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Acerca de Juan Manuel

Juan Manuel Pérez Álvarez es un poeta y escritor nacido en Ourense. Algunos de los títulos de sus poemarios son: "Vidrieras", "Versiones de una vasija" o "El grado de la aurora". Algunos de los títulos de sus novelas son "Testamento de un cíclope dandy" y "El hombre y su palabra".

VERSIONES DE UNA VASIJA (POEMARIO COMPLETO)

VERSIONES DE UNA VASIJA
Libro Primero
La arquitectura persistente
MANIFIESTO PERSONAL

El Poeta es un versionador
de la vasija de los sentidos sociales.
En el oscuro corazón del vacío nace su canto,
cercado por las cerámicas paredes de la Historia.
¿Qué es la Inspiración?
La piedra angular o lo desconocido; el Poeta
no comprende el motivo que lo anima – est un autre-;
un dios subconsciente lo dirige como un instinto hacia el ser.

La Palabra es la medida de todas las cosas: lo divino
que se hace sonido puro para nacer entre nosotros.
Para que la lengua se renueve y no perezca, la Noticia,
informa con novedad luminosa el firmamento del silencio.

LA HISTORIA
Era casi mediodía cuando el mantel se extendió sobre la Mesa,
y el Ciudadano se sentó, como uno más, a comer.
Se sirvieron las viandas distribuyendo las células
a todos los comensales, según la Mano Derecha.
probaron todos bocado, saborearon su oficio,
para deglutir a un tiempo reservándose el Placer.
Entonces tras el Mensaje, contemplaron la Existencia
con los senos rebosantes de promesas incontables
allí en medio de ellos.
El Asiento de cada cual era igual al del vecino,
pero mientras el Reloj sonaba
uno de los invitados permanecía de pie.
La atmósfera tan calmada – la Música del Silencio,
armónica norma de agua se escuchaba: Democracia-.
La máquina del reposo aguardaba al Buen Acento.
Todos tenían los ojos en el Hombre Pensativo.
Y el Hombre nombró la Cena. Todos vieron la Palabra
despertando sus dos alas y excavando una salida.
Saludó a cada uno besándolo en la cabeza
y cada cual fue una Puerta sucedida por la Noche.
El Poeta siempre en pie vio como el dios de sus labios
rasgaba la Soledad repartiéndose entre todos.
La Bebida finalmente sació la sal del Estómago.

GHAZEL DEL GÉNESIS
Amarte a ti
es volver a ser un niño para descubrir el mundo.
Cuando lentamente mi lengua se precipita en tu boca
liberando un cauce azul para el torrente de mi vida
que hacia tu océano se desata,
el invierno se derrite en las cumbres del egoísmo,
y como un ídolo a tus pies caen todas las notas de mi flauta.

Mi cuerpo es fuego transparente, se derrama como agua el deseo
a distancia de la Ciudad, cuyas calles no conozco.
Un velero blanco aparece –tu mirada- en las estrellas.
Sulamita, son tus besos más fuertes que mi soberbia.
No pareces hoy la misma, sutil como el buen perfume,
me das a morder los frutos de tu templo.

Es extraño mi delirio junto a ti, Piedad Desnuda,
red tendida desde el sueño que encarcelas mi pericia.
Cuanto más me desconozco más me adentro en ti,
tus labios
son mortales para el reptil que desciende a mi costado
el dolor se desvanece devorado por la luz-.

En la intimidad escancias gotas de Sabiduría.
La ciencia se reclinó- felina regia- en la púrpura,
y brotó la fuente entre las dos piernas del desierto.
Una sola llama forman nuestros rostros incendiados,
una sola escrita llama – un vértigo, nuestro abrazo-.

Musa, oh Musa penetrada como la flor por la aguja;
el puñal se vuelve fértil si detienes tu mirada.
Inútil campo de guerra, se ha borrado todo límite,
has vestido el universo de enamorada Palabra.
ODA CRÍTICA AL NACIMIENTO DE LA DIVINA IRONÍA
A Leopoldo María Panero

I

Estábamos reunidos una tarde de lluvia en la habitación de un amigo. De repente, la oscuridad se dividió en dos etapas por un relámpago transversal y emergió de las tinieblas el Vampiro. “¿Quién eres tú?” preguntamos todos. El animal resultaba cómico y trágico a un tiempo, tal y como dejaban entrever un pecho de atleta en contraste con una cintura de bailarina. No nos respondió. Comenzó a batir sus alas y a elevarse, a elevarse…Nos dimos cuenta de que se trataba de un ciego que en incontables lenguas nos hablaba. Maldoror bendijo su frente con un orinal que parecía el yelmo de un astronauta y a continuación dejó rodar su Cabeza Precursora en un cenagal de pétalos de rosa.

II
Mientras esto ocurría, el dibujante Jerónimo Bosco –licenciado en psicoanálisis y disector de artrópodos- con la ayuda del Masturbador de Port-Lligat, se esforzaba por reproducir en papel de lija cada uno de los aleteos del Invitado. Cuando no conseguía trasladar su Genio al daguerrotipo, arrojaba un jirón de pintura al cristal de la ventana, a través de la cual se dejaba entrever la gran contienda entre griegos y troyanos, calificada por los periódicos de “Guerra Mundial”.

III

Aún así yo estaba distraído contando las pastillas de jabón que necesitaba para fabricar la primera moneda, cuando he aquí que el techo se abre como flor de parto y se escucha la estentórea voz de la Megafonía del Más Allá: “Este es mi Hijo Amado, en quien me complazco”. A continuación cayó un chorro de música sobre los hombros del Elegido, una grabada secuencia del “Emperador” de Beethoven. El Vampiro ya no era el mismo.

IV

Serían aproximadamente las tres de la tarde (así, al menos, todos los presentes lo creíamos) cuando el Vampiro, metamorfoseado de pies a cabeza en su versión definitiva, el Caballero Andante, se elevó en la oxidada tribuna de su rocín para pronunciar el discurso de investidura:
Amadas y amados ciudadanos- comenzó-, me complace sobremanera anunciarles mi determinación, ahora que ya he sido ordenado por decisión del Cielo, de tomar las riendas de este destartalado universo donde se cometen tantas y tan abrumadoras fechorías- y en este punto se detuvo para secarse el sudor de la frente, y prosiguió-, con el fin de desfacer todos los entuertos que se me presentaren, matando gigantes y socorriendo viudas. No tentéis detenerme, porque partiré más rápido que la corriente eléctrica a la Misión, a través de los llanos de Castilla.
Y dicho esto, desapareció sin dejar rastro.

V
Cuando salimos de la habitación donde yo, el historiador Juan Crisóstomo, levanté acta de lo ocurrido, nadie de los que a la salida nos encontramos nos creyó. “Habéis sido seducidos por la Locura” nos informaron. ¡Insensatos!. Su poca fe racional les hizo imaginar que el movimiento no existía. Antes de poner los pies definitivamente en la calle, le dedicamos un segundo de atención a los propíleos del cine, en los cuales podía leerse en cartelera: “Espectáculo Surrealista. La película del año”.

METAMORFOSIS DE LA VELOCIDAD

In memoriam Marinetti
Cuando al primero de los griegos se le ocurrió inventar la trayectoria
con destino a su convulso hogar atravesando la Ciudad en llamas
nadie había nunca visto ni oído a la Política,
porque la Política residía en la Región Polar de la Promesa,
en la que un pueblo de inocentes y errantes esquimales moraba.
Entonces era el mar tan inmenso más allá de cualquier recipiente
y vivir simplemente estribaba en “caminar sobre el mar”, la aventura.
La Comunidad se conformaba por batracios que cerca del agua
croaban hasta sumergirse de un salto en el Hades sin fondo.

Una pregunta recorría entonces los hogares de todos los sabios.

Más tarde a un artesano mendigo se le apareció la Bella Obra delante:
Se trataba del Automóvil –artefacto que domina el Tiempo
convirtiéndolo en Sujeto o en Idea, invirtiendo al anciano y al joven,
como se invierte una moneda, ya que el universo era redondo-.
Sus escuadras temblando trazaron la primera recta: la Gran Lengua,
la cual, sutil y enderezada, labró la flecha de la Palabra
esculpiéndola en roca con alas como hexámetro de Samotracia.
“La bombilla –se refería al Sol- que bascula sobre los mortales
no es un dios, pues la puedo nombrar” había profetizado el Vate.
Los letrados lo juzgaron siendo devorado por dos serpientes
remordimientos sociales- y su memoria expulsada al vacío.
Mas, ¿quién puede ocultar el Progreso?. Cada uno en su tétrica psiquis
buscaba la espada prohibida.
En el Desierto de los Reptiles
conspiraron contra el orden público celebrando consejo y juraron,
prometiendo fundar un Imperio sobre los cimientos de una República.
Prepararon una expedición liberando energía de átomos
y dirigiéndose malévolamente hacia las bien frágiles murallas.
Era muy triste presenciar el derrumbe de las mezquitas
mientras lloraban las matronas golpeándose el pecho y los hombres
escupían exclamando al viento: “Los esclavos nos han destruido”.

Desde ese momento estas escenas se representan en los teatros.

La Ciudad fue luego conquistada y todos sus barrios incendiados;
de la ceniza del Negro Odio trazaron solar para edificios
obligando a las ruinas gloriosas a plegarse a la Moda del Siglo.
Diseñaron un plano en damero. No les convenció. Lo borraron,
retornando sin apercibirse a trazar el mismo que arruinaran.
Una vez que volvió a ser la misma la Ciudad que arrasó la Violencia
se quedaron todos en silencio mientras el Trono estaba vacante.
“¿Quién podrá sentarse en esa silla?” se leía en la mente de todos.
Fue cuando llegó un hombre confuso a pie desde Castilla la Vieja
y confesó turbado: “Soy el sabio que inventó el primer Automóvil”.
Le nombraron Príncipe del Pueblo ciñéndole la Toga Perpetua,
pero él se negó ante las masas alegando que no era su Triunfo
el Gobierno de Todas las Cosas. Los demás replicaron: “De modo
que ¿quién entonces podrá dirigirnos?”. Les respondió el Consejero:
“El Invento. La Victoria vencerá a la Muerte.
La Paz será la vara y la pócima
que curará cualquier enfermedad. Bienvenidos a la Comuna”.
El Ciego cantó el primer himno de los Derechos del Ciudadano
derramados como propaganda. Surgieron los Estados Unidos
del Globo Terrestre, y las nubes sembraron en el suelo el Diluvio.
La Justicia cayó como un sueño bajo especie de Gravedad Acústica
y la luz se vació como un tríptico revelando al fin la Transparencia.

El mar ya no existía: era un firme cristal puro de Significado.
CRUCIFIXIÓN DE LUNES
La corola que se enciende abrazando la agonía,
la Pasión que llora Jámblico en la Acera de los Muertos,
el mastín de la Desgracia rondando la Calavera,
parecen las tres personas de la Gris Incertidumbre.

¡La anestesia del martirio!
los trabajos y los días se suceden sin reverso,
el Mañana es una escena que nunca se representa.
Concédeme vitamina procedente del Consuelo,
oh tú, Sábana Cotidiana.

Sin piedad cualquier colmillo desgarra la oscura Carne
resucitada por besos límpidos de Medicina.
El sadismo cruel de Saura sedimenta en la Caricia
y el orín de la Desgracia cura las llagas recientes.

El Mercader de la Dicha llega a pesar del Semáforo
en la aurora en que se funden las dudas de grave vuelo.

PLEGARIA CONTEMPORÁNEA

A Miguel Argaya
¿Dónde está el conocimiento
que hemos perdido en información?

T.S. Eliot

A lo largo de la Edad y de la Página,
el siniestro y radiactivo diamante –la fiel pluma-
será la estólida esfera de un polvoriento reloj
que reviva de la sangre en marmóreo Renacimiento.

Desde una Estigia emanante de infectada adversidad
donde cuerpos como libros se disgregan en enigmas
se erguirá la provenzal primavera de la Vida
y de la telaraña amnésica se obtendrá la Eternidad.

Castilla es la Luna, opaca como una tensión en blanco.

Inacabables mapas
de avenidas normativas, la Pereza
que envasa las emociones en productos de mercado
adquiribles por libidinoso Precio.

Conversaciones de Mauberley con Geroncio en el parque
y los Padres de la Iglesia acusando a Catilina
mientras los novios se entregan en el limo de Verona.

El Espíritu que abrasa
el horno de los Negocios
-la fábrica de ataúdes-
es la Imagen Invisible que procesa a la Traición.

El vino de los burgueses deshaciéndose en burbujas
domesticadas como hojas de periódico.

No amas tú, Poeta, el Lucro, no adoras
la falsificación tuberculosa de amarillo estimulante,
el oropel fraudulento que reviste las Vidrieras.

No consagras la polución que condena al África de Lázaro.

Los Códigos Fariseos de la Sociedad Reunida
barajando los números y los naipes
“hazlo nuevo” sin embargo-.

El Cereal americano que el Vaquero nos ofrece
bucólicos versos de savia nueva.

la barreña del Filósofo
orientada hacia murciélagos barrocos.

El Ángel del campesino perdona todas las faltas.
Atmosférico Espíritu,
que moras en la Familia de las Letras,
sumérgete como un efluvio ardiente
en el hielo del Pretérito
y reanima el movimiento que ha perdido la Fragancia.
EL NUEVO MUNDO
La Esperanza era una mala hierba
Agostada.
Tenebroso findesiglo para la Actitud Romana,
periodo de confusión cuando “el mentido robador de Europa”
pernoctaba en voluntarios calabozos.

Necesitábamos el Dolor
y nuevamente el germen vegetal
hasta la Redención.

Trabajaban las manos en una imprenta para cadáveres,
nuestras naos probaban la náusea de las horas sin salida.
En el ascensor cristiano el Terror, la Claustrofobia
preludiaban alguna Exterminación.

Época solo de prólogos,
un jardín donde gaseosos unicornios
imitaban a las Nubes.
Entonces apareciste Tú,
consuelo de infinitas lenguas.
En hectáreas de terreno se aposentó tu Morada:
El Diálogo, la raíz de la Cultura.
La Piedra y el Trueno hablaron, la Montaña fue silencio.
El quetzal voló y la noche se llenó de los Colores.
EL NÚMERO TRINO

Existía Uno y su nombre era Fernando Pessoa, el Desconocido que paseaba ignorado por una calle remota: En tres ocasiones horarias se mostró tal como era, disfrazado de circunstancia: Por la mañana se apreciaba un caballero envejecido y sin afeitar, Alberto Caeiro como un Padre que echa de menos a sus exiliados hijos: a mediodía acudía a comer a la Fonda como un joven universitario fumador, filántropo y vanguardista, hijo del anterior – Álvaro de Campos-: y al anochecer los límites del traje y del sombrero, zambullidos en la Oscuridad Final, lo hacían prácticamente invisible, de modo que así, hablando consigo mismo a la luz de las farolas, parecía un profesor de lenguas clásicas, la figura de un dandesco Espíritu Errante, la del solitario Ricardo Reis: No obstante a las ilusiones del cinematógrafo de la Vida, cuya característica habilidad consiste en señalar diferencias, estas tres personas pertenecían a un Único Ser Poético: el Principio, el Medio y el Final son los ideales móviles de un Todo Real: Al menos, se trata de una igualdad que la Teología demuestra.

GIGNETEI KALON

Exhalo de mí el amor como el aliento.

Ibn Hazm de Córdoba
Te deseo, difuso loto espontáneo que ahora invitas
al Poeta a pronunciarte entre dos labios afilados
desde la región de las Morales Sombras,
erguida madera que sostienes toda la Música.
Como un libro se despliega tu natural empatía en mi espejo
-esa debe ser la Belleza-; tú eres mi más contemplativo inconsciente.
Eres tú quien hablas por mi boca –halcón que magnificas la Escala-.
la Palabra que me has dado ha volado de mí mismo.
En el blanco lecho insistes como el agua persiguiéndome,
recreando la experiencia, prolongándome en tus notas;
qué vacía ahora encuentro la Mansión,
qué vacío
en mi memoria aprendida bajo desiguales huellas.
Soy jinete que cabalga los Misterios del Castillo;
nada contra mí el infierno puede bajo estos doseles
porque en todo el universo no encuentro una disonancia.
Ascendente es el latido en la seca piel desértica.
Te amo y te odio, pero el amor puede más que el odio,
eres
El murmullo de la noche más perfecta y submarina.
Águilas del Occidente: presenciad cómo la Vida
desde bélicos contrastes se alza como la palmera.
EL ARTE DEL MAL REFLEJO

À la recherche du temps perdu.

Proust

Una vez que se ha mordido la manzana, la Memoria
tarda mucho en recobrar el sabor que entonces tuvo;
nunca logra por completo retener lo evaporado.
El poema es el vacío de lo que se desconoce.
LA PERSISTENCIA DE LA MEMORIA EN LA PALABRA
Perseguía el Tiempo cuando creía
que el Tiempo era una Persona.
Más tarde comprendí que el Tiempo eran Tres Personas
diluidas en el líquido que contiene el Vaso de la Vida.

Bebí de un trago toda la Existencia
y me paré a pensar seriamente sobre el perfuma de las flores.

Jamás lo comprendí y regresé a Casa angustiado.

Después pretendí saber de qué material estaba fabricado el Vaso
y me pasé contemplándolo durante mil y una noches,
hasta que hube al fin de rendirme, y me acosté sin saberlo.

A la mañana siguiente el Vaso se me cayó por descuido al suelo.
yo me dije: “ay de mí, he perdido la Vida”.
Qué inútil fue mi desdicha, pues nunca logré olvidarlo.

LA INVERSIÓN DE UNA LÁGRIMA

La Gravedad
en el Canto o en la Experiencia.

La Gravedad no existe, es solo
un modo de entender la Vida.
La caída en el silencio de la Lágrima,
la caída del cuerpo en el Líquido
Hacia abajo, la desaparición.

¿Pero qué es inferior, acaso no es
humor divino toda trascendencia?

PROFESIÓN DE FE
Creo en la Palabra porque
creo que existe una acepción para cada persona.
Acepciones se encuentran tantas como mónadas
en el espacio innombrable.

Creo en la Inspiración,
en el Ángel que visita el femenino Vacío
portando la combustión de la Luz.

Soy Poeta Social
porque aspiro a retener la Belleza en su Vasija,
moldeada por un barro de experiencia.

Pero no
defiendo el Partido del Hipócrita, del Idólatra
-acústica cáscara-.

Creo en la Democracia,
en el bucólico Imperio de la Inocencia.

Creo
en la Palabra.
MIGUEL ÁNGEL

Nació un Artista en la Ciudad que moldeaba
la misma Muerte
a través de los cristianos dedos de la Energía.
Esculpió seductora a la Desolación
para que el Poeta, arrebatado, pulsase su cuerda.
era intenso el Ruido, pero más intensa
la Obra emergiendo del oleaje.

VASIJA CLÁSICA

La Tierra aportó la materia, el Artesano la forma,
para contener la incorpórea gravedad del Nombre
-huevo espontáneo que extenderá sus plumas
mañana, a los espacios transparentes-.
El dios florece en la Intimidad, la Imagen abre
las alas en la cruz de lo ignorado.

Un continente surge para ser descrito.
EL VASO SAGRADO

En el Palacio Ceniciento, en el Pasado,
se conserva austera
la Metáfora más pura, más sagrada
de la Historia: la Urna Griega.

Es la Fe.
como un huevo de esperanza,
incuba al Ave de la Inmortalidad.

el vino lento del Tiempo la promete.

EL EDIFICIO Y LA HOJA
Todavía recuerdo tu verdor antiguo
en la aérea rama,
junto al Castillo de las Vanidades,
envuelto en el aroma juvenil de la primavera.
Eres clásica, Belleza, y por eso te renuevas
como la luz del sol por los siglos de los siglos.
¿Qué importa
la caída del amarillo para siempre?
Existirá, en todo el universo, alguien para entenderte,
que reanime el movimiento en la quietud de la Palabra
como la mañana definida por el que ve.
Tú, elemental significado de cada día,
misterio que sabes revelarte solo al que cree en lo que observa,
perteneces al cielo ingrávido de la Inmortalidad.
Opones al humo proselitista
del Edificio desvencijado por los degradados átomos
el imperio de la Vida.
Eres Alma en la crisálida
visible y cotidiana, ironía incomprensible para el acumulador.
Elevas
tu Verdad desde la tierra del transcurso.
Qué sorpresa tan agradable el comprender
la magna fragilidad de lo caduco
Frente a la solidez de lo Pequeño.

Libro Segundo

Parábolas y signos
TERCETO DANTESCO O HAIKÚ SOBRE EL FIN DE LA COMEDIA
Ha terminado la primera farsa;
la Risa se ha quedado sin motivo.
Pregunto ahora, ¿por qué me habré reído?

DOBLE SILOGISMO ESCOLÁSTICO

Si yo busco ser Poeta
jamás soy apenas Yo.
Soy, luego, lo que no soy.

Si yo busco la Palabra
ella está fuera de mí.
Ella está donde no estoy.
LA VASIJA SOCIAL

Beauty is truth, truth beauty – that is all
ye know on the earth.
Keats
¿Dónde está grabado
el memorial del Movimiento?
en el barro ciudadano de la fiel Literatura.

La pluma de la Justicia trae la tinta del Mañana,
y el Mañana siempre ha sido la Poesía.

En la Convivencia estriba la tarea del Letrado,
pero otro tendrá que dar el Espíritu a las letras.

Una biblioteca es un cementerio que aún espera.

ÉXODO OCASIONAL
Me voy a dar un paseo. ¿Es domingo, quizá, Laforgue?
los escaparates están tan sosos, no hay ni un solo humano en Atenas,
amén de esos transeúntes metafísicos que pasan.

Voy a adquirir el eléboro para unos tiempos difíciles.

…París, Londres, Roma, Ítaca, Babilonia, Bagdad…

¿Residiré en alguna Ciudad donde la cabeza no me duela?

no podré embarcarme ahora a Citera en avión.

Está bien, meditaré.
La Jerusalén Virtual será mi morada hoy
en domingo.

Piedad para este mural que se viene abajo como la lepra.

La storia non è magistra al fin y al cabo,
Paciencia.
CRUCIFIXIÓN A LAS CUATRO DE LA TARDE

Platero y yo

Juan Ramón Jiménez
Qué feliz la tensión andaluza de ese asno adjetivo
con la redención plateada proyectada en la cimera.

Cuatro clavos ardiendo
sostienen el firmamento de la pena.

Viendo cómo se fundía ese cuerpo como un manjar,
mi lengua estaba reseca
y la ansiedad vendimiaba mis papilas.

Técnica tornóse la Generación
y el ruiseñor no cantó en la rama seca.

Descendí hasta la Membrana Comunicativa
transgrediendo los siete pisos de la Lira Dolorosa.

DECADENCIA
“Una república de hombres encantados
que viven fuera del orden natural”.
González de Cellórigo

“interés ligurino
en rubia sangre hoy día
su médula chupando está luciente”.
Luis de Góngora

El bucólico fantasma de seda
en una Venecia irreal de agua sonora
con termómetro –oro extraño- en las tinieblas.

Veladuras tenebristas en los astros;
el teléfono aullando en la charca pútrida de la soledad.

Timbran familiares síntomas en la puerta de metal –tedio
en cualquier parte-.
habitaciones de habitaciones;

El General sale en camisa a saludar
las Tentaciones del Champaña surgen, explosivas,
desde el inodoro.

Caracol neto: enumeraciones de enumeraciones.
El General sacude el polvo de un arnés de cartón,
bajo la grabada imagen de un hidalgo cabalgando
por la estéril Castilla.

El río Duero y la galería de su curva.

No es dado al viviente sostener una economía de imágenes,
el becerro imperialista y su fracaso.

Opio contra la Cultura –tecnología de masas-
el Guernica en los museos traumáticos de Caldea.

Y la Europa, nuestra Europa, fue raptada por el toro.
NADA QUE TEMER

Te amo así, Inteligencia de la más casual Tiniebla;
arquitrabada en calles, en selvas o en desiertos.
Tu beso me ha cobijado de los elefantes con patas de araña
que borraban la intención de cualquier Identidad,
con la información nuclear de sus tormentosos metales.
Te amo porque tú me das la Dicción, porque tú condensas
la Columna del Esfuerzo como aguijón persistente,
aumentando en tu vacío la tristeza de la Nada
para hacer más intenso el Amor, más hospitalario el Fuego.
La Pintura se pervierte, pero el Cuadro es siempre hermoso.

REPROGRAFÍA
¿América, cuándo serás angélica?
Allen Ginsberg

He visto y he creído.
Blas de Otero

Multipliquemos la Verdad.

Multipliquemos la Verdad por el factor de Todas las Lenguas
y su producto será el mismo.

La Verdad está comprimida en la Majestad del Número Cero
en figura de huevo gigantesco.

¿Qué es la sociedad más que la Fe, más que la cáscara del huevo?
¿Y cuándo el huevo se rompa como una bomba exaltada?

¿Qué importará entonces la técnica combinatoria de las moléculas,
el calcio, la letra muerta? ¿No es eso una calavera?

La incubación es una lírica Esperanza para el futuro vuelo del Pájaro.

Multipliquemos la Verdad.

ESPERANDO AL MESÍAS

En attendant Godot
Samuel Beckett

Tú, hijo de la Política – la de rectas calles paralelas-,
arcilla celular torneada por la Cultura, por la Experiencia,
edificas el Poema dentro de ti.

Ese líquido sin término del Verso,
¿será agua en la tinaja o tal vez vino en la crátera?
¿en qué consular garganta se derramará la Medicina?

Desde el salón social sin linterna saluda el Iluminado,
el Genio que trae impresa la alegría sobre el rostro.

El mar estéril por la sal, ¿quién podrá dulcificarlo?

Las máquinas se han ahogado y queda solo un cementerio.

Se inundaron los sonidos de Palabra;
la sed bélica se calmó, crecieron hojas sobre los huesos.

ICONOCLASIA
No adorarás imágenes en la computadora
siniestra – basílica donde la sangre se transustancia en oro
por obra del Mago Bancario, sombrío discípulo de Mefistófeles-.
Sal al aire, al aire espiritual de los éxitos y los fracasos,
a la atmósfera libre de moscas, al Río de la copa que en paz bebes,
para que el Satélite no domine tu propiedad, para que
el Beso sea la Belleza
espontánea y gratuita Revelación-.
Hierve la genética del Mal en tus manos;
la Palidez adorna las facciones criminales; el toro esclavo se rebela
en la romana inquietud de la corrida. Abandono
bajo nubes de plomo puro.
Europa
cenando en el Café Monacal, apartando los ojos del hegeliano abismo
manifiesto en un Guernica grotesco – el hombre a una nariz pegado-.
Europa
sostenida por el Pontífice Eupalinos
moldeando la palabra con el sonido clásico desnudo,
síntesis de un inflamado Diálogo.
No adorarás el eco de los dioses salvajes.
dormir en el Edén, en la Inocencia Rafaelista
las arpas y los laúdes cristianos-
en la Democrática Piedad, el mármol pario de la calma.

La frecuencia de las marinas ondas
corrompe el Mensaje de la botella.
La Información
viajando a través de los cables veloces pierde
la referencia cultural.
Buscarás consuelo en lo Invisible,
en la Boca de solar oro,
en la Intimidad Poblada de las vírgenes.
Un azul subterráneo desborda el yermo de la Depresión
donde el plástico devora el alma verde
-flotante pradera o palacio inconsciente-.
Europa huye de la red tendida del Consumo
-Calibán mercantil, sucia agonía
de la Literatura Inhumatoria-.
La Vasija guarda
un líquido que restaura la vejez.
No adorarás pornografía en las estatuas.

La ballena viva salta lejos del filo del ruido.
TAUROMAQUIA

He aquí el retumbar de los metales
en la profunda noche.
La luna, perla perfecta,
desvanece las ilusiones femeninas en la platea
y un toro embiste el polícromo vidrio de Picasso.

Bélica
suena la trompeta tañida por el ángel
con la sintaxis rota del veneno cómico.
La civilización crepita como la brasa en las cenizas
donde el animal se acuesta.
Ilíada del conflicto armonizado
en el sustantivo heraclitano. Explosivos
constructores.

Como víctima inmolada por la revolución,
el símbolo
se hace Verdad,
un cinematógrafo de controladas sombras.

La sangre es lenta semilla y el Dolor, segura Belleza.
DÍAS Y PERIÓDICOS
Più i giorni s’allontanano dispersi
Salvatore Quasimodo
La Inteligencia es
un animal político.
Tú preguntas, amigo Filósofo: “¿Por qué te preocupas
de la actualidad que transcurre?”.
Para comprender –respondo- algo más mi biografía.
LA TRAVIATA
Recuerdo tus caricias en
los jardines de topacio de Versalles;

recuerdo tus labios recorriendo lentamente mi indecisión
mientras Europa, afuera,
se reencarnaba a lo largo de tres mil siglos.

tú eras el vaso, amor, y yo el perfume
y el paisaje huidizo.
LAS AVENTURAS DE ULISES

Y enteros, para mí, en sentimientos os habéis transformado.
Cavafis

No reposas nunca,
peregrino anacoreta de la Vida,
exiliado en el país del Pensamiento y siempre
sostenido por la certeza de tus dudas.
Persigues una tierra habitable por la Justicia
donde las voces posean un turno para manifestarse.
Buscas la promesa de la Imaginación.
¿Dónde está el Albergue?. La Ciudad
es una heterogeneidad de insultos legalizados, de Pretendientes
que aspiran a monopolizar la Belleza.
La Belleza es la misma Salvación, y tú lo sabes,
la Mujer que te está esperando.
La Bondad está ronca y anciana , gerusía
que no pena la dilapidación.
Pero tú prestas una llave de certeza, tú que has visto
la Política de los hombres que se abstienen de la sal.
No eres de este siglo, tu Reino no es este,
sin embargo,
tú llevas, oh Poeta, una Palabra Democrática a los hombres.
Que la nave en que viajas te transporte salvo a puerto,
que el agua que nos entregas sea para todos vino.

Tú das sentido a la discordia de los mares.
VISITA A UNA EXPOSICIÓN

Con música de Mussorski.
Qué elegancia despiadada la de los hombres de letras.
Soy un visitante espectral en la pinacoteca de la Memoria Colectiva.
He aquí Las Meninas, el lienzo imposible del laberinto intelectual.
A mi lado, el anciano Proteo saca brillo a sus zapatos alados.
Las imágenes están arrugadas, parece que han perdido realismo con el paso del tiempo.
Los héroes y las batallas suenan a falso, como peces de un acuario.
Aquiles tiene la espada oxidada. Resulta ridículo su atuendo de hidalgo de fábula.
Un castillo incendiado ha perdido su fecha; el bedel ignora el gran acontecimiento.
Aspiro el rapé del Silencio, doy la vuelta y me encuentro con una vacía armadura.
¿Qué Diluvio habrá borrado el brillo de las cosas? Náusea en la mente.
El Pasado yace en la sala como un cadáver aguardando alguna resurrección.
La Belleza se ha convertido en un chiste vulgar, y cualquier indeseable la tiene sometida a su lengua.
Pienso en quitar una fotografía a la escena, pero de qué serviría.
Antes de salir pregunto al bedel de la Dinastía Mongol: “¿Ha ocurrido algo?”. “No sé- responde- es usted el primer visitante”.
Determino marcharme del lugar del crimen pero antes de dar el primer paso percibo mágicamente el halo de la Belleza Restaurada.
“Mi llegada – exclamo- explica todo, aunque yo no lo comprendo”.

Y me voy despidiéndome con un guiño de la irónica Mona Lisa.
LA CONTROVERSIA DE LA BACÍA Y DEL YELMO
In Memoriam Auden

Pudo vanagloriarse de haber llegado a la demencia por un exceso de juicio.
Montaigne

La Discordia suele ser
la manzana podrida del árbol familiar.
Es decir, la Antipolítica o
la discusión carente de sentido.
El Diálogo admite siempre la pérdida
de un tópico categórico
adoptado por un perezoso hábito,
por un interés tan innoble,
que se guarece bajo el frac de la elegancia.
Disentir sobre el Objeto no es errar,
sino en la mayoría de los casos, confundir
significante con significado.

Es decir, hablar desde
los idiomas de Babel.
Una sociedad unida por los medios de comunicación
debe tener especial cuidado en la redacción de sus diccionarios,
no confundiendo lenguas, sino integrando conceptos.
La Palabra es una
solución común a todos.

Sobre la mesa han de verterse
todas las posibilidades.
La Palabra nace del barro húmedo,
y en el barro mnemotécnico
o sólido se conserva.
La Palabra es el genuino resultado
de la Democracia o del Buen Gobierno.
Es el producto de la aportación de cada uno.
Pero el Poeta es quien le infunde Vida,
a través de la Vasija de su Institución.
La Palabra es el alimento de todos.
La Palabra es el patrimonio de todos.
¿Qué sentido puede tener la Falsa Dialéctica
o la controversia del sí y del no?
De la Tierra procede el origen de la Vida,
y en la Tierra se forman los sonidos,
pero el referente del sonido es lo que al Poeta interesa.

CARMINA BURANA

De noche todos los gatos son pardos. La Luna
parece una novia en pie frente a un óleo de Kokochka.
Es una noche pagana. Las voces y las almas se hacen nítidas como
los fantasmas de Cimeria o los murciélagos que danzan.
Europa duerme. La Moral está enterrada en un sarcófago arrojado
a la sibilina Edad Media – un claxon brota del Vacío
invadiendo de sirenas la senda del trasnochador-.
Después de tomar unas copas, en tinieblas fuera del bar,
avanzas solo por las calles. Las busconas te saludan,
preguntan tu nombre. Sin rumbo. Caes al suelo,
oyes insultos como en el Madrid del diecisiete.
Ves mariposas dobles en la luz de las farolas.
“Puras metáforas” piensas. “Lo Real
es esa acera celeste tachonada de margaritas”.
Europa sigue durmiendo. Un desheredado
del País de la Locura va hablando a solas consigo.
Todo normal, cotidiano. Un funcionario del Banco
Fausto, lo he captado- se golpea las mejillas
antes de entrar en el portal número doce.
El Poder y la Iglesia duermen. Y yo no soy yo. Soy Otro
que acaba de llegar a casa a tiempo. Me saludan.
Reconozco un rostro que no identifico. Imagino que pienso
o que camino. ¿Dónde se esconde la Luna, acaso se ha caído al agua?.
No cometas el doble error del Poeta. Li Po,
ingenuo platónico. La Catedral no se despierta.
El teléfono suena, ¿de quién será ese número?.
Cruza un arcángel de papel de plata. Mío Cid
al trote de un hemistiquio. Mendigos proscritos
borrados sobre el pavimento social. Magdalena llorando.
Europa duerme en sábanas de Damasco. Arpas eolias.
Menos cansado que confuso, el Poeta
atraviesa el decorado del Compromiso
como un personaje picaresco. Tuerce
la esquina de la bífida opinión.
El dinosaurio moral está dormido
en el claustro de la mercantil costumbre.
Un canto pirotécnico y goliardo atraviesa la Ciudad.

MITOLOGÍA
Alástor, el Espíritu de la Soledad, aleteaba en un escenario de cine.

La tormenta oscurecía Dinamarca, donde un caprichoso Príncipe
deliraba a su antojo, imitando las blasfemias de un bufón.
La Melancolía
volvía opacos los escaparates y ningún mortal podía comprar ni vender.
Todo era falso. El Príncipe Tirano asesinaba a sus súbditos
atravesándolos con una daga cuando se escondían fatigados detrás de los tapices.
Nadie había logrado ver la cara al Príncipe, pero cualquiera estaba al tanto
de las consecuencias de sus funestas órdenes. Incluso inventó un Calendario
para atemorizar a los niños, personificando el Mal que no conocían
y dotándolo de disfraces naturales.
Instituyó un Júpiter de la Industria
para distraer a los ociosos disuadiéndolos de alzarse en armas.
La Naturaleza Desnuda adquiría la apariencia de un producto
elaborado por una maleada mentira. Los súbditos, encantados,
se creyeron habitantes de una región de islas de mármol en medio de un mar sonoro.
Los domingos acudían a filosofar a las playas y a jugar con los números en las plazas.
Así lograron olvidar por unos siglos la odiosa dictadura del Príncipe Negro,
cada vez más reducido en palaciegos aposentos.
En el mar apenas se sondeaba
profundidad, pues no era más que papel pintado. A un curioso se le ocurrió bucear
en regiones de Ultramar y consiguió romper el delicado decorado.
El Pueblo lo acusó, pero nadie logró olvidar lo sucedido, y un día
sin saber por qué el decorado pereció en un incendio.
Reapareció de nuevo el Príncipe
y el horror de la Verdad. Todos callaban. Pero alguien estaba alegre. Bebía vino.
Le preguntaron por qué lo hacía en un momento como aquel. El respondió:
“Porque ahora sé que el Príncipe es actor”. Y se fue a su casa a escribir sus memorias.

EL CARRO DE ORIENTE

Un grand principe de violence commandait à nos moeurs.

Sait- John Perse

El asno es el Humilde Animal, es el Fracaso
que amenaza al Diligente.
El caballo, por el contrario, es el Triunfo del jinete.
Un Valeroso Soldado muere a lomos de su montura,
pero el Agricultor jamás pone en peligro
La Vida que el jumento transporta.

Dime tú, Lector:

¿Cuál de las dos acepciones es la de la Sabiduría?
ÁFRICA

Desembarcaron en el Río de las Siete Bocas para plantar en el desierto sus pabellones. Al principio el clima ofrecía resistencia: Cartago empleaba paquidermos en la Guerra, el mismo Catón murió deshidratado…Europa, la Princesa Inteligencia, no encontrando fuentes de agua para su garganta de seda, estaba a punto de renegar de su fe. Pero un golpe de la Providencia cambió todo y César, el Interés, se quedó absorto cuando ante sus ojos apareció la virgen desnuda. Dido era bellísima. La soldadesca confundió a los aborígenes con bestias porque no entendían su lengua, y los empleaban para la carga. Los recién llegados se fueron prometiendo corresponder a la hospitalidad para con ellos con el regalo de un ferrocarril. Nunca regresaron. Un día, los habitantes de piel oscura descubrieron el linaje de los colonos: eran un pueblo de rapaces guerreros procedentes del País de la Muerte que habían dejado como recuerdo en un descampado tres colosales tumbas geométricas.

SOPA PRIMITIVA

En aquel tiempo
los Paramecios habitaban las cordilleras
como buitres faraónicos,
obligando a los Elementos a trabajar servilmente.
La Esclavitud fue abolida
por los simios que portaban el Poder de la Palabra,
cultivando el urbanismo religioso
del recuerdo – la primera regla-.
Entre todos moldeaban un recipiente para preservar
el alimento de la Memoria en él:
Una sopa cocinada con motivos de Experiencia,
que encargaron al Sacerdote para que la custodiara.
Ese alimento era la Vida,
y cualquiera que la probaba recobraba la salud
regresando a las costumbres de su pueblo.
Ese alimento era la Poesía,
resumen musical de la Creación.

LA ISLA DEL TESORO

Marco Aurelio definía al Ser como una isla
golpeada por las olas.
Yo creo, más bien, que es un tesoro
oculto en el subsuelo de la isla.
Es necesario excavar para encontrarlo.
El Ser no es lo que se siente; eso es el esfuerzo.
El Ser es lo que nunca se ha sentido.

CONCEPTISMO

No basta lo entendido, deséase lo genial.

Baltasar Gracián
Era una Casa grande que tenía dos entradas:
la una daba a la calle y la otra a un patio verde.
Una era para el noble y la otra para el pícaro.
He aquí las dos Españas.
Platónica esquizofrenia de palabras.
IMAGINISMO

Cuando Eliot leyó por primera vez a Laforgue,
y cuando Pound comprendió la trampa de Mallarmé,
el buen Shakespeare mudó su máscara por Venecia.
Detrás del decorado las bestias
se desgarraban las carnes a mordiscos
en el Coliseo Surrealista.
Aunque la Imagen era solo un harapo alegórico,
la sinfonía de Ulises trajo el sonido del mar.

BOUVARD Y PÉCUCHET

Los dos burgueses sospechosos se sientan
en la mesa del restaurante y piden
carne estofada.
Un curioso detective observa
todos sus movimientos y los anota en un cuaderno.
“Indignos cerdos del comercio, ladrones” escribe.
-Su cuenta, monsieur Sartre- musita la camarera.
El Misterioso no contesta, desliza el dinero y se va.
-Luego, ¿venta es esta?- se pregunta en la calle.
EUROPA

Érase una vez una princesa raptada.

Un titular excesivamente melodramático
para el periódico del día.
Pintores cubistas
practican papiroflexia diseñando
una pajarita de papel.

Atenea llegó disfrazada de lechuza
portando la Democracia.
El Ciego Poeta vio la claridad verbal en su boca.

VASIJA ROTA

Nadie podrá desintegrar la Imagen
aunque las células cosmogónicas perezcan,
porque lo que se ha hecho no puede deshacerse.

La Palabra es
un sepulcro siempre abierto.

DE LA TIERRA A LA LUNA

I
Leonardo imaginó
qué hermoso sería a la vez vivir y volar.
por eso pintó a Gabriel
descendiendo sobre María.

Más tarde llegaron los helicópteros pero
era el metal demasiado ruidoso.
porque el Cosmos se definía en la palabra dicha a tiempo.

II
Para comprobar que no eran imitadores simios
desearon tocar con la mano la cúpula del edificio.
Pusieron andamio sobre andamio consolidando una Ciencia.

El invento resultaba engañoso,
y las ratas negras
trajeron peste y hubo que modificarlo.

Acordaron que la cúpula
era una neurótica ilusión.
III
Pero no era una ilusión porque continuaba allí y alguna vez
parecía guiñar un ojo.

Y cada uno la veía de un color diferente.

Los avaros creían que su belleza la integraba el oro.
Los poetas creían que la cúpula era aire puro.
Los niños pensaban que era solo luz.

No lograban dormir con la incertidumbre.

Todos los clérigos envidiaban a los pájaros.

IV
Entonces llegó el Sabio de la Fe que dijo al pueblo:
“No
deseéis lo imposible.
Conformaos
con lo visto”.

Regresaron a la Ciudad, celebraron un Consejo
determinando consagrar la Astronomía
al estudio de lo Trascendente.

Incluso hubo peritos
que no comprendían el número tres.

Seducidos estaban por la lejana Verdad,
la que cada noche, en el éter, lloraba por ellos.

V
Concluyendo la Ópera Suma,
construyeron la primera Nave
para surcar el espacio transparente.

Los supersticiosos clamaban: “Cuidado con el Leviatán”.

de repente, su curiosidad colisionó con
un continente de nácar.

VI
Escribieron la Epístola del Descubrimiento:

“Nosotros, los astronautas del Vellocino, confesamos que no hemos encontrado
en todo el universo imaginable un lugar diferente al de
La Memoria Humana”.
Y encuadernaron esta expresión en los setenta y tres libros de la Biblia.
APOLOGÍA DEL PEZ ESPADA

¿Eres acaso caballero andante tú,
olvidado por Plinio?

O quizá seas un pirata de los Siete Mares

vestido con casaca de almirante

devastador de etéreos reinos submarinos.
Hermano jactancioso, yo también,

a veces salgo fuera de mí mismo.
EL GENOMA HUMANO

Me pregunté qué sería lo humano
y jamás he logrado responderme.

A veces supuse que era un fenómeno físico,
y otras que una ilusión.

Enseña el Sabio que todo está en la Medida.

¿Será lo humano la Medida?

Pero no, pues la Medida está fuera de lo humano.

Lo humano es una poética pregunta.
AFORISMOS ETERNOS

In memoriam Antonio Machado

I
AFORISMO DEL VATE
Quise hablar en todos los idiomas.
Me trabé la lengua.
II
FILOSOFÍA
Discutíamos
sobre el color de la nada,
y cada cual aportó su parecer.
No hubo nadie que dijera nada falso.

III
RELIGIÓN
Intenta encontrar el Medio.
Lo demás, te lo daremos.

IV
MODUS VIVENDI
Si buscas calentar el dedo,
no te quemes la mano.
V
LITERATURA
Para llegar a ser inmortal,
atrapa, si puedes, tu sombra.

VI
SINCERIDAD
Desenmascara la Mentira.
La Verdad es lo que queda.

VII
IDOLATRÍA
Todos creían que era lanza
el alfiler.

VIII
FALSEDAD
Por mucho que te escondas,
jamás lograrás perderte.

IX
QUIJOTISMO
Quiso someter al Tiempo
asesinando los relojes.

X
AFECTACIÓN
Tanto pretendió humillarse,
que fue soberbio.

XI
MATERIALISMO
Pensaba que no era Belleza
lo que no veía.

XII
SOLIDARIDAD
Era tan rico,
que todo lo tenía.
Se dio a sí mismo.

XIII
LA EDUCACIÓN SENTIMENTAL
Quería ser alumno,
y empezó por ser maestro.

XIV
LA VIDA

Preguntaba: ¿Qué es el Arte?
y apareció la Muerte.

XV
FELICIDAD
“No tengo miedo” – dijo el pobre- “de mis alforjas”.

