Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo.
Cultivo una rosa blanca.
José Martí
A nadie considero un enemigo.
El mal es lo que atrás dejé al nacer.
De la gracia de tu alma soy mendigo.
Ella es la misma en nuestro libre ser.
Ni yo seré superior a ninguno,
ni a otro superior declararé.
Ni para ti será mi yo importuno
ni para mí será pobre tu fe.
Como eres en mi amor toda importancia
y su llama se alimenta de ti,
en tu corazón yo fundé mi estancia,
y ella ya existe más allá de mí.