. Sigue el rumbo que le marcan los ejes de mis pasos. A través de las sombras del pasado me abro camino con un poco de luz prestada por ellas, las que habitan la compasión de un cielo que ofrece cada día una oportunidad.
Nada es mío en el devenir de las sombras. Soy testigo de su fugaz retorno, ni siquiera lo que me define es mío.
Por ocasiones soy libre, aunque mis deseos, feroces fantasías proyectadas por el miedo, me atan con sus cuerdas simuladas, encerrando mi alma en el cuerpo del dolor.
Mi alma, pasando por los ríos de sus muertes, pretende alcanzar la dicha, y sabe que la alcanzará si persevera.
Mi alma es luz y a la luz va, aunque el cuerpo de las sombras nada sabe de la luz, y la tierra es oscura y difícil, toda la tierra que espera en mí.
Será la aurora la noche del día, y el día de la noche. Será el principio escondido en la memoria olvidada de la tierra que nos forma.
Una casa en las estrellas es algo más que un sueño. Construiremos la casa que luego habitaremos.
Estaremos unidos, mi amor y yo, en dos cuerpos, en dos almas, pero en un solo cielo, en un solo instante que será eterno y libre.
Rota la dureza del corazón preso, como una cáscara rota, dará eclosión a un pájaro de perdón que volará a través de la culpa al nido del amor y la alegría, como ver una fuente viva de pronto, entre desiertos de sangre.
Y nada será la sombra más que el sueño que perdimos al despertar, luminosos y firmes, de la noche apasionada del mundo.
LAS SOMBRAS QUE PASAN
Y el misterio se revela en su negativo fotográfico
Despejando las incógnitas de tus ojos de profunda belleza,
Verdad, belleza de verse reflejado en las materias que cruzan la cueva y sus paredes de diamante de dureza irreal,
No toques las sombras que pasan, quédate quieto y míralas pasar mientras tú creces,
Tu cuerpo hecho de la materia de un sueño las proyecta,
La cueva es tan grande y maravillosa como el mundo
El pasado, lo que pasa, el negativo de las generaciones que ahora convergen en tu miedo
Descártalo, niega lo que te ha negado. No es tuyo.
Sin embargo mi mano quiere retener las sombras,
Mis ojos ciegan a mis ojos,
Ojos que son fotografías antiguas
Litografías no superadas,
Y yo veo la avaricia en los actos de mis semejantes,
La prisa que engendra la avaricia, el monstruo recién parido que devora viento,
Y quiero parecerme a los que se parecen a la sombra que pasa,
Pero yo no puedo pasar como la sombra,
Yo he venido para verla pasar, para encontrarme y corregir mi punto de vista.
Prefiero bailar con la luz de las estrellas,
Prefiero coleccionar instantes de reconocimiento, tocar lo que veo en el espejo,
Prefiero ser yo, separado de mi falsa identidad,
Antes de que un vendedor de seguros me metiese una idea suya en la cabeza
No tengo atmósfera,
Soy la atmósfera. Tendré que saber ganarme el pan. Partiré el de otros y otros partirán el mío.
El misterio se desviste cazando su verdad desde la esquina más angosta y remota del universo que renace de sus cenizas.
Mira mis manos, no pueden cerrarse sin morir,
Mira mi cuerpo, no puede vivir sin tu cuerpo,
Mis ojos son ventanas a tus ojos,
Mis oídos recuerdan la primera vez que escucharon tu nombre,
Tú, el sentido de la vida.
Deja que tu pensamiento caiga en la corriente de mis emociones,
Corregiremos la simetría de las montañas,
Incendiaremos cárceles y confesionarios,
Permíteme trasladarme a vivir a tu corazón,
Seremos los únicos y felices en todo el universo.
Arrojaremos al agua el disco giratorio de la muerte, vana réplica de la angustia que habitó en los caserones abandonados de los funcionarios de la historia,
He aprendido de memoria una frase que necesito olvidar. El tiempo oficial nunca ha existido.
En la orilla de la playa nuestros cuerpos unidos son el cuerpo de la luz.
MIRADA HACIA ADENTRO
Ante mi rostro veo mi rostro en el espejo
No sé si me pertenece o si es solo fantasía de mis días en la danza de mi espíritu que anima las cosas que pasan,
Junto a mi rostro veo el tuyo como la luna junto al sol brillando en una misma luz que nace de un escondite eterno,
El espacio y el tiempo son espejismos en el desierto del alma que busca su hogar huyendo de sí misma,
El ruido del pensamiento atado a los deseos del mundo siempre imaginario que prolonga en sombras los sueños engaña el alma que vuela alrededor de su miedo,
Y cada puerto y derrotero padece la antigua nostalgia de una mentira aprendida,
Hasta que el alma despierta de su sueño inventando y transitando su transcurso,
Y consigue encerrar su miedo en la cueva del mundo padecido que no existe,
Hasta hacer el silencio dentro de su territorio infinito,
Entrando en su pequeñez sin encogerse,
Sin apego ni defensa, abandonándose a la vida que le ha sido regalada,
En centro de su vacío,
Con los brazos extendidos, como cuando abrazo tu cuerpo de tierra cálida,
Para atraer tu corazón al mío.
LOS CIEGOS DEL CONOCIMIENTO
Caminan por el borde de los deseos ajenos
Los ciegos que buscan luz acogiendo voces falsas,
Aquellos que no han entrado por miedo en sus casas y han ordenado los muebles,
Y han tenido por cierto lo que han murmurado los paseantes que coleccionan sellos.
Los falsos guías crearon la fantasía de la seguridad humana,
Y la vendieron al ignorante por treinta monedas de plata, por el precio de un esclavo cuya deuda es el placer.
Ellos se preguntan cuando saborean productos que a nada saben,
Por qué entre tanta opulencia siguen sintiendo hambre y sed.
Compran y venden, pero nada les satisface. Los guías desaparecen
En cuanto caen las monedas en la bandeja, y su ruido adormece al mundo.
Los ciegos siguen buscando
ante los escaparates de la falsa riqueza
A alguien que les abra los ojos y les permita ver y entender.
HISTORIA
El divorcio entre el corazón y la cabeza
Fue la ley de la guerra entre los hombres.
Una piedra atada encima de la espalda de los cuerpos que danzan en el azar,
Un cielo humano oprime la mirada de quienes buscan su reconocida imagen.