XVI
TECNOLOGÍA
Por llegar sin esfuerzo a Ítaca,
quiso desecar el mar.

XVII
EL MILENIO QUE VIENE
Preguntaron al profeta: “¿Cómo será
el nuevo milenio?”.
Volvió hacia atrás la cabeza.

XVIII
SANIDAD Y CONSUMO
Amaba tanto la higiene,
que nada tocaba.

XIX
AMISTAD
El perro y el hombre
son dos íntimos amigos
porque nunca se han hablado.
XX
CINEMATOGRAFÍA
Para no correr peligro,
era mucho más fácil
encender la pantalla.

XXI
CONDENA
El pecado mayor es no saber
por qué se ha mordido la manzana.

XXII
MORALIDADES LEGENDARIAS
Decían que era un lascivo,
por conversar con ella.

XXIII
HUMANIDAD
¡Que el creyente no se convierta
hasta ver al dios en la cruz!
XXIV
CALENDARIO
¿Para mañana que hay?
Los deberes de hoy.

XXV
PSICOLOGÍA
El Mal no es otra cosa que el Tiempo.
El Bien, la Eternidad de la memoria.
El Ser Humano, una duda sin remedio.
XXV
ARTE POÉTICA
Encontraron la Poesía,
pero no al Poeta.
EL GENIO EN LA TIERRA

“No hay otra cualidad propia del poeta
que la de imitar la vida mediante palabras”.

Estrabón

A Claudio Rodríguez
Antiguamente el Poeta residía

en las altas esferas, en las invernales cumbres

donde la Ciencia no podía llegar,

donde

habitaba el Espíritu.

Pero más tarde,

el Poeta quiso ofrecer el Canto a los mortales

para hacerlos eternos como las estaciones

en su sociedad de falsedades y, a veces, de crímenes.

Por eso no despreció

al humano que guiaba su máquina en la Edad de los Metales,

santificando la Democracia del Reparto.
El Genio descendió al suelo del amor y del fracaso.

Libro Tercero

Las vanidades y el humo
CRUCIFIXIÓN CREPUSCULAR DE CUARTO OSCURO
Brilla el otoño en los marcos de los retratos.
Siento un peso aquí inefable, sobre la mente un esplendor apagado.
El universo, ajeno a mí mismo, a alta velocidad se desplaza.
Yo, Poeta, a dos de julio de dos mil siete, escribiendo un Diario
para el diamante de la posteridad.
Ladran perros en países hiperbóreos, en los límites reales de la tarde.
Caen hojas, especies, generaciones.
Paladeo
Melancolía en el tránsito vermiforme.

Una impenetrable losa sella el rayo declinante.
DESAMOR

El mundo es una catedral helada.
Luis Alberto de Cuenca

Y yo soy solamente un punto
En torno al cual giran los vientos.
Abu Nuwás

Una caída sin término hacia ningún sitio,
un zafiro desalentado en la memoria,
un verso quebrado por un rayo en el silencio.

No queda un mármol para llorar lo perdido,
no queda la estrella ni el pájaro dorado,
no queda más que ese mar de tristes sombras.

Imposible arrancar el alma con el vino,
ni asesinar al enemigo, ni ser estatua de sal.
Soy el camello que camina por delante de mí.
CIVILIZACIÓN
Lloré los muros de la patria mía.
Quevedo

Doradas nubes bañan la muralla.
Li Po

Me acosté cansado un día como un mendigo en el polvo
para olvidar tu falsedad, Erinia
Engañosa.

Nada en la Ciudad se promete duradero.

¿Qué queda más de ti, sino el esqueleto de tu muralla?
¿y que ha sido de la Eneida que prometías?
Dime tú, ¿qué moneda no ha quedado devaluada?.

DIATRIBA SOBRE LA INVENCIÓN DEL PLÁSTICO

¿Será cierto que los tejidos envejecen y se mueren?
la larva que los fabrica, ella misma los corrompe.

El océano es un tejido. Como nunca está completo,
nunca termina su forma. Se regenera en el fin.

Ocurre así con la Lengua, la virtud de los mortales.
Permanece en la potencia porque desconoce el acto.

La Verdad es paradójica: el universo es redondo,
por lo cual muerte y principio resultan la misma cosa.

¿Qué celular estructura se promete duradera?
¿qué idea hay que no decline cuando la causa es mediocre?

El Plástico es el producto de las civilizaciones;
se adapta a todos los usos, a todos los embalajes.

Es un instrumento abstracto de la industria del Momento,
representa un tónico para la vida artificial.

Un óleo legal que cubre y que protege a las ruinas,
de una desintegración natural y necesaria.

Una cosmética, una costumbre, una Moral Literaria
son como el Plástico: frágil moda criticada por el cínico.

No se renueva, aparenta ser una torre lombarda,
en la soledad tóxica de desiertos elitistas.

La Duración es la virtud de la Vida Realizada.
El Occidente perece por su propia indecisión.

La Técnica consolida un ardid muy ingenioso
para caminar sobre el agua, pero el agua es Lo Real.

¿Cuándo aprenderá el sofista a llenarse de vacío
para contener en él la dimensión más sagrada?

Surcar playas de contemplación, saludar al microbio
cuya masa es el cimiento de las grandes catedrales-;

Apreciar la cueva oscura donde surge el sol naciente,
en el polo reflectante de la sombra personal.

Ningún elemento es útil, la utilidad es ficción
vaporosa, vanidad que señala el Esqueleto.

Espontánea es la Belleza. Nace de la sencillez
infantil, de la intención siempre ocular: de la Mirada.

El Poeta es ignorante, así la Sabiduría
como una mujer se aparece ante sus ojos: es la Musa.

Lo concebido por él perfecciona lo existente;
lo colma de Realidad, lo convierte en infinito.

La Palabra no se nombra más que con apelativos,
pero de ella se disgregan pensamientos y planetas.

Cómo muere la Ciudad invadida por el Plástico,
mientras una Paz Perpetua sacia el cráneo atormentado.

Hay un metal más precioso que el de las minas urbanas:
el oro virtual del Símbolo en el teatro de la Noche.
LA MALDICIÓN DE UN ZAPATO DE MUJER
Voy a adquirir un placer en lata
en el Supermercado de Vanidades.

No se puede tomar
la Apariencia por la Luz.

El Sexo es un accidente
como sonido sin significado.
La Verdad reside en la Imaginación.
INFORMÁTICA GRIEGA
Se debatía
la posibilidad de un Sol Automático,
un Clavileño que obedeciese a la tecla
de un deseo.

Los Tecnócratas imaginaron un gran becerro de oro puro
encima de la montaña más alta del universo.

A pesar de los Planes de Progreso,
la ramera de la Fortuna varió la rueda
invirtiendo la dirección de los Aquilones.

Se desplomó el Gigante
cuyos engranajes habían sido atragantados
por una piedra.

El Coloso cayó al suelo con el estrépito de la bala.

Una ola más había sido absorbida por el Mar.
LA INCÓGNITA DE LA VIDA

LA Ciencia nos ha enseñado Mathesis Universalis,
nos nombra la contingencia de cualquier invertebrado,
nos describe el ADN de todos los organismos,
incluso de qué materia se fabrica lo pensado.

Pero todo acaba siendo una nueva Mitología,
un control social que no hace más piadosos a los hombres.
El Plástico no resuelve la ausencia del Recipiente;
y, si no, dígame alguien: ¿qué se entiende por LA VIDA?
ULTRADEGRADACIÓN CINÉTICA
En memoria del Atentado del 11 de septiembre de 2001

El Vértigo
de la velocidad indefinida.
Los metálicos estruendos sumergen al Espíritu en el Tedio
carente de sintaxis. Mediáticos papagayos
– inciertas bacterias-
adulteran el Referente.
Cae la Torre
con el estruendo de miles de páginas bombardeadas
en la cristalizada soledad.

¿Dónde está la Libertad, Minerva Negra?

el Corazón en el Madero se levanta desde el Ruido
como la plegaria del Poeta,

el misil que prodigioso incendia el Aire.
PASEANTES BAJO LAS NUBES

Rêve adoré de mon coeur.

Gerard de Nerval

¿Quién no soñó alguna vez con quimeras o espejismos?
por el asfalto transcurre el destino de los transeúntes
imposibles a la fotografía,
apenas retenidos por el desdoblamiento de Duchamp.
Jamás pisan el suelo,
tan solo
su huella es un holograma proyectado por la Costumbre
archivada en los designios de una oculta Inteligencia.
Como una hilera de hormigas, persiguen una Emoción
que no se materializa, olfatean con el instinto de los perros
una presa virtual evaporada.
Regresan al Tedio Urbano, a la mentirosa Conciencia
que se burla de ellos en
el Erebo de la cuneta.
Advierten que están representando
una comedia cuyo título no ha llegado a sus oídos,
la cual tal vez se visualice televisivamente
en los suntuosos sillones de algún Creador.
No respiran, no hablan, solo
recorren kilómetros bajo el sol.
Algún día
caerá una nube en forma de cordero
de la cual podrán alimentarse en un futuro de miseria.
De momento,
la primavera mora lejos, en las Edades de Oro,
mientras un tigre de anchas fauces embiste a los automóviles.
Trabajan con ilusión cada semana,
labran un pan dominguero inconsistente.
La única distracción es mirar hacia las nubes.

LOTÓFAGOS

Por la noche, cuando la Luz se oculta en el sueño,
Reaparece el rostro más vil de la Miseria.
Desorientados, los Lázaros,
buscan una Palabra que hable de ellos.
Fuman
el hachís de la Destrucción,
el loto y el opio que hacen olvidar.
Pretenden desterrar su sombra, pero
al cabo resucitan en vertederos de Desgracia.
Son mendigos.
La Política excluye al parásito de su Morada
relegándolo a impertérrito silencio.
Pero la Vasija
también se integra por los oprimidos.
VASIJA FALSA
Su estructura está integrada por el Plástico.

Jamás
el Plástico ha emitido nota buena.

Es la Vasija del lucro: Sísifo o el Engaño
tratando de imitar el sacratismo.

Una ilusión fanática: espejismo.

LOS FALSIFICADORES
Se encerraban en un sótano de podredumbre
para acuñar moneda falsa,
viento encarcelado
al vacío en el odre de Lípari.

Prostituían la Palabra y la vendían
como reembolsable mercancía
en bazares propagandísticos.

La Palabra murió y volvió a nacer
en los inocentes prados de la infancia.

Ellos seguían vendiendo fotografías de la Palabra
y alimentándose con la usura de sus tretas.
Pero nadie los creyó y fueron
conducidos al Patíbulo Público,
y condenados a pena de anulación.

EL TRAMPOSO BURLADO
Era un callejón barroco de miseria y de grandeza
por donde el galán calavera se escapó
tras recibir la fraudulenta paga de ajena esposa.
Corrían los tiempos de la Decadencia.
Los chiquillos jugaban en la calle con mondos conceptos.
Una fuente de piedra lloraba
verdad desnuda sobre la alcantarilla.
Don Juan imaginó
que su enemigo cansado jamás volvería al acecho,
y se alisó la capa nuevamente
con desvergüenza y temeridad.
De una madriguera del suburbio, Celestina
salía a la plaza a impartir Cátedra de Engaño
a las doncellas adolescentes.
Don Juan se sentó a beber un vino de Canarias
en el mesón de Monipodio,
para borrar los estragos que el Amor le había hecho.
De repente vio a la Locura vestida de Agudeza
Como un aguafuerte de pesadilla.
El Burlador estaba confuso.
“Por Satanás el Malvado –juraba- que no creo lo que veo”.
En efecto, la Electricidad había llegado a Sevilla.
Como un espectro, la Ilustración
encendía mil lámparas en los barrios.
“Voto a Tal- blasfemó el Tenorio-. No tengo miedo a ningún fantasma,
ni aún a todo el memorial del Otro Mundo”.
Y desenvainando la espada, salió afuera a combatir.
Pero el Enemigo no estaba en ninguna parte y en todas.
Era ligero como el agua y diáfano como los vientos.
“Ha llegado tu Hora- amenazó- Mentiroso”.
Y asestándole un mandoble arrojó su sangre al suelo.
“Ahora búrlate si puedes de la Metáfora –le increpó-
¿comprendes?”.
CONCIERTO DE ARANJUEZ
¿Qué persigues, Poeta
en la Ciudad?
No creas que encontrarás morada en algún suburbio
de surtidores y crisólitos helados.

La Verdad mendiga con acordeón en los avernos del Metro.

Levantan el vuelo las palomas
sincronizadamente

como digital mentira de necrófilos relojes.
¿No es la Música el nuevo orden de la Paradoja?
un perro lame las heridas de la tarde.
Que los muertos entierren a sus muertos.

LA CIUDAD
No creer en ti es lo correcto, mentirosa vendedora de bagatelas
devaluadas por la edad. El Poeta en tu recinto es un Maldito
perseguido por la Parca adversa. ¿Acaso el Paraíso puede ser artificial?
en tus infinitas bolsas no hay más que enfermedad reluciente
que alimenta a burocráticos piojos. El Poeta en la Ciudad es un Profeta
que pasa por loco, porque resulta sencillo para el Malhechor
ocultar la Verdad por unos días. Sin embargo, llegará el verano,
y las Langostas de la Destrucción corromperán, sin duda, la cosecha falsa.
¿En qué hotel te alojarás entonces, Enemiga de la Civilización?
tus cimientos serán abatidos, Babilonia de farolas encendidas,
y tus fiestas se tornarán en lamentaciones. El Averno se abrirá en la plaza
para no cerrarse. Ningún Curcio servirá de víctima
expiatoria del Pecado que ha nacido en ti. Te arrojarás
como una lágrima plúmbea en la piscina de troyano fuego,
borrándote acto seguido en la Muerte que alimentabas.
La Moneda Bancaria, ¿no es el Pecado mismo que imita a lo Invisible?
¿es lo mismo derramar que acumular? La propia Vida –la Belleza-
prostituida en escépticas calles, el Misionero crucificado en la taberna,
los naipes sustituyendo al calendario astronómico…
Eres ceniza informe, Dolor Permanente, muro para la Música
de la Realidad. En ti no mora la Política.
¿Qué es la Corona de la Flor para tu Necedad? Convertiste en Ritual
a la Divina Religión, a la Musa, a la Mujer, mediante vergonzosa
metamorfosis por el metal del odio. Vaporosa Tentación de los desiertos,
desmenúzate en cadavérica letra, estéril dinamita del Olvido.

Aléjate de la Vida que mana de la Roca.

NIHILISMO INDUSTRIAL DE LA LITERATURA
Glucosa podredumbre de palabras muertas.

Encuadernados, los Anales de Volusio,
ocupan los tres mil anaqueles de una biblioteca.

Calcinado cementerio
del Olvido y su nefasta base atómica.

Palabras, palabras, palabras…, dice el Actor; pero no
dicen nada las palabras.

La Palabra o el Vacío nunca nombrado
es el único que puede decir.

LA LIBÉLULA

Vosotros, humanistas; vosotros, ingenieros;
constructores de motores y de ardides,
¿os habéis parado a observar el vuelo de la libélula?
¿qué conclusión sacáis de sus costumbres?.
Porque jamás la veríais detenerse
en una pista de aterrizaje,
sino sobre la humildad de los juncos de las charcas.
Porque nunca la sorprendisteis hilando
un abrigo para el mañana.
Ella es voladora y ágil, más que vuestros artefactos
asustados en la inmensidad del mar.
¿Con qué cifra podríais identificarla?

SÁTIRA

Sentado en un parque público, el paseante se imagina
que puede comprender todas las cosas.
Mira al cielo
sosegado y dice: “a nada he de temer. Conozco la Naturaleza”.

No sabe que la farola a la que mira como si fuera un árbol,
no es un vegetal, sino un metálico juguete sin raíces.

No sabe que el césped que su pie pisa como si fuera hierba,
es en realidad el isonómico diseño de una empresa de publicidad.

No sabe que el banco en el que se sienta no es ningún punto de apoyo,
sino un andamio tan inconsistente que cambia muy deprisa de lugar.

No sabe que el transeúnte que pasa no es ni mucho menos lo que él piensa,
sino una imagen sin soporte lógico, como el fantasma de cualquier pantalla.

No sabe que el oxígeno que aspira no es libertad, sino un compuesto químico
de envasadas sustancias inconscientes, manipuladas en laboratorio.

No sabe que la casa en donde vive no es una casa, sino solo un envase
que no le pertenece, celda de abeja en la que refugia su intimidad.

No sabe que la información que lee es el desecho de un intermediario
que ha recortado lo que no interesa a la distribuidora encomendada.

No sabe que el metal no sustituye al grano que crece en los verdes campos
aunque pueda entrar en circulación tan rápido como una enfermedad.

No sabe que las calles no son caminos, ni enlaces, sino tan solo raíles,
que tratan a los vivos de vehículos teledirigidos por un extraño.

Y lo que es más importante:

No sabe todavía que no sabe,
ni que la voz con que habla no es Palabra.
POLÍTICA

Y en su huida los dioses nos dejaron el ser.

Lezama Lima
Una noche se pelearon todos los dioses
arrasando los cultivos de la tierra.
Comenzó
a instigarlos el furibundo Marte, más peligroso que el disparo que atraviesa
el corazón de la víctima. Defendían
unos el partido de la guerra y otros el de la paz
contra los mortales de insignificante inteligencia, que empleaban
como animales domesticados por ellos. Apolo
se retiró para narrar la contienda; la astuta Minerva
organizó un plan de ataque contra la conservadora Juno.
Neptuno trató de arrebatar el reino a Júpiter Tonante,
encargando a Vulcano una armadura titánica.
Mientras tanto, Venus debilitaba los esfuerzos vertiéndose en el pecho de los héroes.
Un rayo oblicuo
de electricidad descendía sobre sus cabezas. Todos estaban
en una habitación delimitada por cuatro paredes.
Pero no eran conscientes de ello, peleaban
por el honor del Poder, por el Olimpo sobre las negras nubes,
donde el Reloj de Lucrecio imperaba. Y no veían ni oían nada,
sumergidos en un Cantar de Ciego.
Los mortales tampoco se habían enterado de la noticia,
refugiándose en casas de paja contra un viento impetuoso.
Comenzaron a desprenderse los astros del techo
y cayeron sobre el suelo vegetal, incendiando las cosechas.
Mientras imperaba la Discordia, el Apocalipsis se presentía
como el final de un libro.
Pero, ¿quién podía detener la Venganza de los Elementos?
el incienso de nada servía en abandonados altares
roídos por la rata y por el gusano.
Entonces, instantánea como la flecha, el águila bajó de las alturas
en forma de paloma
portando la Juventud de la Imagen Primigenia,
La Palabra
Que había llovido como un escudo del cielo.
Al principio parecía un cometa
precipitado en los campos, no más grande
Que una semilla insignificante.
Pero crecía
cada vez más en la oscuridad, incrementaba
Su intensidad etérea y automática.
La luz se distribuía por los rincones
no conocidos, por islas negras, y los insectos de la oscuridad
se evaporaban como escarabajos.
Cada combatiente vio a su macilento enemigo
en un ridículo inmueble donde se apreciaban
sillas y mesas derribadas por el suelo.
Los dioses eran cómicos enanos ahora,
un teatro de guiñol, dramáticas caricaturas de pobres aprendices.
Avergonzados posaban
ante la luz que todo lo veía.

Los mortales
conocieron la Virtud de la Justicia.

VANIDAD DE LA DIFERENCIA

La Diferencia es vanidad.
Todo es
igualdad en la Palabra.
La diversidad es ilusión utilitaria.
Nada sirve
para nada.
LA CAÍDA DE ROMA

La Ciudad se volvió tan populosa
que las lenguas fueron confundidas, y el vecino
no entendía a su vecino.
No hay catástrofe más grande que la falta de unidad.
pero entonces,
la Victoria pronunciada llegó, y el ruido
sirvió de papel a lo revelado.
Libro Cuarto

El privilegio de la vista

RITUAL DE PASCUA PARA LA DIMENSIÓN SIGUIENTE

Nosotros los de entonces ya no somos los mismos.
Neruda

Adiós ríos, adiós fuentes.

Rosalía de Castro
Huella tan lenta de tu desaparición.

José Ángel Valente
I

En mi Alma – un gran lago escarlata- se ha apagado la Exposición.
Lo que aún pretendía decir se ha quedado escrito no sé dónde.
Lloro la pérdida.
Como España fantaseada en sus Pinturas Negras,
no hay referente para la sátira, el nombre queda en un epitafio.

II

Fíjate: una Ausencia reviste las formas como
una muselina de ozono.

¿La Distancia es solo lo que hay en este día, es solo la Distancia?
una carretera hasta la Muerte, el sonido de un tren de ficción,
la maleta de mi soledad. Vendido por mis propios hermanos.

III

La Guerra, Antigua Madre, ¿y qué?
el exilio y las bombas que estallan
cerca de un fatigado oído,
adiós,
Todo lo que aún puedo decirte.

IV

Deja la mente en blanco.

Haz puro tu sentido como una virgen;
apaga los interruptores, labra espacio para cuando llegue
una Inteligencia que te lo explique.

EL PIANO DESAFINADO

In Memoriam Friedrich Hölderlin
Admirabas la Criatura tan sutilmente que los esqueletos
con impulso vivo danzaban sobre arenas misteriosas.

Edificaste un Alcázar donde la Psicología
como la Princesa del Cuento hilaba los linajes cósmicos.

Era sangre arborescente el timbre de tu sensación.

Bendijo la Calma al polvo
de la Ciudad abrasándose.
Oprimiste la ardua tecla del Castigo Vertical.

La Memoria resbaló de las manos; el Cristal
de la Sinfonía se quebró asesinando la Letra.

Como una fuente la Intimidad voló al Reino
de la Transfiguración.

La Vasija estaba rebosante: era Luz, Densidad, Libre Espacio.

UNA LATA DE CERVEZA EN LA PEANA DE LA ESTATUA
Tú me trajiste un poco de algas marinas.

Dino Campana

Sing we for love and illness.

Ezra Pound
Resulta agradable, cuanto menos, ser el turista de una civilización destruida. Por ejemplo, contemplar el boato renacentista de Italia y sus iluminaciones profanas a través de la lente traslúcida de una ilustración consumista. Exóticas resultan las palideces fingidas de El Greco en medio de la púrpura tiria y el milanés brocado. Es como mirar atrás, hacia adentro, hacia la infancia de uno; desnacerse como la semilla si no muere.
Si el texto que sigue la pasiva mano de mi azar se tratase de un informe, no dudaría en referirme a las bandadas de periodistas que se esmeran en recoger fotografías y filmaciones de cada cosa –para recordar, dicen- una vez en sus domicilios blindados de garantías legales. El problema consiste en que la imagen de una imagen resulta ser una doble mentira, como aconsejaba el Maestro Clásico, declarado ahora Patrimonio de la Humanidad.
Se me ocurrió preguntarle a un estadounidense qué entendía por cultura y me confesó: “el producto del intercambio”. Coincidí con su opinión. Luego agregué: “¿usted ha probado a transmitir un mensaje a lo largo de una red de personas de diferentes idiomas?”. Él sonrió apuntando: “La Torre de Babel”. “Exactamente – manifesté yo-, las telecomunicaciones”.
Un mendigo que recogía limosnas al pie del Muro de las Lamentaciones me preguntó mientras yo caminaba: “¿Qué entiende usted por Poesía?”. Porque en cualquier caso, ese es el cometido de este discurso. Yo le respondí que no lo sabía, pero por mi experiencia le podía informar acerca de lo que para mí significaba ser poeta. “Ser poeta- afirmé convencido – es aprender a no decir nada que no sea necesario”. El sonrió y me dijo: “Me alegro de que deba usted hablar de mí”.
Por la noche me sentí débil antes de entrar al hotel donde me aguardaba mi habitación a oscuras. Encendí la luz y vi a una mujer completamente desnuda que me atrajo hacia sí, me desvistió y me besó convirtiendo mi cuerpo en su manjar. Quise protestar pero era tarde. En la calle maullaban sin diapasón los gatos. De este modo, lo importante termina por aparentar una sencilla anécdota. No es que manifieste odio en mis palabras, como si escribir dependiese de mi voluntad. En este instante creo que este documento ha venido a adoptar el formato de una novela de Flaubert. Absorbido por la Mujer, volví a nacer prometeicamente en un ciclo de continuidad merced a la materia inalterable del sustantivo y su perfecta resurrección, creando la rueda del movimiento en el contraste del papel y de la pluma, como un espejo indefinido.
PROVERBIO DE RESURRECCIÓN
Enamorado Poeta: tú amas pero la Separación te duele.
La política lengua que inspira morirá, pero no la intención.

FECUNDIDAD DE LA NADA

En la caverna más oscura y más íntima,
en el Caos siempre volcánico,
el metal más resistente se forja. En el calor
de lo Desconocido como la verónica sobre un rostro.
Crear es intensamente difícil.
El arma que despedaza todos los elementos
es la piedra invisible que da imagen al sentido,
la transparencia deducida, el dios aislado.
Motor silencioso que en el fracaso amargo –la Quietud-
gira la llave que da movimiento al engranaje de la Vida.
La Nada antes que todo sea.

LA CONSTANTE FÍSICA
La Gravedad nos arrojó, al fin, al Ser Humano. En aquel momento, las agujas del Reloj quedaron simétricamente equilibradas. Era la Hora del Agua. El abismo sonoro redujo el volumen de su oleaje convirtiéndose en una virtual pantalla. Apareció primero la sombra y después la luz, produciéndose la primera Suma, y se formó la Imagen. Ella fue copiada en la estructura genética de todos los elementos – el universo fue entonces una femenina cavidad-. La Naturaleza, antes desconocida, se convirtió en una constante lingüística cuyo resultado era el movimiento del Amor.

CONTAMINACIÓN MÍSTICA

Et factus sum sicut passer solitarius in tecto.
Sal. 101,8.
Reduce las potencias a un Soberano Deseo,
a un Verbo solo. La radiación de las adversidades
constituye el caparazón de la quietud. Ahora
cuando los ojos felinos de Tiresias han sido apagados,
cuando la vegetación de la luz
representa un yacimiento submarino de ruinosa información,
detente en el refrescante silencio, en el Vaso –órbita corporal-.
Detente sin temblar para no ser.
De este modo instantáneamente
el vacío será colmado por el dios.
Moradas altísimas. Las alas baten
contra techos de cedro contingente.

El verso reanimará como el vino las heladas gargantas de la muerte.

SONETO AMOROSO DE PIE QUEBRADO
Levomo il mio pensier in parte ov’era…
Petrarca
Bleus ou noirs, tous aimés, toux beaux.
Sully Prudhomme

Cuando tú, enemiga mía, mueras,
yo, Poeta, cantaré tu ausencia
tan bella como
el interior de un recipiente.
Porque tú, Laura, me has dado la posibilidad de nombrarte
a través de los ojos de la Nostalgia.

Nadie jamás me arrebatará tu voz.

Serás como
el evangelio que se oye en el interior de las caracolas.
POEMA LARGO A LA NATURALEZA DE LA POESÍA
Por el Dolor descendió a la sangre más vieja.
Rainer María Rilke

Podrá no haber poetas pero siempre habrá poesía.

Bécquer

A Felipe Benítez Reyes
El Canto nació de una Lamentación, cuando Lino
sintió el cuerpo penetrado por la flecha.
Ese fue el principio de la Comunicación.
Todo emergió del Dolor, pero no para el Dolor sino
desde el Dolor como piedra en la que el vuelo se impulsa.
Y la Luz Invisible era lo más lejano al Vidente,
pues ni siquiera podía verse. Porque se intuía
en una cifra abstracta obtenida a través del oído lógico
conforme a la operación deductiva, esto es, a la resta.
La sombra, por el contrario, resultaba un árbol opaco
en el cual habitaban los crueles e informes reptiles.
En la sombra las cosas se corrompían, se amalgamaban
en confusa y devoradora putrefacción. Los luminosos gusanos
transformaban los residuos en la Noche, para que al día siguiente
surgiese del descanso un sol brillante. Pero la luz
era sustancia ligera y porosa, procedente de las techumbres
donde la ciencia colisionaba. Nunca la luz
se mezclaba con las sombras. Era un dogma. Se representaba
esta- la primera afirmación- en la Balanza de la Justicia.
El Bien era la pluma liviana, y el mal, el plomo pesado.
Por esta causa el ser inmóvil existía dividido.
La Pregunta surgió: ¿Puede tener Unidad lo que está dividido?
se instituyeron entonces las Escuelas de Interpretación.
Todos concluían en afirmar que el origen de todo era el Equilibrio
o la Medida, para que el Ser pudiese sostener su matemática unidad.
Pero se planteaba un nuevo problema: ¿Cuál era el tamaño de la Medida?
en este punto nadie se puso de acuerdo con su semejante.
Ningún sabio logró descubrir nada, así que todos determinaron:
“resulta imposible conocer la Medida, no obstante, conocemos su Existencia”.
Gracias a que no se conocía el tamaño de la Medida,
cada cual tenía plena libertad para pensar.
De este modo comenzaron a valorarse los Sentimientos
ante la Incertidumbre, y así, lentamente, nació el Arte.
El Arte era la Expresión sin compromiso con el Interés,
y podía manifestarse con todas las letras de la lengua.
Por ello habrá que leer el Arte por medio de la Literatura.
¿Qué es la Literatura? La representación sonora de
la diversidad de los referentes sensoriales.
Es un símbolo, una mediática escala.
Hubo quienes trataron de descubrir nuevos referentes
para sus símbolos, y por ello no murió su necesario trabajo.
Otros, por el contrario, fabricaban símbolos sin referente:
los fariseos mitógrafos repetían sonidos que
carecían de significado. El Poeta, por el contrario,
daba sentido o espíritu a la letra.
Cuando no quedaban poetas la lengua se devaluaba y perecía
desde una inflación que aceleraba el Apocalipsis.
Para que la comunicación no muriera, la Moneda
lingüística o Palabra debía ser real y nunca
un nominal engaño.
Con estos cuidados concretos el cable comunicativo
siempre estaría sano. Por ello el Primer Aforismo
confesaba: “Lo Sagrado reside en las letras”.
Aunque solo en las letras auténticas y no
en las meras ilusiones acústicas.
El sonido debe en cada ocasión
adaptarse a un ritmo que inteligible
se fije en la memoria: He aquí la Música.
¿Pues qué es entonces la Poesía?
Es pura música que remite a otra cosa.
Es el más primigenio de los símbolos.
La uterina
vasija de la que todo nace.
EL NACIMIENTO DE VENUS
Del agua brota la Figura
en una Técnica nueva,
desde el tenebroso sueño hasta
el cristal de la Expresión.

Escultura a partir de
la relatividad sensorial,
fijando el gesto para siempre.

Todopoderosa Memoria
que hace dioses de las piedras:

el sexo inmovilizado por Catulo: los pétalos
calcáreos: lápida viva.

El vigor contenido del Arte
anima a los Elementos fríos
hasta que pueden ofrecer la consistencia del Amor.

El Capítulo Original
de la navegación de los astros.

El Beso sobre la duración de la Nada.
relatividad de los Reinos Terrestres,
mar de fondo la fisonomía de las ruinas,
las Pirámides sumergidas
las águilas al otro lado del abismo.

La Palabra en el Tiempo,
la ilusión cinética de los irónicos motores,
la emoción que despierta las sonrisas y las lágrimas.

La Palabra en el Tiempo es
la sosegada esfinge de todos los enigmas,
en medio del Desierto habitado por los números.

La Estética es la Ciencia de lo Imposible,
porque el Símbolo no tiene reglas,
es solo fruto de la Contemplación,
el carácter vertical de la Cultura.

No hay Cultura fuera del Símbolo,
el Símbolo es
la Piedra esculpida por el Tiempo.

Y la Política es solo
el cincel oscuro con el que trabaja
El Poeta.
Es instrumento, nunca resultado.

El Poeta
Representa un tormentoso Vaso lleno de Sorpresa.
Como el cuerpo desnudo de Venus surgiendo
de las musicales ondas.
CRUCIFIXIÓN EN ÓRGANO

Cuando en este silencio mío
Encuentro una palabra,
Excavada está mi vida
Como un abismo.
Ungaretti
Las calles estaban sucias y los palacios
elevaban desde el mar interrogaciones graníticas
mientras te buscaba. Estabas
escondida en el pozo de algún recuerdo
que aprisionaba tu forma en el cofre de la Noche.

Escuchaba
una sucesión constante de aguas, como
si se tratase de una emisora perdida,
un resonar de metales y cañones,
o del canto gutural de la cigarra.

En el bosque
las sombras se apilaban sobre las sombras.
¿Dónde estabas, Amada, que no apareciste?
buscaba tu cuerpo en el silencio cuando oí
una trompa de caza que anunciaba tu Boca.
CANTO A EUROPA FRENTE AL GRAN BUDA DE KAMAKURA
Ya no somos mortales porque
La Palabra anidó en nosotros.

Creemos, tenemos fe
en lo Oscuro, todavía sin revelar.

¿Qué importa que la Ciudad se derrumbe
para ser reconstruida después? La Destrucción
es la primera piedra del edificio.

El barro cocido se rompe pero
regresa a la humedad o al origen. La Verdad
adopta en cada momento posturas diferentes
o metamorfosis traducibles a un idioma.

Babilonia cae y de sus cenizas
surge como un relámpago el Pájaro Solar,
el virtual espejo de la Memoria,
para hacerse definitivo.

La Cultura rompe su arco y
vaticina el Occidente.

He aquí, pues, lo Nuevo,
que germina en verdes hojas,
en una sensitiva carne sonora,
como la variación de un instrumento.

¿Energía nuclear contra lo Eterno?

la Energía no es más que el Mensaje,
aurora luminosa entre las nubes.

La vértebra clásica sostiene el movimiento.

La rotación de los ciclos agrarios como
las edades de la vida.
La Muerte es
una transición desconocida.

Vencemos la Gravedad en
la Dimensión Total, el Pensamiento
materializado en el objeto del Arte.

Borrar el Cielo resulta imposible.

La Luz traspasa
las barreras tenebrosas
como el ciervo la resistencia del suelo.

La Sabiduría o el Significado
es alimento de Inmortalidad.

TRÍPTICO DE LAS TRES NOBLES VERDADES

Paraíso

Me imagino el Paraíso como la metrópolis de París: grande, artístico y un poco sucio. Supongo que ni los visionarios Ezequiel, Dante, Rimbaud o Juan Boanerges lo concebían así. Y al fin y al cabo, ¿qué más da?, como decía Baudelaire. No hemos tenido noticias más que de oído sobre el paisaje del Otro Mundo. Y yo solo soy un Poeta. Aún así, creo que en el Paraíso la memoria de este mundo debe continuar, porque si atravesásemos las aguas del Leteo ya no seríamos nosotros mismos. La Salvación tiene que ser una consecuencia del Pasado, por lo cual no se puede borrar el Pasado. Entrar en otra dimensión debe ser como sumergirse en el agua, un agua refrescante y vivificadora. Lo Trascendente es una sensación.

Infierno

¡Ah…, no quiero ni pensar en ese lugar de pesadilla! Pero el Infierno no existe, es tan solo el modo de nombrar la inconsciencia. Existir es pensar, como dijo el Filósofo. Existencia es conciencia. Por tanto, resulta imposible que un ser consciente no exista. Al menos, así parece.

La Vida

La Palabra existe, por lo tanto, la Vida existe. La Vida es el resultado de la ejecución del plan de la Palabra. Y la Palabra, don del dios, se deposita en el interior de la Vasija a oscuras del Poeta, su pobre y receptiva Inteligencia. Por la Palabra se ha hecho todo: lo real y lo fantástico, en definitiva, la Política, la Antropología del Ser.

DIGO MUJER Y DIGO AMOR
Cuando contemplo tu cuerpo extendido
como un río que nunca acaba de pasar…

Vicente Aleixandre
¿De qué está revestido el Principio
más que de lo Femenino?
y lo Femenino…¿no es la Promesa Eterna?
la Belleza es Mujer,
el movimiento
se detiene en la Mujer. Para amar es suficiente
el Contemplarla: el Placer es su presencia, y su ausencia,
el sufrimiento. El Equilibrio está en Ella.
El fuego amoroso
moldea todos los materiales del sentido
dosificando su forma para convertirlos en Arte.
El río del Tiempo nos desliza hacia un silencio
que no conocemos, pero que presentimos.
El río pasa por la Mujer,
Madre, Novia o Hija. Es la orilla del esfuerzo.

La Mujer, como la Música, es la Vasija de la Vida.
MANERAS DE EXPLICAR EL AMOR Y LA MUERTE
Ignoro si un Poeta será digno de tratar este tema, pero yo voy a intentarlo. Te preguntas, Lector, qué es el Amor, repasando los capítulos de tu vida, empapándote de nostalgia antes de responder. Y al fin confiesas: “El Amor es lo que se recuerda”. Y así es, has acertado. Pero cuando te hablo de la Muerte, con mayúscula, ya no estás tan seguro y me reprochas mi pesimismo solo por haberla nombrado. Muchos pensadores concluyen con esta frase: “La Muerte es la inversión del Amor, el anverso necesario para que el Amor se origine”. Yo, a veces, dudo que sea un anverso. En ocasiones me parece un fastidio y en otras, un descanso. Lo cierto es que la Muerte representa un opaco muro para la Ciencia del Ver, un obstáculo que jamás logrará salvar. Y yo pienso: “Gracias a la Muerte soy Poeta”. De no existir la Muerte, yo sería un mentiroso. Y ,¿acaso el Amor puede ser una mentira? ¿o es el Amor, por el contrario, la Verdad de la Vida?. Y si el Amor es la Verdad de la Vida, no puede haber Muerte para el Amor, o de lo contrario el Amor sería una mentira…Al final, la Dialéctica no resulta tan inútil. La Muerte es la mayor de las ilusiones humanas, forjada merced al desconocimiento del porvenir. Es el Miedo elevado a la enésima potencia. Pero el Miedo hace pensar. Da gracias, pues, Lector, a la Muerte por poder leer estos versos y, lo que es más importante, por poder entenderlos.
EL ESCARABAJO DE ORO

El alma permanece como el árbol, erguida
en la región desierta de Castilla,
un cofre lleno de caducidades.
De repente,
desde el corazón de la tarde,
el insecto dorado emprende el vuelo hacia los astros.

El universo tiene el peso de una nota.
GUERRA Y PAZ
Se precipita la Lluvia.
Las montañas
son animales tumbados en el misterio.

Croan las ranas en la Ciudad de lo Falso;
los saltamontes huellan tronos con sus pies.
Ejércitos armados –pura electricidad-
pasan devastando el mundo.

Su Violencia
vuelve las fuentes en polvo;
una mancha criminal es su nobleza.

Regresa la Primavera.
las espigas
saltan líricas en la negra confusión
de los martirizados elementos.
Una cruz virtual recoge todas las lágrimas
para hacer feraz el campo.

Cada cual
vístase con libertad el sombrero,
y observe sin cansarse.
Una pradera inconmensurable se extiende a la vista;
el océano fenicio se ha vuelto senda de descanso
para que los vivientes quiebren los colmillos del Dolor
en el Decamerón de las especies restauradas.

Bebemos el vino alegre de la libertad, mientras brota
espontánea la Inteligencia de las rocas más abruptas.
Los mismos astros pacen la hierba: canguros
reclinados en la Égloga, en
la Australia de marsupiales inocentes.

La Casa está repleta de bocados milagrosos.
Se extiende el mantel y se reparten
los alimentos equitativamente.
El Poeta
recibe su ración, el don del Canto.

Ha llegado el tiempo de la Salvación Agrícola;
el Significado rebasa los límites de las gargantas,
y nadie puede contener su gozo.

La Humildad se dispersa en cascada encendida;
el agua clara oscurece la mentira
del oro, los billetes y las perlas.
No hay nada acumulable,
todo es oxígeno libre y purificado.

El aroma del Sacrificio ha quedado
para el lienzo de las Academias,
el esqueleto fariseo en el armario.

¿Por qué se va a vender lo que se respira?

Quien consiga abrir los brazos,
poseerá todo lo que existe.

Cada uno, en su habitación social aguardaba
el advenimiento de la Era de la Palabra
-la infinita posibilidad que no se agota-.

¿Qué había anunciado el Profeta de los cabellos sucios
que ahora es el Poeta de la higiene sabia?

¿Qué resultaba tan difícil
que ahora no se haya esclarecido?
Tú, Lector del oído,
recibes la Medicina del Espíritu
en una taza tosca.

No desprecies el contenido por el continente:
La Tierra conforma el alma verdadera.
No hay consistencia en la voluta de humo,
aunque la voluta sea del Partenón.
Un lirio es más real que Salomón bailando.
No prospera el Tedio
en la Contemplación,
sino en la cerrada puerta.
Democracia de
La Armonía Sonora.

Que mi vida se termine, pero jamás concluya el Poema.
AUTORRETRATO

Regresé al Jardín
en donde había concebido el Poema,
pero en su lugar reinaba la Desolación.

La Muralla había sido derrumbada.

No encontré mi rostro en ninguna parte.

Viendo un río purpurino pregunté:

“¿Serán mis lágrimas estas?”.

SOLEDADES TRANSPARENTES

¡Qué descansada vida
La que huye del mundanal ruido…
Fray Luis de León
Beatus ille, qui procul negotiis…
Horacio
Con un libro en la mano, el Poeta nada tiene que envidiar
a la diversidad de las especies. Pues la causa del movimiento
es un eje inmóvil. Verlo todo en la Nada es comprender.
El Amor reside en la transparencia de la quietud solitaria.
Traten otros de Categorías, yo prefiero quedarme en el Ser.
LA CULEBRA DE LA LLAMA
LA Danza de la Lengua
se eleva como la llama de la Virilidad
desde un oculto festín de sombras.

Culebrea la Palabra en muchas Voces
como las puertas falsas de un laberinto.

Las Lágrimas se truecan en Risa
por un mágico influjo,
y el Asombro
es la única percepción de quien contempla.
AMAR ES COMPRENDER
Un melocotón es tu boca.
Yo te beso y sé
que es verdad que te beso,
aunque no crea en el entorno en que lo hago.

Esas manos y esos ojos mirándome
consagran mi Teoría del Conocimiento.
El Paraíso reside en tu expresión.

El Naufragio de mi cuerpo en ti me orienta
al archipiélago de lo Desconocido,
a una antípoda isla donde se bambolean los cocoteros,
y mi oído se ensordece con los cantos de las aves.

El calor es lo mismo que tu piel
extendida en un oasis de vegetales sombras.
Exóticas como la China son tus manos de porcelana
reteniendo los cabellos de mi juventud sin término.
El Trópico son tus senos. Eres mapa desplegado
del país de las eternas vacaciones.

Te beso y comprendo el movimiento,
en el Concepto que nace de nuestro amor. El Principio
somos nosotros dos detrás del telón mundano.
MUTABILIDAD
Cada día un nuevo Descubrimiento,
un nuevo Desengaño. Todo fluye
en metamorfosis generacionales.
Las modas transcurren como hojas secas
desvanecidas en el suelo antiguo.
Un invento es una incertidumbre,
puede ser medicina o enfermedad.
La costumbre es la técnica que perece sin demora.
Como un terco animal, el Ideal Griego,
persiste en su dominio arando los océanos
sin aprender a degustar el licor de la piedad.

EN CASTELLANO
No puedo hablar
en Idioma Universal, escribo
en castellano, desde mi contingencia.
Pero la Palabra es la misma
desde una perspectiva o desde otra,
Porque nace
en el mismo rincón oscuro de lo incierto.
Mi Palabra no es mía ya.
Es tuya, Lector, pues conoces su significado.

ANTOLOGÍA

Mi infancia fue Azul y Oro;
la síntesis del Poema, las Vidrieras
Coloreadas por donde la luz entró.
Ahora soy un Vaso en el que, a veces,
una Palabra decide posarse.

LIBER PERISTEPHANON
Escribes en el Libro de los Mares
Un Canto indestructible.
En Europa
Las tumbas forman flores.
La Corona
eleva su letal perfume como un templo.

Un inacabable Amor brama en la playa.

LA MUSA
Busco tus cabellos tus manos busco
tu talle femenino en los espejos del Alma
sin percibir oh sin percibir jamás el Dolor de lo Conocido
eres el mismísimo Consuelo la virgen de vuelo de gaviota
desgarrando los espectros de la Muerte tú no tienes
temor en los silencios donde la Vida se consolida
como la piedra que conoce la forma.
Llegas sin ser llamada abres la puerta te desnudas
convirtiéndote en Pasión Devoradora pero solo
por unos minutos eres todo lo que puede sentirse o expresarse
yo no busco tus manos tus labios tu cuerpo
busco solo la comprensión que persigue el Poema.

SALMO ELEMENTAL

Neruda in memoriam.
Amo
la ansiedad del Vacío
como
el
regazo que conduce a la Ribera,
despertando
las luces
de la Ciudad Referencial,
vinculando
al Espacio las Definiciones
retenidas
por
el eterno espejo de la Salvación.
Lloro
nostalgia por el Paraíso Perdido
o
el Olvido,
pero sé
que no puede existir Destrucción o Infierno
para
lo retenido por el inocente blanco del Cordero,
que
Sión es un monte más alto que la Ciencia,
un Soporte
que guarecerá al Justo del Diluvio de los Números.
Sea
pronunciada la alabanza para siempre
desde
el
cementerio iluminado de la boca.
VASIJA CLARIVIDENTE
Un pulpo de mil tentáculos – la Expresión-
se arremolina en el líquido de la Vida
a través del abecedario simbólico
o metafórico humano.

