Pero yo no soy trino,
no soy divino,
solo soy el camino.
Ángel Soldevilla
A través del cristal de la mirada,
la voluntad luminosa penetra
como vuelo divino en mi mañana.
Las manchas de mi ser no impiden verla
y la dirigen aún a mi pupila
absorta en las raíces de lo eterno
humanamente, cual recto camino
cuyo destino por tu vida viaja.
Mi hogar es el cristal,
pero tú lo atraviesas con tu mano santa.