Dibujos sobre un techo figurado confundieron la luz con las tinieblas,
Contemplamos el sol del sol cuando salimos fluyendo de nuestro yo fabricado.
Esa máscara aprendida no es mi alma,
Ni mi cuerpo es un mecanismo sordo,
Esa voz no es mi voz,
Mi voz es la que está detrás de sus pinturas.
No me he movido del sitio de mi nombre
Para que la luz a su tiempo me iluminase.
Estoy en el ser,
En el centro del centro del universo.
Preparado siempre para empezar.
ESPERANZA
Espero en ti, palabra,
Como el agua que horada la roca,
Espero en ti a pesar de la distancia de lo no perdonado,
Aquí estoy, palabra, aguardando tu señal y tu sentido,
Para vencer la oscura dureza del mundo,
La fragua de ruido del abismo,
Aquí vivo dentro de ti, para que vivas tú dentro de mí,
Y día a día me lleves de la mano hacia mi hogar feliz donde el amor me aguarda,
Encontraré el tesoro de la verdad bajo la piel sinuosa de la tierra trabajada por dedos invisibles,
Espero en ti que se cumpla el tiempo de la alegría,
Para que en el instante del alma se encienda la luz.
PERDÓN POR NO PRESENTARME
Perdón por no presentarme pues desconozco mi nombre verdadero,
He buscado tu alma en un sueño antes de verla al despertar en tu cuerpo,
Te pregunto por mi corazón perdido en el brillo de tus ojos,
Si lo sientes latir en alguna parte de tu piel deberías saber que es mío,
Pero ante tu vida milagrosa es como una perla que espera en el fondo del mar a ser encontrada,
Déjame entrar bajo tus brazos, entre tus piernas déjame esconderme,
Adentrarme en el misterio contigo por el lugar que tú me dejes libre,
Ábreme la puerta para que sepa cuál es mi nombre,
Algo que va a nacer dentro de ti revelará un mundo nuevo,
Si me permites que te diga que una parte de mí ya está dentro de ti,
Si me despejas del camino para que transcurra el río,
Para que el río del amor que he sembrado en tu mirada discurra a través de ti.
EL RECUERDO ENCONTRADO
Quisiera reconstruir la arquitectura de la inquietud que pusiste en mí,
Bella entre las bellas, mujer brillante entre las estrellas,
Mi voz evoca el lenguaje de mis padres para levantar el edificio de mi pensamiento,
En el lugar en el que puse mi oído en la tierra y te escuché como el manantial que está debajo del suelo que pisan mis pies sin saberlo,
Allí te conocí, y quisiera llevarte conmigo para siempre, porque ya no me pertenezco a mí mismo,
A ti te pertenezco como el cuerpo al que diste la vida con tu cuerpo,
Y sé que el tiempo me devolverá tu alegría imposible de olvidar, y tu verdad imposible de borrar de mi corazón de oscura materia que no tiene nombre,
Cuando ponga en tus oídos mi palabra, y su calor te enamore hasta alcanzar tu corazón hermano del mío,
Cuando sepas ser la mejor parte de mi búsqueda del paraíso oculto en la tierra, el cielo de mi vacío que solo has llenado tú.
Pero no necesito más que tu presencia para que me dejes entrar por la puerta de tu voz,
El edificio de la voluble geometría temblará entonces sobre tu piel vibrante con mis besos de fuego vivo,
Y llegaremos al centro de la tierra, desde donde se superan los límites de las cosas igual que la mañana luminosa supera con ciertos paisajes la sombra confusa de los sueños.
EXISTENCIA TUYA Y MÍA
Quisiera desnudar tu cuerpo en mí,
Quisiera hacer de mi todo tu cuerpo,
Quitarte la ropa de lo que te separa de mi vida,
Si fuera posible lo que parece imposible,
Para saber que lo que me separa de ti no existe.
Quisiera que mi alma nadase en las aguas que brotan de las pupilas de tus ojos,
Aunque se hundiese en el vacío de sus viejas culpas cobardes,
Quisiera tenerte para no dejarte nunca,
Si fuera posible lo que parece imposible,
Desde un pequeño punto que es mi corazón sin un origen cierto,
Sin un hogar dentro de mi pecho que respira sin saber por qué,
Quisiera saber de dónde vienen los sueños por los que camina mi voz en un cruce de sombras reales,
De dónde procede y a hacia dónde va tu alma que ha hecho vivir la mía,
Las minas de alegría que escondes dentro de tu corazón que comparte el ritmo de las cosas con el mío,
Si fuera posible lo que parece imposible,
En la ruta equívoca de mis emociones que salieron de la caja de mi pecho que has abierto con tus dedos,
Miembro a miembro hasta poner tu imagen dentro de mí.
Quisiera desnudar tu cuerpo del mundo que nos rodea,
Y decirte para siempre la palabra que en el río de mi sangre está escondida,
Si pudiera salir de todas las cosas que me separan de ti,
Si fuera posible desnudarte a la luz de mi voz, para que sin ti no perdiese el amor de mi vida.
ENTRE TÚ Y YO
Visible como el río que bajó de las nubes a posarse sobre tu cabeza,
Entre corrientes de energía hacia tu isla de fuego navega mi alma de materia imprecisa,
La virtud transparente del río atraviesa las cavidades de la roca que respira el cielo de luz oscura,
Vence sus equívocas apariencias de dureza fría con el tacto de sus miembros vivos que han salido de una parte desconocida de mí,
Llega hacia tus fuentes en el corazón de la aurora del vacío que nos contiene para hacernos libres,
En tus límites, promesa amada hecha tierra, cae la semilla humana,
El universo que transita dentro del universo,
Te abrazo mientras mi cuerpo entra dentro del tuyo, en el que tú ya estabas,
La semilla de oro para trascender la muerte,
La luz del sonido de tu voz que puebla de vida nueva mi piel palpitante,
Mientras tanto lo lejano se desvanece en un sueño de sombras más allá de constelaciones remotas,
Tu aliento dentro de mi boca vuelve a nacer hasta que sea necesario volver a besarnos,
El movimiento se conoce a sí mismo en un tiempo escuchado al principio del encuentro de nuestras sombras a la luz del amor,
Reencuentro tus palabras en las mías, la lengua del cielo en la lengua de la tierra,
Hasta reconocernos completamente el uno en el otro,
Hasta que todo vuelva a ser para no acabarse.