Una fosforescencia sobrenatural
se desliza desde la Boca de la Noche
en talle de cascada paleológica,
inundando las praderas radiactivas de la duda.

La velocidad de la sutil Inteligencia
atraviesa las aparentes sombras crepusculares
como jónicas volutas,
amaneciendo el planeta de la burbuja verbal.
METAFÍSICA IMPOSIBLE

A Vicente Gallego
¿Por qué investigando
la estructura de la Rosa

no se descubre indicio químico de fuego?
La crítica no ve en el pétalo más que
una Cooperativa de colores agregados.

La Poesía es
la mujer más difícil.

LA PESCA MILAGROSA

Estábamos asustados en la Barca sin saber

a dónde arrojar un casual esfuerzo,

a qué país (India, China, etc)

arribar para obtener Dulce Interés.

Su Voz no nos distrajo con lisonjas.
nos señaló el paralelo más difícil

y nosotros, pobres navegantes, obedecimos al Tiempo.
De este modo percibimos una Sinfónica Tormenta

a medida que veíamos elevarse un piano de la llanura azul.

Era sólido y transparente.
Lo llamamos América.

Se podía cultivar en él sin temor a inundaciones

y no pudimos arrastrar con un Nombre

todo lo que vieron nuestros ojos.
Cuando llegamos a la Patria ningún vecino nos dio crédito,
así que volamos sin detenernos a las Nubes Trascendentes,
y allí nos quedamos y era todo

un Vacío transfigurado en Presencia.

EPITAFIO A LA FLOR

¡ No le toques más, que así es la rosa!

Juan Ramón Jiménez
Quién pudiera nombrarla sin deshacerse su lira.
Contraria siempre al metal, secreta puerta a la luz.
Conocerla supondría darle crédito a la nada.
CONCHAS SOBRE LA ARENA
Verbales sentimientos rescatados
De la erosión del tiempo.
El Ser apenas
Es arena confusa que los besa.
TRES EXPLOSIONES LITERALES

In memoriam José Ángel Valente

EXPLOSIÓN LITERAL I

Silenciosamente
mientras distraído escribo,

me entras por la puerta de la sangre

Dejando en mi pecho un pabellón de fuego.
Ante tu cuerpo
-la Imagen sobre el mar-

lo real temblando se desvanece.

EXPLOSIÓN LITERAL II
Un viento recio entró en mi paladar
consolidando en el fuego la Muralla de la Historia.
El harúspice consultó el basalto en el vientre del cordero frágil.
La paloma alada latía en el cementerio celeste.

EXPLOSIÓN LITERAL III
El meteorito cayó ardiendo en los patios de la Alhambra,
extinguiendo para siempre la raza de los reptiles.

Siniestro cañón me habitaba.
El ciprés atravesaba el verso.

LA EXPANSIÓN DEL AMOR
La Paloma atraviesa en figura de luz
las imaginarias extensiones del Azul Profundo
donde se forja lo humano, en sus telones incógnitos.

El Blanco
recoge en tímida masa la serenidad representada
por la Palabra envuelta en incontables gasas,
la Expresión en una
cavidad condescendiente.
Nada más que eso.

El Blanco y el Azul, el Número Dos, la Realidad
en el Conocimiento de quien contempla lo invisible.

El Número Tres, una abstracción
elaborada por la Dialéctica.

El Poema
surge a partir del Diálogo entre Ojo e Imagen
o entre Cuerpo y Alma.

La Imagen posee siempre dos dimensiones,
y la tercera es la del ojo subjetivo que la ve.
El Infinito es pura Comunicación.
NUEVO ADONAIS

Homenaje a Ezra Pound
De los Reinos del Dorado llegó el Poeta a la Ciudad
para fundar la Institución de la Palabra. Dejó las maletas en
una habitación alquilada en Roma. Bajó a la playa y contempló
a los bañistas sobre sus toallas posando para una fotografía dantesca.
Sintió a las ruinas palpitar en los Museos como
Ninfas embarazadas, superando con su Verdad las vitrinas del aislamiento.
llenándose del Espíritu, habló en todas las lenguas,
difundiendo en la Edad Bélica los aforismos de Confucio,
como un nuevo Horacio admirador de Baco.
Alabó a trovadores y caudillos de la Edad Media –la verónica de Cristo-,
en donde Occidente estaba embalsamado.
Rescató a Europa de la ignorancia
inútil del Mercantilismo. Apreció en la contundencia de lo Antiguo
la metáfora categórica de lo Venidero, oculto en el escorzo clásico.
Navegando en la Góndola despreciaba
el ilusionismo veneciano
de la Bolsa Americana.
Para consolidar su Arte Poética,
viajó por los teatros de Virgilio condenando la cólera de Aquiles
a la explosión incendiaria de la Troya Colonial.
Los Fariseos
bárbaros lo confundieron con el Enemigo, lo anatematizaron
en un campo de concentración. Los Ciudadanos
sacrificaron al Poeta.
pero la Estatua de los Metales en Berlín fue derribada
Por el proyectil de la flecha verbal.
su Palabra
permaneció finalmente entre nosotros.

VERÓNICA

La juventud luminosa de tu rostro
sobre la arqueología del Vacío.
El Amor, la eternidad de tu Mirada.

HIMNO A LAS JIRAFAS

Homenaje a Rimbaud
Vosotras, moradoras de las sabanas cósmicas del Maniqueísmo Humano, sabéis alzar…¡oh, qué sublimes! Vuestras cabezas a las ramas proféticas de las acacias. La Sibila no puede comparar sus oráculos con vuestras predicciones. Asidas a lo contingente, sois la Iluminación intermitente de Jerusalén. Contempláis la Palabra sin levantar los pies del suelo, a través de la elevación de vuestro cuello. Navegáis en dos océanos. Podré afirmar que sois la Reversibilidad Matrimoniada. Al fin, tras tantos frustrados intentos de conciliación entre Cuerpo y Alma.
LA LLUVIA
Il pleure dans mon coeur
Verlaine

Saludo a las gotas que caen como si fuera el Amor
el que viene a recordarme que existo.
No me asusta
la humedad que endurece los huesos
y hiela las montañas.
Cuando la lluvia se precipita sobre la Ciudad,
lo hace a menudo en forma de Diluvio
para las máquinas de los que se afanan.
Pero no para el que
con la mano en la mejilla, contempla el transcurso de lo finito
hacia la fiesta de la infinitud.
LA VENTANA ABIERTA

El corazón encierra todas las cosas
a esta hora de la mañana.
Todo símbolo
se hace diáfano, no puede atesorarse
por los dedos que tratan de dominarlo.
El aire suspende al ave
sobre tejados metafísicos, eleva
a la memoria por encima del suelo.
Quién pudiera atrapar la inmensidad;
oh, quién pudiera sumergirse en las aguas inconsistentes.
Un deseo
como un navío avanza desde lo incógnito,
desde
la serenidad ingrávida del alma,
el misterio de la más profunda sombra.
Una duda como un fruto que la mano
no logra alcanzar, pero que presiente.
Religión de lo ignorado; el universo
giratorio en torno al cuerpo del poema,
se contrae y se expande.

ARTE POÉTICA
Me gustaría ser Poeta para decir la Verdad.
Lo que ocurre es que, a veces, la Verdad tiene varios rostros
o dimensiones. Por ejemplo,
quisiera retener a ese niño que juega a la pelota
en un instante eterno, pero también
a la voz que grita a sus espaldas y al cielo
despejado suspendido sobre él.
Quisiera que la Realidad estuviera en el mismo plano
que la Creación, obteniendo
la unidad divina a partir de la diversidad;
pues lo divino,
no es otra cosa que la simple unidad.
A veces detengo la vista en algo, pero eso
es partidismo mediado por interés.
De este modo, trato de rectificar,
simulando un vacío en el lugar que ocupa mi cuerpo,
para así rescatarlo todo desde el inmóvil lugar del ser.
Los símbolos son meros apoyos logísticos,
meros números o límites verbales
para acotar significados, intentando
que no pierdan su identidad mezclándose con otros.
Pero los símbolos
son caducos porque el lenguaje perece,
pero no así el vacío que los motiva –el ser inmóvil,
el propio Poeta.
Por eso la Poesía exige siempre liberarse, sin librarse,
de la Personalidad.
Libro Quinto
Épica del espejo
CRUCIFIXIÓN DEL TIEMPO RECOBRADO
Todo está comprendido.

En el Huerto Ornitológico
el Imperio florece.

Se abre el horizonte a la Perenne Inteligencia
de los ángeles trompeteros, los Elementos.

La habitación permanece iluminada
por una lámpara solar.
La Melancolía
del Leteo se ha transmutado en Amor.

Las cuerdas vibran
sin necesidad del ataúd de la madera
que repite el firmamento en olas firmes.

El Genio del cambio o la Lucidez,
ha renacido en la botella sensitiva.

Se renueva la esperanza del retrato.

VASIJA CINEMATOGRÁFICA
El Tiempo, como un láser, puede variar los relieves
en mil series de colores diferentes. Pero solo es una
la Religión de la Diferencia; por lo tanto
una sola es la Verdad en muchas series.
LA EVOCACIÓN DEL COMEDOR
Te sientas en la silla y piensas:
“¿Cómo sería aquel día?”.
Te traen el desayuno.
pruebas
la infusión y la Magdalena.
De repente, te
teletransportas a la Ciudad

evocando una a una todas sus calles

Destruidas por el fuego del Presente.

Sientes vértigo en el corazón.
te adhieres al mobiliario que te cerca
para no caer en otro desatino.

Mordiendo la Magdalena confiesas:
“Vaya por dónde, eras tú la Eternidad”.
CASTILLA

I
Es una tierra tan extensa como el vértigo del alma,
pero real y cotidiana cual la palma de la mano.
En ella las encinas levantan la cabeza
fantasmagórica al imposible idilio celeste.

No hay agua.

Se oye el graznar del cuervo en las cumbres de la lejana Europa.

A esta hora psicológica, la llanura es pura interrogación.

II
¿Dónde habitará el Caballero de la Mano en el Pecho
que antaño civilizó esta comarca? El héroe desterrado
pone el pie, como Caín, en los desiertos del Fracaso,
huyendo de la esquila de los pastores.

Hace tiempo
los gañanes contaban un chiste sobre un hidalgo demacrado
que frecuentaba goyescos desfiladeros
en busca de una aldeana ilusión.

Los caminos están borrados por las pisadas.
anochece muy pronto y ya se escucha
el ulular del búho en las encrucijadas.

Se oyen risas en cabañas humeantes,
producidas por el vino milagroso.

La carretera
desciende de la Ciudad como la Muerte.

III
Se ve un monasterio de arenisca en el collado
en donde el ángel solar posa sus últimos rayos.

Un águila
porta un conejo entre sus garras.

Iberia en el crepúsculo ha cerrado los ojos.

Hacia Portugal el Tajo
transcurre entre el temor de sus meandros.

Parece que, sostenida por la caricia del agua, una nave
remonta la corriente cargada de aventuras doradas
y besa la orilla.
Una nave virtual, anacrónica pero sincera,
como la trompeta de la Salvación.

Ya se ha ido la nube que pasaba por el cerro.

Mañana
tal vez nieve en la tierra de Alvargonzález,
en la región maldita donde cayó Sodoma,
la finca donde el cultivo es devorado por la sal.

Mañana
puede ser que nadie escuche el Romancero.
Pero el águila remontará, como hoy, el moribundo día.
IV
Aunque no es más que una llanura,
he creído vislumbrar en la última línea del horizonte
una figura cabalgando sobre su caballo.

No es esta una tierra de buscadores de oro
ni de mercaderes.

Es solo un infinito de incomprendida Nostalgia
en el que, a veces, aterriza una metáfora.

El gallo grita en un pueblo invisible;
las golondrinas
construyen nidos en casas abandonadas.

Un cactus brota, imaginario, desde la estepa dura.

En esta arenosa incertidumbre, parece regenerarse el ciclo de laHistoria:

Los navegantes fenicios
extendieron el Comercio por el tapete geográfico.

Un grupo de celtíberos pastorea sus cabras.

Lllega imprevisible Roma, con sus cárdenos penachos.
Edifica un acueducto, un teatro y unas termas
Een la desolación inanimada.

La tierra está sedienta.

De la escarpada roca
ha prorrumpido un manantial de agua.

V
El reloj del campanario da las doce.

La Técnica y sus metales
no habitan esta tierra.

Un soldado herido ha cruzado la frontera silenciosa.
pone el pie en el estribo y desciende
de un caballo negro como la noche.

Ha recibido una estocada
sobre el corazón.

Cae inanimado al suelo, exhala el aliento y muere.

Sobre sus sienes
se eleva una corona.

Es el rey Pedro el Cruel, el Renegado,
alcanzado por la Justicia.

“Nuestras vidas son los ríos
Que van a dar a la mar”.
Los arrieros pasan silbando por el silencio.

Y así, de repente, érase de nuevo el Tiempo.

VI
El cielo sacudió como un mantel
las estrellas intemperantes.

Aúlla el lobo, el persistente deseo.

El Crucificado extiende
los dos brazos, las dos generosas alas
a los campos recién sembrados.

Desde entonces,
La Palabra se ha posado en el papel
como la tórtola en la rama.

VII
En el frío inquisitivo del invierno,
se siente el fuego en una choza vieja.

El viajero
llama a una puerta pobre, sin postigo,
y sale a abrir un mendigo ermitaño.

El anfitrión ha acomodado
al peregrino en una mesa de roble
destartalada por la miseria.

En la chimenea, el fuego de la Imaginación,
sin previo aviso, se tiende como una lengua
en el oscuro habitáculo.

Ya nada
vuelve a ser como antes.

El interior de la cabaña es una Fiesta
en la que, de repente, cabe todo el linaje humano.

El mendigo ha rejuvenecido
sus adánicas facciones, vierte vino
en una taza luminosa.

La habitación se ha incendiado de alegría.

La Caridad es una lámpara más nítida
que el sol crepuscular.

El Santo de la Montaña
ofrece al peregrino una llama atávica en sus manos.

La cárcel de lo Visible retira sus paredes
de fábula zoomórfica, de frescos
Iinconsistentes.

La Palabra
rutila en la plenitud del alimento.

El Místico
ha ofrecido el Espíritu al Poeta.
A esta hora psicológica de la tarde,
la extensión se disipa como un pretexto.

VIDRIERAS (POEMARIO COMPLETO)

PRIMERA PARTE: ALFA

I
Derribada
Por el numerado polvo
La metáfora del decorado
– diáfana tierra para la profecía
que salina se divide y se despliega -,
pronuncia la cuádriga en el viento
– exhalación, hollín,
marco de medallones, de presencias –
ese surco, hemorragia en el encuentro,
balanza de reminiscencias vivas
desde la biselada garganta,
como un cenotafio en la amplitud.

Cerca del corazón
– su insondable maquinaria,
su engranaje en vela –
crepita la letal adormidera
que rasga con sus fauces el acónito
aquilatado en la erosión propensa
que asolará esta advertencia.

Más adelante,
La gramática, muy bien señalizada,
También alumbrará.

Se trata así, sin más,
Ni menos ni nunca,
De sondear el pábilo:
La memoria en viñetas segmentada
Recorre sucesiva, ultravoraz,
Las palancas latentes.
II
Húmedo plectro
Tasca adagios
Eufónicos,
Estandartes hincados
En rugosas conciencias:
Caparazones invertidos, perforados.

Como los montes se enarcan
A la hora del regreso
– cabezas que destilan oriflamas –
el ciprés flagela las refrigeradas
pléyades.

Buceando en muchedumbres,
En periplos,
Penetro solo en la indecisión,
Ahora como un vaso,
Tan
Colmada.

Hay
Una estrofa
Escanciada
Entre los equidistantes polos
Como iliónicas falanges,
En virtud de la cual el desenlace avanza
Aún sellado
Por corteza nuclear.

Se observa el busto trémulo
– ¿variable?-.

Alguna mutación en el deseo
Repica ya.

III
L Albatros.
Baudelaire.
Hacia
El incandescente nido
Vuela el albatros.
Un sellado lagar
Es este niquelado cielo
Donde en la intimidad
De los cerrados ojos
Bascula
La confidencia.
Aerostáticas tramoyas
Celebran la escritura
Oculta
Solo al movimiento.
Salta y salta
El dado en la líquida
Espera
Del claro de sueño
persiguiéndote,
Pulsando tu mentida ausencia,
Abriendo avenidas para estos recovecos
De marfil sobredorado.

Encima
Del horizontal cartel
Relampagueante,
Sé que despliegas
El anillo
Astral.

Sabes que
En el suelo
Donde
Acaricias imágenes
Cosidas
A tus sobrios pasos;
Donde juegas a repetir silencios;
Se desplaza
La película fatal
Que archiva piafantes
Estalactitas
– columnas que sostienen
la impenetrable noche -.
Y lo olvidas.
Tratas de reproducir
En tus sumergidas manos
Esquemas gaseosos,
Irrevocables.
Rotura este vocablo
Que camina delante
De ti
Como una armadura fulminante,
– matriz
oval
para la reactiva,
consumada
comunicación -..
Admira
Las aspergidas luminarias,
El desnudo pleno de la seráfica
Contemplación
En el órgano
Experimental.
Acecha
En torno al doméstico asiento
La irreconocible
Visita.
Engendrado en la niebla,
Poema:
Reproduce hogueras.
Empieza de nuevo a surgir.

IV

Dos besos
A la par
Convocan
La firma eterna.
Canícula se cierne
Sobre el monte
De radiales pomerios
En dirección al crítico
Yacimiento.
Yacer:pasar:creer.
Luz exprimida
En los maduros senos, en
La fragua.
Granizadas notas
Se emancipan del arpa que las une.

Forman
El mar: fundidos oclusión y ascenso.
Crónica magnitud biplana.
Partida doble en instrumentadas variaciones.
Materia prima en sólido abrazo
Sonoro, sensitivo, realizable.

Sintaxis del asfodelo,
Del acanto,
Del ábaco inflamable
En la roca sombría.

Dispersadas letras allí, en el punto,
En el revoque sideral.
Reconstruir el día,
Su continuo ciclo,
Sus imágenes y su divinidad
De múltiples especies.
Recuerda, recibe.

Borda los trabajos,
Las crujías
Imantadas
En la pradera consonante.

Pacerán los pueblos
Y abrevará su seminal tabla
En tus inmediaciones.

V
Contorsionados estambres
– andamios sin capitel posible –
surcan la coordenada transparente,
soledad de los sueños y el retiro
– carga léxica, local,
en los meandros del cambiante número -.
Contaminado el flujo concordante,
Confuso a veces; otras, precisando
Un dardo cenagoso,
Motiva la expansión del universo.

Leve como pie desnudo al viento
Acompaña el vocablo al que converge
Por la progresiva obra, paulatino.

Sustenta en el bastón la arquitectura.

Cae la nieve
Escuchada. Como fuego en las sienes
Gime en espejos el carro campal.

Tantas veces oculto, tantas veces,
El cráneo a la inactitud concede forma
Firme para el paso del serafín.
Detrás de mí, una baldosa ignorada
Repite ese refrán concretamente
Enfrentado a la soga proyectada
Que delante de mí camina.

Se evaporan los pájaros, incluso,
En arañas barrocas, conciertos glaciares.
Desplaza a la esfinge la paradoja,
La sílaba los pilares conmueve
Del tráfico mental.

Con cal sobre madera está marcada
La cruz del encuentro.

En tonsuradas vértebras
Tendido el puente está, para dos peajes.

Lactantes resplandores en la niebla
Consagran la gaceta prohibida
Todavía.

Detrás de un muro la imagen presente.

Cinegéticas, las enredaderas,
Condensan la pirueta del delfín
Como tesoro para otros armarios.

En brusco salto, externo a las esferas,
La sangre distribuye la ordalía
– respiración, semilla en el vacío
secreto hueco horadado en el consuelo –
y aterriza sobre púber monumento:
la gravedad sincera,
constructora.

Oh cuerpo, cuerpo,
Cementerio habitado de silencio,
Señal abierta en el aire pronunciado,
Perpetua longitud hasta mis dedos,
Sobre el tapete de ritmo primaveral
Que enreda su pinacoteca en llantos.

Lugar devastado,
No profanado.
Nadie. Nada.

Espera
Al último redoble del momento.

Repleta llama en combustión gotea
Indómitas frases en la armonía
Polícroma.

Flamígero residuo de este instante,
Serás tú la trompeta.

Insiste, invoca.

VI
El corazón y la piedra.
Machado.

O el corazón o la piedra.
Personaliza, habla, el cronómetro
Solar,
Virtud visceral al fondo del vaso.
Pero no ignoras
El agudo descenso desbocado;
Sin freno, brida ni témpano,
Puro pedal acorde con el ánimo
Revestido de velluda inocencia.
Como el Zodíaco,
Ciñe el misterio la oxigenada
Observación – experimento
Para esta ruta, para esta circunvalación -.
En teselas que conservan el trino antiguo
Apuntas en serie tu identidad confusa,
Desde el recinto en el que tus pupilas abarcan
La señal de humo que trazan los gestos
– última frontera, espejo interior -.
El neblí recapacita en cada grado
Hasta la única teja, marginal.
Los molinos despliegan variedades.
La corriente salvífica se encierra
En el monacal renglón, bengala viva.
Agua incolora,
Desnuda
De vanidad – putrefacción somera,
Refresca los miembros
Con tu terapia llena, tu evangelio
– certero golpe
a la frente del tedio,
ironizante -.

VII

ÉGLOGA
Viniste a mí, nostalgia,
Espesa como las ondas y el fuego,
Firme como las profundas basas
De un templo en las horas de escayola.

Había niebla. Plata congelada
Sobre la hierba.

La fuente lloraba
Cubierta de consuelos matinales.

Por entre las escaladoras hiedras
Del pardo muro escrito por el siglo,
Se entreabrió una hendidura fulgurante.

Graznaban sobre el pabellón los cuervos,
Con sus cascos como estrellas azules.

En las cimas,
El tímpano silvestre,
Abría paso al sinfónico túnel
De cítaras y voces.

El sol
Cabía en la mano cerrada.

En las humanas
Grutas
Los leñascos
Se consumían.
Parajes yertos, aves enramadas.
El corazón
Como una barca sepultada
En la última planicie del ocaso.
VIII

Como una bomba
En la cavidad multiplicada
Estalla el silencio.
Arrastra el aire colores en su seno,
Guirnaldas suaves,
Tributo a las ninfas.
El pan partido en la monotonía;
Escanciado el vino narcotizado.
Caerá sobre la palma de la mano
– melófago llano –
el llanto -eco disuelto en placer ritual-.
La fosfórica saeta
Ronda patios desiertos, salas muertas,
Cuerpos heridos en fuentes nacidas
De la roca.
Se distribuye
La cédula
– en clave cifrada –
para el planeta transparente y frágil,
la burbuja al viento.
Transportamos el agua en la vasija
– torneada oración -,
hacia el fulgurante, exacto emblema,
sobre la superficie acompasada
– termómetro solar -.
Golfos detrás de la niebla
Destejen el trenzado
De la nocturna góndola
A través del estertor hialino,
Como un escorzo de tensado aplomo.
Luna blanca, plegaria nacarada,
Esparces áloe y mirra en la hendidura
– compuerta que registra
plomo áureo
sobre la tonsurada certidumbre
del nevado vestigio cincelado
en alabastro real -.
Ambarinos engranajes
Devuelven a la solitaria pipa,
Su habitual candor,
En el desnudo clímax, en la fragua
Oculta.
Flotan los manes de la tempestad,
Vibran las cañas en el horizonte.
Desplegados instantes
Aspiran a la unidad musical
Con anillo perpetuo, indisoluble.
Clama el ocaso en la moneda
Que encierra la polícroma virtud
Del universo – cántaro quebrado
En tantas aristas de fracciones
Como especies verbales en la voz-.
Surtido derramado en la nostalgia
– espeso ungüento, condición humana -,
que armoniza en la primigenia célula
el soplo
inmaculado
del amor

con redoble consciente.

IX
NATIVITAS
I

Sordo rumor de pájaros y flechas
Invade el anverso petrificado
De una meditación.

II

Algunos bordes de fulgor metálico
Atraviesan
En longevas soledades,
Un desierto sin música
Hacia
La Tierra prometida.

Se respira en el aire la blasfemia.

La peste descansa en el Capitolio
Con un consuelo virgen bajo el brazo.

Soberbia calavera en la autopista
Ha profetizado
Una
Palinodia paradójica.

Asomada al ritmo la enamorada
Letra,
Despide
A la armada circunstancia
Que para siempre parte.

Han devastado
La juventud
De las estatuas.

Queda el verso.

III

Y ya nada más resiste al estío
Salvo el silencio.

Pero he aquí que el silencio está habitado.

Aguarda
Al límite
Del residuo sellado
Lo impronunciable.

X

No es posible
Escuchar en el crepúsculo la alarma
Que nos ha despertatado en otro sitio,
Que nos ha identificado en el espejo
El pinpollo candeal.

Deambulatorio
Para la reproducción del idilio
Miniado con la panléxica técnica
– pincel argumental,
solo con el fin de diseminar
el melancólico talento.
Oh, ausencia, amada mía:
El ser a ti te entrego.

XI

PERSPECTIVA
(ODA)

La noche
Se desliza palpitando
Como una libre nota entre las aguas.

¿ Ignoras, corazón, ese latido?
¿ Distingues el rumor en las espumas?

Se arrugan los sueños abandonados
En las riberas nunca conocidas.

La tímida pregunta adolescente
Tiende el arco hacia lívidas alturas.

Lágrimas sobre la sombra.

Ahora,
Grabada está la piedra en lentas olas.

En su vacío la alentada boca
Repite firme una oración perenne.

Qué ausente tu sonrisa de la mía…

Mas,
Cautivo entre imantados arcos
El musgo besa el pecho de los héroes
Que esperan al unísono un silbido
Perpetrador de las sinuosidades
De un incendio perdido.

Las edades.

El ser aguarda…hacia tí, dios pronunciado
En los cauces que los dedos esculpen.

Desnudas las montañas se le ofrecen
En pantallas azules.

En el mármol
Vocal han caído las palomas
Atardecidas,
Que rescatan la ausencia de la noche.

En esa noche, lentos, caminamos,
Alumbrados por un farol de umbrales.

«Aquí estamos – anunciarán los pasos -,
rendidos al silencio de una puerta.
Escuchamos
Detonaciones cóncavas
Que anuncia invicta flor mientras se abre».

Tales son las palabras.

El ocaso,
El único autor de nuestra figura.

Sombras morales.

La edad se esfuma y el canto persiste.

Entre los blancos dedos la ceniza
Siembra la infinitud de las estrellas,
Como un anillo rojo.

Retumban
Los martillos blandidos bajo el agua.

Única juventud posible: perspectiva
De las horas vividas y soñadas.

Apolillada aguja,
Pensamiento,
Descansa arrinconado junto al río.

La película, góndola en descenso,
Borra los miembros trémulos del mármol.

Ya palidece el viento.
Ya palpitan las alas en el túnel.

Verbo atrapado:
rescata solo el fuego.

Las palomas, al fondo, te contienen.

Avanza, avanza.
Te aguarda el silencio.

XII

Lámina.
En ti he escrito mi nombre muchas veces
Para reencontrarlo, transmitirlo en las hojas;
En su reverso, siempre.

SEGUNDA PARTE: OMEGA

I

CUARTETO

Disuelto,
Desintegrado
En etílico néctar,
El aparecido aroma regresa,
Sin percusión audible,
Regresa para hacerse definitivo.
Definitivamente, nuevamente,
– ¿existe diferencia? –
para ahuyentar la quimera evaporada
del estanque del ayer.

Restauración.

El cielo, útero sellado por frescos,
Rememora la cinética ilusión.
El milimétrico estigma lacera
La casaca espacial
– proyectada vertiente en la aridez -.

Para nosotros solos,
Para que la savia nutra a la especie
Destinada a la precipitación
Transustanciada,
Para que justa sea la plegaria,
El astro, el rigor,
Has vuelto.

La cúpula nominal
Cobija esto: la apaleada nostalgia
Que acecha todavía.

II

Todo ha sido creado.
La caricia solar riela paisajes musicales,

Se hunde en cristalinas grutas,

Emerge

Desde las raíces de la Tierra.
Silentes

Lloran sirenas al pie de un espejo.
Y las hiedras, alrededor se enzarzan
En óvalo, como plata sombría.
Cruje el misterio, diente preso en las hojas.
Enterrada en el limo inconsistente,
La memoria es solo un pez invisible.
Muere la sangre con hierro mezclada,
Alimento del árbol donde madura
Ácido nimbo, el solemne amor.
Sobre la esfinge y su gesto de terracota
Que vela encendida el prescrito paso
Ondea una bandera agonizante.
Aquí, lejos de todo arde el suspiro.
Aquí, sobre las olas del silencio.
Murallas de nostalgia, arcos gloriosos,
Escalados por el hecho futuro.

Escudos ciegos, parlantes espadas;
Arañazos en piedras tan distantes.
Velocidad o altura
– llama o pluma –
sobre el olvido y su perfecta gota,
bajo el tendido azul de esta palabra.
Ingravidez aquí.
Bruñidos astros
Uncidos al rayo, al continuo hilo.
La lágrima sujeta a la mirada
Abraza aún el vacío transparente.
La lágrima en la inmensidad retumba.
III

PROGRESIÓN ELEGÍACA
El átomo fecunda el espacio.

Larga cadencia dáctila se cierne
Serpenteando en el muslo inmortal
– río que eleático desciende
hasta la conceptual nítida cuna -.

Emigran los primeros esplendores
En techo nebuloso inscritos.

Algunos cascos rozan el aviso,
Sortean el mensaje y retroceden
– autómatas vencidos-.

Es este un sortilegio
Para llenar el rebosante cáliz
Por ahora vacío
Que sostiene el empañado silencio
Incubado en la maternal ceniza:
Pedestal de lo melódico, tangible.

Envasada en cavernas, la tormenta,
Susurra en el aire la caída
– lágrima siempre,
cápsula o mandorla expansiva -.

Azufre, azufre.
Abundante enjambre borda máscaras,
Metamorfosis de lo relativo.

La condición clavada en el muro vidente
Se enseñorea, se anexiona reinos.
IV

Una ranura
Para verte.

,
En volcánicos bastidores,
Paleológicos,
He grabado mi huella
Cual corola, loto que se entreabre
Al lustrativo
Diapasón
Vespertino.
¿ Dónde – preguntan –
está excavado
el escorzo
del vuelo?
Volveré, volverás. Sé pronunciar tu nombre.
Diametralmente
A la seráfica piscina de sombra,
Dialogamos
Por el hilo – cable tendido
Desde el Hades -.

Desde tu reino.

Reververa
Entre nuestros dedos
La llama fatal
– nudo de acero y sangre -.

Parece indicar la diadema,
La vida nueva,
Resorte al cabo,
Respiradero fluido,
Irrevocable.
Abrasados misterios
Los caminos.
V

Transparencia es perfección.

La memoria ingenua,
Inexistente,
Paladea gorgeos abandonados
En el umbral del Occidente.

Instantánea, esta voz
Transgrede
La cámara enrollada
– velocidad sin grito –
clasificada en pálidos intentos.

Galeones han surcado este adviento.
VI

A tientas
Por el
Remanente opaco brillo

En busca de la rama dorada.

Tiendas en semánticos arrabales
Vierten espigas sobre fallecidos
Sueños.

La roca mana agua: es el camino
Al fondo del cual aguarda el concepto.
Dísticas sonrisas sobre el aire,
Aquí y allá,
Se posan en el vértice pensante.
A veces lejos del sol
Adivinamos
La cercanía en instantáneas lanzas.
» Grita en la cueva» – indicas con emblemas,
salmos y anuncios de revivificación –
» el buitre nebuloso,
y abraza con sus alas – lágrimas –
el torso de la cruz».
El exégeta encarna
Las actitudes en la vid pasiva
– racimos de dolor en ese cuerno
que fabrica la luna cada noche -.

Raíces blancas, raíces blancas,
Beben la orla del lodo imperial.
Huidizas gacelas por los prados
Cobijadas
Bajo alegre certidumbre,
Encantadora nodriza apagada
En la sombra vidente.
-¿ Parir almas?-
Almas recostadas en privilegios,
En códigos de esencia incandescente.

A través de la bóveda toscana
– volátil túnel -,
rueda el faro fatal
– vientre mudo que aguarda la gastada
moneda del viaje inaugural -.

Donde se posa
El latigazo vertical, excéntrico,
En la almena más alta de Sión,
Se oyen mis rasgos, o los de cualquier otro,
Hollando el combustible hálito.
Verdades.
Disputan entre sí los primigenios
Temblores del pueblo subverbal
– doctores o maestros
en labial ciencia devoran paredes
con valor añadido -.

Todas las manos sobre la vasija
Inmortal.

Poroso languidece el trueno muscular, hacia la huida.

Huida o existencia.
En el surco la llama,
La reciente palma
Entona.

Ya sobra el regadío que dispersa
La atención.
VII
Origen.

Destello atrapado
En la gravedad oscura.

La última palabra
De ayer
Alumbrará
El hoy.
Tú y yo llevamos
La oración de barro,
Ofrenda neta en el labrado esfuerzo.
Ardiendo al compás
Nuestros cuerpos gemelos
Saludan a la estremecida hora
De la muerte común.
Apenas nada
Para ser redimidos atesora
El magma rielado
– hierro y púrpura –
el río en grito azul precipitado.
En las yertas ramas del desenlace,
Dormir, al fin, en un solo silencio,
Hasta que la implacable
Helada ráfaga
Transporte la inquietud a otro latido.

VIII
ARIA PARA CUATRO VOCES
No.

Puedo pescar en las sinuosidades
Vagas y vitrales del delirio
Fugaz,
Como un clavel enzarzado en la noche.

El peso se sumerge en el latido
Final.
Algas y rocas acarician su nombre.

Ascensiones celebran en burbujas
Huesos, cantos y playas;
Rasgando la certeza y el recibo
En diagonal elíptica a la voz.


Conoces
El aroma derruido,
Más alto que las cóncavas terrazas,
En la desolación simplificada
Del instante perpendicular
Al cuerpo aquí pendiente.
Oh, en el plano, cometa solitario,
En qué olimpos derramas la bandera
Como grueso tapiz,
Por desviadas calzadas de uranio
Forjadas sobre pedernal,
la ausencia.

Devuelve el beso, urgencia milagrosa;
El cielo a las estrellas.

Montaña,
Sumergida en la red o en la sirena
Distante en el misterio eslabonado,
A la cadena que aquí nos uniera,
Siempre.

Potencia nunca engendrada,
¡ blande el cuerno!,
¡ propaga la antorcha televisiva
sedimentada en márgenes sinceros!

Humo entregado, crisálida, carne y sueño,
Como rápido halcón a mediodía,
Poblando la coraza sosegada
Del abismo abierto en fúlgida plegaria
Hacia el destierro de los corazones…

El adagio
Es un resorte que se estrella
A los pies de la lira,
Con su dodecafónico susurro
– metal hollante
cual hoja sobre hielo -.
La palabra refulge en pradera estéril.
Cual hoz curvada decapita estucos
Que obstruyen la fisura de la piedra
Real,
Y consultada renace en las aves
Que en vuelo poligonal trazan el mundo.
Sandalia: bajo tu planta la hierba
Ha proferido la única verdad.
Un fósforo disipa la liturgia
En las ondas del río.
Percibe ahora, para siempre ahora,
Aquel día en tus ensenadas muerto.

IX

IMPROVISACIÓN
Caía la lluvia improvisando

El desnudo de la montaña blanca

Sobre la suavidad incomprendida

Del día muerto, de la tarde viva.
Algas al borde del piano, sibilas,

Gemían la verdad en un sepulcro

Arrollado cual tosco pergamino.
Helado el nombre estaba entre los labios.
Bajo el sol las sombras engrandecían

Los proverbios esmaltados en jade,

Grabados sobre la alada silueta

Del águila silente.

Los pilares terrestres en el río

Giraban enroscados como el humo.
Seguía el nombre helado entre los labios.
El arpa coralina entre las rocas

Era la perla, armonizada esfera,

Que repartía el sueño humedecido

Sobre el rostro pensante.

Verde el leño extendía admiraciones

O blandas ramas al aire esculpido

Por la ausente, hipnótica metáfora.
Y el nombre siempre helado entre los labios.
Cual beso de plomo
Descendía
Palpitando.

X

Pétalo a pétalo
La canción se desnuda
Sobe el gélido mármol:
La memoria.

El dado
Parte en dos mitades
La explosiva fruta.

Desarbolado
Retumba el polifónico bosque
En el tambor
Del último
Vate.

Surca charcos flamígeros
El inseguro remo,
Ennoblecido por nutricias ínfulas.

Anuncios
Como banderas
Se suceden
En el desierto de signos inscritos
Como llaves giradas en el viento.

Cisternas huecas
Narraban el épico dolor
Cual
Sepulcros parlantes
En la noche de todas las cosas,
Mientras los perros hambrientos
Circundaban la aridez tangible
De una palabra en el fango.

Cibernético báculo
Reparte metálicas semillas
En la clámide undosa
Detrás de mí,
Y germina en las alas de los vientos,
En las corvas escamas de los sueños,
En las cavernas y en los descampados.

Con clavos estaba sujeto el panel
Del cóncavo camino,
Adosado a la equinoccial columna,
Materia pensante.

Al pie, contemplaba
El orgiástico descenso del meteoro
Grabado en la lámina onírica
– página en blanco -, diáfana,
penetrada
por algún perpetuo desvelo.
En las islas donde el alma se extingue
Ondula el más ingenuo resplandor.

Mis manos modelaban la existencia
– agua y fuego respirando el corazón
atómico final -.

Un nuevo amanecer silente
Encendía como plancha uniforme
La eternidad.

Un solo acorde conquistaba la selva
De superpuestas sombras
Entretejidas
Unas a otras con hilo carnal,
Derribadas en la hollada extensión
Del alado
Suspiro.
XI

Un dedo sobre el mar:
La salvación.
Saluda el arco sideral al preciso
Latido subceleste.
Ahora,
Derramado en su fulminante
Anatomía,
Crece la majestad humilde,
La » donna velata»,
La sugestión natural.
Desbocadas máximas circundan
La cúpula de gracia
– blasón cinegético
a la depresión lírica -.
Grutas, solios y teclas
– recortes sigilares -,
construyen el demótico mosaico
– imperativo, táctil -,
la mirada frente a frente.
Pólvora aspergida se disgrega
En archipiélago canoro
– cenizas para el vuelo pirotécnico,
para el viaje encendido en la pupila -.
Una ovación de címbalos avanza.
Megáfonos propagan omniscientes
La marcha triunfal.
En pie, con vistas al cuerno lunar,
Saludamos el resplandor mesiánico
Traducido en la pleamar del piano.

Intervalo total.
Aurora activa,
Hoja arrojada
A las concéntricas borbotaduras,
A la hélice imposible de la meta.
Las hecatombes transitoriamente
Enmarcadas en ceniza,
Copas son de la difunta muerte
En traje nupcial.
Respirar a través de nuestra muerte
Es vivir.
Lente que mensura inaccesibles
Ámbitos derramados,
Desfigurados,
En coros múltiples.
Aéreos asilos.
Dramáticos insectos
Han descolgado
La aquiescente red
Donde caerán las luminosas flores
Del mediodía gris.
Borradas superposiciones hasta el beso
– ónfalo vocal –
trazan los sobrenombres del hastío.
Los pueblos en el vértigo contemplan
Las coordenadas de la sinfonía
– humana en forma,
en potestad divina -.
Envuelto en la nube purpúrea,
El trono habla:
Nácar confuso
En semovientes borlas:
Precipitada
Salutación.
Tú solo
Has resucitado
El alimento inaugural del pájaro.
XII

Para nosotros, solo está el intentar.
T.S.Eliot
Dime tú,
Intérprete,

Adónde debo arrojar la red:

Dónde hay pozos de fuego, dónde altares,

En qué rincón
La huella es más profunda.

Dime tú,
Cuándo regresará la frágil onda

De la despedida.
En fragmentos la espera

Disgregada se consume

En repentinas desapariciones.
Mi más triste allegado:

Rasga pronto

Las ataduras de la mortal lengua.

Devorados castillos
– reflejo o expresión;
iris verbal –

Emanan desde el cerco ponderado

Por el inútil ejemplo ascendente.
No ha pervivido
En el robusto templo
Velado con la solitaria gasa
Un solo vaso en el cual beber sin miedo.

Sobrevivimos al dolor
– cuerda tendida a dos cabos asidos
por la necesidad de repetirnos -.
Lo acontecido es lo venidero;
En el ahora se concibe el siempre
Que nos rescatará en nocturno abrazo
Del helado sonido que penetra
Hasta el visible núcleo.
Desceñiré,
La túnica raída por el siglo
Ególatra: neurótico Midas,
Que refracta codicia en el umbral
De fluidos bagajes, apariencias.
Gime la piedra
En las proximidades de la vida;
Como un globo se alza
El aroma de la tronchada rosa.
Más ligera o más grávida
Levitará
La parábola anunciadora
En la sangre consciente.
Liviano es el momento
Por el que la vida avanza
Por el campo siempre litografiado,
Siempre vigilante;
Mas su peso es exacto en la balanza.
No se ha de descuidar ningún intento.
XIII
Die Buch-
Staben stehn aufwärts.
Celan

SINGLADURA
En la labrada armonía
Socavan las raíces del olvido
La balada continua
Surgida en los reversos descendentes,
Aéreos, o en los vértices lunares.

Reaparecen nuestras tierras a la vista
– praderas, Américas flotantes
o marmóreos tambores;
cristales fragmentados en delicias
sabeas y pirámides boscosas
arquitraban el cómputo augural.

Senos divinos
Recortan los disformes nubarrones;
Constelados collares
Cercan las procelosas sirtes
Del enamorado cuello
– eléctrico órgano políglota,
convulso y tempestuoso
sueño distante -.

Brota el sereno cauce.
El alma cenicienta del pasado
Se engalana en la fibra verbal,
Atesorando rayos en su ascenso.

El grito alado
Del héroe derribado
Alumbra el septentrión.

No reconozco
El rostro que me dio la vida,
En esta anatomía condenada
A perecer amando;
A regar la tensada soledad
Con su única e incandescente noche.

No identifico
El pliego capital.

Detrás aún del vacuo nombre,
Quizá el mensaje pudo ser escrito.
XIV

HEXÁMERON
I

Ceniza de la lengua
– tabla rasa –
en la cual un solo nombre se dibuja.

Como a la forma precede la tenebrosa
Materia.

La planta
Emerge hollada por la mano
En la indenominación.

Los cabellos deshacen
Insondables caminos
En la fuente,
Hacia el interior.

Estaba el centro en la potencia
De la sangre.

Al límite…

II

…en otro recorrido,
detrás de la imagen gravita el fuego
donde nace la apetecida curva.
Súbito regazo,
Entre el seno de la vida y la muerte,
Cuenca en la que no amanecerá.

Hay
Luminosos tejidos
Que forman geométricos espacios.
Se posa
Desde el beso
La expansiva onda,
La pluma.
III

El orden mental
Se dispersa
– constelación naciente -,
rebota en la oquedad y colisiona
bruscamente con el húmedo sueño,
plástico reverso del primer motor.
IV

Suspensión.
La caída se sostiene
En la línea latente.

Residuos;
Ahora átomos se enredan.

Primer cuerpo.

Impresión blanca para la obertura
Enmarcada en las familiares voces.

Relieve proceloso como el río
– máscara de plata –
hacia donde, incubada,
la memoria
se congrega.
V

Fecundación consumida
Sobre el altar terrestre.

Moradas y crepúsculos.

Se magnifica el plano,
Evoluciona
Hasta la concreción.

Brota
Desde la subterrena garganta,
El hálito
Sapiente: telefónico trueno
Que une – puente sacro – ambos misterios.
VI

Revitaliza ahora
Los espacios cóncavos
El manifiesto canto secular.

El movimiento
Anima la materia;
Resucita
El espíritu errante
– abierto fuego -,
aliento escrito tras el pergamino
celeste.

Una trompeta habla.
COLOFÓN

Todo ha sido.

El demiurgo descansa
Sobre el mortuorio lecho de la obra.

Y el vacío
Cual rebosante cántaro,
Multiplica la imagen en las aguas.

XV
OFRENDA
Sostenerse
En el eje protocolario,
En la usura
Nominalista
– ídolo hueco,
sincronizado
con el bagón vegetal.

Aquí,
Sobre
La humedad fundadora del misterio,
El misterio sin imagen ni motivo,
Quiero inhumar la intimidad sapiente
– devastada reliquia -.

Dejo los brazos al pairo.
Rocío
La parrilla
De flujo moral.

