DESCENSO A LA VIRTUD

Déjame caer hasta el silencio

sembrado en la nada desvanecida

del origen de los nombres

que en el cuadro del mundo el amor pintan.

Déjame caer

al fondo oscuro,

al subsuelo donde ni el tiempo se oye

y las aguas están erradicadas

para jamás regresar a su cauce.

Déjame caer, no me detengas.

No volverás a habitar el dolor,

ni a sentir mi soledad reinando

en el banquete de infinito espíritu

que en una voz ordena tu sonrisa.

Cuando creas que mi sombra me ha perdido,

ven a llenarme con el dios de tu beso,

envíame como luz a tus ojos

y mis cabellos crecerán hasta cubrirte,

no por mí. Por ti, que me has llamado.