AL DESPERTAR, TUS OJOS
Ven, acércate a mi alma
Y toca la parte de mi cuerpo que te ofrezco,
Desnúdate como me he desnudado
Pues ya te he repartido el alimento con cada gota de mi sangre de un corazón que late por tu voz,
Abandona la ropa en un lugar abandonado a nosotros
olvídate de las mentiras que de los otros escuchaste.
Pon los ojos sobre mi pecho para que puedas verme desde dentro de ti.
Estoy contigo. Estamos juntos. Somos el lugar desde el que nos amamos.
Antes de encontrarme contigo te conocía mi corazón,
Del tuyo fue desprendido hace millones de años en un sueño imaginario,
Como fuera desprendida la tierra del sol que alumbró un nuevo mundo para encontrarnos.
Reconozco en tu anatomía el mapa de mi universo,
La tierra que un día fue promesa y que ahora poseo con pasión y dulzura,
Mientras tú aguardabas la lluvia que te trajeron mis besos bailando en tu infinito paraíso.
Ahora el mundo que nos oprimía ya es nuestro,
Ahora somos las piezas del mismo ser reconciliado desde la piel y el tacto,
Se acabó la separación que dividía nuestras luces interiores,
Se terminaron las modas que van y vienen y las leyes que no nos pertenecen,
En tu copa doy de mí todo el amor que puedas exprimir,
Yo recorreré tus oscuros secretos y entraré como un fuego violento bajo tus senos,
Para poner nombre a los juegos de tu infancia,
Hasta que la felicidad nazca como un niño desde dentro de nosotros
Que reunirá en su voz el mundo nuevo y libre que hemos creado,
Y dirá la primera palabra al día que ha de venir.
MI HOGAR
Dame la eternidad de conocerte
En el silencio oscuro de ti misma,
He recorrido un camino cuyo horizonte son tus ojos,
Y hay en mi alma luz y calor para despertarlos de una noche ajena,
Tengo un fuego encendido dentro de mi esperanza,
Que te ilumina la cara y me deja ver y sentir la tierra que he de habitar,
Tu cuerpo es un planeta suspendido en el espacio de un sueño,
No lo rompas como el cristal, deja que crezca hasta estar vivo entre nosotros.
Errante como una sombra he encendido la luz del sol hasta encontrarte en el tiempo,
No he visto nada fuera de ti, salvo el vacío de las formas que juegan con tu recuerdo,
Tu voz me impulsaba desde mis emociones a través de la distancia de los días,
He buscado el hogar de mi alegría por las áridas regiones del orgullo y el miedo,
Y al fin te he encontrado, destinada a reinar sobre el amor que he guardado hasta saber que existías otra vez salida de mi corazón.
He recorrido la tierra y la he reconocido.
Es mi hogar el espacio en donde tú estás conmigo.
SALIDA DEL MIEDO
Imágenes falsas del pasado
De un miedo que solo existe dentro de mí,
Son como vendas que tapan mis ojos,
Y me impiden ver mi rostro dentro de tu mirada.
Son fantasmas inducidos de culpas cobardes y ajenas
Los que se me aparecen en la oscuridad de mi cuarto vestidos con ropas viejas,
Antepasados errores de la madre que me acunó con música de fondo de armario
Y me quiso con sus temores para que fuese su rescate afectivo,
El peso de la tierra y del pecado y de la sangre que brota y brota de una herida aprendida,
Los recuerdos almacenados en probetas entre las raíces de las neuronas,
El éxodo de lo externo como una maldición que repite las arenas de su desierto,
Lo impuro y lo sagrado, y el uniforme de un divino intermediario,
Y la bomba del odio que estalla sobre una ciudad de inocentes,
La sigilosa mano de los funcionarios del crimen autorizando un genocidio sobredorado de engañoso conocimiento,
El mal por bien de los educados sistemas, programas oficializados,
Viven de la sangre de la herida de un mortal nacimiento.
Yo escribo mi historia desde dentro de una historia de infamias,
Sobre el papel de mi alma escribo para borrar las condenas que otros escribieron.
Me salva la luz que sale de mis miembros desnudos de mentira,
Cuando tu voz me llega al corazón por un camino invisible,
Salgo como un fugitivo del miedo. Tengo que repudiar la herencia de los ciegos.
Tengo que volver a encontrarme contigo
Cuando el dolor antiguo se quema entre tu fuego vacío,
Entrada y memoria para encontrarnos en la esfera natural de un sueño.
UNIDAD
Para atravesar el infierno necesito tu mano.
Es un lugar que conozco demasiado
Urdido con recuerdos cosidos a la memoria del miedo,
Es un lugar que no es real, pero sí lo es para mi mente anclada al pasado.
Es un abismo de círculos concéntricos
Y de geometrías imposibles que se graban en el vacío de una pantalla tan grande como el mundo,
Es un imperio de fuego que arde encima de cadáveres apilados, alimentado por el odio que recorre sus cárceles de humo,
Es un espacio dentro del espacio de la mentira, es un pedazo de muerte separado de la vida.
Cuando camino por calles radiactivas me salen al paso fantasmas de seres conocidos que aguardan que los nutra con una limosna de sangre,
Una parte pequeña de mí que le sirva de circuito para seguir existiendo en su escondite de tinieblas que sintetizan la apoteosis del ruido,
Pero yo me niego a aceptar, si sobre mi sangre navega el espíritu.
Para atravesar el infierno necesito tu mano,
La mano de luz que me guíe hasta el centro del cielo al que pertenezco,
Para encontrarme con mi alma en tu cuerpo,
Para borrar los números de ira y las bombas de muerte que salieron de la herida de mi pecho,
Para ser al fin yo, dentro de ti, ser eterno.
Para atravesar el infierno necesito tu mano,
Tu palabra de amor en mi silencio.
SECRETO
No me muestres el color del mundo sin el color de tus ojos,
No me enseñes la palabra del mundo sin la voz de tus labios,
No me hables de la esfera del sol que gira en nuestras vidas.
Háblame de tus pequeñas emociones.
No me expliques el transcurso del tiempo que no existe más que en sueños,
Cuando no estoy junto a ti el frío se condensa en siglos imaginarios,
Yo quiero hablar de ti, de la luz de tu cuerpo.
Para hablar, háblame de ti.
Háblame solo de tus pequeñas emociones.