Saboreo el patronímico manjar
De la memoria siempre posterior.

Himeneo biocentrífugo;
Disolución bucólica,
Terminal.

Degradación solo aparente
De la conyugal materia
En torno a la
Inextricable
Luz medular.

XVI
La destrucción
Se anuncia
En la palabra.
Pero siempre,
Rotos cristales dividen la imagen
En proyectadas iluminaciones.
Sobre el constelado abanico,
Retráctil en la sombra
– tibia máscara -,
marcamos el color como en un lienzo.
La vida sigue,
Aunque es retenida
En el cálido umbral donde las ascuas
Presagian – lentos faros -,
La total intimidad
Del agua nueva.
La rapsodia en mecánico tránsito,
Bogando con las cuerdas desplegadas
Mensura las incontables arenas
Y las concreta en la consumación.
Consumación: desintegrada virgen,
Cristal, papel y llama
En la estatua que encierra
Tu soledad.
Retrato
Que destila
Calcáreos acantos,
Ménsulas tan sutiles
Como agujas impares.
La presencia
Retiene
En retóricos pozos
La imagen: fotografía y comunicación.

Allí descansa el verbo
– único rastro
sobre el emblema orgánico, en la flor -.
Rocío se extiende en la completa página
Hacia la intransigencia de la aurora,
En la sombría impermeabilidad, en el bronce.
Susurros en Dodona
– como un brote en el leño carcomido –
alumbran todo pórtico
con el baluarte de la última grieta:
aquel preciso golpe
en la frente de toda criatura,
el trueno que ya se escucha,
que reaparece,
pero que no tocamos.
XVII
Si calcinado persistiera
El lecho gris donde
El amor germina
– incierto, turbio -,
necesario fuera, sí, el renacimiento.

Recuperar el conciso prospecto
Sellado con promesas, con decálogos,
– cebo disuelto
en el formol intelectual -.

Precursor, el sonido desatado
Se desvive desde
Los cuatro puntos.

Otra señal tremolante en la niebla.

Parcela el altiplano
Hasta el confín:
– el lluvioso horizonte -.

A Cimeria
Hemos llegado.

Ten paciencia:
Desenrolla
El equipaje.

Acuéstate
Semidespierto
En este tabernáculo vallado

Y escucha.

 

XVIII
Tras
Supervisar el blanco limbo,
Encomendarse
Al
Recorrido estéril.
La infancia germinal,
Aquí, en el presagio,
Como un jardín de marchitos deseos.
Pirófago,
El Amor revolotea
En la habitación infrapresente,
Expandiendo delirios herrumbrosos
– escalas, caracoles
descendentes,
magnéticas montañas invertidas -.
¿ Quién sonríe
al sobrellegado adiós
desde la póstuma velocidad?.
XIX
¿ Y qué cantaremos tras el canto?

Afiladas llamadas
Nos arrastrarán desde el páramo,

Mientras peregrino el cuerpo aguarda
En la loggia abacial,

Al despuntar temprano
De la rueda sobre el collado en llamas.
Ir y venir en melifluo rebaño,

En singladuras pilotadas
Por calafateadas posesiones

– armaduras livianas
para tan presente eternidad -.
Noticia,

Tórrido planeta en el agua,
En tantas y tantas generaciones

Pendientes de ti.
La lengua muerta,
Como arco secreto, para pronunciarte
Despierta.
Sobrevienen escombros,
Gárgolas, cáscaras, minaretes,

En progresiva descomposición:
Estampa cinética:
Escala.
En arenosos laberintos suena
La antorcha,
La pantalla absidial,
Donde tropiezan las tortuosidades
En la absoluta simplificación.
Regresa el nacimiento,
Para inundar la boca del mañana.
XX

Converge en mí, tímpano apocopado
En la postrera sugerencia:
Entreengendrada, muda.

Tras la ventana puedo aún retener
La liminar partesana, que desde el baldaquino
Me señala, como pica
Marcial.

Es hermoso.
Así despierto en el sueño,
Respiro soporíferos candores.
Quizá del paraíso que me ciñe.

Naufragios o gentes.
Sus voces lánguidas a los pies caen;
Agonizan su certificada mueca
De carnaval.

Sin fin, sin fin, agitarse de nuevo,
En el familiar bosque donde el invierno
Materializa este ajedrez de marmórea
Comicidad.

Y el sonámbulo ser columbiforme:

Pálido,
Péndulo,
Pluma,
Colisionando
– dinamitada fuente –

por siempre con la órbita gaseosa
cifrada en el pelásgico cristal.
Resucita, palabra o serpiente.
El pan está partido.

EL CABALLERO INVENCIBLE (POEMARIO COMPLETO)

 
PREFACIO

Escucho en el claro de luna de mi nombre
la piedad de tu susurro invitándome a decir.
¿Qué podré cantar que invite a bajar a los pájaros de la alegría
al océano que pusiste en el corazón de la vida?
Con sencillez las alas del viento tocan tus mejillas,
y la música encendida desciende de tu aliento.
Mi mano pequeña se acerca a la tuya en el tiempo
y te pide tocar la luz de tu voz.
Cuando canto escucho. No puedo hacer otra cosa
y he de conformarme con lo que me entregas.
Me das los cinco continentes del sentido
que sobresalen del mar del pensamiento.
Y eso solo he de cantar. La mano asombrosa que me tiendes.
Iré descubriendo sin detenerme la extensión sonriente
de tu invisible roca que es mi sentido, donde esculpo mi nombre,
hasta que termine por ser tu mirada.
LAS ARMAS DEL CABALLERO

Me preguntas quién es, pero no te quedas quieto para escuchar el galope tendido de su sangre en tu corazón.
No lo busques fuera, aprende a aguardarlo sobre las raíces de la secuoya del día.
Si detienes el aire de los paisajes y conviertes la felicidad en un anillo de perspectiva, sentirás los disparos de la salva de las nubes mientras camina por el canto tu alma.
Te voy a retratar el universo de su llegada: por la playa del tiempo, a la orilla del inmenso éxtasis del mar vivo, está haciendo sonar los tambores de los elementos, un ejército de recuerdos-ecos donde dejaste sembrada en la huella, clavada a la luz, la Palabra que dentro de ti alimentaste.
En la túnica de tu sangre, con el río de tu ser por única medida, el Caballero devora leguas sobre el caballo de tu libertad, y a veces semeja loco cuando no te esfuerzas por comprenderlo, cuando no te das cuenta de que es tu deseo mismo en la campaña del mundo-memoria, cuando lo niegas ignorando que el génesis del canto hace clarear tu alborada-Conciencia.
Y abandonas su regreso, porque siempre está regresando transfigurado en el arma de tu propia sangre.

ES TU ALMA EL HORIZONTE
Es tu alma el horizonte, y no hay más destino que la ilusión del regreso, que la corona de los cielos sobre tu cabeza, que la ciudad progresiva de la Victoria.
El Caballero dejó pacer a su corcel en tu mano y besó la boca de la Belleza ofrecida en una copa del licor de la vida.
Después se quitó la armadura refulgente de oro de los tiempos y descubrió su jubón gastado de paciencia, acuchillado por la indiferencia del miedo cuyo disfraz es la muerte. Se tendió sobre la hierba y su cuerpo abarcó el centro del espacio, y su respiración iluminó el Lenguaje de la Tierra.
Y tu alma caminó como una dama hacia él, y arrodillándose ante su cuerpo dormido como su propia Madre lo sostuvo en la piedad de sus lágrimas, lo acunó en sus aguas como a un niño, y lo envolvió con el manto musical de la Idea-Inteligencia, y lo convirtió en tu nombre, en la estrella de nieve de su destino, en el vacío de espera de tu hogar.

LOS CAUTIVOS LIBERADOS DEL ORGULLO
Los cautivos pedían ayuda en la cárcel de ídolos de la Urbe del Orgullo. En la Metrópolis todo era espejismo, todo pertenecía a la industria laberíntica del desierto. Todo eran fantasmas lánguidos en pantallas de tedio y los cuchillos del vil odio agujereaban de abandono la dureza cobarde del asfalto por el que se deslizaba la velocidad de las mentiras hechas veneno de plaga de reptiles. Los cautivos expiraban como palomas sus últimas agonías, papeles blancos como hojas pálidas de un árbol desnutrido de artificio.
Y el Caballero, desde lejos, tañó la trompeta del Principio, el olifante del invisible Sentido.
La Metrópolis, máquina de agujas y perfil de tablados, se derrumbó como los muros concéntricos del sueño, absorbida por la bomba del sonido, por la burbuja de la armonía que estalló de repente y restauró la mesa de la Identidad, virtud de nuestro encuentro.

EL NOMBRE DEL CABALLERO
El Tiempo, hecho cáliz de luz sobre toda forma, el Tiempo hecho transparencia líquida de Voz apalabró la alborada.
La alborada, procesión sucesiva del Principio, encarnó la tierra verde de la memoria, y vino a nacer hoy en el instante engendrado al pie de mi puerta.
El Tiempo se llamó hombre, y se sucedió en senda de edades, y el perro fiel del Amor lo siguió hasta su no definitiva perfección, ángel total de su conciencia.
Encontré el instante envuelto en pañales de dolor, y toqué su piel que pertenecía a mi vida, y hallé en los ojos del niño esta blanca casa al pie de los océanos de mi pobre amada ausencia.
Más prefiero este instante vivo que todos los reinos muertos de todas las épocas. Más prefiero tus balbuceos, niño-espacio, niño-sed, niño-Cristo, Verbo de mi sangre, que la bella armonía de tu Madre la Canción de tu cuna.
Como tú, instante, creces en mi interior y crucificas mi miseria en tu verdad, te vuelves caballero y clavas tu alimento a mi nombre, y ahora yo me llamo como tú.

DETRÁS DE CADA PÁJARO
Te creí abstracto como lo son los muertos, pálido en mi soledad.
Te creí como la dirección imposible del vuelo de los pájaros en bandadas hacia el sol.
Pero ahora te veo vivo y libre en el corazón vuelto árbol, como este abeto de tejados a cuya sombra tendido he decidido cantarte.
Detrás de cada pájaro, detrás de cada vuelo de pájaro estás pronunciando la senda de mis manos, y al fin de mi libertad siento el filo de tu llamada.
Pastor de mi Mente, ¿has visto pasar al caballero de mi nombre? ¿Cuándo será el día en el que este paisaje ajeno a mí habite dentro de mí?
¿Cuándo será mi alegría su hazaña?

CLAVADO A MI SOMBRA

Cada vez que despierto te veo clavado a mi sombra, cada infidelidad para pronunciar la verdad de tu senda es una herida más en tu cuerpo de libertad, un dolor más en mi pobre vida sin el país que me entregaste por horizonte.
Si pudiera decirte,
si pudiera decirte cuánto amo tu rostro,
si pudiera decirte libre aún de mi sombra que eres rocío en la punta de mi lengua…
Pero sé que sin mi sombra no estaría tu cuerpo clavado a mi retrato, porque no has querido amarme antes de que yo hubiese anhelado amarte a ti.
Cuando se agiganta en la soledad mi melancolía pienso en ti,
cuando oigo el canto de los pájaros en el alféizar de mi ventana te escucho,
cuando el río de mi deseo – ilusión al fin- se abraza a tu océano te siento encarnado en mi corazón siempre dando pasos hacia ti.
¡Hasta me vas a hacer desear la sombra, yo que siempre la he aborrecido, solo para sentir el consuelo de tu palabra junto a la mía!

A DÓNDE
No importa caballero, a dónde, el dónde serás siempre tú.
No importa si te diriges hacia el sur o hacia el norte, bajo qué coordenada, en qué planeta.
Mientras sienta tus pasos la vida no huirá de la casa de mi canto.
Mientras te siento soy, y todo es en mí.
La distancia cabe en el cofrecillo de mi corazón, y tu voz es la llave invisible que sabe abrirlo.

ATREVIDA AZUCENA
Atrevida azucena de todos los valles,princesa violeta del crepúsculo que coronas y vistes el paisaje de mi sueño, lágrima y centro de mi voz, tierna nota de esperanza siempre fluyendo sobre las últimas ascuas de mi ceniza, siempre ventana para el pájaro de mi llanto, siempre ciudad última y patria del soplo de mi Sentimiento, forma solo comprendida en el bajel del éxodo,
Imagen de mi recuerdo, hazme tu fruto en tu pequeño cáliz de humildad, permite que pueda ser tan pequeño para caber, como la abeja, en tu erguida belleza.
¡No me importan los ruidos de las hojas de los árboles ni el tráfago de los vivientes enmascarados en deseo sin medida, yo quiero la floración hacia tu cielo!
Esa bóveda de azul destino donde pacen todas las nubes arrojando el poder de las aguas libres que tu figura ideal levanta sea mi destino, y como el viento sea ligero mi cuerpo sobre tu boca.
Atrevida azucena, melancolía mía, aguárdame extendida al término de la noche.

EN LA OTRA ORILLA
Desde la otra orilla me ha herido el nombre del caballero, cuerpo desnudo sobre el que está labrado el metal sonoro de los mundos.
Yo quiero cruzar el río sin mojarme en la voluntad del límite que nos separa, pero preciso me obligas a vadear mi vida que, transparente y libre, entre duras guijas salta.
Arrójame la moneda del principio, arrójame el alma y cruzaré.
Descalza mi sonrisa camina en tu llamada.
Es el puente de los demás que hacia ti me conduce.
Te escucho en la palabra que, barro natural de Inteligencia,
en tus manos de luz creó mi día.

EL TESORO DEL VACÍO

En las entrañas de mi dolor excavé hasta caer rendido de fiebre y de sed, de sed y de fiebre, sin encontrar otro hallazgo que el esqueleto calcinado del Desconocido, el oscuro y tumefacto trono de la Nada.
Esa máquina de armonía tejía para mi una cámara de soledad.
Caí de bruces en el abismo del enigma sinfónico y me encontré deshabitado de mí en tantos jardines como no pude florecer, en tantos muros de viento extraño como nunca pude escalar.
El polvo de los tiempos no me dejaba ser.
Y de fiebre y de sed imaginé un tesoro fundido por la hoguera de mi deseo, el vacío de una posibilidad, espacio y escena de mi recuerdo, mi propia muerte, mi inaccesible lienzo de pintada ausencia.
Y era el vacío el mar, el tesoro, el viaje y la isla, y era el vacío rostro de pura mirada, y era el vacío el deseo hecho carne necesaria que montaba el caballo del Desconocido, la raíz incendiada de mi libertad.

CÉLULA – ROCA
Sobre la Célula-Roca de mi mente te sentaste, verbal caballero de la luz del encuentro omnipotente de mi Inteligencia cantada, sobre la Célula-Roca de mi mente te deshiciste en mi propia sangre, vestido sin regreso.
Renovaste mi vuelo de débil pluma de creación, pintando la salvación en la caverna de mi nacimiento.
En la escuela de tu gloria aprendí a verme reflejado – espejo oceánico- encontrando mis ojos perdidos en la maravilla infinita de las sendas naturales.
Sobre la Célula-Roca asentaste el domicilio de mi cuerpo, astro, bóveda y vacío lleno de tu tiempo.
Ahora, en el templo de mí mismo que fundaste, deja que los años transcurran, eternos y sin fuga, dentro de mí.

MAGNIFICENTE TEMPLO DE LA AUSENCIA
La impresión de esta belleza armónica es mi vida, la huella de su verdad.
En su tierra absorbente siembro mi alimento, me siembro en cada paso que doy.
Pero conozco la ruina de estas piedras recolectoras de luz, y sé que la miel de su esplendor pronto será derramada en ríos y perdida y desfigurada, ¿qué haré?
Sobre el altar del movimiento late mi corazón como la víctima del Término, la única redención, la única voluntad, la entrega de todo lo que recreó mi vida.
El mundo penetra en mi corazón como el filo de un cuchillo, es el dolor el que ha dado alas de alegre esperanza a mi canto.
El grito de mi corazón se hizo hombre, y caminó sobre los diluvios del ocaso.
El encuentro con el filo de la noche me liberó del tiempo, eco de sola sombra.

EN TU BUSCA
En tu busca deshice los días y destejí los misterios de la llanura de mi mano.
En tu busca encontré la angélica raíz de las fuentes de mis ojos.
En tu busca dirigí la saeta de mi voz al presagio del hermano sol.
Ya vivo en tu busca, y crezco hacia el firmamento de tu busca, el camino sin linderos de mi vida.
En tu busca quise abatirme para que me levantase tu cielo.

INCESANTE RÍO DE TU MIRADA
Siempre te pido que me devuelvas tu presencia, y cuando veo mi rostro reflejado en el agua de mi vida me imagino que es el tuyo que me llama.
Yo sé que resplandeces con mi dolor, pero olvido pronto el mensaje lírico del inagotable río en el que se ahogaron todas las imágenes de mi recuerdo.
El río de tu jornada no se detiene, borda los campos verdes de la lejanía, por el río los peces-bajeles del espejo de mi esperanza convergen en la gruta de maravillas de los siete mares del Espíritu.
Pero yo, el movimiento del río, busco reposo en el aquí, en esta despejada mansión de suspiros.
El río eres tú, y mi sed jamás lo bebe por completo.

ESTRELLA MATUTINA
Estrella matutina, ave de luz, puerta estrecha del ancho cielo, destellito de la inmensidad, a ti van dirigidas todas mis secretas plegarias.
En tu suficiencia diminuta he aprendido a amar, he aprendido a hacer el mundo de nuevo caminando por sus montañas y valles, por sus glorias y por sus desgracias.
Cuando me tiendo en el silencio del suelo que se arrodilla ante las migajas planetarias del inquebrantable abrazo del firmamento te veo relumbrar como la joya de mi sentimiento, como la lágrima que se ha bebido la tierra, invertida e inmortal y recuperada, sobre la timidez de mi noche recorrida por imágenes soñadas de mi deseo.
A veces te cubren las nubes húmedas de mi débil fe agitadas por vientos lejanos que parten de mi fatiga.
Pero cuando brillas de nuevo, ¡oh estrella matutina!, en el abismo de tanta sombra que te viste, eres como la escalera infinita por la que descienden y ascienden los ángeles ansiosos de mis emociones transformadas en pensamientos que te sirven.

ESCUCHO TU LLEGADA
Los castaños del invierno se han vuelto escarcha pura, cuando yo escucho la huella de tu llegada sobre la nieve encendida de los tiempos.
He oído ladrar a tus galgos en la misericordia de los bosques, te he cantado a la vera de cada río de mis venas.
Caballero, sé que tu avanzar es lento, pero el universo no es más que esa esperanza que precede a tu llegada.
Y no ha de ser estrepitosa tu victoria, sino un susurro envuelto en la tela de nuestros corazones, hombres que vivís en mí, hombres para los que vivo.

VINISTE A LIBERARME
Viniste a liberarme de la noria de los días y a darme un camino.
Viniste a liberarme de la cadena de las generaciones de mis culpas.
Viniste, como el rayo del sol sobre la helada a liberarme.
Viniste, y la alegría me formó de nuevo, y mi llanto se secó en mi piel.
Viniste a darme un corazón.

RÍO SIEMPRE
Como un ejército de cristal te deslizas, río mío, por la ladera del mundo.
Cuando me acuesto imagino lo avanzado que está tu cauce, y todas las ondas del sentido fluyen por tu paso de música viva.
Siempre joven perpetúas la belleza, sostienes el paisaje, cambias el vestido de la tierra, madre memoria que has hecho germinar el roble de mi voz, viento de esperanza.
He aprendido a parecerme a ti, imperturbable gloria que discurres quieta, he aprendido a ser como tú, perseverante, persiguiendo la forma que te moldea de alegría.


Acostado yo soñaba
con la voz que perseguía.
No era mi voz la que hablaba
era la tuya que oía.
Era tu voz como un bosque
y los árboles cantaban.
Era tu voz el amigo
que siempre a mi puerta estaba.

PARA SER
Para ser inmortal
no pienses en ti,
piensa en el Dios que te hace,
y que siempre es así.

Y para ser feliz
ama y sirve con fe,
el sentimiento es la vida
que nunca se ha de perder.

EL SOL
Persiguiéndote, persiguiéndome, voy por el campo y por las ciudades, por los continentes y por las islas, voy como el peregrino por tu senda de lucientes estrellas.
¡Oh Sol! ¿cuándo será el día en que te pueda asir por la cabellera de tus rayos, cuándo será mi palabra lo mismo que tú?
Casco brillante del Caballero que siembra de esperanza el universo, sol mío, viaje eterno, siempre huyendo cuando quiero nombrarte, libertad única e incandescencia de mi corazón, yo sé que te he visto antes incluso que el gallo, ¿por qué no bajas a tierra y juegas como un niño conmigo?
Cada mañana me vences en la carrera, cada noche me lleno la boca de sombra hasta la victoria de la próxima mañana.
Vuélveme el rostro y quédate conmigo, porque en el vacío delas cosas refulgentes no hay un corazón que te ame como el mío, no hay sombra que tanto desee tu luz.
Por eso camino solo, nostálgico hacia el término de los cielos, insatisfecho de la derrota de tu distancia, querellado contigo por el delirio de la ausencia, y a pesar de todas las caídas te sigo, y aunque no tuvieran término te seguiría.
Pero antes de la noche te alcanzaré, porque sé que estarás en el espejo de mis ojos.

¿QUÉ ES LO IMPORTANTE?
Lo importante es este camino al borde del río.
Lo importante es la belleza delicada de la rosa del recuerdo, la azucena nocturna de tu llegada.
Todo habla de ti y me arrulla, como una madre, en los campos labrados de la inteligencia y en los bosques ocultos de la imaginación.
¡Sé feliz! Sin esa moneda nada vale, sin esa música el tiempo es frontera.
La flor no necesita justificación, mi canto tampoco.
¿Puedes decirle al agua que no fluya? Mientras tenga voz cantaré el nombre que concibió el universo.
El resto es silencio de repeticiones.

HUMILDAD
Lo que tú quieres, Señor, se ha hecho al principio.
Lo que tú quieras, Señor, se hará al final.
Entre estos dos límites de mi biografía navego y me esfuerzo para que el mar de los hechos me regale en el tiempo una tierra en la que habite por siempre.
A veces pierdo la paciencia y el timón me salta de las manos, embriagado como estoy con la abundancia de la sombra y con la inmensidad arquitectónica del oleaje, templo de perpetua ruina.
Todo me es enemigo, y me enfurezco contra lo que no tiene culpa de ser, porque no sé tener paciencia, como tú la tuviste conmigo.
¿Qué harás con este necio que soy, con este atrevido que quiere edificar en las aguas, porque no avista aún tu promesa? ¿Pretende dominar tus aguas inmensurables para después darse la muerte, pues sin tu amor todo es vacío?
¡Que aprenda a esperar!, aunque para hacerle la espera más liviana, sé que este tercero que soy tendrá tu mano siempre en su boca, y la isla nacerá poco a poco de su corazón, raíz de tu entrega.

EN EL SECRETO
En el secreto puse mi corazón, en tu silencio,
y tú me nombraste sobre todas las cosas,
y amanecí en la lumbre de tu cuerpo.

LIBERTAD SE LLAMA LA NOCHE
Libertad se llama la noche, y en su océano arrojo el vino del cáliz de mi alma.
Atravieso, veloz, su puerta de estrellas.
Mi soledad se destruye en la mirada de tu universo.
Florece mi alma en tu mirada.
Florece hacia ti, desnudo azul de la Palabra.

REY DE LAS COSAS
Poder es entrega, poder es servicio, poder es voluntad germinada en las cosas.
El Rey del Poder es el Principio del Tiempo, el despertar consciente del Amor.
Sostiene la flor solamente el espacio
como un beso o un dedo de energía expandiéndose.
En el alto cielo de los ojos
la cabeza de la fuente resucita el cadáver de la Nada Necesaria.
En el alto cielo de los ojos
en el firmamento libre del alma
la ciudad de la luz desciende suspendida en una gota de sombra.
El Rey de las Cosas,
el Origen, el Eterno, figura viva del Vacío Divino,
crece, absoluto, en la cruz de todos los encuentros
en el vínculo de la carne y la sangre,
borrando en paz sentida
los límites de la memoria y el tiempo.

LUZ VIRGINAL DE LA LUNA
Luz virginal de la luna
senda de fe pálida en la noche de la selva
manto natural de la armonía
cena en donde todo se encuentra.
En tu noche ha salido el caballero
y en tu noche sustantiva es huella.
Promesa ideal no comprendida,
abogada de ausencia,
mañana brillará el astro del día
mañana serás esposa y patria del que ahora llega.

CINCO HERIDAS
Serán cinco heridas tus sentidos
un clavo de silencio atravesará tu alma
y tus huesos se harán las fuentes de la vida.

EN LA CALMA DE LAS ISLAS
El resplandor del corazón es la belleza.
En la belleza de la perseguida aurora respira el alma la vida.
Te hallé
en el temblor de las aguas libres de mi nacimiento
en la voz que pronuncia mi alma sin descanso ni refugio
y cayendo a tierra me diste la forma del camino.
Acercándome ya a a la última huella
de repente te volviste un mensaje raudo como luz
que traspasó como un clavo el paisaje de mi alma
asombrando el silencio que me rodeaba
y aunque tenía los ojos abiertos no pude ver más que el rayo de tu mano.
En la nada de los tiempos me pusiste en pie
convirtiendo en libertad mi sombra
y enseñándome a invocar la naturaleza
caminé por toda la tierra que se volvió memoria
y volé como un pájaro al templo de tu llamada.

LA FLOR EN LA DISTANCIA
La flor en la distancia parece un breve sueño
apenas presentido por la ruina del hombre,
se derrumbará pronto la cúpula del tiempo
y la flor, sola y frágil, será llama de luz.

La flor en la distancia parece solo un tenue
y escondido camino sin murallas ni huellas
o un mar sin orillas que pende de un deseo
o una huida sembrada en la tierra silente.

Mas si acercas tu mano a la delicada guía
si con tu voluntad acaricias su nombre,
se hará su breve ejemplo el ala de tu vida
borrando en tu interior los límites del mundo.

Será el blando reguero de tu pensamiento
una firme montaña de elevación continua,
y el centro de tu sangre será un Dios sin medida
que moldeará los ojos del universo en ti.

PERCUTE TU SONRISA EN MÍ
Percute tu sonrisa en mí,
tu sonrisa me está haciendo.
En la soledad del mundo
me uno a ti en el silencio.

Que no digan los que lloran
que está muerto mi deseo
tú lo resucitas despacio
con mi propio pensamiento.

Percute tu sonrisa en mí,
en el fondo de mí siento
que brotan todas las cosas
de la fuente de mi cuerpo.

MI DOLOR ES YA TU HERIDA
Mi dolor es ya tu herida, pero tú no tienes más herida que mi dolor. Gracias al dolor de levantarme y acostarme, gracias a la gracia de tu viaje te vi venir montado en el jumentillo de mi desventura, manso como el alimento, hacia la boca de mi corazón.
Si la herida nos ha unido con anillo de dolor, gloria la herida.
Ella no será para mi nunca más que la alcoba de nuestro encuentro.

CONFESIÓN, HERENCIA Y ESPERANZA
Bajo el nombre de las cosas
late el corazón del tiempo.
En el cristal femenino
de mi amor brilla el deseo
como un astro suspendido
en el silencio del cielo,
como el sol de la memoria,
la virtud libre del Verbo.
En el cristal femenino
que en la lengua se hace espejo
mi voz busca tu Palabra
en el mundo vacío
transparente a tu fuego,
y te encuentra retratado
en su solo sentimiento.
Caballero del camino,
corazón de mi centro,
alma de mi libertad
y sin medida reino,
en ti viven mis manos
y mi alma toma cuerpo.
Hacia tu patria camino
mientras del tiempo me alejo.

LA ILUSIÓN DE UN VELERO EN EL ABISMO
La ilusión de un velero en el abismo,
la ilusión de un velero.
Una luz que despierte de mí mismo
es solo lo que quiero.
Cuando el tiempo sea ceniza fría
en la insondable nada
la Palabra volverá a ser energía
y la obra volverá a ser creada.

PALABRA QUE VIENES VOLANDO
Palabra que vienes volando en boca del Caballero del Tiempo.
Palabra no eres ida,
eres regreso.
Palabra, hazme desde el fondo
la inocencia del Ser Primero
que muera en mí la vieja forma,
que pueda ser contigo hecho de nuevo.

DE LO DICHO
De lo dicho por tanta ausencia previa a tu llegada yo recojo una partícula, un grano en figura de planeta y lo coloco en la punta de mi lengua para anunciar la vida mía que has querido ser.
Yo todo lo veo lejos, porque soy pequeño como un enigma, y persigo tu huída sin ser capaz de pronunciarte jamás.
La flor nace de la búsqueda de mi palabra que es la sombra luminosa de las alas de la tuya.
Te hallo en mis manos y en mi voz, pero, ¿quién es capaz de retener tu vuelo?
Solo cuando escucho la canción de mi dolor – dolor necesario, no soy más que dolor, herida errante que busca el remedio de tus labios- en los demás retratada puedo sentirte y tocar la punta de tu regreso.
Sé que he abierto los ojos una vez, y cuando los vuelva abrir sé que me veré en tu rostro.

QUIÉN

Quién como tú que pueda amarme, quién como el amor que pueda crearme.
Mi despertar es paulatino, mi sentir en el cuchillo de la noche se vuelve desnudo, mi sueño pensado se endurece en la roca de tu nombre, mi infancia y mi origen.
El mundo consume los huesos de mi alma con el fuego del tiempo, pero la vida surge alada desde el corazón del pasado, absorbe el tiempo y su diferencia en la inmaterial norma de su luz primera.
Antes y después de todo, la senda maravillosa del infinito.
Quién como tú que pueda.

ALLÍ
Si en mi corazón te siento
mi corazón no eres tú,
mi corazón es tu reino
el misterio de tu luz.

Con mi corazón por tinta
he de escribir en el tiempo,
he de dibujar tu gloria
en el papel del silencio.

RENUNCIAR A TODO
Renunciar a todo es
abrazar tu voluntad,
renunciar es sembrar todo
en tu tierra, libertad.

Renunciar es proseguir
y proseguir es amar.

LAS EDADES DEL RÍO

Como un río que nunca acaba de pasar
Vicente Aleixandre

Desnaciéndose
y volviendo a nacer
como lengua transparente entre las piedras
avanza el río paulatinamente
abrazando el limite de la ribera,
besando las raíces de los árboles,
acariciando la tranquilidad.

El río siempre está pasando,
el río siempre vence al pensamiento.

Cuando en su senda desnuda
el río tropieza con la dureza,
se viste de remolinos de espuma
y bulle en revoluciones cristalinas
y crece su corriente indescifrable
invocando el órgano del mundo.

El río siempre está pasando,
el río siempre vence al pensamiento.

En el espejo de las meditaciones
que se encienden cuando el día se oculta
yo me miro en el discurso del río
en su impulso que busca un cauce nuevo,
en su brillante y profunda canción,
y creo estar en todas las edades,
y creo ser todos los hombres,
y toco la escalera de lo eterno.

El río siempre está pasando,
el río siempre vence al pensamiento.

Como ángel de formas, su corriente
da vida a cada parte del paisaje
que en mi memoria ausente se ilumina
y me modela con su movimiento
puñiendo como una piedra mi tiempo,
apenas tierra que ya se deshace
sin su acento arrojado al transcurso.

El tejido de luz del pensamiento
florece en su sinuosa voz de sombra,
y siembra en el espacio su medida.
Ya ha estallado el encanto de mi sueño
y los ojos que miran su reflejo alado
son la misma forma que transcurre en mí.

LADRIDOS DE LA DISTANCIA
Los ladridos de la distancia vienen del infierno opaco de la noche, coronada del lenguaje de algunas escasas luces.
Enciendo la lámpara del alma y se ilumina la cavidad del mundo como la prodigiosa mujer de la vida, inacabable en la hermosura de su misterio.
En la quietud de su seno, el Caballero del Regreso se vuelve invisible en la senda de su viaje hecho espejo de morada para la llama fugitiva del alma que me nombra.
Nacerá hoy, envuelto en celeste futuro helado entre estas montañas de sentido, nacerá hoy en la aldea de mi infancia y mi nostalgia solitaria irá a adorarlo.
Nacerá más allá de la pobreza de estas manos.

CERCA DE MI BOCA
Cerca de mi boca está la Palabra,
cerca de mi boca.
Invoco solamente el silencio que antecede a su llegada
invoco desde el centro de todas las cosas.
Soy verdad cuando me arropo en mi vacío,
en esta tierra de prodigios de la que estoy formado.
En la Creación vacía que le tiendo
cabe su cuerpo de latido inmenso.
Cerca de mi boca se licua el tiempo en una gota
que beberá mi lengua cuando caiga en su llanura.
Cerca de mi boca la vida se enciende
para en un beso sin fin cambiar mi tumba.

CAMINÉ
Caminé
por el fuego de tu voz
antes de decir.
Exiliado de mí mismo
mi vacío hirió tu piel
y quedaste unido a mi nombre.
En mi dolor quisiste ser.
Es mi rostro tu ausencia,
pero yo sé
que muere mi dolor en tu memoria,
que cada vez que muero vivo en tu amor,
que en el alimento de tu gloria,
madre de la sangre que me anima,
en la senda de tu voz viviré,
y que yo, mar de búsqueda,
seré lenguaje en ti.

GRADUAL DE TODOS LOS TIEMPOS
Como huyen las sombras del sol,
así huye mi muerte de tu esplendor.
Como el agua apaga las llamas
así tu amor apaga mi desgracia.

DOLOROSA EXPANSIÓN DE LA FLOR
De parto está la vida, llaga en mí.
El dolor equilibra la tersura de los pétalos y prepara el cáliz para el vino de tu poder.
Tú vives en mí y yo en ti, y todos en todo y todo para todos.
Somos en el banquete de las conversaciones, en el universo de los nombres, tela de lo innombrable, aquí y ahora, eternidad.
Somos, en el acto de la asamblea, naturaleza y verdad.
De parto está la vida, y nos duele tu distancia, escala por la que has llegado,
medida con la que tú nos has hecho,
estación y vestido de tu voz.

SENCILLO CANTO
Eres, bastón de Palabra, la esperanza de mi camino.
Eres camino, pues en ti llevo la medida de mi memoria.
Mis zapatos rotos, mis pies heridos, las estrellas en mi boca y el corazón en las montañas, el verdor espacial y esponjado de mi día infinito, embrión lento del fuego, son la vara en la que se sustenta mi frágil cuerpo soñado.
Cavaré cuando termine mi viaje, un hoyo de cristal en la tarde, plantaré mi vara como un rayo de luz y me embarcaré en las aguas transparentes.
La vara brotará, esparcirá el aroma de sus flores y el consuelo de sus hojas, dará frutos para aves y caminantes, penderán los animales de sus ramas y la fuente de la música hilará su misterio.
Este árbol arraigado en el camino será el canto, ofrecerá su sombra al Caballero del Espíritu que clavará su voz a su leño de vida, al leño cuyas raíces vuelven los infiernos de la muerte savia nueva, vertical amanecer.
Este árbol será el canto, cuyo esplendor veré renovado para ti desde el otro extremo del mar.

NO TE TEMO, TINIEBLA

No te temo, tiniebla, en la mañana.
El vacío es una ventana.

No temo a mil ejércitos de sombra
no temo de la ausencia la bomba.

Están los ojos desde lejos brillando,
están las soledades contemplando.

Oigo los murmullos de los niños
en mundos de fontana, puros limbos.

Está en el interior mi sendero,
la memoria clavada a mi madero.

Y la nada desdichada es una cosa
que en mi mano se transfigura en rosa.

No temeré a todo el universo,
cuerpo difuso, sustancia de un verso.

Pues todo lo que era en mí dolor
se ha vuelto por su gracia solo amor.

LOS CUATRO VIVIENTES

Los cuatro vivientes han forjado el espacio,
en sus alas se esparció la voz del tiempo.
Se han colocado dos a dos en los límites de la vida
desde la libre altura a lo profundo.

Sus mil ojos eran todas las estrellas,
sus lenguas eran todas las montañas.
Los cuatro vivientes de las estaciones
eran las cuatro edades del alma.

En su centro la asamblea del Sentimiento
era verde como una pradera de roca,
esperanza por la luz atravesada,
por la luz, indeclinable lanza.

Las vértebras de la armonía blanca,
lirios como espejos, como ancianos sin mancha,
se sentaban al borde del silencio
aguardando al portador de la Palabra.

Llegó como víctima un animal palpitante
una herida que respiraba,
sus vellones de principio amanecido
estaban escarchados de invisible voz.

En la piel del absorbente vacío
imprimió como sello su canción,
y las siete trampas de la noche
se iluminaron en el don del corazón.

Desde el corazón fui hecho, nuevo canto.
Yo era tu Palabra, Señor.

ESTROFA DE ROMANCERO
¿Quién es ese Caballero
cuyo sueño revivió?
Tú eres, Amor, Caballero;
tu vivo sueño soy yo.

VUELO CELESTE
En la mar lisa y sonora
se tendía la gaviota;
sus alas eran el cielo
y su corazón la aurora.

Que diga la desesperanza:
«Todo lo traga la tierra».
Yo tengo al sol por testigo
de que todo se renueva.
Yo he visto cómo la hierba
crecía verde y la copa
del árbol se levantaba
desde que nací hasta ahora.

En la mar lisa y sonora
se tendía la gaviota;
sus alas eran el cielo
y su corazón la aurora.

En la noche el miedo reina
hasta llegar la mañana;
quien vive espera con miedo
en la noche de su alma,
pero cuando la luz libre
atraviesa su demora,
se viste de los colores
la diversidad hermosa.

En la mar lisa y sonora
se tendía la gaviota;
sus alas eran el cielo
y su corazón la aurora.

Desde que he abierto los ojos
un camino se me ha dado;
esperanza es el presente;
ilusión es el pasado.
Desde que he abierto las manos
he hecho del mundo la gloria;
los demás son mi camino
y su voluntad me nombra.

En la mar lisa y sonora
se tendía la gaviota;
sus alas eran el cielo
y su corazón la aurora.

Y a los que sin alegría
han llorado el hondo mar;
les doy mi vuelo de amor
les enseño a navegar.
El abismo entero tiembla
como el velo de una sombra
rasgado por tantos rayos
de luces como personas.

En la mar lisa y sonora
se tendía la gaviota;
sus alas eran el cielo,
y su corazón la aurora.

NO HE DE TEMER LA CAÍDA

No he de temer la caída,
como la luz he de ser,
que si se arroja al abismo
es solo para vencer.
La luz se hizo memoria
en mi invisible interior,
la luz ha escrito mi nombre
en el agua de tu voz.
En el centro del espacio
la sonrisa es mensajera
del tiempo que como rayo
en distancia se proyecta.
Si la distancia es ausencia,
y la ausencia abismo es;
arrojaré mi palabra
al centro de su poder
como sonda de sonrisa
para en ti sonrisa ser.

BEBIENDO TU LEY
Me bebo el mar como vino de alegría en la copa natural de mi boca
donde en todas las navegaciones los bajeles surcan la piel del tiempo,
mis cabellos crecen como la hierba y mis pensamientos como los árboles
y los dioses de mi soledad son en ti desnudo surtidor de armonía.
¡Ah, mi vida, la nube secreta de mi nacimiento,
nebulosa lejana de misericordia;
ah, mi vida, la columna de luz de mi camino,
la alborada de tu fidelidad!
Y las bombas oscuras del mal en la sombra de mi libre alma
en el proyecto que soy desleído en el paisaje.
Vendimiaré el canto en las uvas de tu majestad infinita,
en el báculo indeclinable de tu nombre,
guardaré el licor de tanta Sabiduría en la barrica pobre de mí mismo,
en los fundamentos serenos de tu casa.
¿Quién puede contar el número de tus horas?
¿Quién puede poner un anillo a tu voluntad?
Aprenderé de la hoja más pequeña a renovar mi cuerpo hecho universo,
y la negra boca de la tierra me despertará como el sol de todos los océanos.

EL CRISTO ESTABA ORANDO…

El Cristo estaba orando
el el arrayán del sol,
y corrieron a prenderlo
los siervos de mi dolor.

Se paseaba mi sombra
por la puerta de Elvira,
oí hablar a una rosa
oí cantar a una niña.

Como un lento carruaje
mi cuerpo a solas cayó.
En el olivar del tiempo
está llorando mi voz.

El Cristo sube al Calvario
de mi ausencia, y en su cruz
ha clavado,fiel, mi pena,
ya mi mente es cielo azul.

En el arrayán del sol
no hay más muerte para ti,
y la culebra del viento
se ha enredado en su cenit.
MEDICINA DE TU ALIMENTO
¿De qué me sirve el mundo, cristal soñado,
y las puestas del ángel del pensamiento,
de qué me sirve el asiento de mi vida
y el dolor del silencio que me abarca,
enterrado mi corazón en las cosas
apenas vapor de conversaciones
y pronunciada armonía
si solo heredo ausencia de tu poder?
Habita en el vacío de mi boca
y en el temblor de mis huesos sentidos,
si no vienes a mí no sabría encontrarte.
Desde el fondo del tiempo clamo yo,
soy solo clamor, vacío tuyo,
pájaro invisible que tu nido busca,
animal del espacio, semilla de voluntad.
Mas tú te has derramado hacia mi sombra labrada en un yermo de rostros,
te partiste como el pan de las estrellas
y cerraste el vacío de mi herida con la piel suave de tu entrega.

CUARTETO DE LA LIBERTAD

Hoy he querido ver
en esta brisa sencilla
un jarrón de maravilla.

Hoy he querido entender
la inmensidad del sentir
pues el sentir es querer.

Hoy he mirado mi rostro,
me pareció que veía
lo que ha visto mi gozo.

Me pareció que vi
el nacimiento del mundo
que nació antes de mí.

PROMESA
Moriré hoy para nacer mañana.
Moriré solamente con mi pena.
Dejaré el pan caliente de la cena
sobre el alféizar de la ventana.

Moriré al desierto que me llama
en esta ausencia de vacío llena.
Botaré mi barca en la seca arena
como si fuera océano y proclama.

Esta vela de luz que fue mi alma
en el sendero azul pálida al viento
heredará el candor de otro horizonte.

Hallaré en la navegación la calma,
y avistaré, joven, mi sentimiento
en tierra convertido su alto monte.
POR ESO ESPERO
Pude haber sido mejor,
en mí soy solo ausencia,
pero mi ausencia es el único camino hacia la boca de la verdad.
Volver, como el aliento vuelve,
a los labios con las palabras,
volver es ser, presagio es el paisaje.

Pude haber sido mejor,
pero si lo hubiera sido,
se derramaría entre mis dedos toda la esperanza
retenida ahora por tu voz que vuelve
que se hace en mí palabra,
presencia y vida según tu palabra.

JUSTICIA
Desciende, hermoso sol…
Hölderlin
El que habla con justicia
Isaías, 63, 7

Ese sol que traduce la mirada,
honor del cielo, me besó la frente,
y cuando comprendí el castillo de su resplandor,
réplica de otro dentro de mí mismo,
como las uvas se encendió mi alma.

¿Quién más veloz que él? ¿Quién a él ajeno?
Antes de las gentes estaba, y después de ellas
otro mundo para sus nombres formará.
Sus manos son
vertida luz de lejanas fuentes
que sostienen su forma en las estrellas.

Sol de los pueblos y ciudad sagrada,
víctima y verdugo del tiempo, hacedor
en la invisible sustancia de mi secreto espíritu
del pájaro volador del paisaje.
Te he conocido como un espejo
y así puedo llamarte imagen mía,
Caballero del fulgor
y Padre del sereno origen.

Cuando mi tierra se endurece a tu contacto,
pierde la humedad de los abismos
y de roca sus miembros se dirían.
Cada uno de mis dedos es una cordillera
y mi voz el viento de las semillas.

Mas mi piel bien sabe que deshacerse
es el destino del mundo, esparcir su armonía
otra vez en la desnuda humedad del tiempo.
¿Quién podrá cantar que sea polvo?
¿Quién podrá ser entonces la imagen
eterna de tu ojo antiguo?
No lo sabe mi alma, pero espera
en el verdor de tu respiración
otra presencia distinta, menos frágil,
otra voz que sea tu simple brillo
sobre la humedad del canto de los tiempos
otra luz hermana de mi alma
que haga mi sombra transparente a tu fuego.

PAN DE VIVA VOZ
Segando la sombra de mi muerte
tus manos recojen mi alma en espigas,
la hoz que esperaba corta ya
lo poco que de mí mismo queda
para multiplicarlo en tu granero de estrellas firmes.

Los pies se pierden en labor de viajeros
y los granos, libres de la cárcel de oro de la nostalgia
– digo del minarete de la espiga-
se diseminan por la llanura sincera de la tierra.

En el rumor de las voces de este mundo
en el viento recordado de los amantes luminosos
del sol y de la luna,
los granos se almacenan uno a uno en el vacío del tiempo
para ser el banquete del pan en una alborada invisible.

El pan paterno,
el pan del destino amasado de los días,
y tostado al fuego verdadero del amor
será la hogaza de nuestra obra, de nuestras voces en una,
don de Ceres, virtud de la memoria, partido en los ríos del decir,
en la creciente flor del Verbo como cáliz
en el poema de la boca que desnuda el mirar.

