METAMORFOSIS

IX

METAMORFOSIS

La oruga de plata

el dragón de las raudas sensaciones,

el papel transparente de las aguas,

el árbol, sol de las figuraciones-

alimentándose de la armonía

ha forjado un capullo de hojalata

el tiempo, preludio del día

cuya máquina transforma la muerte-

y en él se ha escondido para hacerte

despertar del mundo, mariposa,

dorada unidad, deseada rosa.

En el argumento de la noche

está envuelta la oruga el organismo,

en la pantalla verde del abismo,

océano de luz, divino coche,

Amor, de soberana trascendencia,

patria interior, límite de la ciencia.

Todo conduce al Reino de la Vida,

el ala del silencio es la partida.

 

                                     De «Poemas de la Luz Invisible»

¡VIVE!

 

Por amor son hechas las cosas,

solo por amor.

Por amor tú caminas,

y respiras por amor.

Sin amor, la vida es muerte

y el mundo es como la nada.

El peso del universo

cabe en un acto de amor.

El amor nadie lo ha visto,

pero ha sentido su beso en las cosas,

su beso que es poder, gloria y alegría,

su beso como una inacabable ola

que te toca con su música

y te despierta de tu sueño.

¿Todavía no conoces a tu padre?

Se llama amor. De tu materia es hecho.

 

ANUNCIO DE NIEVE

 

En la cumbre

de la montaña

acostado está el rey.

No lo niegues

si no lo ves.

En la cumbre,

allá a lo lejos

acostado está el rey.

Tiene por trono

la misma vida,

que desciende de él.

Tú la bebes

desde tu aldea

y la conoces bien.

En la cumbre

a donde miras

acostado está el rey.

Él te habla

en la palabra

desde su ley.

En la cumbre,

allá en la cumbre,

el rey te ve.

CINEGÉTICA DEL UNO

 

Cazando está mi alma,

cazando la palabra.

Me escondo en el bosque de formas

y aseguro el silencio.

Empuño el rifle del amor o la muerte

y me acurruco en la espera.

Ya oigo el paso de la liebre

pisando la hojarasca del sentir.

Ya se acerca, ya se para,

y con sus ojos y oídos

penetra el rumor de mi aliento.

El perro también está quieto,

hasta que yo dé la orden.

La liebre baja la cabeza y pasta.

Entonces apunto y disparo

y la bala de mi meditación

atraviesa su piel con un sonido.

El sonido anuncia la victoria.

Consumada está la esperanza.

El perro del deseo regresa

con la liebre en la boca.

Y la liebre parece muerta,

pero está viva y al toque de mis dedos

salta sobre mí y se desvanece

dejándome enamorado de su instante.

Cazador y pieza son lo mismo,

como amante y amado en el amor,

los contrarios se unen, ¡oh, prodigio!

al término de los tiempos.

Cazando soy cazado.

La palabra se vuelve hombre

y el hombre, palabra,

fundiéndose

en una dimensión dos cuerpos.

Te tengo, palabra,

y tú me tienes

en ti, y los dos en uno hablamos.

Volvemos a la caza, al ejercicio,

huimos y nos perseguimos.

Cazando está mi alma,

cazando la palabra.

 

LA PIEDRA FILOSOFAL

 

Filósofo harto de impresiones,

empachado de nicotina,

¿buscas la clave de bóveda,

la piedra del final del edificio

para que sea calculada tu muerte?

¿Quieres ser detective del aire?

Yo te daré la incógnita: esa piedra

es la misma locura, aquello

que tu entendimiento no comprende.

Albañil del compás, vuelve a tu infancia,

a olvidarlo todo, a resucitar.

Las matemáticas son un juego

en que los números

simulan tus movimientos y te engañan

a través de sucesivos laberintos.

¿Cuántas veces, doctrinario,

se te han caído los andamios de tu torre,

fabricados por la industria de ignorantes?

La piedra que persigues –la ley y el progreso-

están en el no conocer.

Tu piedra es el vacío.

Niega lo que sabes, para aprender

aquello que no sabes.

HUMILDAD CORONADA

 

En el núcleo

allá en el núcleo del hombre

hay una radiación indestructible.

En el núcleo grita la energía

que cambia las cosas y las rige.

Pero el núcleo está cerrado

a aquel que su dominio exige

tratando de pulsar el botón

divino que, solo oculto, existe.

Faetón explosivo del aire,

hombre de ti mismo esclavo,

en vano libre,

¿quieres controlar los caballos

de la velocidad imposible?

Hallarás solo la muerte

si en humildad no vives.

Hallarás la vida, sin embargo,

si con sencillez clara te diriges.

IDEALISMO REALISTA

 

Alguna vez he subido

al monte de Dios.

Quisiera subir siempre.

Hay nieve

de pureza en su cima.

Hacia arriba, el camino es difícil.

Hay que vencer la pendiente.

Alguna vez he subido

al monte de Dios

y quise quedarme para siempre.

Arriba

está todo lo que anhelo.

Ni siquiera puedo comprenderlo.

Arriba más libre flota el aire.

Allí quisiera vivir siempre.

ADMIRACIÓN ATÁVICA

 

 

Cuántos nombres tienes

oh palabra divina,

cuánta diversidad

tienes, naturaleza.

Cuántas riquezas posees

oh, ser humano.

Las minas de tu ser no tienen fondo.

El oro, la plata, las joyas,

y los recursos energéticos

brotan de ti como de una fuente.

Sí. Eres una fuente de nombres.

¿Quién puede agotar tu identidad?

En la tierra y en el cielo,

en la luz y en la sombra,

y hasta en la muerte, reinas.

Cuando alcancemos tu final

volveremos a nuestro principio.

APRENDER A APRENDER

 

No te canses de mirar el agua

de la vida, que es tu naturaleza.

Ella te lo enseñará todo.

La palabra, que es ella, te lo enseñará todo.

Los estudios académicos no son

más que ínfimos apuntes de su ser.

Lo conocerás absolutamente todo.

Te lo repito, ni un átomo

quedará oculto para ti,

ni una partícula de luz.

Pero observa siempre y aunque no entiendas

sigue observando, y no te fíes

de las opiniones de los hombres,

porque ninguna opinión es verdad pura.

La naturaleza, la palabra,

te enseñará cada día que despiertes

y aún durmiendo aprenderás.

Solo necesitas la paciencia

de no cansarte de mirar.

Observando jamás te aburrirás.

La tiniebla será transparente para ti,

y verás los tesoros a través de la noche.

LAS ISLAS DEL RECUERDO

 

 

He llegado hoy a sus volcanes floridos.

He llegado a las islas galápagos,

las islas del recuerdo.

Me saludaron las iguanas negras

expulsando sal por sus hocicos,

y las tortugas gigantes me observaron.

Gritaban de alegría las gaviotas

en los acantilados, y los cactos

me ofrecían su verdosa mano.

Recordé que había estado allí.

Tal vez allí vi por vez primera

la evolución de las especies,

cuando el hombre era niño

y moraba en el pesebre de la noche.

Hoy he recordado y he nacido.

He recordado tu inocencia herida,

tus pájaros resplandecientes, tu aurora.

Hoy he visitado las islas del recuerdo

y soñé que despertaba y comprendía.