CUANDO LA ENERGÍA SE CONVIERTE EN MATERIA
I
El río de la sangre recorre las islas planetarias
Con un fulgor que se contagia al espejo del cielo,
Entra como música firme por los oídos acostumbrados al ruido del mundo,
Reparte su materia por los oscuros abismos del sueño recordado,
Escribe el libro de la vida con las letras de los ojos de la mujer más bella que surge del tiempo,
Atraviesa el vacío y su ondulada corriente de emociones,
Para alcanzar el hogar del origen ampliando la respiración dentro del cuerpo.
En una ilusión de imágenes que confunden buscamos la forma del corazón,
Como una flor que se extiende sobre el mar mostrando los pétalos de la energía de la voz que se expande,
En la sucesión de las olas que recorren las generaciones del trabajo humano,
Tan frágil hilo de luz de eternidad que cose al alma los objetos,
Los soles renacen de las cenizas del viento enterrado por millones de años de olvido y siglos de distancia,
Cuando una puerta sin fin se abre en el rincón más oculto del universo.
Es el destino del agua –la materia del sueño- nacer en cada instante del espacio vivido,
En las calles subterráneas, sobre una mesa de oro, un pan de escarcha se diluye en las manos de un niño,
El fruto del árbol del cielo es una sombra informática que proyecta dibujos sobre la tierra oscura y misteriosa como una promesa,
Una red para tocarse con los dedos de las manos y sentir la presencia más allá de la cortina nocturna que separa,
Un viaje hacia adentro de la memoria, donde el poder se asienta, en una confianza misteriosa que libera.
Arrojado a la matriz de la noche, el círculo energético se agranda en el vientre de las letras terrestres,
Un animal de silencio surge de las profundidades del vacío cósmico que flota en la cavidad de la boca,
Y sale de allí la proyectada estirpe de la escalera de caracol que forma una rosa de música mensajera.
Sentado a la mesa de la creación, un refugiado con maletín de sombras conversa con la humanidad que se desnuda en el balcón de su misterio,
Mientras el cristal divide en imágenes la luz, cauce de geométricos abismos unidos por un árbol de sensible movimiento, un pequeño instante de verdad.
Bajo el manto de los colores y las notas del viento, la primera pareja juega con la luna arrojada a un tablero de ajedrez mental,
y en el misterio nos tocamos los extremos de los dedos de las manos.
En la atmósfera se respiran los fragmentos recordados de un sueño anterior de situaciones compartidas,
El amor que transforma y trasciende los órganos de nuestro encuentro,
Los elementos materiales girando en cíclicas constelaciones alrededor de un punto de gravedad imaginario,
La casa es infinita, nosotros estamos dentro de ella, y nuestros miembros se abrazan encima de las olas del tiempo.
La separación no afecta al pensamiento, las ondas prosiguen más allá del cuerpo denso.
En el presente hemos visto caer la piedra, las ondas se han formado y comunican al agua la forma de la piedra arrojada al vacío,
Cuando el miedo, esa parte oscura que no nos atrevíamos a mirar, separó los elementos y polarizó las emociones,
Nos confundimos en los abismos de un esfuerzo estéril por huir de nuestra sombra, lo que en nosotros fue malo por haberlo rechazado.
El fruto del árbol prohibido fue la angustia, que degradó los tejidos hasta la muerte, esa ilusión óptica de la falta de amor.
Te perdono por no haber sido capaz de verlo, cuando el miedo ha desaparecido la sombra es lo mismo que la luz.
II
A los pies de la historia que aprendimos de los padres hay un monumento de ruinas que encubren esqueletos de cadáveres,
La historia aprendida fue una huida hacia la muerte. Hay un Rey Crucificado en el Tribunal de los Muertos.
De qué han servido tanto esfuerzo y tanto odio, tanta incomprensión y tanta fatiga, tanta oscuridad y tantas inclemencias,
Tanta confusión en preservar la herencia del rencor y de la venganza.
De qué ha servido la Guerra, esa Canonizada Adúltera, que ha vendido la sangre de quienes no tenían voz entre las bombas.
Para ser los primeros en el mundo del caos, los Enfermos Superiores, los que se degradaban conectando el potencial humano al cerebro del mono,
Con una muralla de falsa riqueza global, con una soledad agonizante en cárceles cada vez más pequeñas,
Un noventa por ciento de la energía del alma retenida en un cinco por ciento del planeta formando un cáncer en las arterias económicas,
Un paralítico universo que apenas puede mover un cuerpo del tamaño de un átomo con forma de esclavo.
He contemplado el vídeo colectivo de los noticiarios que deforman información para controlar a las masas ebrias:
Era una película de mentiras de principio a fin. Solo el corazón sabía la verdad.
Los necios ciudadanos de la megalópolis Consumismo alimentaban a sus propios ladrones y desahuciaban a sus hijos,
Buscando la eficiencia de los monopolios contra la justicia y tapando con eslóganes publicitarios la letra de la ley,
Pagaban con su libertad la palabra “libertad” escrita en una pantalla de televisión, como papel pintado en papeletas electorales.
En la Estación de Metro de la Civilización se han pisado los documentos de identidad de millones de extranjeros arrojados de su hogar por las Uvas de la Ira,
Para que el Coágulo Bancario – mercado de las armas- negociara con sus vísceras en Fondos de Corrupción,
Hasta arrastrar con su embolia las crisis de humanidad del mundo convertido en un Centro Comercial para cerdos politizados.
La Gran Compañía Eléctrica Progreso – una célula infectada de ira- impedía el desarrollo del tejido colectivo vendiendo la energía que robaba a la tierra y a sus habitantes,
Hasta que el ser humano en degradación salió de los escombros como un resucitado que se impulsa por la tecnología de su alma,
Fabricó las comunicaciones y los signos electrónicos y poco a poco, mientras se despierta, recupera la dignidad de su poder,
Reconoce con sus pies y manos los pies y manos de la tierra, la gestación del óvulo fecundado del planeta de agua y fuego,
el recién nacido proceso luminoso abriéndose camino desde sus entrañas de lava fundida hacia el exterior por la deriva térmica,
mientras los muros de las cárceles mentales de los siervos del miedo caen estrepitosamente, Atlántidas arrasadas,
como anacrónicas armaduras de metal o élitros de insectos disecados en el patrimonio de los traumas recordados,
un genoma interrumpido por episodios de olvido que ahora recupera sus ramas y frutos trascendentes.