MÁS PEQUEÑO QUE UN GRANO DE ARENA
Más pequeño que un grano de arena
es la morada de mi sueño,
mas si se abre como una flor su boca
es toda la mirada, el universo.

Dolor de hoy que florece mañana
no es ni miseria ni deseo,
es el jardín de voces de la noche
fuente de la Palabra que es el Tiempo.
PIEDAD DE LOS ÁRBOLES
Quien quiera amar acérquese a los árboles
pues todo lo perdurable está en ellos.
Son los árboles humanos
y libres, arraigados a la tierra silente de los tiempos.
Ni conocen guerras ni conflictos
ni intereses ni odio,
son puros y se alzan siempre verdes,
retóricos, arquitectos del aire,
y del espíritu mensajeros
al término del río de las edades.
Quien quiera dormir a su sombra se tienda,
y quien quiera despertar mire sus hojas.
Se apoya mi voz en su tronco
que del principio de ocultas raíces
se eleva sin temor, con elegancia,
para ser la columna de mis pasos fugaces.
No será este el manzano de mi codicia,
será más bien el canto de mi vida,
firme y alzado de la oscura tierra que le dio el ser,
buscando el ángel remoto de la luz desnuda
en el cielo y sobre el cuerpo de mi sueño
las alas libres de una voz extendida.

HILO INVISIBLE
Tú,
hilo invisible del alma,
sabes cuándo me acuesto y cuándo me levanto
y no dejas que me pierda
en el laberinto de mi voz.

Tú, compañera,
eres la que cantas en el jardín del mundo,
y me llevas de la mano como a tu amante,
y me muestras las aves y las montañas.

No caigo sin que tú me levantes,
no tiemblo sin qué tú me sosiegues,
y en el muro de mi propia sombra
enciendes la alborada del tiempo.

Soy sencillo navegante del mañana,
mi ser es la palabra que vendrá,
soy, como la luz, futuro,
soy la esperanza del mar.

ASPIRAR LO ETERNO
Hacia el fruto solar de la bondad pendiente
del árbol de mi primer dolor,
recorro las comarcas sombrías de la tierra,
buceo en el abismo de la primera voz.

Bebo las lágrimas desiertas de mi ausencia,
y a tanto aspira el vacío creado de mi corazón,
que hasta cuando piso muerte,
florece, joven, tu sonrisa de padre
en la ruina silenciosa de mi amor.

Pintaste dentro de mí el mundo,
asentaste el arco secreto de mi mente
como un jardín de consolación.

No dejará el enemigo huella
en las generaciones de mi dolor.

Este pan de amarga ceniza
sabe a definida destrucción,
esta montaña azul del cielo
sostiene la cuerda de mi ardiente canción.

Latía en la opaca ira de la fluyente noche
la estrella intacta del perdón.

Soy solo la lluvia a la que aspira
la tierra que retiene mi vida, hacia ti flor.

FIN DE LA NOCHE
Lo hilaste con toda la sutileza,
lo zurciste de soberbias añagazas y lo bordaste de espectros,
oscura como la noche tu capa
el brillante puñal elevaste en tu interior.
Murallas a la luz levantaste en los reinos de tu miedo,
mas el miedo, no es firme, piedra a piedra se derrumba
tanta muerte sin descanso,
tanta pena huérfana de perdón.
Se deshizo tu humo, enemigo del odio,
se deshizo la noche ante el sol del amor.

YO CON VOSOTROS
Yo soy en tí, alma del día que hizo nacer mi boca,
Yo soy en todos vosotros, hermanos que inspiráis mi canto,
porque aunque este éxodo nos separe a veces
seguís estando presentes
en el hogar de un fuego que os recuerda.
Yo voy a todas partes con mi dolor oscuro
volviendo océanos mis pasos,
voy por los pueblos acariciando como un perro mi tristeza,
voy sin saber cómo, arrojándome de cabeza al silencio.
He sembrado esta tierra de mi voz, de la vuestra,
esta tierra a menudo dura como la piedra;
esta tierra de la que fueron hechos nuestros corazones,
que aspiran a la forma de las nubes iluminadas.
Por la puerta de este mundo entré en vuestra amistad,
y os hallé reunidos en torno a la mesa de la aurora.
Mis manos solo retuvieron muerte lejos de vosotros,
y mis ojos solo vieron evadirse mi nombre.
Pero vuestro amor, antes de los elementos de la muerte,
ya estaba,
cada vez que me hablábais nacía de nuevo,
cuando creía que estábais lejos, estábais a mi lado en cada cosa,
en cada estación de mi canto hecho carne,
y ahora quiero estar de nuevo con vosotros, quiero besar vuestra mirada,
para ser, con vosotros, el mismo pan de mi boca,
el mismo dios que soplaba en mi corazón,
para ser con vosotros uno, como soñé
envuelto en la senda de mi expectante noche.

EN MI SOLEDAD
En mi soledad
entró tu palabra
y fue pronunciado el mundo.
En mi soledad de ti habitada
se formó el tiempo
y desplegó en mi vacío sus alas.

CONOCIMIENTO
No estaba conmigo cuando te conocí, corazón,
no estaba conmigo ni tu boca ni tu palabra.
Tú eras el clavo que me hería
cuando no te conocía.
Estaba con ellos, pero no sabía que eran ellos,
estaba con mis hermanos, pero yo les llamaba ecos
del Narciso de mi soledad
en el templo confuso de los sueños.
Hasta que mi mano no entró en el costado de tu ausencia,
hasta que no se llenó de sombra mi mano,
no pude ver la paz del mundo
con el lugar de nuestro amor reconciliado.
Hasta que el dedo de mi voz no tocó la herida flor del tiempo
no se hizo tu mirada fruto.

LA TARDE STÁ ROTA
La tarde está rota,
¿quién la recompondrá?
El Caballero que ciñe
la Paciencia por espada
en el tahalí del vacío que soy.
La tarde está rota
y han caído las estrellas al pozo de la noche,
han caído los pensamientos al oscuro azar,
mientras el eco de una voz,
el eco triste de una voz antigua
ha disuelto las montañas en el frágil horizonte.
La tarde está rota
como un cántaro quebrado,
¿quién la recompondrá?

ME HUMILLO A LA SOMBRA
Me humillo a la sombra,
me humillo a la sombra cuando paso,
saboreo las uvas del vientre del aire,
la roja sangre de mi ser nacido
en las cosas cuyo sigilo me entonó la mente.
Me humillo a la sombra,
pero en su bordado útero de lienzos,
de tantas figuras animales,
mis manos tocan el hilo de la luz
y he de abandonar
la confortable caverna de ese sueño,
he de abandonar a la madre sombra
para atarme a la cabellera de la omnisciente luz,
para ser uno en la mirada
– padre e hijo abrazados a través del tiempo oscuro-
para significar el mundo, más allá de mi vacío.

SÍ, YO CREO
Sí, yo creo en ti,
sí, yo creo en tu amistad, tiempo,
sí, yo creo que eres mi hermano, sol.
No puedo negarte
aunque me sumerja en el silencio,
no puedo negarte aunque diga que no soy yo.
Sí, yo sé que estás ahí,
sí, yo sé que estás,
sí, yo sé.

HE AMADO

He desvestido el tiempo
para vestir de vida la Palabra,
para ornar de eternidad la voz esquiva.
He poblado el aire
de la aves de los pensamientos
y he dejado la tierra arropada con mi sueño.
He llegado a ti,
umbral del decir,
y yo fui pronunciado
y ascendí del vacío grito de mi dolor,
y yo fui pronunciado en carne viva desde el vientre de la muerte
para reinar en la paz de tu memoria.

EL MILENIO Y OTROS POEMAS ( POEMARIO COMPLETO)

NUEVE POEMAS DE AMOR Y DE PERDÓN

LA ACEPTACIÓN DEL MENSAJE DE LA VIDA

Buscamos una tierra más allá de la noche,

Donde el Sueño revela la eternidad del mundo.

Su estrella es el espejo del misterio, el abismo,

Entre el cielo y la tierra, luces y sombra, el dios

Que viste nuestro cuerpo y que es nuestro camino.

Se muestra el centinela como el Gran Padre Todo,

Con su visión de fuego que enciende nuestras sombras,

Y ya entre los Dos Ríos la Casa de los Tiempos

Apacienta a los pueblos que cultivan sus campos,

Entre Amor y Dolor el barro de los hombres.

Libres en cada cosa, a su misterio unidos,

Crecen sus frentes hasta la altura de los astros.

Las aradas praderas parecen más extensas,

Los surcos las recorren con un lenguaje oscuro,

Las montañas circundan como un anillo el campo.

Ceres y Baco alternan el cántico del suelo,

Donde las voces trenzan la memoria del tiempo.

Siempre la Femenina, la Madre Generosa

Prodigando sus dones, y el Testigo del Padre,

Abriendo los sentidos a un cielo más profundo.

Se muestran estaciones en la fiel providencia

  • la Virgen con los velos de la luz figurada,

la Justicia enjoyada con el sol inocente,

la Esperanza que nutre al hijo del dios vivo

cuya voz suave entona el cántico del hombre-.

Infinita y remota la vida nos acoge

Con tranquila plegaria. Ella es la Compañera

Del globo de la ausencia que llamamos Memoria.

La posesión olvida, y el genio cae a veces

En una estrecha cárcel donde sangran sus alas.

¡Dichosos los patriarcas, las graciosas mujeres

Y los hijos que hablaron con el mar más antiguo!

Sobre la piedra extensa, la danza de los muertos

Llega como un susurro para anunciar la vida,

Y lo que ahora escuchamos son formas de verdad.

EN CLAVE DE ENIGMA

Yo bebo tu boca en clave de enigma,

Sonora materia dudosa de aromas,

Esposa del tiempo que nunca se ha ido,

Palabra serena, hecha de vacío.

Envuelve la espera un ensueño de flores,

Y mi sombra alzaba su perdida copa,

Memoria que siente la esfera que crece

Palpitando viva en las hojas que nombra.

Abstracta inmortal semilla del Padre,

Que cubres de blanda suavidad el cielo,

En blancas estrellas y en la luz velada,

En íntimas cenas de festín secreto.

La casa del día es un cierto transcurso,

Soñada promesa por otro infinito.

Unido el camino la vida ha formado,

La palabra es solo el perdón del camino.

LA CEGUERA DEL SOL

Al filo de la voz del amor vivo

Que fulge en el fuego que no se apaga,

El ciego dios transita las alturas,

Escribiendo las sombras de los cuerpos.

Su rostro de luz hace la distancia

De la inquieta razón de la plegaria,

Como un canto que en sueños se ha escuchado

Y despierta de millones de sueños.

Entre las nubes, bienaventurado,

El corazón disuelve la amplia muerte

Con el silencio a modo de presencia

En la humildad que el cielo obra en la tierra.

Maestro de virtud, el sol es ciego,

Su causa bella, la verdad contuvo

En los paisajes de la angustia oscura

Que eligieron la mirada por tiempo.

EL DEVENIR DEL ESPÍRITU

Pequeño e íntimo sorbo de fuego,

Misterioso y mensajero amor flotante;

Tú, derramada voz de eternidades

Sin espacio que contenerla pueda,

Verbo de todas las conjugaciones

Como el milagro de la luz del mundo,

Aprendiéndose en el líquido tiempo

Que en un dorado sueño se aparece.

Sereno y fiel devenir del espíritu,

Piedad interna de un recién nacido,

Aura de los instrumentos del canto

Que las cárceles propias desvaneces,

Y anegas la posesión de la muerte

Deshabitando de alma su mentira,

Despertando despacio cada enigma

Con el don musical de las edades.

Libre verdad, que al día te asemejas,

Radiante de los floridos misterios

Inmersos en la transparente noche,

Ven tú al silencio oculto de mí mismo

Y pon tu mano sobre mi costado

En forma de caricia verdadera,

Y deja en mis labios el dulce beso,

El poema, paz de tu sabiduría,

El dios hermano de mi corazón.

LAS ESCALAS DEL CIELO

Ascendiendo y descendiendo

Tejen ángeles la escala.

Exiliado soñó un día

El eterno la armonía.

Toda belleza se entrega

En escalas de la Escala.

Las flores hacen los frutos

De la sombra de la luz.

Los rostros al bien conducen

Trascendiendo los reflejos

De los muertos silenciosos

Que en su laguna vigilan

Como dioses encendidos

En los astros escondidos.

Son las escalas del cielo

Los colores del anhelo.

Movimiento silencioso

Para el consciente reposo,

Para el sagrado esplendor

Que en el tiempo fue dolor.

CUANDO ME DESPIERTE

Cuando me despierte del falso sueño,

Cuando despierte de lo imaginario,

Entrará mi río en el mar sin orillas

Que estuvo conmigo antes de las cosas.

Cuando me despierte de la mentira,

Mis ojos se abrirán para ver todo.

Ni el ayer ni el mañana turbarán

La paz de lo que permanece siempre.

Quedarán en la orilla los vestidos,

Sin razón de ser ya, vana apariencia.

Arrugados, ya no contendrán nada.

La larva de una fe nunca alejada,

De nuevo los devolverá al principio.

Así es la parte que al todo regresa.

Desnuda paz, mi cuerpo descubierto

Conocerá las aguas del origen.

Los mensajeros no serán extraños.

Serán uno mensajero y mensaje.

Me acogerán los tiempos entreabiertos,

Y tú también, amada, oh tú verdad

Por quien mis labios suspiran palabras.

Y vosotros, rostros reconocidos

Que siempre habéis estado en mi interior,

Amigos de mi exilio, fieles dioses.

Cuando me despierte ya no será

Preciso recordar. El cuerpo vivo

Se hará lo más pequeño y más sublime,

Lo más radiante, que ahora está escondido.

El territorio frágil del espíritu

Que de ruidosos mundos resucita,

Para albergarme en infinito abrazo

Como antes de sumergirme en la noche.

SOSTENIDO EN LA LIBERTAD

Sostenido en la sola libertad

Sin dueño alguno,

Tomo en la mano la tierra y el cielo

Y los integro cual si fueran uno.

En el lugar del encuentro me observo.

Parezco otro, soy otro también.

El miedo que me ataba a aquella sombra

Era la luz en que ella se deshizo.

Ya no miraré atrás para huir de mí,

Porque no hay nada fuera que no sea

En la verdad y no me pertenezca.

Modelando estas formas que aparecen

Busco la forma de mi identidad,

Sin separarme nunca de mí mismo,

Fiel a lo que no desaparece,

Sostenido en la sola libertad.

LOS LÍMITES DE LA EMOCIÓN

Ningún motivo recoge el espacio.

Es el espacio la emoción sin cuerpo.

Boca abajo absorbido,

Amaneciendo en una luz dispersa,

Penetra en los mundos imaginarios

Y los disuelve en destruidas normas,

Y el velo natural de nuevo nace.

Abrasada la divinizada fórmula,

La forma del mundo desvanecida,

Los continentes vuelven a ajustarse

Trascendiendo la antigua perspectiva.

Golpeando las estalladas flores

En las montañas de razón lejanas,

Denunciando un orden de represiones

Y un cuerpo de pintada fantasía,

Sin detenerse en la imagen mentida,

Banqueteándose en lo continuado,

Obra equilibrio entre los dos opuestos

Que impulsan el camino hacia delante,

Lo común que sin propiedad existe.

LA SOMBRA HUMANA

Se adentra en la tierra luminosa,

La habitación de los rostros intactos

Que se descomponen en el enigma,

En el abrazo que creando se acerca.

Por el oscuro sol la sangre fluye

Resplandeciendo en la plástica mente,

Mano que sin cesar de amor embriaga

Saliendo de los taladrados sueños

  • los pies y manos que se han liberado

de la imagen fundida en transparencia-.

Oh salmos del amor pacientes sombras.

Consumada la unión de los paisajes,

La luna en otra luna se desnuda.

Su pálido lugar la voz despliega

En el abismo ya sin semejanza.

La sombra humana: destinos de sueños

Conjugan el verbo de oculta acción,

Y aunque en el llano permanece el cuerpo

Yacente ya como una última imagen,

Los rayos de los ángeles penetran

Su sombra como vaporosa nube,

Blanqueando los contornos, elevando

La forma sigilosa a la verdad,

Para que no haya duda entre nosotros.

SIETE POEMAS DE DESARRAIGO

LAS LINTERNAS DE LA CIUDAD DESDOBLADA

No duerme nadie.

Lorca

Un bloque de cemento preserva la muerte

De la incontaminación de los siglos.

Congelado en su cripta, lo sagrado vela

En un museo de opacas vitrinas,

Y martillos y yunques se suceden, se escuchan.

En la ciudad desdoblada no hay hombres ni hay mujeres,

Hay hilos que caminan por los centros comerciales,

Y escorpiones dorados, enjoyados, en farolas húmedas de sal.

La ciudad desdoblada se separa de sí misma

Como la ley de los matrimonios,

Pero su falso fantasma no desaparece.

Los cubos de basura sueñan revoluciones.

Se despliegan las calles en pantallas sonoras

Y los seres humanos se confunden en el cine

Con pálidas diapositivas de puestas de sol.

Los periódicos lo saben: “ayer ha sucedido,

Y hoy es una sombra protegida”.

En los bancos se esconden las ilusiones

Avergonzadas a la luz del tiempo impuro de los relojes,

Porque los héroes son carteles pegados con angustia

A los cristales que gritan entre anuncios,

Invitando a la tortura de olvidar cada día.

EL ROSTRO BORRADO

Los temores de la guerra de antaño,

Los abanderados sueños que pelearon con los hombres

E incendiaron los templos más allá del mar,

Los ídolos del oro y de la plata,

Las brillantes cadenas de los siervos golpeados,

Lo que yace en el clásico sepulcro

  • antigüedad de la memoria en vela-

ha vuelto a almacenarse para un banquete fúnebre.

Ardiente cementerio de suicidas armas

Levanta tumbas sin nombre con ilegibles signos

Para la madre y el hijo, para el esposo y la esposa,

Para los vivos que aguardan el tránsito de los muertos.

Había niños que jugaban con sus manos

Calcinadas por el odio maldito del verdugo,

Dibujando el universo, pintando la verdad

En el sucio papel de lija

donde se afilan navajas parecidas a ideas.

Ay de aquellos que borran las imágenes del dios de la vida

En el rostro de los hombres y de la mujer sagrados,

Ay de los que envenenan almas y se ocultan

Bajo uniformes sotanas de miedo,

Porque días vendrán en que su naturaleza

Los negará a sí mismos como a ella la negaron.

El rostro borrado que en el espejo del cielo

Resplandecía entre doradas nubes,

Volverá a recuperar su forma libre,

Y será la única luz que nos ilumine

Y los rayos de su paz la única gloria,

Cuando el tiempo haga vanos los intentos

De separar las almas de los cuerpos

En nombre de algún falso sacrificio

Que la lengua del tormento pronuncie,

Cuando el rostro borrado de la muerte

Sea el rostro manifiesto de la vida.

EL DIOS MORTAL

A un dios mortal, visible,

A un dios sensible hecho de nosotros,

A una muerte que ha de obrar lo eterno

Librando de cárceles el mundo,

Para que nada desaparezca

Y alcance el reposo de lo más próximo,

Todo se ha de despertar ahora

Del interior donde durmió su tiempo,

Ni lo más remoto será excluido,

Recuperado ya dios en el hombre.

A un dios mortal, y vivo y verdadero,

A la piedad del ser siempre cambiante,

En el occidente del sueño extenso,

A la palabra en llama pronunciada

Que hace temblar y transformar el mundo,

El eco que sucede de nosotros,

Los tiempos heridos de libertades,

Los días que en vacío se renuevan

Engendrados en la forma del canto.

Sea su paz de nuestro amor desnuda,

Sea su voz la noche del viaje,

Sea su cuerpo más allá del sueño,

En la fuente quieta del gran perdón.

LOS TESTIGOS DEL AMOR

Los niños cantan sobre los raíles del último tren desaparecido

Impulsando el viento humilde en las alas de los pajarillos.

Los cráteres de las palabras segregan rancia materia,

Los billetes de banco saltan de la boca del falso profeta.

Vestidos de nubes azules, dos jóvenes ángeles arrancan los frenos

De un autobús volcado en la carretera,

Mientras algunos muertos jugaban al dominó

Mutilados junto al fuego, en un cuadro de estudiadas costumbres.

Las metálicas armas gritan como cigarras ruidosas

En el frío de la noche donde se alza dura otra luna.

La embarazada escondida entre ruinas daba a luz

Una criatura con dientes y uñas rebeldes.

La teología es una cruz pintada sobre un muro.

Los abandonados sueñan en su parque de atracciones

Con un tuberculoso que parece un mesías

Envuelto en vendas de hospital, saliendo del sepulcro de la enfermedad,

Sentado a la orilla de una tubería rota.

Los pobres se lamentan frente a un templo de oro lívido

De las vanas injusticias de los dueños del vertedero.

Los jefes del uniforme escuchan, paralíticos y temblorosos,

Escondidos en brillantes automóviles.

Ellos son.

Los antiguos fundadores de la ley de la apariencia

Cuya muerte se descarna en deformes calaveras.

El espejo del alma, el invisible tiempo

Marca los negativos de las fotografías

De sangre viva que abrasa paulatinamente

Como llama interna los corazones secretos

De los muertos que se esconden en los perfumados mitos,

De las flores que crecían sobre las heridas tumbas,

Los testigos del amor en el cielo de la nada.

EN EL INTERIOR DE LA CARNE

En el interior de la carne hay corpúsculos

Que corretean como pequeños escarabajos.

En el interior de la carne

Hay descarnadas estatuas de huesos,

En el interior de la carne hay

Una nada muy primitiva,

En el interior

De la carne no hay en absoluto vida,

En todo caso una máscara que tiene ojos de piel rasante

Y navega cantando por una profunda herida.

LOS COLECCIONISTAS DE CADÁVERES

La esfinge sin ojos de un antiguo motivo histórico

Mira con las gafas de una niña que saborea un caramelo.

Los órganos de un inmigrante vendidos en pública subasta

Parecen joyas de asfalto en los cuellos de las damas de un salón selecto.

Ahí están, han bajado del avión los coleccionistas de cadáveres

Con un cinturón de basura y un revólver en los dientes.

Su cortesía se distingue por un irreal intercambio de manos,

Y por el olor de su ropa sucia a cadáver disecado.

En el parque de atracciones los asesinos de inocencias

Lamen los esputos sangrientos de sus botas avergonzadas

Con fórmulas escogidas, nidos de larvas de insecto,

Ocultan con vana fantasía la verdadera mentira de sus almas.

“El negocio de la guerra es el dios que nos protege”

Claman poseídos de llaves que los manejan.

Han bebido por legado de los antepasados

El ordeñado excremento de un veneno

que se acomoda a la estrechez de sus venas.

Volcado en mesas de ciencia reducida

Su dinero rueda y suena a hueco,

Continúa por sus mentes resonando

Como una macilenta trompeta de acero.

Sus aguijones se clavan en las mujeres que dan a luz

Y se enredan como serpientes intoxicadas

Al bastón de los ancianos.

Con la lepra que contagian,

Firman la muerte del pobre

Al que adoran como un ídolo y matan como a un gusano.

En su riqueza hambrienta entre agonías consumen

El combustible del mundo que los encierra

En dormitorios de angustia,

Y no son humanos tampoco,

Son fantasmas que en la externa cueva del miedo deambulan.

Sombras de vida que se han negado y atragantado en sombras,

Planas imágenes millonarias

En el lugar del amor,

Enfermas magias novelescas que se suceden ocupando el tiempo,

En los espejos opacos buscando iluminación.

Los coleccionistas de cadáveres nunca han existido en ningún universo posible,

Son espejos que reflejan en el mal de las ruinas privadas su necesaria extinción.

MISERICORDIAS

El vómito del mar desenreda

Las lianas que cubren crucifijos de óxido tibio,

Descendiendo por las caderas del amor abandonado

En insultos con forma de paloma,

Una cátedra de matemática simetría que imita

La improbable labor de dos querubines en celo,

Se columpia en las flores de los volcanes y edifica

Un espectáculo de entusiastas babosas de consuelo.

Una reunión de comentarios agrada

A los intestinos de las mariposas

En tanto se desangra en la cocina del crimen un recién cebado sufrimiento

Con lágrimas guarnecido por un muñón informativo,

Y en cada lágrima un fusil con

El ruiseñor de un infinito.

Un dios creado por el temor se vende en estampas

Automáticas con dientes y garras desplegadas,

En pianos bien afinados asesinan a un pasajero sin pasaporte

A cada doble movimiento del bolsillo;

Un funcionario del odio fabrica un rinoceronte que se parezca a una bailarina;

Las dos caras de la moneda son los dos intérpretes de un

Eficiente martirio.

La lírica arrogancia de la caricatura

Posee el secreto del corazón de las lavadoras,

Y los enemigos parecen amigos en un anuncio de tiempo programado

Con una civilizada violencia suprimo

La existencia de una parte del mundo

Y en cavernas televisivas veo

A un condecorado sentimiento disfrazado y difunto.

Cuando beso tu boca recuerdo que soy propietario

De un mobiliario que no se mueve,

Y arrojo mi dentadura postiza, rezando,

Al depósito de los futuros amaneceres.

EL MILENIO Y OTROS POEMAS

EL MILENIO

La piel del dolor gotea a las lejanas estrellas

Derribadas en transparencia incierta que nos mira.

Por las pupilas incendiadas corren tigres misteriosos

Son los vientres oprimidos del oráculo del tiempo.

La increada estación padece una muy frágil memoria

En los ojos y manos suaves del campo siempre sonoro,

Pero al cristal del cielo donde anida el principio del año,

Se le han pegado estucos de hierro en forma de águilas negras,

Se han unido mosaicos de dioses reducidos a luciérnagas,

Y el sol y la luna atraparon brillos de metal esclavo,

Y el mundo ha mostrado al mundo un traje de luto hipócrita,

Pues una polilla afilada horadó de nuevo, con inflamada experiencia,

Los tristes esqueletos de los barcos varados en el torrencial silencio.

De una costa sin luz emigraron los divinos muertos del pasado extinto,

Con las monedas de corazón duro saltando de las bocas incendiadas;

Incluso los terrestres animales, despojados de inteligencia,

Han abierto las cárceles del alma y han liberado a sus elementales reinos;

Incluso, santos y ascetas, han parecido sonámbulos

Mientras los mendigos fantásticos dejaban su puerta entreabierta.

A través de los claustros del misterio se cruzaban las prostitutas con los héroes,

En periódicos archivos de soledad las letras tiemblan de frío grávido,

Los enfermos de los hospitales lucen un anillo de oro en cada dedo que nos toca,

Por las calles ríos de música quiebran la paz de bancos y estanques ahogados.

Puedes rasgar, oh congraciado tiempo, profeta y poeta libre,

Dios eterno de humana luz vestido, humillado,

La ilusión de los templos vacíos, y las vanas academias

Donde se adoran los nombres de quienes nunca negaron la vida,

Pues su libro estaba escrito en la sangre mutilada de los siglos,

Que fueron corderos mansos de gozo a sus manos aliviados.

Muchos hubo que vistieron su vergüenza con espectros

Con oxidados signos que herían los senos maternos,

Muchos hubo que negaron la palabra de esperanza

A los desvalidos niños

Exiliados de su oscuro mundo.

Las ventanas se han abierto en los sentidos,

Y las fundidas cadenas se derriten al calor de un abrazo verdadero,

Y se aprecia cómo los vivos no caben en las fosas ausentes,

Y cómo no se acomodan los paraísos a los cementerios.

Este es el gran milagro: no aprendimos lo que sabemos,

Sino que nos fue revelado el interior de nosotros,

Con sus normas que escribieron las penas del condenado

Hemos figurado el mundo con trascendencia de fuego.

Por las ruinas de la música aún soñaban los pastores las canciones,

Cuando del círculo terrestre se descolgaron los teatros de muñecos,

Y todavía el último actor se fingía entre estertores

Cuando abandonaron la nube de voces los escenarios polvorientos,

Y los uniformes de vomitivo lujo

Se quemaban gritando en las olas del misterio,

Y la riqueza de los paladares del venenoso humo

Se clavaba a la melancolía de los muertos del sueño.

Así, con familiares dolencias, compartidas y en tinieblas,

Alegraron las almas creativas de los abismos ciertos del universo,

Como si nada hubiese acontecido separándolos,

Como si siempre el hombre en otro origen hubiese habitado su primer cuerpo.

LAS ALAS

Por una oculta intuición el cielo muestra la tierra

Resumida en el espacio del espíritu envolvente.

Sola, la isla de la vida, arraigada como un árbol

Se desnuda de las hojas de la muerte.

Los astros de metal luminoso, emocionales, lejanos,

En círculos se enamoran de la noche de su oráculo,

Del fondo de los océanos del amor la materia abre sus alas al interior sueño de la memoria,

Y la frente de los enigmas penetra en la temblorosa imagen

Deshaciendo los mundos nacidos de su delicada inconsciencia.

Tus ojos de sombra cósmica son la única luz del cielo

En la atmósfera vacía y portentosa de divinos ecos.

Tu voz me conduce, materna, a los lugares que discurren

Por las vértebras del alma desde las que estoy diciendo;

Las alas reales vuelan por las entradas de un secreto sueño,

Y el movimiento desaparece en una permanente calma.

El ritmo creador de las alas se alterna en el tacto desconocido,

Y los nombres se disuelven desde el húmedo canto sin forma

En las cerraduras de cada miembro

Realizando la sagrada suavidad de los firmamentos infinitos

Que en inquieta piel se definen, en sucesión de ingrávida verdad,

O de un sendero de espíritu cierto.

Tus ojos de sombra cósmica son la única luz del cielo,

Las nubes se adelgazan al contacto de nuestros dedos,

Cuando la piedra natural se transfigura en río,

La mirada es un ave tenue sobre una aguja entregada,

Con párpados de sangre el alba convierte el bosque en una sola cascada,

Para que lirio y loto en la mano articulen la extendida palma.

En la rama brotada del vientre de la hierba flotan los tiempos como

Un susurro de alas.

Se escucha el pasaje del oído que siega la noche en llamas blancas;

Los campos sosegados atraviesan

La dureza de las montañas.

Tus ojos de sombra cósmica son la única luz del cielo,

Colmados de racimos y de granadas

De rendidos pensamientos;

Se devoran los instantes encadenados al líquido

Misterio;

El abismo afina el violín o la cigarra del sentido

Desierto.

La mueca del mar se detiene salida del

Rostro del aire;

La mesa del encuentro se nutre de sembrados

Ángeles,

Y los activos crepúsculos rompen el grito en los cristales.

Tus ojos de sombra cósmica son la única luz

Del cielo;

Las alas impulsan un viento de voluntad,

Las alas de nuestros cuerpos.

La libertad ha surgido de la cintura de

Un silencio,

Aliento de almas que existen

Al compás de contrarios espectros.

TRÁNSITO

No oyes ni ves nada.

Es el rumor de la vida que pasa.

Es el río silencioso que se desborda en continentes,

Son las luces del alba con el

Brillo redentor de los juguetes.

No lo supieron las damas de sal que rondan

Estatuas huecas de pensamiento,

No lo supieron los buques ciegos del paciente regreso.

Es el tránsito milagroso, siempre por suceder de nuevo.

Aquí y ahora y siempre otro sol pende de un sueño,

Y el camino divide las aguas del ayer y del mañana,

Y es el único bastón en la sencilla encrucijada.

Simple y sereno mirar desde afuera de lo mismo,

Para percibir la visión original de las visiones

En un real ministerio de actuales imaginaciones

Como el tránsito nos conduce hacia

El esperado silencio del encuentro.

LAS RAÍCES DEL FUEGO

Las raíces del fuego se persiguen en el infinito próximo,

Se buscan en el cielo misterioso las raíces del fuego,

En la claridad de los rostros que entre astros se mantienen,

En los campos enamorados de la tarde que llora angustia

Tardía.

Las raíces del fuego devoran lentamente los edificios

Las raíces del fuego queman las miradas sin pestañas que vigilan

La noche;

Ciervos milagrosos beben corazones en forma de agua.

Las raíces del fuego difuminan la legalidad de las excusas;

Las raíces del fuego llegan adonde

El reflejo del hombre no llega.

Las raíces del fuego nos salvarán algún día de nuestra

Propia ignorancia;

El pecado y la culpa y el tiempo serán abolidos por las raíces del fuego;

Nacerán de la mentira y de la muerte como de un buen

Firmamento.

La materia llegará a celebrarse cuando encuentre las raíces del fuego.

EL POEMA

El poema acudió en oculta forma al silencio

Conmemorado de ardientes memorias;

Desvaneció la ecuación del amor que abrasaba los

Altos cerros de una crítica señal

Belleza misteriosa,

Se posó en los estantes del vacío como un pájaro herido

En el plástico corazón de la sombra,

Y la figura emoción del infinito en la tormenta del lenguaje

Habitó con nuestra libertad de luz la verdad devastadora.

BELLEZA Y VERDAD

La belleza es un trago de inmensidad que elimina

La marca calcárea de la muerte.

Una danza de mundos semánticos en rotación

Perpetua,

Que en la tendida cuerda de la verdad avanzan

Cual soñadores funambulistas manifiestos de pronto.

La verdad es una tensa cuerda,

Sujeta por extremos que equilibran su fuerza.

La belleza es una fantástica sombra

Que en la ciega luz transita hasta hacer la mirada sólida,

Lo mismo que la tierra virgen nunca antes descubierta

Que se desnuda de pragmáticos vértices en la atmósfera de la huella.

EL BANQUETE

Cierto misterio nos alimenta en el centro

De la máquina mortal del sentido,

Destruyendo sus huecas formas liberando su húmedo espíritu,

La primavera se remonta a la aventura

De cristal magnético

Que un detenido recuerdo resplandece

Como limpias estrellas de silencio,

Y las cadenas se desintegran en notas de música interna,

Silbando a un rebaño de lobos que se ahogan

En estrangulada ceniza,

Porque el banquete la sangre el camino nunca han sabido terminar,

Asomados a un desolado frío,

A una impureza depuradora que los salva del sueño de sí mismos.

Sacerdotes impúdicos se revuelcan como cerdos

En el fango de los limbos recién nacidos;

La mesa se despliega para dioses y hombres que viven de la misma manera,

Con túnicas de una profunda soledad, ungida la piel

Por su propia y buscada nada

Que acepta el rostro tal vez sagrado del desconocido,

Y ya el taladro de un trueno en la báquica copa ofrecido

Nos quema la angustia de la muerte y nos transforma en vacío creativo,

Celeste voluntad nos enamora y nos entrega a lo que amor nunca nombrado

Amamos y vivimos,

El alimento es una luz desorientada a la que otorgan

Poder nuestras manos,

El eterno que su crisálida ha roto

Porque no hay mundo fuera de nosotros.

Decidimos el mundo que habitamos.

NATURALEZA

Hazme de nuevo emerger, naturaleza inquieta,

Desde el fondo de una brisa de humano aroma,

En la rueca de los tiempos deshojados

Las campanas de metal indefinido

Aumentan un carillón de medicinales tallos de submarinos asombros,

Naturaleza extática, devoradora de vacío espíritu,

Destructora de bombas y relojes fabricados de duda,

Sombra perfecta de mí mismo,

Virginal materia de conceptos prostituidos,

Como la piel del mental océano convertida

En transfigurado sonido.

Latir íntimo del amor, aquí

Tú verbo incendias de paz las montañas,

Arrastras residuos de multitudes arrancados sintagmas de puro exilio,

En la desposesión de las nubes errantes de agua celeste,

Y en la danza de las estrellas temblorosas en la negra boca de un

Misterio compartido en un corporal sueño de

Solar entrega,

Regalo mortal de un paciente vehículo desmedido.

Como si otro fuera, el otro siempre vivo,

Más allá de la mentira atormentada que reduce la tierra a un planeta evadido,

A una pelota de causas que rueda en nuestras celdas de tiniebla,

La imagen de la imaginación he bebido

Y su velo se ha rasgado en un temblor consciente,

Y la memoria era la mesa, el testimonio y el testigo

Del paraíso de la destrucción del tiempo,

El desarrollo de mi pequeña semilla que extiende sus raíces

Por una verdad secreta;

Tampoco solamente humano, bueno o malo

En una separada norma;

Tampoco solamente divino, la alta majestad de la visión remota.

Me quedo aquí, hecho de nuevo, aceptando

El regalo del transcurso,

Identificado con el amor que me acoge

En su vientre de oscuro tesoro desnudo.

FIN DE “EL MILENIO Y OTROS POEMAS”

POEMAS DEL LABERINTO (POEMARIO COMPLETO)

CÓMO CAMINAR DESNUDO A TRAVÉS DE UN SUEÑO

Cómo caminar desnudo a través de un sueño,

Cómo acompasar el latido de la noche del corazón al ojo interior del día manifiesto

Mientras se tocan nuestras manos y el instante eterno nace en los labios que se unen en la verdad de un solo signo recordado.

Así el sol externo me mira y me quema la piel porque arde fuera de los vínculos emotivos que serán míos a cada paso que da mi cuerpo en el tuyo.

Sí, sé que tu amor me devolverá la vida, sé que mi boca, más allá de la ciencia del miedo que ata y condena,

Invocará tu nombre día y noche, hasta que así sea.

Mido mi estatura – la sombra del mundo- por mi voluntad de verte y sentirte a mi lado, tus manos me sanarán cuando me toquen, y no pertenecerán al abismo donde se compran y se venden ilusiones;

Yo estoy enamorado de ti, y soñaré para ti el mejor de los mundos posibles,

En un infinito que brotará de nosotros.

No quiero emplear palabras en vano, pues el final se ha dicho ya al principio y no queda más que decir que lo que nadie ha creado ni fabricado,

Aunque mi debilidad me lleve a equivocar mi camino cuando no te veo cerca de mí.

Los labios congelados de la nieve consultan la respuesta sosegada del silencio.

No se hace esperar la pregunta, ella es la creación entera separada del caos.

La linterna de tu boca brillante se acerca a mi corazón cuyas olas comprensivas van despertando la línea de la costa sensitiva.

En la mesa del desayuno el alba parte con su luz el pan cerca de la ventana que da a los dormitorios de las miles de noches que recrean el sueño de domésticas figuras familiares,

Odas instrumentales se derraman de la ducha del día cuyo don se vierte por el cuerpo como un bálsamo de felicidad.

Antaño mi memoria vivió una pesadilla: se separó mi cuerpo de mi alma y tú y yo nos separamos,

Como si fuéramos seres distintos vivimos enemistados por el dolor y la propiedad de las cosas que no son de nadie.

  • Ofréceme todo el dinero del mundo, el crédito de los titulares de las mentiras humanas, la sangre de los vencidos, la gloria de la venganza, y no podrás disfrutar de un día siquiera conmigo – dijiste, y la tormenta de mi mente se desvaneció.

Porque ni tú ni yo pertenecemos al sueño misterioso. Es nuestro hogar, nuestro nido de amor. Pero la niebla no puede atraparnos en espirales de humo mientras ascendemos por la escalera de caracol hacia el astro de fuego que nos dio el nacimiento.

Rocas o continentes nos aíslan, la materia ilusoria con su anillo de energía encarcelada a los dedos de la memoria reminiscente puebla los limbos del aliento elástico,

Seres vivos parten de mi vida y no los reconozco subiendo y bajando de la escala de tu voz amada.

Repites el origen en la música armónica y orgánica de las estaciones, Silencio que custodias el vacío de mi conocimiento, hasta que Padre pueda llamarte, imagen en la que podamos vernos.

Apenas tengo un valor en el mundo, apenas soy nada y desde la nada invoco,

Las situaciones me son extrañas, aquí y ahora soy la sombra de un símbolo que desconozco.

Pero tú, seas quien seas, me llevas de la mano y no permites que se anule el sentido que tengo de ti,

Encuentro mi propia carne y la amo como a mí mismo.

Los sueños son orgánicos y se comunican desde el subsuelo de la vida en formación,

Parten desde el ombligo de la luz que se transforma en el aire del espíritu absoluto que nutre los pulmones de la tierra.

La tierra nos atrae con la gravedad del amor; el sol nos sostiene con un manto de armonía cuyos dedos arrancan notas de las cuerdas del corazón que nos une.

Luz de luz, cuerpos respirando luz que nos eleva a la conciencia de lo que todavía vemos como imaginario en la corrupción que mide el tiempo.

Todo lo que está afuera, estuvo un tiempo dentro de nosotros, en la dimensión de lo no creado, en la patria de lo eterno.

Exiliados vagamos y no nos reconocemos como el Ser Primero y Último, el hijo único del padre que nos engendró antes de que la creación nos otorgase el cuerpo de su materia soñada, dividiéndonos en rutas propias de experiencia.

La Obra ha de ser consumada, pues el verbo se ha conjugado y en su gestación la tierra manifiesta figuras de evolución milagrosa,

Desde el átomo al órgano que lo percibe, desde la masa hasta el movimiento, desde la pirámide al arquitecto que no ha hecho más que copiar lo que ha comprendido.

No estoy fuera, estoy dentro de ti; no estás fuera, estás dentro de mí. Guíame hasta ti y yo te guiaré hasta mí.

Mi voz es un hilo en el laberinto de la noche, un hilo imaginario que llega a la realidad de sentirnos juntos y unidos para siempre, todos y cada uno sin distinción ni pérdida alguna.

Y cuando caiga enfermo, tú me levantarás desde donde estés, y la verdad de tu amor me hará libre y cerrará mis heridas sangrantes.

Sé que a pesar de mis debilidades en la confusión que me habitó de odioso miedo, saldré ileso en tus brazos, aunque la niebla nos oculte el rostro a veces con opacas mentiras.

Me beberé tu amor y soñaré con todos nuestros encuentros,

Prepararé el lecho, amada mía, perla de belleza que emergiste de la tierra oscura, prepararé la cama con las flores de mi canto.

Aquí y allá oigo voces de seres hermanos que me llaman, pero su lengua es para mí irreconocible por ahora,

Se han ocultado en mi memoria como el sol se oculta en el mar y surgirán con el próximo amanecer dorado,

la información de sus idiomas sonoros vaga por mis sentidos, el pájaro del mensaje no se ha posado todavía en ninguna parte,

tantearé las sombras con el lenguaje e interpretaré los enigmas hasta que desaparezcan en una verdad más fuerte que el olvido y la muerte.

La geografía del alma es un universo que juega con los cuerpos de la luz,

Las calles se adelgazan como cables en las ciudades de política y aparente armonía,

Te encuentro en la atmósfera inventada de mis sueños, en las conversaciones incluso más vulgares,

Partes de mí que estáis en el mundo con derechos y libertades iguales a los míos.

Emergieron de una isla los oráculos antiguos. Descendieron los audaces mentores de la Primera Humanidad, los Maestros, de una galaxia lejana en una dimensión celeste,

Y pusieron en el animal una gota de conciencia para que supiera encontrar el camino en la evolución del espíritu,

Las razas y los pueblos se agregaron en torno a la majestad de los dioses, las células estrecharon sus vínculos en torno al reino de las almas que recorren las órbitas de la creación inspirada y expirada en ciclos aprendidos.

La historia es una sombra de este recuerdo; los Libros Sagrados lo confirman con caracteres escritos para siempre,

Hasta ofrendar en la Copa de la Unidad la sangre de los homicidios y de los crímenes y devolverle la vida al Corazón Compartido que late por todos.

El tiempo vuelve en las estaciones, los imperios del poder humano se suceden y se heredan las derrotas que encubren las aparentes victorias de banderas e himnos propagandísticos,

Pero lo que siempre estuvo vive desde el momento en que la verdad ha sido comprendida.

Esto sabían nuestras mentes antes de su nacimiento, pues la Sabiduría las había reflejado a su imagen.

De nada sirven las murallas fabricadas y sostenidas por tradiciones de temor y engaño.

Caen una a una sus falsas glorias, agonizan sus tratados y sus guerras, se pervierten sus leyes y se rebelan sus pueblos, y una música de libertad arranca del suelo sus propiedades.

Es una música sencilla. Es la esperanza terrestre que siempre estuvo con nosotros en el fuego que nos reunió en la primera sociedad, en la familia de los iguales.

Cuando me desnudé a la luz de tus ojos, desaparecieron con las prendas arrojadas al pavimento en penumbra las envidias y los odios,

Y me viste tal cual era, y tocaste los miembros negados y condenados a adornar infiernos de lúbrico deseo,

Los viste puros y resplandecientes, y comprobaste cómo se movían al contacto de tu voz entrecortada.

Los habías imaginado muchas veces en noches de insomnio -¿ lo recuerdas? – pero los olvidabas a la mañana siguiente, a la hora del desayuno que acariciaba el pan del día en tu boca.

Si muevo uno de mis músculos de armonía, también se mueve el mundo y me revela su centro bajo mi piel,

Si tú te mueves junto a mí, la distancia desvanece su ilusión paradójica y te encuentro milagrosamente unida a mí por el ombligo del tiempo,

Mirando por la ventana de mis ojos los paisajes de lava fundida de la noche anterior, cubiertos de una esfera de seres vivos recién salidos del mar inconsciente.

