Deja que la fuente corra.
Deja al caballo del viento
que pazca sobre tu mano
sin bridas ni frenos.
El caballo blanco y libre
del sentimiento.
No lo conviertas en materia
de progreso,
no lo domines, que pazca en los campos.
Déjalo.
El caballo te dará
el frescor de todos los sueños.
Que corra como la fuente.
Que corra libre su cuerpo
durante días y noches
sin término.
Deja al caballo en el prado
suelto.