En el centro de la vida hay un hogar para que nada se pierda,
Porque en el camino interior somos nuestra propia obra, a pesar de las confusiones de la sombra que no nos reconoce,
Integrando miembros tan distintos en un único corazón, copa ofrecida,
Esperamos a que la sangre llegue a todas las células y a que la vibración de la tierra esté en la misma frecuencia que la del alma,
Sin cambiar ninguna medida en la esperanza que nos lleva de la mano hacia la verdad a través del amor.
El espíritu nos sostiene como nubes de memoria en el aire.
III
Bajo la roca escarpada de la noche buscamos la fidelidad de la intuición como palabra comprendida,
El frío congela las estaciones en el tiempo, sombrío oráculo de recuerdos, mientras la vida se abre camino entre la oscura indiferencia de los abismos imperfectos,
Intentando encontrar el hilo de la energía que crea la materia, dentro del misterio del corazón expulsando la mecánica de su miedo,
El reloj oxidado del programa inducido, el telediario de los automatismos y el gobierno de los explosivos de la violencia donde sangran las emociones hasta agonizar su millonario papel de sueño,
Perdida la imagen en el agua hasta alcanzarla en la voluntad que late reconociéndola,
Esta es la Ciudad de las Marionetas, en los Estados del Olvido, un planeta de hielo arrojado a un progresivo vacío.
Por esta calle a la derecha está el Monumento a la Muerte, custodiado por las Fuerzas de Seguridad de la Confusión,
Sigan de frente, turistas sin memoria, y verán a los ciudadanos aherrojados por cadenas invisibles,
Con una pancarta sobre los ojos, con una preocupación que los ocupa dando vueltas en círculo en torno al Monumento.
Aproxímense más. Vean que los soldados que vigilan son en realidad muñecos elaborados con latas de conserva,
Todavía llevan la etiqueta colgando de las comisuras de su boca que se abre para proclamar el absurdo por himno,
Y un pájaro de metal con una cámara de vídeo entre las patas grita el ruido para que nadie se olvide de arrodillarse ante la Máscara de la Locura, marca registrada.
Como gira la luna de sangre vertida en la rueda de la noche para sentir dolor en cada articulación de la ira hereditaria,
En los mundos inferiores que emergen de un caos en formación salen a la superficie rostros humanos pidiendo clemencia,
La pantalla táctil del universo, una virtual separación entre la energía y la materia, se sintoniza con los colores de la compasión,
Cuando las almas salen del agua con miradas de pesadillas anteriores buscándose en la tiniebla de su olvido,
Bajo los raíles de trenes militares y reglas aprendidas como números marcados en la piel están las voces de nuestra inocencia,
Únicos testimonios de la vida que es el mundo hecho dentro de nosotros.
La materia inferior en la superior energía del amor encuentra trascendencia.
¿Puede ser superior lo inferior?
Solo hay que darle la adecuada vuelta al tiempo.
IV
Con el perdón me desprendo de la culpa que me confundió en un laberinto de sangre derramada,
Su fuego derrite el hielo de mi corazón en la emoción incomprendida del mundo,
Cuando caigo, sé que me levantará la mano del amor, sé que me pondrá enfrente mi felicidad,
Sé que tengo que reconocerme en todos los que ahora me son extraños,
Dame, espíritu de la memoria, por premio el amor, para que mi corazón esté tranquilo.
Si el miedo del pasado me confunde la mente, acuérdate de que en la respiración del universo soy su pequeña respuesta,
No soy más que un pequeño crecimiento en la oscuridad, un poco de calor de un cuerpo infinito.
La apariencia es un vehículo que me lleva, como un automóvil por la autopista de las estrellas,
Cuando tropiece, frene o me detenga, no me sometas a un juicio de sangre,
Pues soy un pequeño instante que intuye el universo en su tarea integradora,
Para que la emoción del impulso terrestre se aquiete en la copa del fuego que la elevará a la luz del aire celeste,
Con el perdón me defiendo del miedo y de la culpa que me encerraban en cárceles de tiempo pasado.
V
Fuimos víctimas y verdugos de la falsa creencia antes de conocer la energía que parte de nuestros corazones,
Ella nos mantenía atados a vínculos imaginarios, a piedras escritas con nuestra sangre en la era de las guerras y las ideologías.
La Falsa Creencia habitaba en un palacio lejano imaginario construido por el miedo y la ira, ambos esclavos de un deseo aceptado en sacrificio,
Con sus ruinas radiactivas fueron abanderadas las religiones, mientras la dama aprisionada en el Castillo de las Ilusiones pedía auxilio desde la ventana de la conciencia reprimida,
Violada en el Castillo por un ejército de dragones, la Inocencia estaba sola, vestida de blanco ante los blancos del cuchillo de la ley bestial.
La parte de debajo de su cuerpo era una serpiente enroscada a su corazón, y una máscara de plástico prejuicio controlaba sus movimientos,
Los cables de la comunicación fueron cortados, frágiles antenas de insecto, mientras la novia estaba vestida para la muerte,
Y era la cárcel su propia mente, inconscientemente sometida a ajenas voluntades, control remoto de mandos fantásticos.
La copa del agua cambió su oscilación y las ondas de luz vibraron de otra manera para liberarla,
Hasta que la oscuridad de la noche se transfiguró en un sol de justa identidad dentro de ella,
Que salió por su boca y rompió sus cadenas reflejas para devolverle su imagen desde el fondo del eco vital,
Y fue liberado todo su cuerpo en el amor del cosmos, libre fue la Aurora de la Mente, donde residen inconscientes el poder y la verdad.
Esta es la puerta del comienzo: el conocimiento para la transformación, la señal indeclinable del amor.
VI
Una pequeña voluntad mueve una gran máquina,
El conductor del automóvil del mundo mueve la máquina de las almas,
Y las almas, acordes de un gran tema musical, mueven sus cuerpos en el mundo creándolo.
Los vehículos desplazan los impulsos sensibles a través de los nervios para despertar la sombra y conducirla al conocimiento de la luz interior,
El Útero del Vacío es atravesado por millones de galaxias articuladas como idiomas que se entrecruzan en el tejido del espíritu,
Palabras individuales que forman la Palabra, voces que confluyen en el magnetismo, el calor y el fuego, deslizándose líquidas en la inercia de la esperanza.
Dentro del universo, respiramos su materia con cuerpos de energía, y cada mecanismo es una inteligencia que atraviesa, construye y mejora el velo de los nacimientos.