En el centro ardoroso de la tierra grávida de peso y amor, recién fecundada por los signos letales de la inmensa pantalla cósmica

Una herida de dolor desperezó el dragón de escamas de jade, el Inmortal, y su sinuosa ciencia preludió la prueba de la Sabiduría que ordena los movimientos de las cosas.

Los siete órganos del ritmo instrumental abrieron sus puertas al soplo del fuego que consuela y cura con calor luminoso, con su dulce consejo vital:

Un rayo anímico penetró la materia y consumió la víctima de la débil soledad de los separados por el peso de sus culpas,

Atravesó en lucha fulgurante las tinieblas inventadas y rompió su tela mental, deshizo el encanto de la distancia insalvable, convirtió en un cuerpo las atracciones de los abismos inertes en el odio encarcelado de los siglos.

El dragón del Oscuro Misterio animó la columna vertebral del espacio con el movimiento del espíritu, hasta que la energía creó de nuevo la materia del mundo.

Siete comarcas y océanos, siete dones divinos, siete cuerdas sagradas recorrieron tu cuerpo y el mío, e hicieron el amor dentro de nosotros.

Sin duda el eco de las generaciones se resumió en el misterio que ahora nos alumbra:

El Portador de la Antorcha, el Cristo de Virtud Iluminado, hizo descender el fuego al corazón de las tinieblas. Allí,

La sangre se reprodujo en un espejo que reflejó nuestra alma errante, en el infierno de la culpa creada el héroe colectivo rescató a los muertos y los condujo a la luz que perdieron de vista,

Y nosotros lo seguimos, cada cual con la esposa legítima que encontró en su creación,

Al paraíso de su propia verdad.

De las alturas vivas y orgánicas cayó el pan de la luz indestructible dotada de espíritu inspirado,

La caverna de la creación la albergó pero no pudo apropiarse de ella, porque existía antes que sus oscuras paredes de móviles pinturas, nuestros sueños.

La luz revistió todas las formas, y cubrió de color las sombras que alargan sus hilos por la dimensión de lo sensible,

La luz venida del principio era oscura como el mismo principio, y era asimismo el espejo de lo que somos.

Alzó sus brazos el obrero en la posición del compás y el Arquitecto fundió las montañas en el crisol del Vacío Existente,

Los relojes se deformaron como círculos viciosos de odio y rencor homicida. El Misterio de la Libertad mostró su libro interior, la magnitud se redujo en una información microscópica,

El código genético del universo se condensó en la estatura del hombre, y el dios de nuestras creencias se transformó en un niño futuro.

Esto sucedió en el pasado, en el Reino del Recuerdo, pero el efecto de esta innata causa todavía está por llegar.

Con los ojos del corazón puedo ver a cada cual según lo que vale, más allá del ruido de las apariencias que ensordece a las moscas del delirio social,

Más allá de los papeles que representan puedo ver a cada ser digno representante del Todo,

Ante cuya esencia las diferencias nada significan, porque en la orgánica armonía de los cuerpos danzantes cada elemento es tan perfecto como su contrario,

Y cuando la locura del culto a las inestables imágenes se apodera de mí por medio del temor a la pérdida,

Invoco este silencio y recupero la calma, respirando en la oscuridad.

Veo a través de la ventana del mundo a una mujer joven amamantando a su hijo recién nacido.

Con gesto humilde lo arropa y lo calienta con su cuerpo acogedor, lo envuelve en su hálito a la luz del sol que cose los paisajes a la mirada interrogante.

Puedo sentir cómo crece el niño en brazos de su madre, obra del amor, sin entender muy bien a qué se debe,

Escucho sus balbuceos que articulan en un nuevo lenguaje los sonidos antiguos, y los mitos del tiempo se desvanecen al igual que sombras en presencia de resplandores de eternidad.

Una ciudad emerge de la niebla en medio del mar de azul espumoso: es la legendaria Atenas, a orillas del puerto donde varan los barcos polícromos cargados de mercancías rumbo a las fábricas de los artesanos que conservan la forma de la historia en los objetos;

Los niños juegan alrededor de las tareas de sus padres, y los adultos filosofan en la Acrópolis, celebrando Asamblea para dirigir el bien común.

Cada cual toma la palabra a su tiempo, declama su opinión y converge en la inteligencia de la Justicia, cuyo resplandor va alumbrando la senda de los más pobres desde la cárcel de ignorancia en la que se encuentran.

O es la ruidosa Londres tal vez la ciudad perdida en la niebla, y los buques de carga remolcan los tesoros ocultos del mar, y las máquinas de la industria transforman la faz de la tierra acercando a los pueblos separados por millas de distancia,

O es la sólida Roma, capital de un imperio que dilata sus fronteras y acoge a los extranjeros en su seno,

O es Jerusalén, brotando como un pájaro de fuego de las ruinas de la decadente Babilonia.

Por todos los extremos la ciudad indefinida se abre y se desgrana en racimos y mitades,

Las carreteras y las vías de transporte conquistan el dominio de las aves y de las nubes etéreas,

Un aeroplano eleva a los pasajeros sobre las selvas tropicales donde anidan gigantescos invertebrados anteriores al diluvio de la memoria,

Incluso los niños sobrepasan en conocimientos a los adultos faltos de fe que repiten letanías de escuela detrás de grises anteojos de vidrio.

Ese que ahora se muestra a la vista era un condenado a una cárcel de envidia e ignorancia.

Obsérvese su uniforme de presidiario con rayas blancas y negras – con artículos legales cosidos a su camisa-, el número de identificación de celda, la cabeza rapada,

Las marcas de los grilletes, la máscara que le cubre el rostro, los ojos llenos de desconfianza, la suciedad y el sudor sobre su piel áspera como un rodillo.

Admírese la manera en la que se levanta del suelo, se frota los ojos y camina al sol como un sonámbulo, apreciando de nuevo la libertad que vuelve a él, tratando de encontrar un punto de apoyo en lo que le sobrepasa.

Estaba muerto y ha vuelto a la vida, y los amigos han salido a recibirlo. Su mujer lo besa y sus hijos lo reconocen por padre.

Muchos años vagó por el mundo aquel a quien llamaban loco, y nadie lo alojaba en su casa;

Los ricos le cerraban las puertas y el hambre lo castigaba por los caminos sin caridad ni comprensión.

Amarga se hizo su alma maldiciendo su destino, hijo ilegítimo excluido de los lazos familiares, obligado a mendigar y a sufrir penas inhumanas.

La necesidad no es bienvenida; fácil resulta humillar a un pobre y condenar a un desamparado. Cualquiera puede serlo cuando se quita la ropa del trato social y se muestra tal como es, sin encubrirse.

¿Quién pregunta por el que no tiene bienes? Todos señalan a lo lejos y se callan. Pero alguien lo mira con amor, y el soplo del espíritu de la libertad incorpórea lo levanta del polvo y le da un lugar entre los inmortales y felices, bendiciendo su generación.

Las manos del generoso son las alas de un ángel que se ofrece a sí mismo, y desde el abismo del dolor se remonta a las alturas de lo inexplicable,

El aliento de la esperanza penetra en la materia como el alma penetra en el cuerpo del embrión con la información de sus mayores,

Las sociedades y los pueblos avanzan hacia una comprensión más plena desde la cercanía de los medios comunes,

El germen de los derechos nace del trabajo y de la libertad, pues las espigas maduras de los campos arados justifican la paciencia de los sembradores.

El pobre excluido de la mesa pretenciosa del rico que tiraniza sus pasos se sentará en la cabecera y repartirá los despojos del expolio de los tiempos,

Las máquinas de la inteligencia desplazan a los maltratos de la esclavitud. La muerte levanta su velo y abre paso a la luz de la vida.

En el origen de la creación estaba escrita esta máxima: que todo lo separado alcanzaría la unidad.

Si mi voz pudiera cantar como la de ese pajarillo que apenas se sostiene en el cielo con sus frágiles plumas,

Si pudiera deshacer con canciones la madeja de los embustes fabricados por la ambición enferma de los explotadores que usan los recursos del cerebro para confundir y humillar,

Si pudiera abolir los falsos nombres que Adán, nuestro primer antepasado, otorgó a las cosas, separándolas de la identidad de su fuente,

Y dirigir también a Eva, a la madre de los vivientes, una mirada piadosa y no condenatoria;

Si pudiera salir de la cárcel de mi angustia con una palabra de amor, entonces a la tierra desde donde invocamos llegaría al fin la Divina Justicia,

Y no habría presas ni depredadores, y el poder sería el mismo para todos los que respiran el compartido sueño.

Pero soy pequeño y débil, y mi vida pende de un hilo. No puedo mirar con mis ojos al sol sin avergonzarme frente a la majestad de su brillo.

Los animales salvajes me muestran que su ley es la mía – ellos, no obstante, no se avergüenzan de lo que son porque no tienen conciencia de ningún despertar-.

Tendré que atravesar las aguas de la muerte junto con mis hermanos, y cuando lo haga espero estar preparado para encomendar mi espíritu después de una vida plena y justa,

Porque sé que la materia es perecedera y que sus leyes no son inmutables,

Sé que la muerte será también una ilusión marchita cuando la fuerza del espíritu que concede alma a los cuerpos me devuelva a mi punto de partida, el Ser que estaba antes de la creación y cuya sustancia es semejante a la mía, como imagen suya que soy yo.

El encuentro con los demás no es siempre satisfactorio – ¿ será que los he juzgado antes de conocerlos?-.

Así, me defiendo de enemigos irreales, vengándome de mis actos con mentiras que solo logran confundirme.

¿Quién me acusa, quién me causa daño? Mis propios actos me acusan. Mis temores fundados en erróneos aprendizajes me causan daño.

Alimento con mi libertad a mis enemigos. Les he concedido potestad para dominarme, porque no es fácil entender, y no reaccionar por los impulsos que salen de la boca del estómago. La tentación del deseo con temor se nutre, y de su círculo inventado no sale indemne la voluntad.

La tentación estalla desde la soledad y el miedo a los demás. Como una serpiente asfixia o envenena, se camufla entre flores de vanidad aparentemente inofensivas, repta sigilosa y atrapa en anillos de pensamiento al descuidado,

Confunde y roba energías, buscando la ocasión para disimular su furia violenta y atacar por sorpresa.

Su poder desaparece, no obstante, si levantamos la mirada y la vemos recorrer el suelo silbando con el enojo de alguna excusa.

Antes de que llegue a nosotros, nuestros pies aplastan su cabeza, y su partida nos deja en un desierto de contemplación, donde el vacío que nos rodea nos demuestra que no había nada que temer.

Respiras la paz del aire que se extiende por los ríos de luz de las estrellas que han salido de una voz oscura,

No son aprensibles los cuerpos si no pertenecen a tu cuerpo, identidad liberada, desposeída de un conflictivo pasado sin comprensión.

Quisiera cantar para alcanzar tu espacio de susurradas formas, si la voluntad no estuviese atada al temor todavía,

Porque, escolares siervos de lo visible, los espectros de la doctrina aprendida no nos mostraron el diálogo de la verdad, se quedaron en la máscara pretenciosa de una ciencia programada con dados arrojados al azar,

Volviendo ciegos a sus oyentes, incapaces de sentir nada, asimilados a muertos convertidos en marionetas que se mueven por hilos eléctricos emitidos por máquinas impersonales.

Muchas generaciones se apropiaron de herencias dañosas, se uniformaron de prejuicios y de odios para asesinar a sus iguales, negociaron con la vida de los demás,

Nos dejaron un testamento de lágrimas firmado con la sangre silenciada de la venganza.

Le llamaron creación a la mentira, jardín de placeres a la muerte, bendición a la tortura. No puedo olvidar el nombre de ninguna víctima. Una parte de mi alma se quedó en el lugar de las ejecuciones y nunca negará lo que ha visto y lo que ha oído desde el día desgarrado de la infancia y de la inocencia,

Cuando las leyes fueron inauguradas por el nacimiento a un antiguo dolor no superado por sus engañosas fórmulas.

Anduve palpando sombras de colores en una pantalla de cine para reconocer tu amado rostro,

Entre llanuras ópticas una cafetería celeste juntó nuestros labios en un beso que abolió en la paz luminosa la contradicción de las inquietudes,

Descendió de los motores etéreos un hogar de calidos abrazos que refugió todos nuestros anhelos,

Me salvaron – mendigo de la soledad- las infinitas cadencias de tu cuerpo palpitante como un líquido piano precioso,

En una estación en claroscuro cruzó un tren cuántico en línea curva hacia el encuentro de tu corazón.

Por los rincones más recónditos del planeta se muestra la piedad silenciosa de los vegetales, cuyas raíces permanecen ancladas firmemente a la tierra, absorbiendo la luz de los cielos y transformándola en respirable oxígeno del que se nutren todas las especies,

la verdad de sus hojas es el verde que modela con luz divina la atmósfera humana, a partir de los rayos poderosos que vierte el clarividente ojo solar,

hacia el que los tallos alzados se levantan ofreciendo el aroma de la copa de sus flores abiertas desde donde el polen de la fecundidad se esparce al aire innombrable.

Los Mediadores de la Vida, sin conciencia de movimiento aunque impulsores de las acciones, guardianes del silencio sagrado de la meditación de la existencia, desarrollan el vigor sereno de los árboles cuyo tronco se ramifica sin perder el vínculo con el suelo estable,

Educando desde el sosiego de la contemplación, demostrando que todo cuerpo inerte es en realidad un alma conectada a la vida que no puede definirse.

En la familia del universo, la manifestación de los árboles reconoce nuestra genealogía, desde la célula hasta el organismo divino en el que vivimos, nos movemos y existimos,

Desde el antepasado hasta el último descendiente que salvará nuestro nombre,

Y en su forma armónica de serena belleza se reconoce la presencia de la Sabiduría que rige el discurso del tiempo.

Las tribus de la conciencia humana bendijeron el Templo del Universo, y lo poblaron de ancestrales cantos de meditación. Así comenzó la Era del Espíritu, cuando la tierra se reconoció a sí misma y elevó sus sentidos al cielo abriendo la flor de su verdad.

Todo obedece al principio de expansión hasta colmar la medida del despertar progresivo.

De pronto, los objetos asombrados por la magnitud del reflejo se sumergen en la transparencia del origen.

Los rumores de la fiesta humana, en la que se suceden sobre el escenario alumbrado con lámparas reyes, princesas, mendigos, sirvientes y otras máscaras que desfilan con eléctrico impulso se alejan cuando el oído se acerca al tímpano de los ecos mundanos, y escuchamos circular por las venas ocultas los sentimientos transformados en la sangre que extiende y propaga la vida.

Dividida en capítulos y cortada por frases salidas de un libro desgastado por el uso, la naturaleza expresa su virginidad fecunda,

La experiencia reconoce su condición sagrada de generación en generación.

Por la carretera que une destinos distantes circulan caravanas de automóviles en dirección a la Aduana en la que pagarán el peaje antes de alcanzar el Hogar donde las familias se reconocen.

La autopista está señalizada con emblemas y signos de advertencia. No todos llegarán a su destino. Solo aquellos que respetan la norma que ellos mismos han aprobado.

Del útero azul del mar renacen nuevos pobladores de la tierra, como hace millones de años, desde el fondo de la fosa tectónica donde la luz solar se rinde a la oscuridad que le dio nacimiento.

El marino conoce los peligros del océano, ante el cual la pericia humana vale lo mismo que la duda de su interferencia,

Y sus cálculos previsores no siempre se cumplen frente a aquello que no puede controlarse porque a nadie pertenece.

El buzo que explora los arrecifes, equipado con su bomba de oxígeno, apenas puede filmar las maravillas de imágenes que nadan en un torbellino de colores devorando profundidades líquidas que imitan las sombras fosfóricas del abismo que tiembla con la noche.

La superficie de la líquida memoria aguarda que emerjan del seno del océano cósmico las voces de los muertos, recobrada su figura en una dicha sin fin.

Los vivos y los muertos habitan separados el mismo reino. No hay red que atrape al espíritu cuyo fuego devora distancias y concede un cuerpo al abismo de la nada estable y cierta, ombligo de la Creación que la voluntad congregada opera.

Se prepara la Revolución Cósmica con el espíritu por impulso inherente: ya sea energía que mueve a las máquinas del ingenio industrial, ya sea información que dirige el vehículo del conocimiento, ya sea el nombre de la armonía escrito en el libro de la memoria histórica.

Un circuito integrado recorre desde Abraham a Jesús, desde Brahma a Buda, desde Eva a María y desde Gea a Maya. Los impulsos del nacimiento y de la muerte recorren el cable conductor del espacio de la vida, encarnando nuevos mundos de variables dimensiones, y el amor luminoso comunica los seres apartados del cielo dilatado en el velo palpitante del alma que espera su eterno retorno.

A mi oído llegan voces procedentes del universo que me acunan como un niño y me protegen con su poderoso influjo,

No permiten que caiga en el desánimo y en la fosa del temor cuya hondura es la muerte.

A todos mis hermanos conducen con el cuidado con el que el pastor conduce su rebaño, procurando que no tropiecen y avancen hacia su destino común.

Yo invocaré a esas voces cuyos titulares no conozco para que me ayuden y me libren de la confusión. Sus decisiones no dependen de intereses humanos ni han sido sobornadas por la debilidad de la mentira,

Están por encima de los deseos y de los temores como el cielo está por encima de la tierra.

He pagado mi cuota por vivir en sociedad, al igual que todos los demás, y lo que sucede fuera me afecta, pero no me domina.

El dinero y el curso legal de la moneda pasan por mis manos, al igual que el trabajo y la fatiga, el éxito y el fracaso, la comodidad y la escasez de medios.

No me convence ninguna institución, fundación ni patronazgo magistral. Yo mismo, como cualquiera, sé descubrir mis límites.

Todos los hombres y mujeres del mundo son para mí iguales en dignidad, pero sus méritos los diferencian conforme a la bondad de sus obras.

Las religiones son muy persuasivas merced a fábulas y preceptos, rituales y dogmas, pero cada cual descubre la verdad a su tiempo, pues el espíritu de Dios es común a todos.

En el principio está la palabra que nos comunica y nos libra de los ancestrales temores que se han grabado en nuestra sangre, soltando el lastre que oprime el corazón, para que desde su centro se ordene el sueño que en su espejo nos revela.

En el principio, tal vez, estemos nosotros. Más allá de la creación y de la destrucción, más allá de la duda que se agacha en la ilusión de la muerte, anhelamos volver a comprender el mundo que hemos olvidado bajo una forma nueva,

Rotas las cadenas de la esclavitud y del desamparo, solos en la llanura cruel del desierto insensible a las plegarias, fundidos ya los ídolos en anillos repartidos entre abuelos y nietos,

Con la visión del descanso en la promesa terrestre que mide nuestros años, habitantes en tiendas nómadas bajo la cúpula del misterio, conocedores del porvenir que sale de nosotros, los relojes se detendrán en el instante de la eternidad, en el aquí y el ahora, querubines de toda ley posible.

El Espíritu no creado al que pertenecemos engendra las figuras y las formas que la evolución de su voluntad hace reales,

El Océano del Vacío modela las olas desplazadas por el viento que inspira y expira el alma.

La apariencia destinada a desaparecer se transforma mediante la ley del movimiento, y la verdad de la energía innata nunca puede perderse, pero la creación es solo apariencia caduca cuyo vencimiento da fe del juramento firmado por el autor del poder, así lo visible es prueba de lo invisible, documento auténtico de un dios desconocido.

Es el Espíritu quien nos sienta a todos alrededor de la mesa de la Creación- imagen de un sueño-, es quien parte el pan que la suerte nos asigna por los méritos de nuestras acciones, es el Hijo de Dios Padre, del cual formamos parte, y del que no nos separa la mentira de la confusión en la que creemos.

Su sencilla verdad siempre estuvo con nosotros desde el balbuceo con el que nombramos el mundo cuya amplitud despeja las incógnitas de la ciencia pretenciosa que se resiste a reconocer sus límites frente a lo que solamente refleja la gloria paulatinamente conquistada de nuestro estado.

La obra del Espíritu Sagrado es el Gran Perdón que devuelve la dignidad de ser a lo que estaba separado de la unidad orgánica y viva que lo nutre, y los caminos son los frutos inmortales de nuestros mortales trabajos, el fuego que purifica y el agua que regenera, el Pensamiento en Acción.

No estoy separado de ti, aunque mi mente caiga en el abismo de la falacia de tu ausencia, oh Fuente Universal y divina imagen de lo mejor de mí mismo.

No estáis separados de mí, oh mortales semejantes que compartís mi camino.

No sois, océanos, montes, valles, cielos y estrellas más que elementos de un solo cuerpo de cuya armonía somos conscientes mientras recorremos el camino de la vida cuyo horizonte se pierde en el infinito, invisible a los ojos en la tiniebla nocturna del sueño imaginario que como real sentimos, porque de nosotros procede.

Cómo caminar desnudo a través de un sueño, mientras la victoria comprensiva de la luz del amor nos arrebata,

Cómo despojarnos de la debilidad de nuestras falsas armas esgrimidas contra nosotros,

Cómo encontrarnos en el genético abrazo de la materia corporal que nos une en un matrimonio indisoluble cuya herencia es la felicidad de lo atemporal y eterno,

Dime cómo, pequeña alma silenciosa, tú que eres la madre de todas las cosas, tú que eres la imagen de todos los sueños.

LA NOCHE MÁGICA

Ancho cristal, la noche, deja que pase por ella tu cuerpo.

Derribadas sillas se oro,

Una lluvia de pacientes ilusiones,

Majestades del abismo que comercia con las formas.

Hondo cristal, la noche impenetrable a los ojos suspendidos en su cielo, al término de su líquida expresión, una imagen recobrada.

Papel de sombras luminosas que danzan en la libertad de una palabra que siempre está a punto de decirse,

Máscaras de un sueño que es a la vez realidad del corazón,

Penetrantes aromas que atraviesan los ecos de los espacios creados,

Papel de caracteres atómicos y de esperanzas latentes, iluminadas regiones del cerebro heredado por los colores del aire.

La noche igual a sí misma, la vacía y silenciosa noche que está al final del pasillo de las lámparas,

Una fe habituada es necesaria para recorrer los azulejos de la estirpe hasta el vestíbulo blanco de la dura luna de los presagios inmediatos,

Una fe firme, de cálidas caricias de inocentes verdades. Aquí y ahora fuimos desatados en la pequeña, casi invisible región de la conciencia de un separado regreso al tránsito de un poder que nos perteneció, Mañana.

Los miembros de los cuerpos padecen el miedo del tránsito a través de la encarnación de la noche,

Nuestros ojos están fijos en el conocimiento de una puerta sin llave por la que entran y salen gestos que nos pertenecieron. Compadecerse de sus viajes infinitos, abandonar los sueños donde se acuesta la ilusión felina de la muerte, inventar un sueño para despertar, ser uno con la puerta, poder verse a uno mismo y a los demás en uno mismo.

Es ese el sentido del viaje.

Descubrir el código de la esfera hasta amar la primera sombra abandonada.

La noche que da a luz un día invisible, el día de la palabra que regresa a la boca por medio del espíritu del amor, invención que destruye toda geometría de asimiladas culpas.

La noche, la hija del regreso, no hubo sombra alguna fuera de nosotros, y ante su luz fuimos como sombras que pasan dejando su carga de formas.

Fue eterna la noche, la concebida y su enigma de agua inductiva en un pájaro de brillo celeste, la doble imagen de nuestro equilibrio reconducido,

La paz del centro alrededor del cual se persiguen como inquietos peligros los misterios de los días.

BABEL

En la ciudad de espejos doy pasos de ciego,

Recorro anchas calles sin centro preciso que guardan la huella de mis pasos,

Mi atuendo es una copia de otros atuendos, mi corazón se pierde entre oferta y demanda,

En la ciudad de espejos doy mis manos y mis pies al rumbo innato del azar,

Comparo el cuerpo de mi sombra con los espejos deformados que no dan salida alguna a mi repetida imagen.

Me han invitado a una cena pública donde me han servido vino de todos los sabores,

He conversado con estatuas que movían labios y cadera al ritmo de la música,

Me pareció que estaban vivos.

No puedo ver el camino con la luz de lámpara que me engaña,

Sigo un hilo que da vueltas sobre sí mismo en un laberinto imaginado por otros,

Cuando el suelo me encanta en su ajedrez de alternas cifras siento miedo,

Me falta tal vez la moneda ficticia que mantiene la ilusión de los edificios,

Tengo que retroceder porque un perro sin cabeza me ha ladrado en un paso de cebra.

Quiero regresar a casa,

Allí me espera lo conocido que me sirve su mecánico ruido,

Necesito la droga de ese ruido si quiero prolongar la hipnosis de este sueño inventado por otros.

Babel, la Gran Ciudad, no me ofrece más que su preservado vacío,

Al que cada día nutren millones de anónimos empleados que comercian con la mente de los muertos,

Yo he encontrado en mi diario paseo el pozo en el centro de la gran ciudad,

Lo he encontrado sin proponérmelo, sin que ninguna señal me lo indicase.

Me he guiado por el sonido del silencio,

La fuente invisible de la tierra que sabía que yo iba a llegar a su morada,

En una palabra guardé todos los pasos que di más allá de lo sólido, en la vida que quiso respirarme.

Todo era invisible para mí, pero yo vi el pozo ciego donde beben los vivos las aguas de los muertos,

Era líquida tinta de oscura ignorancia sobre papeles blancos vertida para preservar la ilusión de lo no trascendido, de la gran ciudad, la Babel de los muertos.

Supe que vagaba por un tránsito de calles paralelas,

Lo supe sin olvidarlo dentro de mi sueño recién vertido,

Quería encontrar luz en la ciudad que alarga las tinieblas,

Pero solo pude ver mi propia sombra reflejada en los espejos.

La gran ciudad, Babel, puerta de un cielo que no existe,

Torre de antiguos dogmas cimentados en un miedo a no volver,

Era juego de reflejos que evitaban despertar de un frágil sueño inventado por otros,

Era un anillo o una serpiente que se encierra en sí misma,

Y yo, hablando desde mi cuerpo, la llamé entonces la ciudad sin salida,

Porque en el vino que me ofrecieron solo encontré embriaguez.

Era Babel el humo de un fuego escondido,

Pero cuando probé el agua del pozo de los muertos,

Mi lengua logró vencer al autor de mi ceguera,

Recobré mi cuerpo perdido en una barrera de visibles mentiras,

Supe que lo que había bebido era la tinta oscura que contiene el tiempo de la nada.

Era la noche que quería encontrar la luz que ocultaba mi cuerpo de enigmas,

Desperté cuando se hizo la luz dentro de mí.

Y ya no vi más la gran ciudad, Babel, la del cielo mentido,

Donde mi corazón estaba perdido y en su sombra confundido,

Entonces te vi a ti junto a mí, a ti, mi vida hecha forma en un cuerpo igual al mío,

Y recuperé mi imagen deformada en los espejos,

La imagen de lo que soy, girando en otras ciudades,

Siendo otros que se mueven buscando otras mil salidas,

Así fue devuelta a mí la libertad vendida en un sueño inventado por otros,

Devuelta la verdad al poema de la vida,

La nada devuelta al todo, a la ilusión que no existió más que dentro de mí.

EN LA PIEL DE LA MEMORIA

En la piel de la memoria se dibuja una rosa,

Yo no sé si alguna vez se abrió a mis ojos por sorpresa o si estuvo siempre conmigo,

Yo no sé, si la vuelvo a ver, de dónde viene.

El centro de la rosa me sigue allí a donde voy,

No puedo alejarme de mi centro ni del suyo.

Ella es por sí misma y yo soy para ella.

Es belleza y origen, forma nueva para decir lo mismo.

Aquí y allá se apagó el fuego mágico de una mirada,

Los pétalos de la rosa son llamas lentas que me consumen cantando,

Para eso he venido, para encontrar a la rosa en un rincón del vacío.

A su misterio no puedo evitar entregarme,

El fuego que encendieron mis padres no la revela,

Ni la doctrina de los expertos la define, ni yo puedo nombrarla con labios de ceniza.

Recuerdo su fuego encendido en mi infancia,

Todavía en el azar de la vida me sigue encendiendo la llama del alma,

Llega el susurro a mis oídos y sé que es ella que me canta sin que le tiemble la voz,

Sé que es ella, lo sé porque es ella la parte de mí que conozco.

Es aurora, repentina se desata en mi sombra,

Arde el mundo de hielo en sus pétalos de invisible aliento,

Yo la siento respirar a través de la muerte que pasa por mí sin tocarme,

Sin tocarla,

Sin conocerla en el viento que baja del techo de la luz difusa,

En la espera me siento para verla de cerca,

Todos los pétalos del misterio abriéndose ante mí en mitad del desierto de mi otra mitad,

La fragancia de las formas me sacude los frutos del árbol de mi interior,

Y la beso con la pasión de los espacios sin nubes que envuelven la esfera sin eco del juego de la vida,

Mi cara en su cara, la rosa se desnuda cantando,

Mi aliento le roza la piel y echa a volar los pájaros de su risa en el oscuro misterio de cada cosa,

Yo la veo sin verme,

Yo me veo sin verla,

Nos desnacemos de nuevo emergiendo del agua de la voz del amor,

Copa sin temor de muerte que bebemos en el secreto de la oscura apariencia del mundo.

ESCRIBO PARA DESPERTAR

Escribo para despertar mis tinieblas,

Mis tinieblas todas rotas al azar.

Nada propiedad de la libertad, mis ojos hacia el interior son solo sombras en la luz vacía.

Creado fue Adán, Nada, en el tiempo para ser lo que quisiera.

Mis ojos vueltos hacia el aliento que invade el cuerpo de mi sueño. Respiro habitando de imágenes soñadas la piel viva de la noche, mujer desnuda que canta dentro de mi espejo.

Me creaste, me respiraste, el yo es el eco que no tiene forma.

Solo, vivo en la libertad, para ser lo que quisiera.

Mujer, la noche, entrada en mi libertad, para ser lo que quisiera.

Déjame entrar por la puerta dorada de tu boca, allí la luz anida en el agua que suena para que despierte del sueño de los otros, para que sea uno contigo, para que pueda arder en tu estrella.

Respiro hacia la luna diosa silenciosa de los tiempos para siempre rotos al azar.

Sí, magia de que no me conozco porque nunca he sido más que magia de no conocerme, ahora tú eres la perla del cielo de la sombra inmóvil, fuego para que se mueran mis enigmas callados. Oh, patria, tu mirada en los espacios de mi cuerpo, mi anillo en tu dedo.

Memoria de dudas alucinadas, de febriles insomnios de enfermos y obedientes mensajeros perdidos en la sombra, la que proyecta mi corazón de materia humana, de nada imaginaria, para ser lo que quisiera.

Tú eres la puerta para salir del tiempo de los otros, los que no conocieron.

Tú eres la música para encontrar la imagen del mundo que han deformado mis ojos, la cadena de amor para romper las cadenas.

La escalera de sangre es un caracol de incompletas y vagas mentiras absurdas, la sangre llora porque no conoce, el tiempo encadena con imágenes, pero ninguna de ellas es más que el miedo de no ver, porque no te conocieron, porque no se conocieron los mares de sus ojos.

Tu cuerpo en el aire, la libertad de elegirte, de vivirte para siempre en la eternidad de un beso extendido por tu voz.

En el todo no hay yo, pero tú estás en todas partes y mi eco te percibe y se une en el amor más allá de mis muertes, cuando me recorro en la mano que me tiendes.

Dime verdad, no digas nada y que hable mi cuerpo por el tuyo, mi anhelo de criatura creadora, dando pasos en el vacío del azar para encontrar agua en tu boca y vivir para siempre.

¿Quién soy yo? Quien te responde. ¿Quién eres tú? La que mira mis ojos abiertos a la luz de sus ojos.

Toda la vida ciego hasta conocerte, trabajando en las tinieblas ahora rotas al azar, inventando el camino en la confusión de los días del tiempo que repite su hora en la gruta natural, buscando mi patria en el fondo de tus ojos.

Toda la vida ciego hasta ver la verdad de tu cuerpo caminando hacia mi corazón inquieto.

Tócame

toca el niño escondido de mi esperanza,

subido al árbol de la tierra extendido por el aire profundo del cristal de la noche.

Mis manos clavadas a tus manos de calor, la escalera rota del pasado de los otros, la historia del reloj sin agujas, de un pensamiento sin cabeza, la historia es ceniza en mi cara amaneciendo en el agua de la música secreta de tu boca entera.

La fruta que comimos es definitiva, la fruta no existió más que en el deseo de no existir, y la herida es un río de fuego que sale de una piedra, es mi corazón cantando en el hueco del vacío descubierto.

Oh tus labios lentos de silencio,

Oh tu pelo de millones de soles de oro y certeza,

Los mundos sucediendo los intervalos de los besos,

Oh mis tinieblas transitadas por tu luz,

Oh mis tinieblas de oro que pasa,

Mis tinieblas sin tiempo, todas rotas, liberadas en tu azar.

EL ESPACIO DE LA LIBERTAD

La emoción del tiempo un puñado de arena que se pierde entre los dedos

Cristales líquidos rompiéndose entre rocas de duda sin fondo exterior

Viaje del alma alrededor de una página en blanco

Encontrando la firma de su yo en la escritura que leen sus pasos

Un punto de anclaje en el papel vacío de signos que le han otorgado

Desnacimiento,

Desconocer y nombrar otra vez la nada que rechazamos. En ella está el todo que no sabemos encontrar.

Desconocer lo conocido, para conocerlo todo nuevamente,

Bailar al son de la propia música, fundir los anillos de oro en el crisol de la libertad,

La pradera desnuda de imágenes en la que pacen los animales del caos cuyo comportamiento reveló nuestra verdad,

Rechazar el orden ajeno, gestionar el aire respirado y dirigirlo hacia todas las formas de vida,

Ese es el primer motor del viaje humano.

El espacio de la libertad.

Mensaje para la creación, esta es la noticia que han escuchado:

Creen ustedes de nuevo, crean ustedes aquello en lo que creen,

No piensen lo que los piensa,

Sálganse de su cárcel mental, vénganse a vivir al universo y paséense por él con un cántaro de agua en la mano,

Trabajen para vivir, no vivan para trabajar,

No tengan miedo a las deudas que han heredado,

No eran más que fantasmas de otros tiempos de tinieblas en blanco y negro ilustradas por una bombilla que pendía de un cable inventado por los tiranos,

Mírense al espejo, pónganse guapos delante de él,

Son ustedes, no otros, quienes están delante del espejo,

Son ustedes, no otros, quienes deciden por sí mismos darse la espalda.

El arquitecto del orden perfecto del reloj olvidó asentar la clave de la bóveda,

La piedra que esperaba era un agujero negro en el centro de un mapa de estrellas catalogadas,

Muchas cruces fueron precisas para construir la muralla que defiende la ciudad del la avaricia febril que encadena a las generaciones a sus tumbas,

¿dónde están ahora los muertos y sus cadenas? En la mente de los vivos que repiten su condena.

Y dijo un dios desconocido que no había dios más que dentro de nosotros,

Allí quiso encarnarse, para romper nuestras cadenas,

Y era el vacío que no cabía dentro del edificio de las ruinas que se sostienen con la soledad y la angustia de los que cambiaron su imagen por la efigie de una moneda regalada por el atormentado y falso poder de la ignorancia.

Humana sombra que vagas en el limbo de un sueño ajeno,

Vuelve al río y bebe el agua de su fuente, en el corazón de la luz de oscuras apariencias,

Vuelve el rostro a ti,

Tú lo has pedido en el principio que ya no recuerdas,

Eres el pájaro que recupera su vuelo,

Es tu rostro el que está invocando tu mirada al fondo del espejo que no puede romperse,

Y el tiempo no existe ya más que en tus miedos aprendidos.

Es presente el lugar donde estás.

LA NOCHE MÁGICA

Ancho cristal, la noche, deja que pase por ella tu cuerpo.

Derribadas sillas se oro,

Una lluvia de pacientes ilusiones,

Majestades del abismo que comercia con las formas.

Hondo cristal, la noche impenetrable a los ojos suspendidos en su cielo, al término de su líquida expresión, una imagen recobrada.

Papel de sombras luminosas que danzan en la libertad de una palabra que siempre está a punto de decirse,

Máscaras de un sueño que es a la vez realidad del corazón,

Penetrantes aromas que atraviesan los ecos de los espacios creados,

Papel de caracteres atómicos y de esperanzas latentes, iluminadas regiones del cerebro heredado por los colores del aire.

La noche igual a sí misma, la vacía y silenciosa noche que está al final del pasillo de las lámparas,

Una fe habituada es necesaria para recorrer los azulejos de la estirpe hasta el vestíbulo blanco de la dura luna de los presagios inmediatos,

Una fe firme, de cálidas caricias de inocentes verdades. Aquí y ahora fuimos desatados en la pequeña, casi invisible región de la conciencia de un separado regreso al tránsito de un poder que nos perteneció, Mañana.

Los miembros de los cuerpos padecen el miedo del tránsito a través de la encarnación de la noche,

Nuestros ojos están fijos en el conocimiento de una puerta sin llave por la que entran y salen gestos que nos pertenecieron. Compadecerse de sus viajes infinitos, abandonar los sueños donde se acuesta la ilusión felina de la muerte, inventar un sueño para despertar, ser uno con la puerta, poder verse a uno mismo y a los demás en uno mismo.

Es ese el sentido del viaje.

Descubrir el código de la esfera hasta amar la primera sombra abandonada.

La noche que da a luz un día invisible, el día de la palabra que regresa a la boca por medio del espíritu del amor, invención que destruye toda geometría de asimiladas culpas.

La noche, la hija del regreso, no hubo sombra alguna fuera de nosotros, y ante su luz fuimos como sombras que pasan dejando su carga de formas.

Fue eterna la noche, la concebida y su enigma de agua inductiva en un pájaro de brillo celeste, la doble imagen de nuestro equilibrio reconducido,

La paz del centro alrededor del cual se persiguen como inquietos peligros los misterios de los días.

ANTIGUO VENENO DEL PASADO

Quítame con tu amor la máscara que nubla mis emociones.

La soberbia, máscara de oro, la culpa que he querido heredar de otros.

El logos que se obsesiona con su sombra, que se apropia de la sombra con la que no se atreve a encontrarse.

No se encontró con su vida, con la experiencia fluyente de su vida, única verdad en un mundo que existe girando alrededor de ella.

El hechizo se rompe cantando. Cantaré sobre los sepulcros y las cárceles hasta liberar todo mi espíritu en el sueño de la tierra.

Veré las transparencias de la aurora, tu mirada quieta sobre la mía.

No hay cielo ni tierra, son espacio y tiempo ilusiones de los ojos ciegos que todavía no se han abierto a la luz,

Los cuerpos abrazados que forman la luz,

Tú y yo en la creación que nos presentó para que nos amásemos.

Ellos no vieron la luz porque amaban sus cárceles construidas por sus miedos,

Estaban confundidos, perdidos en un limbo de duda agitada en un vaso roto, el deseo de huir para no verse reflejados en el espejo.

No son más que locos que juzgan el amor con la sentencia de sus muertes.

Almas vaciadas, lluvia que cae sin saber dónde, máscaras de oro que tú y yo nos arrancamos para siempre.

ME HE PERDIDO

Me he perdido en tus pasos

Y no sé cómo encontrarme frente a ti,

He caído en el tiempo

Y no he podido verte ni oírte llegar con el cielo detrás de tus ojos oscuros.

Me he perdido en el tiempo,

He caído en el poder de la esfera de los relojes,

He sido precipitado a una pobre imagen tuya sobre el agua que pasa cantando.

Quiero verte y tocarte, quiero tenerte y conquistar las sombras de tu sueño,

A través de ti misma quiero tenerte.

Caminaré y buscaré tu nombre entre las flores de todos los enigmas,

Me pondré a tu puerta y te esperaré para darte un beso por sorpresa.

Serás mía, y yo seré tuyo,

Seremos lo que siempre quisimos ser,

Principio y fin en nosotros,

Materia de una vida que no podrá morir a su misterio.

LA MÁSCARA DE ORO

Me quitaré la máscara de oro, la soberbia, para ver mi corazón a la luz de tus ojos.

Agitemos la piedra de la duda hasta que su lógica se transforme en agua y tierra.

No quisieron llegar al encuentro para no encontrarse con él, con su propio suelo

Que baje el amor a hacerse cuerpo en nosotros, que toque nuestra piel por dentro

Para que sepamos cuánto tiempo hemos estado en el tiempo perdidos

Sin encontrar el signo de la mirada en el reflejo del agua

Sin encontrar el signo de la mirada en el reflejo del agua que arrastró la tierra virgen a otro sueño

El lodo y el oro tienen la misma textura,

La muerte de lo que no se pertenece a sí mismo,

Fábricas de perfecto deshielo, esfinges de lo que sucede hasta nuestro retorno,

Por el desierto de las cosas que suceden los reptiles de la gravedad se quedan quietos.

El alma viaja a través su cuerpo por un mundo compartido

Los ojos se abren al testimonio de la inteligencia por el símbolo de la luz

Y la palabra despierta en nuestra lengua para unir nuestras verdades en la vida respirada del amor

El reino de nuestros besos donde toda emoción es posible

Donde somos lo que queremos ser

Donde queremos ser lo que somos

Porque no hay mundo fuera de nosotros

EL FINAL DEL LABERINTO

En el silencio que precede a toda luz te vi desnuda, de espaldas a la luna,

Tus ojos brillaban profundos en sus mares procelosos,

Me llamaste desde el final del laberinto, dejando caer tu imagen como una lágrima sobre el agua del lago de la noche,

El agua del espejo que es origen donde la luna baja a conocerse.

Estaba cantando un pájaro nocturno, y la selva de los sueños se había dormido,

Ya el águila no volaba ni merodeaban los leones,

En tu pañuelo se habían bordado las letras de mi nombre olvidado,

Escuché la caída de las sombras de la tierra con el ruido de una piedra que cae al agua.

Tú, esfinge de aire, bella parte oscura de mí,

Espejo de mi espejo, hecha de mi piel sensible que respira al azar,

Te imaginé sentada en la verdad que esperaba tu llegada,

Te evoqué con el rostro de todos mis sueños.

Recuerdo tu voz llamándome desde el final del laberinto,

Porque hubo un laberinto antes de conocerte, construido por obra de mis cuidadosos abuelos, de los que solo me separa la sombra de esta noche.

En el círculo alargado del laberinto sentía el miedo de una fiera encerrada,

Yo mismo tracé con un hilo las murallas de mi prisión, alejándome de ti.

Los reflejos en el agua que se mueve me llevaban de la mano como un niño y me dejaban agotado a los pies de las estatuas de héroes de mármol sin vida que nunca existieron,

Las monedas del tiempo que gasté en ilusiones se acuñaron con ecos de tu voz amada,

Espejo de mi espejo, alma que conmigo reflejas la luz.

Yo me preguntaba con mis ojos de niño

Cómo no se caía del cielo la luna, puerta de otro mundo que parece más libre,

Y por qué me alejaba repitiendo mi nombre como si fuera la palabra que revela el lugar donde se esconde el tesoro que estaba buscando,

Y que no era oro ni perlas, tan solo tu voz llamándome desde el fondo de un sueño creado por mí, que en la noche de mi memoria terca revelaba un laberinto abandonado a mis pasos que aumentaban la dimensión del vacío,

Mientras tú tan solo eras la más alegre imagen de mí que esperaba en la noche imaginaria del silencio.

SEGUNDO NACIMIENTO

Quítame con tu amor la máscara que nubla mis emociones.

La soberbia, máscara de oro, la culpa que he querido heredar de otros.

El logos que se obsesiona con su sombra, que se apropia de la sombra con la que no se atreve a encontrarse.

No se encontró con su vida, con la experiencia fluyente de su vida, única verdad en un mundo que existe girando alrededor de ella.

El hechizo se rompe cantando. Cantaré sobre los sepulcros y las cárceles hasta liberar todo mi espíritu en el sueño de la tierra.

Veré las transparencias de la aurora, tu mirada quieta sobre la mía.

No hay cielo ni tierra, son espacio y tiempo ilusiones de los ojos ciegos que todavía no se han abierto a la luz,

Los cuerpos abrazados que forman la luz,

Tú y yo en la creación que nos presentó para que nos amásemos.

Ellos no vieron la luz porque amaban sus cárceles construidas por sus miedos,

Estaban confundidos, perdidos en un limbo de duda agitada en un vaso roto, el deseo de huir para no verse reflejados en el espejo.

No son más que locos que juzgan el amor con la sentencia de sus muertes.

Almas vaciadas, lluvia que cae sin saber dónde, máscaras de oro que tú y yo nos arrancamos para siempre.

ESPACIO Y TIEMPO

La verdad es lo que está detrás de lo que puede decirse,

en un pequeño punto de un planeta suspendido en el vacío de las olas del sonido te respondo a la pregunta que me hagas,

puedo decirte que estoy vivo con los ritmos cíclicos de la marea del mundo que tiene arrugas en la piel,

pero mi voz no se arruga ni se dobla, es tal cual la escuchas en tu corazón.