Ahora, en el Eterno Presente, donde se tejen Pasado y Futuro como fantasías de su magia,
Comprendemos que nuestras manos son dimensiones del espacio, densificadas en un instante de comprensión.
El espacio entre nosotros
Estaba separado por la distancia de millones de mundos imperfectos,
Que giraban astrales en el papel interactivo del espacio sideral que atrae y concentra,
Los árboles del tiempo dejaban caer sus hojas geométricas y nuestros pasos no se encontraban,
En la trampa de la rueda dieron vueltas las almas siglos y milenios desplegados en el caos,
Pan celeste fue la materia densa, que atrapó las corrientes polémicas del círculo vicioso universal,
Ojos de águila – galaxias lácteas- abriéndose en la oscuridad para ver,
Hasta llegar a humanizarse congregando en el cuerpo terrestre a todas las razas,
Hasta que el amor nació en un rincón oscuro del universo que se hizo luz radiante y soberana,
Así lo quiso la democracia de los dioses flotando en el vacío del espíritu materno,
Y entonces la distancia desapareció como un océano extinto,
Y despertamos besándonos frente a frente.
El espacio que nos separa es tan fino como un hilo y tan delgado como la sombra en tus ojos,
Yo lo he roto con mi voz llamándote,
El espacio nos daba miedo y nos encerraba en los traumas de la infancia de un planeta que nos alojó en su seno,
Pero el amor, ardiendo dentro de nosotros, derritió el hielo en nuestros corazones,
Y ahora estamos los dos uno en el otro,
El planeta es agua que corre,
Nosotros somos su herencia luminosa,
La tierra como un escenario para unir,
En tensión de parto hasta nuestro encuentro,
La distancia que nos separaba se desvanece en el instante en el que nos miramos a los ojos para ser una nueva y eterna canción.
La distancia que nos separa es la mirada antes de encontrarse en la voz del corazón.
VII
Esta es la visión de un testimonio: la vida.
El árbol está intacto, creciendo en los universos intuitivos del pájaro de las formas, la esfera de la energía que alienta en el misterio del silencio del mar,
El árbol está firme, anclado en la tierra grávida de su destino elegido, proyectando las ramas hacia la esperanza del nacimiento luminoso en todos los mundos posibles,
El árbol está y es, en el centro absoluto del misterio, materia y música de fruto y unidad,
El árbol impulsa un expansivo pensamiento de almas en el tronco que lleva por raíz el espejo vivo de nuestra verdad.
RESURRECCIÓN O REMINISCENCIA DE LA LUZ
( Con las leyendas de la tradición)
Nada más entrar en el sepulcro se nos apareció la figura de nuestro vacío,
Allí no había dioses de piedra con dientes de oro, ni terribles tormentas aterradoras,
Ni seres extraños a nosotros, extraterrestres o monstruos nacidos para destruir,
No era cierto lo que los hombres temen cuando enseñan sus doctrinas en las aulas de sus civilizaciones,
Era un lugar abandonado por alguien que había salido impulsado por una nueva vida, y así lo demostraban las vendas que había en el suelo,
Pertenencias de un cuerpo que había despertado de un sueño inducido.
Los guardias que vigilaban no pudieron comprender el proceso de la verdad abriéndose camino en la ignorancia tenebrosa,
A sueldo estaban de un miedo colectivo que había creado sus domicilios en la piel de la madre terrestre,
Se fueron a sus amos y les dijeron cómo la piedra asegurada había sido retirada por un terremoto oculto que los obligara a escapar,
No eran responsables del suceso y no podían explicarlo, pero la culpa los llenaba de remordimientos.
Nosotros, al igual que ellos, no comprendíamos tampoco la escena, y no habíamos escuchado lo que nos habían dicho las visitantes.
No sabíamos el camino para salir de nuestra ceguera, pero la luz nos llego de pronto cuando fuimos a comprobar lo que decían aquellos a quienes temíamos.
Aunque no podíamos comprender el prodigio que nuestro corazón aguardaba, creímos por quien nos lo comunicaba,
Aun a pesar de que las autoridades humanas lo habían desacreditado, haciéndolo pasar por mentiroso y condenándolo por delincuente a nuestra vista.
En su hora, anunciada tantas veces, todos lo habíamos abandonado, y nos encerramos en la oscuridad para no ser descubiertos, no fuese que nos obligasen a compartir también su muerte.
Pero nuestro corazón le pertenecía: el nos había mostrado el camino de la alegría que no termina.
Estábamos esperando su señal a partir del ejemplo, para creer en su palabra, que no defrauda como aquella que los hombres hacen suya, y que no es más que una forma de ignorancia.
Conocíamos el dolor, la lanzada en el costado nos había atravesado también a nosotros, pero teníamos esperanza en la alegría, porque era el maestro de la vida, el que atrae a sí todo lo que está vivo respirando espíritu,
Ante el cual las cosas no se diferencian en nada, porque la creación está sometida al espíritu por igual.
Y aunque no veíamos a nadie en el vacío decepcionante de aquel sepulcro, el panteón de todos los dioses, y el miedo nos paralizaba delante de la suerte de un hombre,
Nos acordamos de que estábamos unidos a él, de que él estaba dentro de nosotros como nosotros habíamos salido de su interior misterioso,
Él era un hombre unido al espíritu, y nosotros permanecíamos unidos a él, como las ramas al árbol que les comunica el verdor de las hojas.
Nada ni nadie podía separarnos de su amor, y la sabiduría vendría después para iluminarnos el camino, puesto que el amor es la fuente de todas las aguas.
Pero la tiniebla de la soberbia, al contrario de la comprensión del sentido del vacío que nos muestra la libertad,
Volcando al suelo las emociones de los poseídos por el mal, los había separado del tronco genético, y no teniendo raíces sabias,
Se habían perdido en sus mentiras, se habían secado en su ruindad, habían envejecido en lugar de brotar como las semillas hasta pudrirse confundiendo el lenguaje de la verdad, hasta adorar a los muertos y llegar a morir repitiendo el ciclo de la esclavitud,
Mientras a nosotros nos había salvado en el último momento, no por nuestros méritos, aquel en cuyas palabras pusimos nuestro corazón,
Rechazando las grandezas del hombre, que son flores que se marchitan antes de tiempo, prefiriendo en su lugar la humildad de quienes no disponen de otra cosa que un poco de inocencia y cierta voluntad, los preferidos por el Dios o misterio al que invocamos.
Llegué después del más valiente, y el más valiente llegó después del testigo obediente que nos había salvado,
El que aquietaba las tempestades, multiplicaba el pan, convertía el agua en vino y se entregaba para curar la enfermedad del mundo atado a la muerte,
Junto a él toda la comunidad humana estaba segura, igual que las ovejas ante el pastor, o los miembros al cuerpo que sabe emplearlos para su utilidad oculta,
Después de que mi nombre hubiera tenido un sentido diferente para mis labios y para los oídos de mis hermanos en la vida encontré un nuevo cuerpo en mi cuerpo y una nueva alma en mi alma,
Entré en el vacío de mí mismo dentro de aquel sepulcro abandonado, fui introducido como un niño en el misterio,
en las aguas del espejo del abismo creado entré con una fe penetrando con su sol recién nacido la noche lúgubre del mundo,
atravesando el túnel del sueño abrazado a la amada sin perder de vista el sonido de la corriente del río de la sangre que ahora fluía con un ritmo nuevo también por el universo de la emoción eléctrica y luminosa que forma el espectro de la apariencia verbal del tiempo anunciado por la memoria,
me encontré en el centro del vacío para crear desde mí el mundo otra vez,
agotado ya el papel de los cielos y la tierra que se imponen con el temor a los habitantes del enigma de una imagen todavía no descubierta,
esa era la copa en la que él había mezclado el vino de la vida para que lo bebiésemos cambiando la forma de las cosas que no pueden ser temidas porque habitan dentro del Padre,
en el interior de cuyo cuerpo respiramos y caminamos hasta alcanzar la dimensión de su verdad, el corazón creador, a través del aliento de la palabra,
una suerte de inteligencia compartida en la materia de un pan que es a la vez alimento y mano que lo parte,
como si fuese iluminada de pronto la habitación oscura e infinita de la total existencia y fueran superados los límites de los elementos que danzan en la esperanza,
peces pescados en el mar de los imaginarios deseos de la tierra que en su parto alumbra otro sol de justicia reconciliada en el perdón innato;
y todo era diferente porque el velo había dejado al descubierto el rostro de la identidad del espejo del ser que somos,
porque la muerte, absorbida por la luz del espíritu, Maestro y Rey, Principio y Aliento de nuestro verdadero cuerpo completo,
unidad vital plasmada en el árbol de la vida sembrado en cada célula solidaria y libre,
había desaparecido en el recuerdo para siempre como la sombra pasajera de un explicado sueño.
LA COMUNA DEL AGUA
La voz de una oculta creación dispersa granos de luz difusa por los ciclos del universo
Mientras desde la herida del corazón un brote cósmico está despertándose,
Como río que baja desde el glaciar de la lejanía, una célula viva integra la espiral de los crecimientos.
En el espejo del alma, empañado de duda, está reflejándose una esperanza,
A pesar del frío concentrado de la máquina que devora las sombras tenues de las ilusiones ideadas,
Es un paisaje al fondo del río, una desembocadura de cristal que apaga el eco,
El firmamento – una palabra de calor y ritmo- divide los dos mundos confluyentes de los vivos y los muertos.
En física y grávida sustancia la tierra soñaba la conciencia humana,
En su óvulo cayó el esperma angélico, el agua que llegó desde el cielo a transmitir la onda expansiva de la galaxia palpitante,
Su circunferencia fue habitada por una semilla que fue un árbol cuyos frutos renuevan la armonía.
En sus raíces había generaciones de almas con cuerpos de experiencia,
Su tronco recto conectaba el suelo a su origen, el camino de la conciencia despertando,
Sus ramas con hojas y frutos – ramas de infinitas descendencias genéticas- respiraban el lenguaje aéreo del cielo magnético,
Anclados a la tierra, sus cuerpos vivos recibían la luz energética del sol y las sales materiales de la tierra,
convertían el entorno en trascendencia y aumentaban la dimensión de las cosas,
aboliendo la distancia que separa el pensamiento de la forma.
Su verde sombra me dio esperanza cuando me tendí bajo sus ramas en el día infinito.
El agua, semilla de los cielos,
Creciendo en la célula viva de la tierra
Como crece el espíritu en el camino del universo,
Convertía la tierra en transistor de la voz del recuerdo.
A través de la oscuridad veía pasar las generaciones como copos de nieve cayendo sobre la tierra helada,
Cuando el simio recibió la información del sonido astral,
En los anales de Egipto, hacia Nueva York, los procesadores digitales de la emoción a la tecnología que surge como la primavera del centro del planeta recorrido por los pies de los cartógrafos inteligentes,
De la escritura a la informática, mientras arrasaba el diluvio las alambradas de la injusticia y la ignorancia envueltas en llamas de juicios e inquisiciones.
Pero el animal humano tenía sed de sangre,
El Estado y la Frontera de la Muerte sembrada de calaveras de vencidos brillaba entre los rayos oblicuos de la luna pálida.
Los justos caminaron entre incendios, la injusticia fue Trono y Altar.
A los dioses de metal que dan refugio a los criminales se les otorga el poder de decidir sobre la vida de los demás,
En el centro del anfiteatro hay un emblema con uniforme publicitario, y un altavoz con la efigie de un presidente que emite su consigna militar:
“todos estáis vendidos. La codicia os ha comprado”.
Yo he venido para escribir un poema de amor,
El de los hombres y mujeres que levantaron la cabeza al cielo protector de su procedencia,
Yo he venido a cantar la alegría de los que se aman derritiendo el hielo del mundo envuelto en noches de ignorancia donde apenas resplandecen algunas eternas estrellas,
Yo he venido para ver la llegada de la aurora al planeta renacido.
Porque la sangre que cayó en tierra no venció a la sangre que circuló por las venas de la naturaleza madre,
El agua, pacto del cielo, estableció su comuna entre los que bebieron la música del río y el viaje de los océanos,
Como la sabiduría que ordena matemático el cosmos perfecto en su diverso temblor de nacimientos,
A través del agua llegaron a nosotros todos los mensajes en botellas de vidrio parecidas a seres vivos,
Hacia la tierra pasional y grávida, erótica y misteriosa con su olor de café tostado al fuego del tiempo,
Recreado su sexo en la penetración profunda de su hacedor el espíritu de energía luminosa.