Caminante interactivo de balcones de silencio poblado de formas que suceden sus ritmos en el espacio convocado por la voz,

Negador de la tecnología del tiempo, pero a la vez pronosticador de su acústica semilla en el intervalo del día soñado,

Paciente aguja de un reloj sin agujas,

Jugador de las sombras, más real que ellas, porque con ellas hemos dividido nuestro mundo en colores mensajeros para tropezar con los ojos al encontrarnos.

Pero el espacio y el tiempo, distantes límites de la mente, son un solo mundo descubierto cuando lo miramos juntos.

TÚ Y MI ALMA

Mi alma es un viaje sin retorno hacia el interior de tu mirada,

Te busco entre la niebla de las flores salvajes con la juventud del pájaro y la condescendencia de la aurora cálida,

Resbala por tu piel el silencio fruto de un mensaje aún no abierto que recorre mis miembros dentro del agua de tu sonrisa,

Eres una carcajada seria, eres siempre la misma saliendo de tu ropa mojada

Pones el acento a la luna que pende entre hojas de voladoras palabras

Y encuentras mi corazón cuando baja a beber al lago que le ofrecen tus manos que cosen el tiempo respirado del susurro a mis pasos,

Eres siempre la misma, la que supera los límites de mi fracaso humano,

Estás sentada en mi memoria como en tu casa, nombras como servidores a mis pensamientos,

Me tienes viviendo dentro de ti, yo soy el concebido de tu amor, pero no quiero nombrar esa palabra porque no cabe en mi habitación de esperanza por estar de nuevo junto a ti, descubriendo el mapa de tu cuerpo,

Dejándome caer en tu atmósfera donde te abandonas a mi aliento,

pues eres cada cosa que nombro de lejos,

y todo alcanzas de mí,

hasta llegar a vestirte con mis sueños,

en el viaje luminoso de mi alma,

isla maravillosa de mi océano incierto

A TI

Mi piel palpita dentro de la tuya como la tierra dentro del universo,

No necesito ver los ojos brillantes de las galaxias que nos miran,

Porque me veo creciendo a través de tus ojos y me siento creado si me tocan tus manos.

Pudiera ser un ángel caminando por avenidas de luz en el cielo extendido hacia fuera,

Pero prefiero ser aquel que te quiere como eres y que te besa como quisiera ser para ti,

Dentro de tu vida estoy seguro, en el hogar que ocupas de tu voz a tu cuerpo.

He creído en tu realidad antes de verte, te llevaba dentro de mi realidad que crecía en las sendas del tiempo,

Para encontrarme contigo te rescaté de un perdido sueño,

Puse en tu boca mis palabras y me dije que aquel era su sentido, su origen y su misterio.

Caíste del cielo,

Pero no del cielo que se ve con los ojos,

De otro más profundo del que nací a este mundo de encuentros,

Brotaste de la tierra,

Pero no como las plantas brotan desde las raíces a las hojas,

Brotaste del linaje más puro de mis sueños más secretos.

Y si eres una flor que se ve al volver de lejos

Con los pétalos más hermosos que los colores del alba en el intervalo de la madrugada,

Sostenida por un tallo de emoción al suelo que supo expresarte

Yo quiero ser quien viene a respirar tu aroma

Y me inclino ante la tierra apartando tus pétalos de belleza para tocarte el corazón

Porque me reconozco humilde ante la verdad de tu cara que me mira hasta perderme

Y de tu aliento moldeo mis palabras que van a la libertad del aire para hacerse forma

Yo soy quien cultiva tu flor para el amor.

RENCOR EN EL PASADO

Todo está en todo por igual en cada parte,

Pero en el dominio del engaño solo respiro polvo,

Me arrastro con la cola de la serpiente en busca de una víctima a la que inocular veneno,

No soy yo, estoy confuso entre sombras de muertes pasadas,

No me reconozco en quien me da de beber.

El desierto inhóspito de los pulmones nos tienta con el humo de un rencor antiguo

Como aguijón que pica donde la carne es más débil,

Para vencerlo cuento contigo, la más pura imagen a la que quiero amar hasta concederle mi vida,

Tú aplastarás la cabeza de la víbora hasta que la ira se disipe como la fiebre,

Reconoceré las partes que han salido de mí, renovaré su movimiento dentro del aire,

No negaré a quien me ha servido cuando pongas tu mano sobre mi frente y me muestres no un deseo pasajero,

Para amarme tal como soy en cada parte de lo que eres.

UNA CASA EN LAS ESTRELLAS

Una casa en las estrellas, bajo qué signo o presagio

Me pareces la mirada dulce de mis antepasados, los que fueron siervos en las tinieblas, aunque amaron tanto la luz que llenaron de canciones de paz la tierra,

Ellos quisieron elevar la tierra al cielo con la ofrenda de sus vidas,

Sus trabajos los encadenaron, pero nada supieron. Solo llegaron a saber esperar.

Ellos quisieron beber en el banquete la copa de vino puro,

La que hace recordar el primer latido. No obstante, sus vinos fueron aguados y sus ojos no vieron nada más que sombras.

Pero tuvieron la gracia de saber esperar. Sus ritos fueron banquetes de disfraces sociales, sus sueños fueron viajes a otros mundos imaginarios.

Ahora veo en el cielo la casa a la que ascienden las obras de la tierra.

Son mensajeros que suben y bajan por una escalera de caracol que se mueve, plástica, como la lluvia cayendo sobre los valles del viento sur.

Lo que está abajo se ha colocado arriba, para que la verdad iguale las almas, orientándolas a un espíritu nuevo,

El mal será un vehículo para el bien, si el espíritu me otorga la perspectiva de saber ver la utilidad del conjunto.

Por ahora veo la luz a través de mis propias tinieblas, las estrellas me parecen el mejor destino para el alma,

Pero debo mirar al suelo y continuar caminando.

La vida no se detiene. Sigue el rumbo que le marcan los ejes de mis pasos. A través de las sombras del pasado me abro camino con un poco de luz prestada por ellas, las que habitan la compasión de un cielo que ofrece cada día una oportunidad.

Nada es mío en el devenir de las sombras. Soy testigo de su fugaz retorno, ni siquiera lo que me define es mío.

Por ocasiones soy libre, aunque mis deseos, feroces fantasías proyectadas por el miedo, me atan con sus cuerdas simuladas, encerrando mi alma en el cuerpo del dolor.

Mi alma, pasando por los ríos de sus muertes, pretende alcanzar la dicha, y sabe que la alcanzará si persevera.

Mi alma es luz y a la luz va, aunque el cuerpo de las sombras nada sabe de la luz, y la tierra es oscura y difícil, toda la tierra que espera en mí.

Será la aurora la noche del día, y el día de la noche. Será el principio escondido en la memoria olvidada de la tierra que nos forma.

Una casa en las estrellas es algo más que un sueño. Construiremos la casa que luego habitaremos.

Estaremos unidos, mi amor y yo, en dos cuerpos, en dos almas, pero en un solo cielo, en un solo instante que será eterno y libre.

Rota la dureza del corazón preso, como una cáscara rota, dará eclosión a un pájaro de perdón que volará a través de la culpa al nido del amor y la alegría, como ver una fuente viva de pronto, entre desiertos de sangre.

Y nada será la sombra más que el sueño que perdimos al despertar, luminosos y firmes, de la noche apasionada del mundo.

LAS SOMBRAS QUE PASAN

Y el misterio se revela en su negativo fotográfico

Despejando las incógnitas de tus ojos de profunda belleza,

Verdad, belleza de verse reflejado en las materias que cruzan la cueva y sus paredes de diamante de dureza irreal,

No toques las sombras que pasan, quédate quieto y míralas pasar mientras tú creces,

Tu cuerpo hecho de la materia de un sueño las proyecta,

La cueva es tan grande y maravillosa como el mundo

El pasado, lo que pasa, el negativo de las generaciones que ahora convergen en tu miedo

Descártalo, niega lo que te ha negado. No es tuyo.

Sin embargo mi mano quiere retener las sombras,

Mis ojos ciegan a mis ojos,

Ojos que son fotografías antiguas

Litografías no superadas,

Y yo veo la avaricia en los actos de mis semejantes,

La prisa que engendra la avaricia, el monstruo recién parido que devora viento,

Y quiero parecerme a los que se parecen a la sombra que pasa,

Pero yo no puedo pasar como la sombra,

Yo he venido para verla pasar, para encontrarme y corregir mi punto de vista.

Prefiero bailar con la luz de las estrellas,

Prefiero coleccionar instantes de reconocimiento, tocar lo que veo en el espejo,

Prefiero ser yo, separado de mi falsa identidad,

Antes de que un vendedor de seguros me metiese una idea suya en la cabeza

No tengo atmósfera,

Soy la atmósfera. Tendré que saber ganarme el pan. Partiré el de otros y otros partirán el mío.

El misterio se desviste cazando su verdad desde la esquina más angosta y remota del universo que renace de sus cenizas.

Mira mis manos, no pueden cerrarse sin morir,

Mira mi cuerpo, no puede vivir sin tu cuerpo,

Mis ojos son ventanas a tus ojos,

Mis oídos recuerdan la primera vez que escucharon tu nombre,

Tú, el sentido de la vida.

Deja que tu pensamiento caiga en la corriente de mis emociones,

Corregiremos la simetría de las montañas,

Incendiaremos cárceles y confesionarios,

Permíteme trasladarme a vivir a tu corazón,

Seremos los únicos y felices en todo el universo.

Arrojaremos al agua el disco giratorio de la muerte, vana réplica de la angustia que habitó en los caserones abandonados de los funcionarios de la historia,

He aprendido de memoria una frase que necesito olvidar. El tiempo oficial nunca ha existido.

En la orilla de la playa nuestros cuerpos unidos son el cuerpo de la luz.

MIRADA HACIA ADENTRO

Ante mi rostro veo mi rostro en el espejo

No sé si me pertenece o si es solo fantasía de mis días en la danza de mi espíritu que anima las cosas que pasan,

Junto a mi rostro veo el tuyo como la luna junto al sol brillando en una misma luz que nace de un escondite eterno,

El espacio y el tiempo son espejismos en el desierto del alma que busca su hogar huyendo de sí misma,

El ruido del pensamiento atado a los deseos del mundo siempre imaginario que prolonga en sombras los sueños engaña el alma que vuela alrededor de su miedo,

Y cada puerto y derrotero padece la antigua nostalgia de una mentira aprendida,

Hasta que el alma despierta de su sueño inventando y transitando su transcurso,

Y consigue encerrar su miedo en la cueva del mundo padecido que no existe,

Hasta hacer el silencio dentro de su territorio infinito,

Entrando en su pequeñez sin encogerse,

Sin apego ni defensa, abandonándose a la vida que le ha sido regalada,

En centro de su vacío,

Con los brazos extendidos, como cuando abrazo tu cuerpo de tierra cálida,

Para atraer tu corazón al mío.

LOS CIEGOS DEL CONOCIMIENTO

Caminan por el borde de los deseos ajenos

Los ciegos que buscan luz acogiendo voces falsas,

Aquellos que no han entrado por miedo en sus casas y han ordenado los muebles,

Y han tenido por cierto lo que han murmurado los paseantes que coleccionan sellos.

Los falsos guías crearon la fantasía de la seguridad humana,

Y la vendieron al ignorante por treinta monedas de plata, por el precio de un esclavo cuya deuda es el placer.

Ellos se preguntan cuando saborean productos que a nada saben,

Por qué entre tanta opulencia siguen sintiendo hambre y sed.

Compran y venden, pero nada les satisface. Los guías desaparecen

En cuanto caen las monedas en la bandeja, y su ruido adormece al mundo.

Los ciegos siguen buscando

ante los escaparates de la falsa riqueza

A alguien que les abra los ojos y les permita ver y entender.

HISTORIA

El divorcio entre el corazón y la cabeza

Fue la ley de la guerra entre los hombres.

Una piedra atada encima de la espalda de los cuerpos que danzan en el azar,

Un cielo humano oprime la mirada de quienes buscan su reconocida imagen.

Dibujos sobre un techo figurado confundieron la luz con las tinieblas,

Contemplamos el sol del sol cuando salimos fluyendo de nuestro yo fabricado.

Esa máscara aprendida no es mi alma,

Ni mi cuerpo es un mecanismo sordo,

Esa voz no es mi voz,

Mi voz es la que está detrás de sus pinturas.

No me he movido del sitio de mi nombre

Para que la luz a su tiempo me iluminase.

Estoy en el ser,

En el centro del centro del universo.

Preparado siempre para empezar.

ESPERANZA

Espero en ti, palabra,

Como el agua que horada la roca,

Espero en ti a pesar de la distancia de lo no perdonado,

Aquí estoy, palabra, aguardando tu señal y tu sentido,

Para vencer la oscura dureza del mundo,

La fragua de ruido del abismo,

Aquí vivo dentro de ti, para que vivas tú dentro de mí,

Y día a día me lleves de la mano hacia mi hogar feliz donde el amor me aguarda,

Encontraré el tesoro de la verdad bajo la piel sinuosa de la tierra trabajada por dedos invisibles,

Espero en ti que se cumpla el tiempo de la alegría,

Para que en el instante del alma se encienda la luz.

PERDÓN POR NO PRESENTARME

Perdón por no presentarme pues desconozco mi nombre verdadero,

He buscado tu alma en un sueño antes de verla al despertar en tu cuerpo,

Te pregunto por mi corazón perdido en el brillo de tus ojos,

Si lo sientes latir en alguna parte de tu piel deberías saber que es mío,

Pero ante tu vida milagrosa es como una perla que espera en el fondo del mar a ser encontrada,

Déjame entrar bajo tus brazos, entre tus piernas déjame esconderme,

Adentrarme en el misterio contigo por el lugar que tú me dejes libre,

Ábreme la puerta para que sepa cuál es mi nombre,

Algo que va a nacer dentro de ti revelará un mundo nuevo,

Si me permites que te diga que una parte de mí ya está dentro de ti,

Si me despejas del camino para que transcurra el río,

Para que el río del amor que he sembrado en tu mirada discurra a través de ti.

EL RECUERDO ENCONTRADO

Quisiera reconstruir la arquitectura de la inquietud que pusiste en mí,

Bella entre las bellas, mujer brillante entre las estrellas,

Mi voz evoca el lenguaje de mis padres para levantar el edificio de mi pensamiento,

En el lugar en el que puse mi oído en la tierra y te escuché como el manantial que está debajo del suelo que pisan mis pies sin saberlo,

Allí te conocí, y quisiera llevarte conmigo para siempre, porque ya no me pertenezco a mí mismo,

A ti te pertenezco como el cuerpo al que diste la vida con tu cuerpo,

Y sé que el tiempo me devolverá tu alegría imposible de olvidar, y tu verdad imposible de borrar de mi corazón de oscura materia que no tiene nombre,

Cuando ponga en tus oídos mi palabra, y su calor te enamore hasta alcanzar tu corazón hermano del mío,

Cuando sepas ser la mejor parte de mi búsqueda del paraíso oculto en la tierra, el cielo de mi vacío que solo has llenado tú.

Pero no necesito más que tu presencia para que me dejes entrar por la puerta de tu voz,

El edificio de la voluble geometría temblará entonces sobre tu piel vibrante con mis besos de fuego vivo,

Y llegaremos al centro de la tierra, desde donde se superan los límites de las cosas igual que la mañana luminosa supera con ciertos paisajes la sombra confusa de los sueños.

EXISTENCIA TUYA Y MÍA

Quisiera desnudar tu cuerpo en mí,

Quisiera hacer de mi todo tu cuerpo,

Quitarte la ropa de lo que te separa de mi vida,

Si fuera posible lo que parece imposible,

Para saber que lo que me separa de ti no existe.

Quisiera que mi alma nadase en las aguas que brotan de las pupilas de tus ojos,

Aunque se hundiese en el vacío de sus viejas culpas cobardes,

Quisiera tenerte para no dejarte nunca,

Si fuera posible lo que parece imposible,

Desde un pequeño punto que es mi corazón sin un origen cierto,

Sin un hogar dentro de mi pecho que respira sin saber por qué,

Quisiera saber de dónde vienen los sueños por los que camina mi voz en un cruce de sombras reales,

De dónde procede y a hacia dónde va tu alma que ha hecho vivir la mía,

Las minas de alegría que escondes dentro de tu corazón que comparte el ritmo de las cosas con el mío,

Si fuera posible lo que parece imposible,

En la ruta equívoca de mis emociones que salieron de la caja de mi pecho que has abierto con tus dedos,

Miembro a miembro hasta poner tu imagen dentro de mí.

Quisiera desnudar tu cuerpo del mundo que nos rodea,

Y decirte para siempre la palabra que en el río de mi sangre está escondida,

Si pudiera salir de todas las cosas que me separan de ti,

Si fuera posible desnudarte a la luz de mi voz, para que sin ti no perdiese el amor de mi vida.

ENTRE TÚ Y YO

Visible como el río que bajó de las nubes a posarse sobre tu cabeza,

Entre corrientes de energía hacia tu isla de fuego navega mi alma de materia imprecisa,

La virtud transparente del río atraviesa las cavidades de la roca que respira el cielo de luz oscura,

Vence sus equívocas apariencias de dureza fría con el tacto de sus miembros vivos que han salido de una parte desconocida de mí,

Llega hacia tus fuentes en el corazón de la aurora del vacío que nos contiene para hacernos libres,

En tus límites, promesa amada hecha tierra, cae la semilla humana,

El universo que transita dentro del universo,

Te abrazo mientras mi cuerpo entra dentro del tuyo, en el que tú ya estabas,

La semilla de oro para trascender la muerte,

La luz del sonido de tu voz que puebla de vida nueva mi piel palpitante,

Mientras tanto lo lejano se desvanece en un sueño de sombras más allá de constelaciones remotas,

Tu aliento dentro de mi boca vuelve a nacer hasta que sea necesario volver a besarnos,

El movimiento se conoce a sí mismo en un tiempo escuchado al principio del encuentro de nuestras sombras a la luz del amor,

Reencuentro tus palabras en las mías, la lengua del cielo en la lengua de la tierra,

Hasta reconocernos completamente el uno en el otro,

Hasta que todo vuelva a ser para no acabarse.

AL DESPERTAR, TUS OJOS

Ven, acércate a mi alma

Y toca la parte de mi cuerpo que te ofrezco,

Desnúdate como me he desnudado

Pues ya te he repartido el alimento con cada gota de mi sangre de un corazón que late por tu voz,

Abandona la ropa en un lugar abandonado a nosotros

olvídate de las mentiras que de los otros escuchaste.

Pon los ojos sobre mi pecho para que puedas verme desde dentro de ti.

Estoy contigo. Estamos juntos. Somos el lugar desde el que nos amamos.

Antes de encontrarme contigo te conocía mi corazón,

Del tuyo fue desprendido hace millones de años en un sueño imaginario,

Como fuera desprendida la tierra del sol que alumbró un nuevo mundo para encontrarnos.

Reconozco en tu anatomía el mapa de mi universo,

La tierra que un día fue promesa y que ahora poseo con pasión y dulzura,

Mientras tú aguardabas la lluvia que te trajeron mis besos bailando en tu infinito paraíso.

Ahora el mundo que nos oprimía ya es nuestro,

Ahora somos las piezas del mismo ser reconciliado desde la piel y el tacto,

Se acabó la separación que dividía nuestras luces interiores,

Se terminaron las modas que van y vienen y las leyes que no nos pertenecen,

En tu copa doy de mí todo el amor que puedas exprimir,

Yo recorreré tus oscuros secretos y entraré como un fuego violento bajo tus senos,

Para poner nombre a los juegos de tu infancia,

Hasta que la felicidad nazca como un niño desde dentro de nosotros

Que reunirá en su voz el mundo nuevo y libre que hemos creado,

Y dirá la primera palabra al día que ha de venir.

MI HOGAR

Dame la eternidad de conocerte

En el silencio oscuro de ti misma,

He recorrido un camino cuyo horizonte son tus ojos,

Y hay en mi alma luz y calor para despertarlos de una noche ajena,

Tengo un fuego encendido dentro de mi esperanza,

Que te ilumina la cara y me deja ver y sentir la tierra que he de habitar,

Tu cuerpo es un planeta suspendido en el espacio de un sueño,

No lo rompas como el cristal, deja que crezca hasta estar vivo entre nosotros.

Errante como una sombra he encendido la luz del sol hasta encontrarte en el tiempo,

No he visto nada fuera de ti, salvo el vacío de las formas que juegan con tu recuerdo,

Tu voz me impulsaba desde mis emociones a través de la distancia de los días,

He buscado el hogar de mi alegría por las áridas regiones del orgullo y el miedo,

Y al fin te he encontrado, destinada a reinar sobre el amor que he guardado hasta saber que existías otra vez salida de mi corazón.

He recorrido la tierra y la he reconocido.

Es mi hogar el espacio en donde tú estás conmigo.

SALIDA DEL MIEDO

Imágenes falsas del pasado

De un miedo que solo existe dentro de mí,

Son como vendas que tapan mis ojos,

Y me impiden ver mi rostro dentro de tu mirada.

Son fantasmas inducidos de culpas cobardes y ajenas

Los que se me aparecen en la oscuridad de mi cuarto vestidos con ropas viejas,

Antepasados errores de la madre que me acunó con música de fondo de armario

Y me quiso con sus temores para que fuese su rescate afectivo,

El peso de la tierra y del pecado y de la sangre que brota y brota de una herida aprendida,

Los recuerdos almacenados en probetas entre las raíces de las neuronas,

El éxodo de lo externo como una maldición que repite las arenas de su desierto,

Lo impuro y lo sagrado, y el uniforme de un divino intermediario,

Y la bomba del odio que estalla sobre una ciudad de inocentes,

La sigilosa mano de los funcionarios del crimen autorizando un genocidio sobredorado de engañoso conocimiento,

El mal por bien de los educados sistemas, programas oficializados,

Viven de la sangre de la herida de un mortal nacimiento.

Yo escribo mi historia desde dentro de una historia de infamias,

Sobre el papel de mi alma escribo para borrar las condenas que otros escribieron.

Me salva la luz que sale de mis miembros desnudos de mentira,

Cuando tu voz me llega al corazón por un camino invisible,

Salgo como un fugitivo del miedo. Tengo que repudiar la herencia de los ciegos.

Tengo que volver a encontrarme contigo

Cuando el dolor antiguo se quema entre tu fuego vacío,

Entrada y memoria para encontrarnos en la esfera natural de un sueño.

UNIDAD

Para atravesar el infierno necesito tu mano.

Es un lugar que conozco demasiado

Urdido con recuerdos cosidos a la memoria del miedo,

Es un lugar que no es real, pero sí lo es para mi mente anclada al pasado.

Es un abismo de círculos concéntricos

Y de geometrías imposibles que se graban en el vacío de una pantalla tan grande como el mundo,

Es un imperio de fuego que arde encima de cadáveres apilados, alimentado por el odio que recorre sus cárceles de humo,

Es un espacio dentro del espacio de la mentira, es un pedazo de muerte separado de la vida.

Cuando camino por calles radiactivas me salen al paso fantasmas de seres conocidos que aguardan que los nutra con una limosna de sangre,

Una parte pequeña de mí que le sirva de circuito para seguir existiendo en su escondite de tinieblas que sintetizan la apoteosis del ruido,

Pero yo me niego a aceptar, si sobre mi sangre navega el espíritu.

Para atravesar el infierno necesito tu mano,

La mano de luz que me guíe hasta el centro del cielo al que pertenezco,

Para encontrarme con mi alma en tu cuerpo,

Para borrar los números de ira y las bombas de muerte que salieron de la herida de mi pecho,

Para ser al fin yo, dentro de ti, ser eterno.

Para atravesar el infierno necesito tu mano,

Tu palabra de amor en mi silencio.

SECRETO

No me muestres el color del mundo sin el color de tus ojos,

No me enseñes la palabra del mundo sin la voz de tus labios,

No me hables de la esfera del sol que gira en nuestras vidas.

Háblame de tus pequeñas emociones.

No me expliques el transcurso del tiempo que no existe más que en sueños,

Cuando no estoy junto a ti el frío se condensa en siglos imaginarios,

Yo quiero hablar de ti, de la luz de tu cuerpo.

Para hablar, háblame de ti.

Háblame solo de tus pequeñas emociones.

CUANDO LA ENERGÍA SE CONVIERTE EN MATERIA

I

El río de la sangre recorre las islas planetarias

Con un fulgor que se contagia al espejo del cielo,

Entra como música firme por los oídos acostumbrados al ruido del mundo,

Reparte su materia por los oscuros abismos del sueño recordado,

Escribe el libro de la vida con las letras de los ojos de la mujer más bella que surge del tiempo,

Atraviesa el vacío y su ondulada corriente de emociones,

Para alcanzar el hogar del origen ampliando la respiración dentro del cuerpo.

En una ilusión de imágenes que confunden buscamos la forma del corazón,

Como una flor que se extiende sobre el mar mostrando los pétalos de la energía de la voz que se expande,

En la sucesión de las olas que recorren las generaciones del trabajo humano,

Tan frágil hilo de luz de eternidad que cose al alma los objetos,

Los soles renacen de las cenizas del viento enterrado por millones de años de olvido y siglos de distancia,

Cuando una puerta sin fin se abre en el rincón más oculto del universo.

Es el destino del agua –la materia del sueño- nacer en cada instante del espacio vivido,

En las calles subterráneas, sobre una mesa de oro, un pan de escarcha se diluye en las manos de un niño,

El fruto del árbol del cielo es una sombra informática que proyecta dibujos sobre la tierra oscura y misteriosa como una promesa,

Una red para tocarse con los dedos de las manos y sentir la presencia más allá de la cortina nocturna que separa,

Un viaje hacia adentro de la memoria, donde el poder se asienta, en una confianza misteriosa que libera.

Arrojado a la matriz de la noche, el círculo energético se agranda en el vientre de las letras terrestres,

Un animal de silencio surge de las profundidades del vacío cósmico que flota en la cavidad de la boca,

Y sale de allí la proyectada estirpe de la escalera de caracol que forma una rosa de música mensajera.

Sentado a la mesa de la creación, un refugiado con maletín de sombras conversa con la humanidad que se desnuda en el balcón de su misterio,

Mientras el cristal divide en imágenes la luz, cauce de geométricos abismos unidos por un árbol de sensible movimiento, un pequeño instante de verdad.

Bajo el manto de los colores y las notas del viento, la primera pareja juega con la luna arrojada a un tablero de ajedrez mental,

y en el misterio nos tocamos los extremos de los dedos de las manos.

En la atmósfera se respiran los fragmentos recordados de un sueño anterior de situaciones compartidas,

El amor que transforma y trasciende los órganos de nuestro encuentro,

Los elementos materiales girando en cíclicas constelaciones alrededor de un punto de gravedad imaginario,

La casa es infinita, nosotros estamos dentro de ella, y nuestros miembros se abrazan encima de las olas del tiempo.

La separación no afecta al pensamiento, las ondas prosiguen más allá del cuerpo denso.

En el presente hemos visto caer la piedra, las ondas se han formado y comunican al agua la forma de la piedra arrojada al vacío,

Cuando el miedo, esa parte oscura que no nos atrevíamos a mirar, separó los elementos y polarizó las emociones,

Nos confundimos en los abismos de un esfuerzo estéril por huir de nuestra sombra, lo que en nosotros fue malo por haberlo rechazado.

El fruto del árbol prohibido fue la angustia, que degradó los tejidos hasta la muerte, esa ilusión óptica de la falta de amor.

Te perdono por no haber sido capaz de verlo, cuando el miedo ha desaparecido la sombra es lo mismo que la luz.

II

A los pies de la historia que aprendimos de los padres hay un monumento de ruinas que encubren esqueletos de cadáveres,

La historia aprendida fue una huida hacia la muerte. Hay un Rey Crucificado en el Tribunal de los Muertos.

De qué han servido tanto esfuerzo y tanto odio, tanta incomprensión y tanta fatiga, tanta oscuridad y tantas inclemencias,

Tanta confusión en preservar la herencia del rencor y de la venganza.

De qué ha servido la Guerra, esa Canonizada Adúltera, que ha vendido la sangre de quienes no tenían voz entre las bombas.

Para ser los primeros en el mundo del caos, los Enfermos Superiores, los que se degradaban conectando el potencial humano al cerebro del mono,

Con una muralla de falsa riqueza global, con una soledad agonizante en cárceles cada vez más pequeñas,

Un noventa por ciento de la energía del alma retenida en un cinco por ciento del planeta formando un cáncer en las arterias económicas,

Un paralítico universo que apenas puede mover un cuerpo del tamaño de un átomo con forma de esclavo.

He contemplado el vídeo colectivo de los noticiarios que deforman información para controlar a las masas ebrias:

Era una película de mentiras de principio a fin. Solo el corazón sabía la verdad.

Los necios ciudadanos de la megalópolis Consumismo alimentaban a sus propios ladrones y desahuciaban a sus hijos,

Buscando la eficiencia de los monopolios contra la justicia y tapando con eslóganes publicitarios la letra de la ley,

Pagaban con su libertad la palabra “libertad” escrita en una pantalla de televisión, como papel pintado en papeletas electorales.

En la Estación de Metro de la Civilización se han pisado los documentos de identidad de millones de extranjeros arrojados de su hogar por las Uvas de la Ira,

Para que el Coágulo Bancario – mercado de las armas- negociara con sus vísceras en Fondos de Corrupción,

Hasta arrastrar con su embolia las crisis de humanidad del mundo convertido en un Centro Comercial para cerdos politizados.

La Gran Compañía Eléctrica Progreso – una célula infectada de ira- impedía el desarrollo del tejido colectivo vendiendo la energía que robaba a la tierra y a sus habitantes,

Hasta que el ser humano en degradación salió de los escombros como un resucitado que se impulsa por la tecnología de su alma,

Fabricó las comunicaciones y los signos electrónicos y poco a poco, mientras se despierta, recupera la dignidad de su poder,

Reconoce con sus pies y manos los pies y manos de la tierra, la gestación del óvulo fecundado del planeta de agua y fuego,

el recién nacido proceso luminoso abriéndose camino desde sus entrañas de lava fundida hacia el exterior por la deriva térmica,

mientras los muros de las cárceles mentales de los siervos del miedo caen estrepitosamente, Atlántidas arrasadas,

como anacrónicas armaduras de metal o élitros de insectos disecados en el patrimonio de los traumas recordados,

un genoma interrumpido por episodios de olvido que ahora recupera sus ramas y frutos trascendentes.

En el centro de la vida hay un hogar para que nada se pierda,

Porque en el camino interior somos nuestra propia obra, a pesar de las confusiones de la sombra que no nos reconoce,

Integrando miembros tan distintos en un único corazón, copa ofrecida,

Esperamos a que la sangre llegue a todas las células y a que la vibración de la tierra esté en la misma frecuencia que la del alma,

Sin cambiar ninguna medida en la esperanza que nos lleva de la mano hacia la verdad a través del amor.

El espíritu nos sostiene como nubes de memoria en el aire.

III

Bajo la roca escarpada de la noche buscamos la fidelidad de la intuición como palabra comprendida,

El frío congela las estaciones en el tiempo, sombrío oráculo de recuerdos, mientras la vida se abre camino entre la oscura indiferencia de los abismos imperfectos,

Intentando encontrar el hilo de la energía que crea la materia, dentro del misterio del corazón expulsando la mecánica de su miedo,

El reloj oxidado del programa inducido, el telediario de los automatismos y el gobierno de los explosivos de la violencia donde sangran las emociones hasta agonizar su millonario papel de sueño,

Perdida la imagen en el agua hasta alcanzarla en la voluntad que late reconociéndola,

Esta es la Ciudad de las Marionetas, en los Estados del Olvido, un planeta de hielo arrojado a un progresivo vacío.

Por esta calle a la derecha está el Monumento a la Muerte, custodiado por las Fuerzas de Seguridad de la Confusión,

Sigan de frente, turistas sin memoria, y verán a los ciudadanos aherrojados por cadenas invisibles,

Con una pancarta sobre los ojos, con una preocupación que los ocupa dando vueltas en círculo en torno al Monumento.

Aproxímense más. Vean que los soldados que vigilan son en realidad muñecos elaborados con latas de conserva,

Todavía llevan la etiqueta colgando de las comisuras de su boca que se abre para proclamar el absurdo por himno,

Y un pájaro de metal con una cámara de vídeo entre las patas grita el ruido para que nadie se olvide de arrodillarse ante la Máscara de la Locura, marca registrada.

Como gira la luna de sangre vertida en la rueda de la noche para sentir dolor en cada articulación de la ira hereditaria,

En los mundos inferiores que emergen de un caos en formación salen a la superficie rostros humanos pidiendo clemencia,

La pantalla táctil del universo, una virtual separación entre la energía y la materia, se sintoniza con los colores de la compasión,

Cuando las almas salen del agua con miradas de pesadillas anteriores buscándose en la tiniebla de su olvido,

Bajo los raíles de trenes militares y reglas aprendidas como números marcados en la piel están las voces de nuestra inocencia,

Únicos testimonios de la vida que es el mundo hecho dentro de nosotros.

La materia inferior en la superior energía del amor encuentra trascendencia.

¿Puede ser superior lo inferior?

Solo hay que darle la adecuada vuelta al tiempo.

IV

Con el perdón me desprendo de la culpa que me confundió en un laberinto de sangre derramada,

Su fuego derrite el hielo de mi corazón en la emoción incomprendida del mundo,

Cuando caigo, sé que me levantará la mano del amor, sé que me pondrá enfrente mi felicidad,

Sé que tengo que reconocerme en todos los que ahora me son extraños,

Dame, espíritu de la memoria, por premio el amor, para que mi corazón esté tranquilo.

Si el miedo del pasado me confunde la mente, acuérdate de que en la respiración del universo soy su pequeña respuesta,

No soy más que un pequeño crecimiento en la oscuridad, un poco de calor de un cuerpo infinito.

La apariencia es un vehículo que me lleva, como un automóvil por la autopista de las estrellas,

Cuando tropiece, frene o me detenga, no me sometas a un juicio de sangre,

Pues soy un pequeño instante que intuye el universo en su tarea integradora,

Para que la emoción del impulso terrestre se aquiete en la copa del fuego que la elevará a la luz del aire celeste,

Con el perdón me defiendo del miedo y de la culpa que me encerraban en cárceles de tiempo pasado.

V

Fuimos víctimas y verdugos de la falsa creencia antes de conocer la energía que parte de nuestros corazones,

Ella nos mantenía atados a vínculos imaginarios, a piedras escritas con nuestra sangre en la era de las guerras y las ideologías.

La Falsa Creencia habitaba en un palacio lejano imaginario construido por el miedo y la ira, ambos esclavos de un deseo aceptado en sacrificio,

Con sus ruinas radiactivas fueron abanderadas las religiones, mientras la dama aprisionada en el Castillo de las Ilusiones pedía auxilio desde la ventana de la conciencia reprimida,

Violada en el Castillo por un ejército de dragones, la Inocencia estaba sola, vestida de blanco ante los blancos del cuchillo de la ley bestial.

La parte de debajo de su cuerpo era una serpiente enroscada a su corazón, y una máscara de plástico prejuicio controlaba sus movimientos,

Los cables de la comunicación fueron cortados, frágiles antenas de insecto, mientras la novia estaba vestida para la muerte,

Y era la cárcel su propia mente, inconscientemente sometida a ajenas voluntades, control remoto de mandos fantásticos.

La copa del agua cambió su oscilación y las ondas de luz vibraron de otra manera para liberarla,

Hasta que la oscuridad de la noche se transfiguró en un sol de justa identidad dentro de ella,

Que salió por su boca y rompió sus cadenas reflejas para devolverle su imagen desde el fondo del eco vital,

Y fue liberado todo su cuerpo en el amor del cosmos, libre fue la Aurora de la Mente, donde residen inconscientes el poder y la verdad.

Esta es la puerta del comienzo: el conocimiento para la transformación, la señal indeclinable del amor.

VI

Una pequeña voluntad mueve una gran máquina,

El conductor del automóvil del mundo mueve la máquina de las almas,

Y las almas, acordes de un gran tema musical, mueven sus cuerpos en el mundo creándolo.

Los vehículos desplazan los impulsos sensibles a través de los nervios para despertar la sombra y conducirla al conocimiento de la luz interior,

El Útero del Vacío es atravesado por millones de galaxias articuladas como idiomas que se entrecruzan en el tejido del espíritu,

Palabras individuales que forman la Palabra, voces que confluyen en el magnetismo, el calor y el fuego, deslizándose líquidas en la inercia de la esperanza.

Dentro del universo, respiramos su materia con cuerpos de energía, y cada mecanismo es una inteligencia que atraviesa, construye y mejora el velo de los nacimientos.

Ahora, en el Eterno Presente, donde se tejen Pasado y Futuro como fantasías de su magia,

Comprendemos que nuestras manos son dimensiones del espacio, densificadas en un instante de comprensión.

El espacio entre nosotros

Estaba separado por la distancia de millones de mundos imperfectos,

Que giraban astrales en el papel interactivo del espacio sideral que atrae y concentra,

Los árboles del tiempo dejaban caer sus hojas geométricas y nuestros pasos no se encontraban,

En la trampa de la rueda dieron vueltas las almas siglos y milenios desplegados en el caos,

Pan celeste fue la materia densa, que atrapó las corrientes polémicas del círculo vicioso universal,

Ojos de águila – galaxias lácteas- abriéndose en la oscuridad para ver,

Hasta llegar a humanizarse congregando en el cuerpo terrestre a todas las razas,

Hasta que el amor nació en un rincón oscuro del universo que se hizo luz radiante y soberana,

Así lo quiso la democracia de los dioses flotando en el vacío del espíritu materno,

Y entonces la distancia desapareció como un océano extinto,

Y despertamos besándonos frente a frente.

El espacio que nos separa es tan fino como un hilo y tan delgado como la sombra en tus ojos,

Yo lo he roto con mi voz llamándote,

El espacio nos daba miedo y nos encerraba en los traumas de la infancia de un planeta que nos alojó en su seno,

Pero el amor, ardiendo dentro de nosotros, derritió el hielo en nuestros corazones,

Y ahora estamos los dos uno en el otro,

El planeta es agua que corre,

Nosotros somos su herencia luminosa,

La tierra como un escenario para unir,

En tensión de parto hasta nuestro encuentro,

La distancia que nos separaba se desvanece en el instante en el que nos miramos a los ojos para ser una nueva y eterna canción.

La distancia que nos separa es la mirada antes de encontrarse en la voz del corazón.

VII

Esta es la visión de un testimonio: la vida.

El árbol está intacto, creciendo en los universos intuitivos del pájaro de las formas, la esfera de la energía que alienta en el misterio del silencio del mar,

El árbol está firme, anclado en la tierra grávida de su destino elegido, proyectando las ramas hacia la esperanza del nacimiento luminoso en todos los mundos posibles,

El árbol está y es, en el centro absoluto del misterio, materia y música de fruto y unidad,

El árbol impulsa un expansivo pensamiento de almas en el tronco que lleva por raíz el espejo vivo de nuestra verdad.

RESURRECCIÓN O REMINISCENCIA DE LA LUZ

( Con las leyendas de la tradición)

Nada más entrar en el sepulcro se nos apareció la figura de nuestro vacío,

Allí no había dioses de piedra con dientes de oro, ni terribles tormentas aterradoras,

Ni seres extraños a nosotros, extraterrestres o monstruos nacidos para destruir,

No era cierto lo que los hombres temen cuando enseñan sus doctrinas en las aulas de sus civilizaciones,

Era un lugar abandonado por alguien que había salido impulsado por una nueva vida, y así lo demostraban las vendas que había en el suelo,

Pertenencias de un cuerpo que había despertado de un sueño inducido.

Los guardias que vigilaban no pudieron comprender el proceso de la verdad abriéndose camino en la ignorancia tenebrosa,

A sueldo estaban de un miedo colectivo que había creado sus domicilios en la piel de la madre terrestre,

Se fueron a sus amos y les dijeron cómo la piedra asegurada había sido retirada por un terremoto oculto que los obligara a escapar,

No eran responsables del suceso y no podían explicarlo, pero la culpa los llenaba de remordimientos.

Nosotros, al igual que ellos, no comprendíamos tampoco la escena, y no habíamos escuchado lo que nos habían dicho las visitantes.

No sabíamos el camino para salir de nuestra ceguera, pero la luz nos llego de pronto cuando fuimos a comprobar lo que decían aquellos a quienes temíamos.

Aunque no podíamos comprender el prodigio que nuestro corazón aguardaba, creímos por quien nos lo comunicaba,

Aun a pesar de que las autoridades humanas lo habían desacreditado, haciéndolo pasar por mentiroso y condenándolo por delincuente a nuestra vista.

En su hora, anunciada tantas veces, todos lo habíamos abandonado, y nos encerramos en la oscuridad para no ser descubiertos, no fuese que nos obligasen a compartir también su muerte.

Pero nuestro corazón le pertenecía: el nos había mostrado el camino de la alegría que no termina.

Estábamos esperando su señal a partir del ejemplo, para creer en su palabra, que no defrauda como aquella que los hombres hacen suya, y que no es más que una forma de ignorancia.

Conocíamos el dolor, la lanzada en el costado nos había atravesado también a nosotros, pero teníamos esperanza en la alegría, porque era el maestro de la vida, el que atrae a sí todo lo que está vivo respirando espíritu,

Ante el cual las cosas no se diferencian en nada, porque la creación está sometida al espíritu por igual.

Y aunque no veíamos a nadie en el vacío decepcionante de aquel sepulcro, el panteón de todos los dioses, y el miedo nos paralizaba delante de la suerte de un hombre,

Nos acordamos de que estábamos unidos a él, de que él estaba dentro de nosotros como nosotros habíamos salido de su interior misterioso,

Él era un hombre unido al espíritu, y nosotros permanecíamos unidos a él, como las ramas al árbol que les comunica el verdor de las hojas.

Nada ni nadie podía separarnos de su amor, y la sabiduría vendría después para iluminarnos el camino, puesto que el amor es la fuente de todas las aguas.

Pero la tiniebla de la soberbia, al contrario de la comprensión del sentido del vacío que nos muestra la libertad,

Volcando al suelo las emociones de los poseídos por el mal, los había separado del tronco genético, y no teniendo raíces sabias,

Se habían perdido en sus mentiras, se habían secado en su ruindad, habían envejecido en lugar de brotar como las semillas hasta pudrirse confundiendo el lenguaje de la verdad, hasta adorar a los muertos y llegar a morir repitiendo el ciclo de la esclavitud,

Mientras a nosotros nos había salvado en el último momento, no por nuestros méritos, aquel en cuyas palabras pusimos nuestro corazón,

Rechazando las grandezas del hombre, que son flores que se marchitan antes de tiempo, prefiriendo en su lugar la humildad de quienes no disponen de otra cosa que un poco de inocencia y cierta voluntad, los preferidos por el Dios o misterio al que invocamos.

Llegué después del más valiente, y el más valiente llegó después del testigo obediente que nos había salvado,

El que aquietaba las tempestades, multiplicaba el pan, convertía el agua en vino y se entregaba para curar la enfermedad del mundo atado a la muerte,

Junto a él toda la comunidad humana estaba segura, igual que las ovejas ante el pastor, o los miembros al cuerpo que sabe emplearlos para su utilidad oculta,

Después de que mi nombre hubiera tenido un sentido diferente para mis labios y para los oídos de mis hermanos en la vida encontré un nuevo cuerpo en mi cuerpo y una nueva alma en mi alma,

Entré en el vacío de mí mismo dentro de aquel sepulcro abandonado, fui introducido como un niño en el misterio,

en las aguas del espejo del abismo creado entré con una fe penetrando con su sol recién nacido la noche lúgubre del mundo,

atravesando el túnel del sueño abrazado a la amada sin perder de vista el sonido de la corriente del río de la sangre que ahora fluía con un ritmo nuevo también por el universo de la emoción eléctrica y luminosa que forma el espectro de la apariencia verbal del tiempo anunciado por la memoria,

me encontré en el centro del vacío para crear desde mí el mundo otra vez,

agotado ya el papel de los cielos y la tierra que se imponen con el temor a los habitantes del enigma de una imagen todavía no descubierta,

esa era la copa en la que él había mezclado el vino de la vida para que lo bebiésemos cambiando la forma de las cosas que no pueden ser temidas porque habitan dentro del Padre,

en el interior de cuyo cuerpo respiramos y caminamos hasta alcanzar la dimensión de su verdad, el corazón creador, a través del aliento de la palabra,

una suerte de inteligencia compartida en la materia de un pan que es a la vez alimento y mano que lo parte,

como si fuese iluminada de pronto la habitación oscura e infinita de la total existencia y fueran superados los límites de los elementos que danzan en la esperanza,

peces pescados en el mar de los imaginarios deseos de la tierra que en su parto alumbra otro sol de justicia reconciliada en el perdón innato;

y todo era diferente porque el velo había dejado al descubierto el rostro de la identidad del espejo del ser que somos,

porque la muerte, absorbida por la luz del espíritu, Maestro y Rey, Principio y Aliento de nuestro verdadero cuerpo completo,

unidad vital plasmada en el árbol de la vida sembrado en cada célula solidaria y libre,

había desaparecido en el recuerdo para siempre como la sombra pasajera de un explicado sueño.