El conocimiento del primer hombre será borrado por la sabiduría del último,
La guerra y la división por la unión y la belleza,
El río pasa por el vientre de una mujer encinta. Es un eléctrico árbol que arraiga en el terreno de nuestro corazón,
Y que trasmite la información a todas partes, en reproductiva cópula de señales comunes,
Para despertar el cuerpo del universo, separado por abismos como rencores y amnesias, para que la verdad vuelva al origen como el reflejo a la imagen.
No es sencillo volver a las raíces, la cámara no puede fotografiar en la niebla,
Pero suben y bajan bocanadas de calor desde el fondo del misterio
Como de un volcán surgen atmósferas ocultas y lavas profundas inmemoriales,
y así se deshielan las montañas del olvido al contacto del recuerdo de la piel amada.
Mientras permanece el clavo en el corazón,
Los enemigos confunden el paisaje con normas de odio,
Dejaré que el agua entre en las profundidades de la memoria para que limpie las manchas de dolor y sangre,
Porque algo fue impuesto, combatido y no comprendido,
Y a veces piensa el que vive dividido por una mentira aceptada
Que el alma está encogida al fondo de un infierno
Formado por ficciones de espectros animados.
El miedo agranda con la imaginación el tamaño de una cárcel
Formada con prejuicios de oro y plata, envenenadas herencias,
Cuyo valor aprendido se eleva como un cuchillo de muerte dentro del paraíso de la inocencia,
Vistiendo la desnudez con cadenas de angustia,
Negando el rostro del que mira a través de un pasado inventado para perder la memoria,
Como una droga que sube a la mente, y la ahoga en su confuso laberinto de espejismos,
Entonces el alma vuelve a su punto de partida,
Y, exhausta, maldice la trampa que ha urdido.
La historia fue un rencor aprendido al que llegamos a adorar para no perder el deseo del odio,
Una habitación de cadáveres apilados, de desprecios que llegan a herir los miembros,
Porque lo que uno es no se parece a la ficción que de ello han hecho otros.
El agua mental, espejo del cielo del origen,
En espíritu cambiando de forma con cada estación en el pequeño planeta de la síntesis,
La tierra virginal que pende sobre la tela de la energía,
El agua mental se dispersa por las superficies y comunica la música a los abismos lejanos,
Tímpano resonante, pradera sobre la que danza la magia filmada del tiempo,
Termina tú por abolir las fronteras del mapa de los estados y por hacer que el amor llegue a los olvidados de sí mismos en el ciclo ilusorio de las muertes que ensayan nuevos nacimientos.
Cuando el universo entre hacia adentro no serviremos a mentiras externas, cuando parta de nosotros el movimiento,
Entrando y saliendo por la puerta que nos han abierto:
Oráculo en el centro del infinito.
Cuando llegue a los motores de la máquina de la materia y rescate a los atrofiados entre sus engranajes,
En la repetición y cultivo de miserias olvidando el pan digital de la energía interna. Crecerán como árboles hacia el cielo quienes han caído como semillas en el seno de la tierra que transforma y nutre.
El tránsito de las edades de lo pesado a lo ligero,
Como del plomo a la pluma y de los cuerpos a las almas,
Revela el mensaje del agua del subsuelo hacia las nubes, y de las nubes al medio de vida de los agentes del tiempo,
Animales, plantas y hombres que procesan y registran con su testimonio inteligente los cambios físicos en el medio externo que crece hasta su origen libre,
El ser conociéndose a sí mismo, nosotros conociendo dentro del ser.
El agua regando el mundo para que fructifiquen las uniones luminosas de las sombras.
Ya no perteneceremos a ningún estado,
Perteneceremos a la Comuna del Agua,
Cuando nuestro caminar sea ligero y su frecuencia atraviese los obstáculos del mundo grávido.
La ciencia y el amor nos salvarán del caos.
La técnica es un despertar: desde la piedra de sílex que modela las flechas hasta la piedra de sílex que integra la electrónica,
Desde el simio hasta el constructor de sociedades de justicia progresiva,
La herramienta en la mano es un miembro más de nuestro cuerpo que nos devuelve la movilidad del universo en el que somos semillas –intuiciones- creciendo.
Nuestras raíces emocionales estarán buscando el agua en la tierra,
Pues la tierra es nuestra madre, la materia que nos ha vestido de unidad,
Los manantiales nutrirán las dimensiones sucesivas de nuestro ser en la transición hacia la vida total,
Ellos contienen la luz en justas dosis, y su calor enciende nuestro pensamiento.
El universo es un camino que empieza y termina en nosotros.
La carrera espacial es el camino interior,
La búsqueda de la identidad dentro del alma sellada por los astros,
Ella está al fondo de un pozo de traumas, de la herencia genética de los que se separaron de la vida por el pecado de la muerte,
Es el agua que mueve el molino de los tiempos, y la presa de la energía que viaja por el vacío fundando gobiernos de justicia que reconducen la respiración del espíritu,
Su vibración apenas es percibida por el ruido del exterior, caos de confusiones y rueda de formas en oleaje sucesivo,
Su tímida presencia brilla en la noche como una luciérnaga en un prado sin fin.
El amor, guía de almas, desde el vehículo de la tierra salve a cada una en el concierto universal. Esa es la oración de un ciego por dentro en la confianza de un camino. Esa es la fe de los padres y de los hijos.
Tocamos un nuevo continente en un nuevo planeta en una nueva galaxia a través de un nuevo dispositivo,
Nuestra alma toca una parte más de su cuerpo del que en una ilusión óptica se había separado,
Toco los ojos y la boca amada, y recorro su cuerpo con todos los sentidos, toco y siento el alma que está unida a mí a través del encuentro del amor,
Lo encuentro en una dimensión cada vez más cercana.
La flor se abre desde sus íntimos orígenes
Se expande en ondas de energía como pétalos de dimensiones,
La espiral del espíritu como la espiral del agua, el día brotando de la noche,
Perfume de los movimientos en el mar del vacío de la libertad,
La flor se abre de lo físico a lo espiritual, huella dactilar humana,
Vínculo de todas las generaciones,
El agua fluyendo disuelve en su amor las separaciones.
Rompo la burbuja de sombra o distancia que nos separa. Apenas un poco de agua salida del agua del origen hacia tu piel,
recuerdo y destino en el tránsito de una voz íntima y misteriosa que pasa de tu boca a la mía.