LA COMUNA DEL AGUA

La voz de una oculta creación dispersa granos de luz difusa por los ciclos del universo

Mientras desde la herida del corazón un brote cósmico está despertándose,

Como río que baja desde el glaciar de la lejanía, una célula viva integra la espiral de los crecimientos.

En el espejo del alma, empañado de duda, está reflejándose una esperanza,

A pesar del frío concentrado de la máquina que devora las sombras tenues de las ilusiones ideadas,

Es un paisaje al fondo del río, una desembocadura de cristal que apaga el eco,

El firmamento – una palabra de calor y ritmo- divide los dos mundos confluyentes de los vivos y los muertos.

En física y grávida sustancia la tierra soñaba la conciencia humana,

En su óvulo cayó el esperma angélico, el agua que llegó desde el cielo a transmitir la onda expansiva de la galaxia palpitante,

Su circunferencia fue habitada por una semilla que fue un árbol cuyos frutos renuevan la armonía.

En sus raíces había generaciones de almas con cuerpos de experiencia,

Su tronco recto conectaba el suelo a su origen, el camino de la conciencia despertando,

Sus ramas con hojas y frutos – ramas de infinitas descendencias genéticas- respiraban el lenguaje aéreo del cielo magnético,

Anclados a la tierra, sus cuerpos vivos recibían la luz energética del sol y las sales materiales de la tierra,

convertían el entorno en trascendencia y aumentaban la dimensión de las cosas,

aboliendo la distancia que separa el pensamiento de la forma.

Su verde sombra me dio esperanza cuando me tendí bajo sus ramas en el día infinito.

El agua, semilla de los cielos,

Creciendo en la célula viva de la tierra

Como crece el espíritu en el camino del universo,

Convertía la tierra en transistor de la voz del recuerdo.

A través de la oscuridad veía pasar las generaciones como copos de nieve cayendo sobre la tierra helada,

Cuando el simio recibió la información del sonido astral,

En los anales de Egipto, hacia Nueva York, los procesadores digitales de la emoción a la tecnología que surge como la primavera del centro del planeta recorrido por los pies de los cartógrafos inteligentes,

De la escritura a la informática, mientras arrasaba el diluvio las alambradas de la injusticia y la ignorancia envueltas en llamas de juicios e inquisiciones.

Pero el animal humano tenía sed de sangre,

El Estado y la Frontera de la Muerte sembrada de calaveras de vencidos brillaba entre los rayos oblicuos de la luna pálida.

Los justos caminaron entre incendios, la injusticia fue Trono y Altar.

A los dioses de metal que dan refugio a los criminales se les otorga el poder de decidir sobre la vida de los demás,

En el centro del anfiteatro hay un emblema con uniforme publicitario, y un altavoz con la efigie de un presidente que emite su consigna militar:

“todos estáis vendidos. La codicia os ha comprado”.

Yo he venido para escribir un poema de amor,

El de los hombres y mujeres que levantaron la cabeza al cielo protector de su procedencia,

Yo he venido a cantar la alegría de los que se aman derritiendo el hielo del mundo envuelto en noches de ignorancia donde apenas resplandecen algunas eternas estrellas,

Yo he venido para ver la llegada de la aurora al planeta renacido.

Porque la sangre que cayó en tierra no venció a la sangre que circuló por las venas de la naturaleza madre,

El agua, pacto del cielo, estableció su comuna entre los que bebieron la música del río y el viaje de los océanos,

Como la sabiduría que ordena matemático el cosmos perfecto en su diverso temblor de nacimientos,

A través del agua llegaron a nosotros todos los mensajes en botellas de vidrio parecidas a seres vivos,

Hacia la tierra pasional y grávida, erótica y misteriosa con su olor de café tostado al fuego del tiempo,

Recreado su sexo en la penetración profunda de su hacedor el espíritu de energía luminosa.

El conocimiento del primer hombre será borrado por la sabiduría del último,

La guerra y la división por la unión y la belleza,

El río pasa por el vientre de una mujer encinta. Es un eléctrico árbol que arraiga en el terreno de nuestro corazón,

Y que trasmite la información a todas partes, en reproductiva cópula de señales comunes,

Para despertar el cuerpo del universo, separado por abismos como rencores y amnesias, para que la verdad vuelva al origen como el reflejo a la imagen.

No es sencillo volver a las raíces, la cámara no puede fotografiar en la niebla,

Pero suben y bajan bocanadas de calor desde el fondo del misterio

Como de un volcán surgen atmósferas ocultas y lavas profundas inmemoriales,

y así se deshielan las montañas del olvido al contacto del recuerdo de la piel amada.

Mientras permanece el clavo en el corazón,

Los enemigos confunden el paisaje con normas de odio,

Dejaré que el agua entre en las profundidades de la memoria para que limpie las manchas de dolor y sangre,

Porque algo fue impuesto, combatido y no comprendido,

Y a veces piensa el que vive dividido por una mentira aceptada

Que el alma está encogida al fondo de un infierno

Formado por ficciones de espectros animados.

El miedo agranda con la imaginación el tamaño de una cárcel

Formada con prejuicios de oro y plata, envenenadas herencias,

Cuyo valor aprendido se eleva como un cuchillo de muerte dentro del paraíso de la inocencia,

Vistiendo la desnudez con cadenas de angustia,

Negando el rostro del que mira a través de un pasado inventado para perder la memoria,

Como una droga que sube a la mente, y la ahoga en su confuso laberinto de espejismos,

Entonces el alma vuelve a su punto de partida,

Y, exhausta, maldice la trampa que ha urdido.

La historia fue un rencor aprendido al que llegamos a adorar para no perder el deseo del odio,

Una habitación de cadáveres apilados, de desprecios que llegan a herir los miembros,

Porque lo que uno es no se parece a la ficción que de ello han hecho otros.

El agua mental, espejo del cielo del origen,

En espíritu cambiando de forma con cada estación en el pequeño planeta de la síntesis,

La tierra virginal que pende sobre la tela de la energía,

El agua mental se dispersa por las superficies y comunica la música a los abismos lejanos,

Tímpano resonante, pradera sobre la que danza la magia filmada del tiempo,

Termina tú por abolir las fronteras del mapa de los estados y por hacer que el amor llegue a los olvidados de sí mismos en el ciclo ilusorio de las muertes que ensayan nuevos nacimientos.

Cuando el universo entre hacia adentro no serviremos a mentiras externas, cuando parta de nosotros el movimiento,

Entrando y saliendo por la puerta que nos han abierto:

Oráculo en el centro del infinito.

Cuando llegue a los motores de la máquina de la materia y rescate a los atrofiados entre sus engranajes,

En la repetición y cultivo de miserias olvidando el pan digital de la energía interna. Crecerán como árboles hacia el cielo quienes han caído como semillas en el seno de la tierra que transforma y nutre.

El tránsito de las edades de lo pesado a lo ligero,

Como del plomo a la pluma y de los cuerpos a las almas,

Revela el mensaje del agua del subsuelo hacia las nubes, y de las nubes al medio de vida de los agentes del tiempo,

Animales, plantas y hombres que procesan y registran con su testimonio inteligente los cambios físicos en el medio externo que crece hasta su origen libre,

El ser conociéndose a sí mismo, nosotros conociendo dentro del ser.

El agua regando el mundo para que fructifiquen las uniones luminosas de las sombras.

Ya no perteneceremos a ningún estado,

Perteneceremos a la Comuna del Agua,

Cuando nuestro caminar sea ligero y su frecuencia atraviese los obstáculos del mundo grávido.

La ciencia y el amor nos salvarán del caos.

La técnica es un despertar: desde la piedra de sílex que modela las flechas hasta la piedra de sílex que integra la electrónica,

Desde el simio hasta el constructor de sociedades de justicia progresiva,

La herramienta en la mano es un miembro más de nuestro cuerpo que nos devuelve la movilidad del universo en el que somos semillas –intuiciones- creciendo.

Nuestras raíces emocionales estarán buscando el agua en la tierra,

Pues la tierra es nuestra madre, la materia que nos ha vestido de unidad,

Los manantiales nutrirán las dimensiones sucesivas de nuestro ser en la transición hacia la vida total,

Ellos contienen la luz en justas dosis, y su calor enciende nuestro pensamiento.

El universo es un camino que empieza y termina en nosotros.

La carrera espacial es el camino interior,

La búsqueda de la identidad dentro del alma sellada por los astros,

Ella está al fondo de un pozo de traumas, de la herencia genética de los que se separaron de la vida por el pecado de la muerte,

Es el agua que mueve el molino de los tiempos, y la presa de la energía que viaja por el vacío fundando gobiernos de justicia que reconducen la respiración del espíritu,

Su vibración apenas es percibida por el ruido del exterior, caos de confusiones y rueda de formas en oleaje sucesivo,

Su tímida presencia brilla en la noche como una luciérnaga en un prado sin fin.

El amor, guía de almas, desde el vehículo de la tierra salve a cada una en el concierto universal. Esa es la oración de un ciego por dentro en la confianza de un camino. Esa es la fe de los padres y de los hijos.

Tocamos un nuevo continente en un nuevo planeta en una nueva galaxia a través de un nuevo dispositivo,

Nuestra alma toca una parte más de su cuerpo del que en una ilusión óptica se había separado,

Toco los ojos y la boca amada, y recorro su cuerpo con todos los sentidos, toco y siento el alma que está unida a mí a través del encuentro del amor,

Lo encuentro en una dimensión cada vez más cercana.

La flor se abre desde sus íntimos orígenes

Se expande en ondas de energía como pétalos de dimensiones,

La espiral del espíritu como la espiral del agua, el día brotando de la noche,

Perfume de los movimientos en el mar del vacío de la libertad,

La flor se abre de lo físico a lo espiritual, huella dactilar humana,

Vínculo de todas las generaciones,

El agua fluyendo disuelve en su amor las separaciones.

Rompo la burbuja de sombra o distancia que nos separa. Apenas un poco de agua salida del agua del origen hacia tu piel,

recuerdo y destino en el tránsito de una voz íntima y misteriosa que pasa de tu boca a la mía.

LA TIERRA Y LAS CRUCIFIXIONES (POEMARIO COMPLETO)

A MODO DE PRÓLOGO

CANCIÓN DEL CRUCIFICADO

Cuando lo vi al pasar por el camino

Intenté mirar para otro lado,

Su voz sonó profunda en mis oídos

Y los despertó de su letargo.

Era un hombre como yo que me llamaba

Desde una cruz en que estaba clavado,

Con la mirada fija en el vacío

Y el cuerpo ensangrentado.

Lo miré a los ojos y me di cuenta

de que la luz salía de sus manos,

abiertas y entregadas al destino

asidas a su leño por los clavos.

Una muchedumbre de indiferentes

Hacían el camino con sus pasos

Y era una calle empedrada de sueños

Sobre la que el ruido estaba sonando.

Yo escuché y vi el cuerpo del oprimido

Envuelto en la canción del silenciado,

Mi lengua se desató en mis entrañas

Y quise decir lo que había ocultado.

Por encima de las leyes de los hombres,

Por encima de los credos y los sabios,

Por encima de poderes y de reyes

Por encima de los ídolos creados,

Por encima de las vanas apariencias

Por encima de los preceptos de antaño,

Por encima incluso de este cielo oscuro,

Por encima del arriba y el abajo,

Aunque el lenguaje no contenga más signos,

Ni los números prognostiquen más datos,

Por encima de las cosas que no existen

La existencia de quien las ve: el ser humano,

Allí donde se encuentre, nuestro cuerpo,

Allí donde padezca, nuestro hermano,

Allí donde su voz entre ilusiones

A quien puede escuchar está llamando,

Desde las armas de nuestras mentiras

Que sujetan su cuerpo como clavos,

Mirando desde febril avaricia

Al inocente al que hemos condenado,

Atados a las cosas que nos hieren

Y nosotros también crucificados,

Su mirada nos rescata en la noche

Con la comprensión de los torturados,

De aquellos que son víctimas del odio

En cárceles que llamamos estados,

De quienes compran con su misma sangre

El leño social al que están clavados,

Como si fuese yo todos los hombres

Aunque de ser humano estoy dudando

Puse en mi boca el silencio de muchos

Que no se atrevieron a condenarlo,

Y puse en mi lengua las bendiciones

De quienes sufren con dolor callado

Los insultos de un pueblo que no entiende

Que son víctimas de sus idearios,

Por acaparar algo más de tierra

Que les bastará aún para enterrarlos,

Sin comprender que el mundo al que castigan

Al fin terminará por castigarlos,

Entre las tinieblas de la ignorancia

En la que mi palabra está vagando

Encontré la luz en los ojos mudos

En la mirada de un crucificado,

Sintiendo que yo mismo lo entregaba

A cambio de mentiras a sus clavos,

Feliz, sin embargo, de haberlo visto

Y en el camino habernos encontrado,

Le entrego estas palabras que no valen

La palabra a la que están invocando,

Para que entre los hombres que me escuchan

Tal vez alguien resulte interpelado,

Cuando fui testigo de la injusticia

Y escuché la voz de los olvidados

Que solo guardan perdón en su boca

A ellos, como ofrenda yo les canto.

SE DESPIERTA NUESTRA CONCIENCIA EN LA TIERRA

UNA PALABRA SALIÓ A RECORRER EL MUNDO

El ser humano despertó a la luz del sol soñando su llegada al mundo,

La naturaleza lo alimentó en su seno hasta que pudo ver su alma ligada a esta tierra,

El espíritu lo trajo a su heredad, y le dio todo por posesión para que aprendiese a administrar el don de la vida que se le había confiado.

Inventó su patria de la nada, fue testigo de la doctrina de su madre a la que vino para hacer despertar a otros dormidos que habían llegado antes que él,

Prevaricó con el odio y la avaricia y cayó en la red del tiempo y de la muerte, y desarrolló todo tipo de divisiones para defender la propiedad de su mentira.

Pero del tiempo y su hechizo algunos hombres y mujeres despertaron,

Descubrieron la verdad oculta en las cosas y se involucraron en el supermercado del comercio social para curar sus heridas y las de los demás,

Supieron que el hombre había nacido libre, y que en todas partes estaba esclavizado por obra de quienes habitaban las tinieblas de su ignorancia,

Fueron testigos de martirios y crucifixiones, comprendieron la confusión entre la vida y la injusticia de sus habitantes,

Y anduvieron como lámparas en la noche para llevar la luz a los pobres y olvidados de la tierra,

Cuyo despertar era nuestra común esperanza para ser de nuevo libres.

La historia, con su biblia y su credo, estaba llena de crímenes. Los hombres no habían sido fieles a la verdad.

Se habían desarrollado para oprimir a otros, no para romper sus cadenas, habían ensanchado las cárceles con sus conquistas sociales,

Habían construido imperios de infamia que no se mantenían estables en el tiempo de la naturaleza,

Y que acabarían por borrarse de los ojos del que mira.

Hicieron del mundo una esfera manipulable por la ciencia de sus intereses,

Pusieron nombres a los países y a las geografías inhóspitas,

Extrajeron los recursos para combatirse de las profundidades de la tierra, como el niño coge del suelo piedras para arrojar a su rival.

Para no ser destruidos establecieron una ley que aminoró los daños, pero que fue muchas veces derogada por la novedad de sus delitos.

Dividieron en continentes la tierra: África, la madre de las razas; Asia, el equilibrio de los pueblos, la audaz Europa, donde las ciudades se hicieron famosas en el mundo; América, una encrucijada de pobladores para descubrir la concordia, Oceanía, formada por lejanas islas de donde se importó la sencillez en su primer estado.

El mar, en su inicio frontera del miedo, fue después el puente entre los hombres.

Cuando las comarcas estuvieron unidas estalló la gran guerra, y un montón de cadáveres resumió el legado de sus negociaciones, y un millón de derechos sociales que nacieron de cada herida del cuerpo de los sacrificados.

En el mercado de las relaciones humanas, el mundo fue dividido en tres plantas para organizar la economía del consumo:

Primero, segundo y tercer mundo.

Los primeros se hicieron dueños de la luz del sol y se la administraron a los últimos en la escala divisoria,

Ocuparon e interrumpieron el flujo de la enseñanza de la tierra, no entraron por la puerta de la justicia ni enseñaron a otros a entrar.

En lugar de mostrar el cielo a los que miraban desde el suelo oscurecido por ellos, pintaron un techo de mentiras oficiales y les dijeron a los de abajo: “He aquí vuestro cielo”.

Por eso la tierra gimió, y se tambalearon la ciencia y las leyes de los hombres,

Y el miedo se adueñó de la tierra sometida a la muerte de quienes no supieron ver la vida más allá de sus libros.

El supermercado de la civilización se llenó de ladrones que se apoyaban en las cabezas de los de abajo para robar el oro de las bóvedas de arriba,

Los traficantes de seguros de redención, los vendedores de la droga de la dependencia de sus fórmulas, para que nunca despertase nadie del sueño de sus padres y aprendiese a soñar por sí mismo.

Entre las sombras del cine de las modas que pasan sin dejar más rastro que el hechizo de sus ilusiones,

Las lámparas encendidas de los misioneros de la verdad de la tierra iluminaron el teatro de máscaras de los intereses creados y rompieron el hechizo de sus ídolos.

Ante quienes esclavizaban a los indios de la colonia, denuncia y consuelo.

Ante quienes hicieron tributarios a los libres, denuncia y consuelo.

Ante los que tiranizaban con propaganda y armas, denuncia y consuelo.

Ante los que trajeron al mundo una parte del infierno, denuncia y consuelo.

Indicaron la luz con el dedo con denuncia y consuelo,

Denuncia contra las mentiras, los abusos y las muertes,

Consuelo con el perdón, la fuente de la vida.

Porque aquellos que cayeron en la tentación de la culpa fueron víctimas de su propia muerte, y su demonio los poseyó para su mal,

Sean reconducidos y vuelvan a la vida, y vean en los pobres que enriquecieron su dolencia a los propios miembros de su cuerpo.

Para que vean de nuevo la luz, que al principio estaba con ellos, con nosotros los que ahora vagamos entre sombras de muerte, entre ilusiones perdidas,

Entre crucifixiones de un pueblo que no se conoce,

Para que entre todos traigamos el cielo a la tierra y venga la verdad a habitar en medio de nosotros,

Todos somos por igual testigos.

Después de haber escuchado nuestro silencio,

Una palabra salió a recorrer el mundo.

LA EVOLUCIÓN DE LA TIERRA

En la tierra que se mece en el vacío ha caído una semilla luminosa,

Creció y desarrolló el planeta que recibió del cielo los mensajeros del agua,

La palabra germinó en forma de árbol de vida,

El ser humano fue el último de sus frutos y el primero de sus brotes,

De las estrellas vino el espíritu encarnado en el alma de la materia,

De la luz antigua para hacerse nueva luz y devolver la oscura sombra del olvido a la memoria,

Sanadas ya sus heridas de violencia, mostrando la verdad escondida en los abismos de la mente del universo.

La tierra era una enamorada vestida de sol, esperando abrirse a la luz de su corazón en respuesta a la de su astro en el cielo,

la serpiente de la muerte fue pisada por sus pies, mientras sobre su cabeza hermosa y sencilla, alumbrada por el resplandor de sus ojos más bellos que el sol al que miraban,

en torno a la que jugaban sus cabellos en el viento del espíritu que respira el origen de las cosas,

las estrellas formaban una sola diadema.

Expulsada de la unidad del árbol de la vida, la serpiente había engañado al poblador de la tierra recién creada,

Todavía repta la ignorancia sobre el suelo en leyes humanas, y la maldad se canoniza por decretos injustos,

Mientras en el centro de la tierra una luz pugna por salir afuera con una información y un proyecto de vida nueva.

La tierra está de parto, los seres humanos son las manos que ayudan a salir al niño.

La virgen desposada y concebida aguarda a su esposo celeste, y nosotros aguardamos el amor que nos devuelve a la vida.

LA MADRE ÁFRICA

En la noche olvidada una herida grita.

Las estrellas conmueven su círculo de luz en una red de figuras de sombra animada en fuego salvaje,

Y una mujer envuelta en lágrimas tejidas a la luna se vuelve al espejo del espacio del corazón.

La tierra está devastada por cenizas yermas que guardan su rencor clavado a las manos de los habitantes del planeta del hogar y el agua.

Por la autopista que multiplica el desierto viajan las voces de los muertos, y allí, en su habitación, después de llorar la muerte de los hijos abortados,

La mujer está sola frente al crucifijo de la pared encalada mirando el retrato de un cuerpo humano que se desliza a punto de renacer en la piel de su alma.

Por la noche y la mujer,

Por el crimen y el maltrato del verdugo llora un niño en su vientre, un hombre y una esperanza en el universo repudiado de la habitación pintada de sangre y hierro.

Oigo un sollozo ahogado, el silencio de una iglesia, la llave oxidada de un martirio convertido en ley y una voz pura, sencilla e inocente rezando en voz baja una oración que traspasa un muro de angustia con alambres de púas,

Un muro pintado con escenas de genocidio al que la pantalla de un televisor canoniza como historia, implacable historia y mentira y orgullo que estrangula sueños de paz en el idilio de las cosechas de los pobres que cantan el perdón en los cementerios.

Junto a la máquina perfecta de la ambición que contamina los estanques de la civilizada cárcel ,

Junto a la bomba atómica que ha abolido la plaga de las guerras en los países de fronteras mentidas,

Junto a la mujer sencilla que llora a su hijo muerto, junto a su dolor que es el nuestro, canto y entono la bendición de la vida.

No estás sola, por más que la noche te oculte en su seno,

Ni toda la ciencia del mundo puede comprar una gota de tu sangre,

Ni todas las armas podrán silenciar tu voz que se eleva sobre las cruces de las víctimas del ídolo inerte del lucro.

No estás sola, porque tus manos de madre son las manos de madre de la tierra que dan sin medida,

Porque tu cintura es la cintura de la novia que comparte el gozo del amor con su esposo,

Porque tus labios son los labios de la maestra que enseña las primeras palabras a los niños.

Alguien ha querido mutilar tu nombre, pero él está escrito en el corazón de la tierra,

Está escrito en la voluntad de todos los seres, en el ADN de cada célula humana que celebra el cuerpo que ha tenido una madre.

Pero cuando tu alma volaba como un pájaro en tus días de niña, oíste de lejos el odio de los fusiles y te taladraron las manos y los pies los poseídos,

Te cortaron la lengua para que no pudieras hablar, no sabían los necios que tu espíritu habla en todas las lenguas,

Y que hasta las piedras se alzarán con vida para denunciar el crimen y erradicar la falsedad de la muerte que obra el castigo del miedo.

Ya desde antes del tiempo alguien te llamó por tu nombre, y no te abandonará, porque está contigo, en el aire que respiras, en la tierra que compartes.

Tú no estás muerta, mujer maltratada, mujer humillada, mujer entregada. Quienes te han violado, quienes te han mutilado, son cadáveres vendidos a su ira, son despojos que no alcanzarán patria.

Ellos han dividido el mundo en partes: han puesto su codicia en el primer mundo, la servidumbre en el segundo y han relegado al tercero al hambre y la pobreza tapadas con el velo del silencio sobornado.

Han cubierto su vergüenza con un velo, para promover el sacrificio de sus hermanos, para aterrorizar a los desheredados y sembrar el vicio en los burdeles de las capitales, donde se aborta por deporte y se mata a inocentes exhibiendo una tarjeta de crédito con el funesto emblema de una calavera bancaria.

Si ellos mismos se han vendido, ¿podrán mantenerse?, ¿ no vendrán sus deudores, sus crímenes, a cobrarles la deuda?

Así se han apoderado los miedos de la tierra manifiesta en continentes de dicha, cuya sombra es la luz del sol, la aurora. Desde tiempos remotos los cautivos gritan por la libertad, y tú, mujer fiel en la victoria del futuro que es la flor del tiempo sepultado, conectas tu voz a la energía espiritual del lenguaje humano.

Así fue desde siempre, es, fue y ha sido la era de un ser vivo eterno en el diluvio de las generaciones.

Mujer de los nacimientos y de las redenciones, mientras juntas las manos en el silencio de una cárcel de adulterados símbolos veo en el cine del tiempo tu imagen iluminada ofreciendo perdón al peso mortal del sufrimiento,

Veo los tacones que han clavado a las jóvenes modelos de la sociedad de muerte y consumo, veo a la chica adolescente incrustada en el ataúd de un anuncio,

Veo a los esclavos de la moda luciendo la marca de los verdugos, veo cruces y cruces por todas partes.

La educación oficial es el manual de instrucciones de un arma de fuego, los derechos son letra empapelada que nadie cumple, los mercados compran y venden objetos adornados con manos de huérfanos,

La economía es una balanza rota que cabe en el procesador de un deseo controlado por valores fluctuantes en un laboratorio demagógico,

Las palabras han perdido su sentido, y en medio del teatro de máscaras de la mentira humana solo oigo claramente la verdad de tu grito.

Pero no estás abandonada. En el corazón borrado de África y en la cintura de bailarina de América tus ojos miran hacia la luz, desde el subsuelo de la explotación, en el fondo de la mina de la vergüenza y la culpa impuesta tus ojos miran de frente inmortales y limpios.

En los días ideales de la biblia la reina de Saba consultó a Salomón el oráculo de los humillados, y recibió la respuesta de la esperanza,

En los días del Mesías y del Buda la compasión se mostró al pueblo, y las revoluciones rompieron las cadenas de los oprimidos.

Te contemplo como siempre fuiste, madre de los hombres, comprensiva y laboriosa, con la cesta de los frutos sobre la cabeza alzada,

Con tu hijo pequeño a la espalda segando con una hoz los campos de la tierra que renacen de la sangre fratricida de la guerra.

Entro en tu casa y me muestras la olla del hogar humeante, me sirves la comida y me hablas de tus lágrimas que contienen la leyenda de todos los pueblos,

El cuento de la memoria que comunica el amor, el nacimiento, la muerte y las resurrecciones.

Tus brazos sensuales brillan de la luz del mediodía mientras lavas la ropa de la familia en la alberca,

Tus manos están prestas para tejer y destejer, para limpiar y purificar, para acariciar a tus hijos y consolar a tu marido exiliado o condenado a la cárcel,

Tu vientre fecundo guarda las semillas de las generaciones esperando su manifestación,

Tus abultados senos contienen el alimento necesario para los nuevos pobladores del mundo,

Tus pies recorren largas distancias, tu rostro está siempre sonriente y eres más hermosa que las maravillas celestes.

Me mostraste el espejo en el que se miran las naciones infestadas de himnos y banderas y de sepulturas abiertas:

El imperio del poder, con sus torres y su informáticos muros, sus holocaustos y sus condenados, y la angustia gimiendo desde sus satélites coloniales.

Las inmensas granjas de ganado que inyectan hormonas de violencia a las reses que se sirven en los restaurantes metropolitanos,

Los ejércitos que bombardean desde el aire a las poblaciones como langostas asesinas,

Los mercaderes de armas que ejecutan con licencia de los parlamentos,

Las prostitutas que sirven con su carne al capital, los mendigos y los toxicómanos del consumismo,

Y en el lienzo móvil del espectáculo que muestra sus anfiteatros a los informativos de las cadenas documentales distinguí rostros iguales al mío, y eran parte de mí mismo los fantasmas fugitivos de aquellos enajenados.

Tú me dijiste: “No seré yo quien siegue la cizaña. Mi labor es sembrar el trigo”, y le quitaste al adolescente el cuchillo de la mano.

Con la sabiduría de la tierra que ha conocido el dolor de los partos, con tus miembros golpeados por el verdugo que promueve la igualdad en el Capitolio,

Tu trabajo renueva la paz pisoteada, y el sol te conoce y te llama por tu nombre.

Mujer madre, hija y esposa, tú que llevas la esperanza en tu vientre, remueve con la música de tu voz las conciencias de los que sirven al Capital su banquete de sangre humana,

Despierta el cuerpo de la tierra, igual al tuyo, y explica a los ignorantes el sentido de los libros,

Rompe el silencio con tu grito de amor, desprográmanos de la computadora de la violencia que se oculta como un escorpión bajo los planes agónicos del libre mercado que demanda esclavos y dinero para el imperio de la muerte,

Como lo hiciste antiguamente, cuando tu profecía, Sibila Cósmica, mostró a los patriarcas el misterio del nacimiento en el hijo del mensajero angélico que proclaman los credos de las religiones.

Tus cantos de cuna despiertan el oscuro hemisferio reprimido del cerebro de donde surge la poesía de lo femenino que devuelve al hombre su vigor primero.

Eres una virgen despechada, nunca han querido reconocerte en los archivos de un progreso social engañosamente legítimo.

No han querido que gestases tu parto que absorbería con su luz las tinieblas de las civilizaciones, han tenido miedo de ti y por eso te han silenciado.

Han vendido a tus hijos como refugiados, y a tus hijas las han violado en autobuses pagados por el gobierno de los monstruos presidenciales,

Pero no han podido callarte, porque tú sola guardabas en tu corazón la palabra que puede redimir el mundo.

Por eso, en la asamblea de los pueblos, se te concederá la palabra, y serás la madre del dios del futuro, y serás la invocación de una humanidad renovada.

Por eso, la serpiente no tendrá poder sobre ti. Con tu pie has pisado la cabeza de la víbora mortal y de la cobra que sirvió de bastón a los indígenas que nos legaron los principios del conocimiento,

Y su veneno es ahora la medicina de los enfermos que se embriagan de violencia en las metrópolis sádicas,

cuando los esclavos han desaparecido para convertirse en siervos de sistemas arbitrarios, nacidos del odio en campos de concentración posmodernos.

Ha sido tu lema la caridad frente a la publicidad del rencor, y la semilla del amor que la tierra guardaba dentro de su seno como única victoria frente a la muerte.

Porque las obras del amor no mueren nunca, ni el espíritu de los silenciados por la represión inhumana del animal antiguo se apaga en su alma, siendo como es el mismo aire que respiramos.

El fuego del sol y de los astros lejanos imprime en el cielo su testimonio, y su firmamento es para nosotros eterno.

Sé que nacerán fábricas de las ruinas, industrias de los pudrideros institucionales, y que cada hijo tuyo llevará impresa en la frente la letra de la fraternidad.

Sé que reanimarás el cuerpo de la tierra y la prepararás para que se despose con el cielo, como está escrito en la genética de todos los seres, en su alma de libertad.

Desde mi fe te saludo, madre del pueblo del dios compartido, a ti, que en medio de nuestra maldad brillas como una estrella con la luz que saldrá de tu vientre,

El verbo que una vez más se encarnará para dar vida y verdad a nuestras palabras.

OCEANÍA ES UN CANTO DE NACIMIENTO

Emerge de la matriz serena del mar silencioso la piel de niño de Oceanía,

Sus ciclos evolutivos son cantos en la memoria del sueño humano que viaja por los siete mares del espíritu hacia su despertar luminoso,

las islas apartadas de los continentes, nacidas de volcanes de cráteres misteriosos que expanden su respiración por la atmósfera de los vivos,

Australia, donde los aborígenes aprendieron a cantar la historia de su pueblo para encontrar el agua en los pozos prehistóricos,

Imagen de su alma recobrada en el desierto de los signos de la geometría en la dimensión del espacio que acoge el ojo que devuelve las formas al vacío para renovar su origen eterno,

La incógnita que estuvo unida a la Antártida, su hermana, también incógnita y poco mojada por la lluvia del tiempo,

Patria de marsupiales y especies congeladas de animales y plantas que preservan la medicina de la inocencia,

Entre vuelos y trinos de aves del paraíso.

La India, oráculo digestivo de los pueblos y las naciones, unida a Asia por el Himalaya de los ascetas,

Cuna de cosmogonías y tradiciones de sombras ancestrales que giran en torno al fuego que encendieron los cazadores antes de fundar la ciudad y de sembrar la visión colectiva de su pueblo,

Donde se alzan los templos demolidos de los demonios de la guerra –testimonios del tiempo superado-, en selvas intrincadas recorridas por fieras y leyendas,

Allí discurre el Ganges donde se purifican los sacerdotes del mundo- los seres humanos que custodian el ritmo de la tierra-,

En sus costas pisadas por los retornados colonos de Europa, por navegantes y aventureros científicos,

Se alza Benarés, la ciudad que acogió la doctrina de los Budas, los primeros en despertar del sueño ilusorio de las generaciones que comen del tóxico árbol del conocimiento y que no han aprendido a reconocer el entorno del que forman parte.

Filipinas, Polinesia, y los archipiélagos que habitan el mapa del Pacífico, océano de la fecundidad para el planeta holístico,

Escriben en caracteres de música cósmica el retorno del alma viajera al centro de la tierra,

Para hacerla despertar desde su corazón oscuro y poblado de emociones que se volcarán en una copa de amor bebido por la boca de los que vivimos,

Transformación necesaria, metamorfosis de las máscaras de la relatividad simbólica que ofrece nuestra experiencia,

Vino mezclado por nuestra sangre en honor a Dionisos, el muerto y resucitado, dos veces nacido mundo,

Hecho humano para la gloria de su poder compartido.

El Diablo sopló sobre Moscú,

Haciéndose pasar por un delegado del Movimiento Obrero,

El diablo sopló sobre Moscú

Y China se levantó con un escalofrío en la espalda.

Primero fue la Guerra por el Control de los Medios,

Después fue la Guerra por la Propiedad de los Fines,

Primero y después fue la Guerra.

Tovarich fue a la huelga,

Tovarich tenía muchas razones para ir a la huelga,

Tovarich fue a la huelga porque no tenía adónde ir,

Lo habían despedido sin salario,

Pero la revolución de Tovarich fue un invento del Conde Drácula,

Las protestas de Tovarich acabaron siendo absorbidas por el vampiro de un Partido Único.

Tovarich venía de abajo y sigue estando abajo,

No se ha movido Tovarich, pero la Revolución ha triunfado,

Y ahora la tiranía lleva el nombre de Tovarich.

Y Tovarich se despertó cuando cayó el Muro,

Cuando en Berlín cayó el Muro Tovarich se despertó.

Eran grandes productores las antiguas colonias del Bloque,

Compraron a siervos y les vendieron a cambio servidumbre,

Nadie les leyó las papeletas, ellos no sabían leer,

Pobres siervos que fuisteis la comida de otros siervos.

Carne sois de nuestra carne, fabricáis ordenadores,

Pero no tenéis acceso a la información,

Sangre sois de nuestra sangre, pioneros en industria,

Pero ajenos a la libertad de empresa.

Sois los reponedores del Supermercado del Mundo,

En las leyes del mercado se mueven vuestros sudores,

En las leyes del mercado que no habéis hecho vosotros

Sois hormigas que acrecéis los graneros del Poder.

En el Poder que se llama Corrupción sois esas piezas

Que no podrían faltar a la máquina de los fraudes,

Pero no tenéis la culpa, antes eran papeletas

Y ahora son fluctuaciones del Mercado de Valores.

En China se han encendido los tractores para la nueva cosecha,

Y caerán las espigas de la mies sobre los carteles de anuncios.

El cuerpo encontrará la cabeza y echará a andar,

Y Drácula huirá, el vampiro tártaro de los bienes ajenos.

De momento es un escudo forjado por la ambición,

De momento es una fábrica de la Bestia Global,

Murió el tirano soviético, los pobres no tienen voz,

Como antes, los pobres piden pan y libertad. Silencio.

Las personas no valen nada, son las cifras de un número de registro,

Son las cifras del número de la Bestia, cifras y mercaderías.

La Bestia engorda y pide más, pide sangre de niños y enfermos,

Engulle a pequeños propietarios en nombre de la avaricia.

Los alumnos de la escuela interrumpieron sus lecciones de tinieblas,

Apagaron el ruido de las consignas publicitarias,

Se quedaron a oscuras para ahorrar energía,

Y vieron en la pizarra y en el mapa de la pared una rueda que giraba,

La rueda de la producción que devora distancias en vano,

La rueda dentada de los tormentos, de la condena en la culpa.

La rueda antigua del Pecado Original.

Era la rueda que gira la imagen de dios,

De su boca metálica salían como palabras todos los productos,

De su eje se nutrían los sacerdotes de las nuevas ideas,

Bajo su enseña peleaban todos los ejércitos que gritaban “¡Más!”.

A la rueda se sacrificaban víctimas y se le rendía tributo,

Se edificaba para ella, se le rezaban oraciones para que su dominio fuese eterno,

A ella todo estaba sometido, y la mente humana giraba con ella,

Se exigía una ley para su perpetua memoria,

su avance imparable era la servidumbre, el ser humano como producto.

“Por haber gustado la manzana del árbol del conocimiento,

Parirás hijos con dolor, trabajarás con el sudor de tu frente,

Te arrastrarás sobre tu vientre y serás maldita entre todas las bestias del campo.

Yo, el Diablo, he hablado.

Serás educada por un patrón, mente de la humanidad.

Alabarás las obras de tu padre, violarás el cuerpo de tu madre.

Tu padre soy yo y tu madre es la tierra que yo te he arrendado para que me pagues el diezmo de todas tus cosechas.

En nombre de la libertad, eres esclavo Adán.

Sal con tu descendencia del paraíso”.

Así habló el Diablo a los trabajadores, y la Bestia, su sombra, aplaudió,

La Bestia de la Ignorancia aplaudió y bramó con sus siete cabezas.

El Diablo sopló sobre Moscú, y sobre Nueva York.

“Esta tierra es nuestro mercado. Sus habitantes son nuestros esclavos.

Este es un campo de guerra. Salgan de aquí los solidarios,

A los humanitarios pónganles una venda en los ojos.

Callen a la verdad, que hable el falso profeta.

Que discurseen los canales de televisión, que los periódicos tapen con ruido la información,

Que los actores interpreten la película de la demagogia política.

El monopolio es de la máquina. La máquina no puede fallar.

La ciencia sobre la caridad,

El egoísmo sobre la misericordia,

El individualismo y la segregación sobre la integración y la familia.

Esta es nuestra nueva normativa”.

Allí estaba, como no, el Falso Profeta distribuyendo himnos,

Saludando a las señoras, convenciendo a los niños,

Pervirtiendo a los jóvenes sin objetivos,

Comprando la arrogancia de los propietarios vendidos,

Coronando de usura a los deportistas,

Acuñando moneda falsa con un disfraz de Mesías Bíblico.

En la Cadena de Montaje hacía señales con la pantalla,

Rompía la Declaración de Derechos delante de un Congreso de toxicómanos.

Era el héroe del día, salía en todos los canales,

Estaba en la boca de la opinión pública.

Era políticamente correcto, oficialmente intachable,

Con su magia transformaba en oro la economía de la explotación,

Invertía, educaba y saltaba con la pericia de un payaso institucional.

Se transformaba, se travestía, imitaba y adulaba,

El soborno era su ley y la compraventa su religión.

De esta manera, ocultando el mundo, nadie se veía ni escuchaba su miseria,

Nadie miraba fuera de la pantalla.

La información estaba reducida a su cadena, y el conocimiento a su marca.

La bestia devoraba debajo de él a hombres, mujeres y niños.

En la frontera se mataban por un pedazo de pan, pero los medios no lo recogían.

“Todo está controlado”, decía sobre un micrófono,

“ lo importante es que el consumo no pare, el ídolo pide carne, y nos ofrece su novedad en forma de excremento recién hecho”.

Hasta que la confusión no pudo durar más,

Y la puta que estaba firmando contratos encima de la Bestia,

La Política de la Corrupción que bebe sangre en copa de oro,

Se agitó con dolores de parto, y parió a un monstruo en miniatura.

Pronto se hizo grande y ocupó escaños y barricadas.

Era el Odio, nacido de la opresión. Su retrato fue elevado a Secreto de Estado,

Más tarde se hizo famoso entre los adoradores de los números financieros.

Y ahora, si me preguntas, tú que escuchas, dónde estaba la persona en todo esto,

Si me preguntas dónde estaba el espíritu de dios o la fuente de la verdad,

Dónde la vida y la eterna armonía que danza en el vacío silencioso,

Te diré que la vi y la escuché en las favelas de Río de Janeiro,

En los campos de refugiados de África del Norte,

En las cárceles sin derechos de América y la India,

En los hogares de ancianos sin cariño ni afecto de las residencias de Europa,

Entre los olvidados, los injuriados, los ofendidos, los testigos de la muerte,

Entre los pobres, los perseguidos, los emigrantes expulsados, los enfermos sin recursos.

Estaba entre todos ellos sanando y regenerando, perdonando y asistiendo.

Estaba en las manos solidarias de un misionero, en los ojos de una enfermera de hospital,

En los labios de un poeta que lucha por la libertad, en la mirada de un niño del Tercer Mundo.

En todo aquel que es testigo de lo que ocurre, y que no encubre lo que ocurre, y que incluso se ofrece para transformar lo que ocurre, allí vi y escuché una palabra que procedía sin duda de la boca divina, porque de ningún otro sitio hubiera podido proceder.

Con la fuerza innata de las semillas derramadas en la tierra oscura,

La luz se abría paso entre las tinieblas de una película que se termina,

Partía de las pequeñas familias y de los humildes que no atesoran mercancías de muerte,

Su bondad brillaba desde todas las partes del mundo como brillan los cuerpos celestes,

Uniendo lo que estaba separado, repartiendo la luz por el universo dormido,

Mientras se disolvían las sedes de los bancos, los tribunales y las leyes de los hombres, pues su función había concluido,

Mientras las fronteras se derretían en la noche y liberaban a los cautivos del hambre y la guerra,

Mientras los instrumentos tecnológicos se volvían etéreos e inservibles cuando todos estaban vivos y juntos en el mismo lugar, la alegría.

En un estanque de fuego, en la separación y la confusión, se movían entonces los practicantes del soborno y la estafa,

Junto con la Bestia de la Corrupción, junto con el Falso Profeta y el Diablo que no encuentra sitio entre los ángeles miraban sin ver, y juzgaban sin entender.

No entendían ni se explicaban por qué ya no eran los dueños del mundo, por qué sus valores eran basura quemada entre brasas de muerte,

Por qué ya no tenían siervos, ni empresas, ni fondos en el abismo de su fin,

Por qué los pobres que no cabían en sus mapas ni figuraban en sus estadísticas celebraban felices la gloria de verse juntos y de amarse próximos.

Y en su lucidez vieron las consecuencias de su elección, y comprendieron su error demasiado tarde.

Pero el perdón es para todos, es el amor quien perdona y salva,

Y los condenados por sus obras tuvieron otra oportunidad, aunque lo perdieran todo,

Pues el amor es más fuerte que la muerte,

Y bendijeron la sabiduría de sus hermanos, los pobres de este mundo injusto,

Alabaron su capacidad para transformar la muerte en vida,

Soñaron un Nuevo Mundo compartido con ellos.

Solo el perdón es paz, el perdón es la vida sobre el libro de los tiempos,

Solo el puede curar al enfermo, y devolver el alma a los muertos.

Su llegada fue el Apocalipsis de las Transformaciones,

Él sanó la llaga incurable del hombre, fue el Verbo que combatió por nosotros

Para que recibiésemos y conjugásemos un nuevo lenguaje.

Desde el vientre del abismo de la culpa salimos a la luz que nadie conocía,

Porque no había sido creada por nuestros sueños.

Esa fue nuestra fe y nuestra esperanza.

Y nada fue destruido, todo fue regenerado.

Concluyó su Apocalipsis con una modesta enseñanza, para que el ser humano fuese devuelto a la eternidad.

PEQUEÑO POEMA PARA EL DESPERTAR DE ASIA

Bajo el látigo de las nubes que vienen de occidente

China duerme en su muralla y vela el sueño de oriente,

No despertéis a la que duerme entre ruido de yunques

India espera su señal, y Japón la seguirá.

Es un gigante dormido. Despertará al caer la muralla,

Cuando oriente y occidente se perdonen sin rencor.

EL CORAZÓN DE EUROPA

El globo de ideas que un día hinchó Europa,

Voló por todos los países del mundo llevando el progreso social a los hombres,

Reconociendo la identidad de cada persona en un mapa de continentes y océanos,

Encontrando un sentido de justicia que unía el alma a la tierra en la que obraba su vida.

Sobrevoló las regiones salvajes con un cáliz de sangre para los moribundos,

Pero mezcló veneno en la copa, no dio lo mismo que había recibido.

Expolió los frutos de los territorios recién descubiertos por la ciencia especulativa,

Cometió crímenes impunes e hizo de la tierra un campo de guerra que más tarde alcanzó sus fortalezas, demostrando que su ley no era justa.

Ahora digiere su historia en los periódicos, está envejecida por un sistema de prejuicios aprendidos,

En la autopista de la globalización ofrece una pastilla de ilusiones a los pueblos que aprenden de su historia.

La pastilla sabe a nada. Es la marca que han vendido, mientras la tierra devolvía a los especuladores su sobredosis de contaminación acústica.

No ha querido aprender, se ha estancado en la farmacia del capitalismo,

Y ofrece sus anticonceptivos para no concebir conocimiento.

Comen y beben los usuarios del supermercado, y no se sacian por más que coman, porque comen y beben fórmulas de ignorancia.

El globo de la Vieja Europa anclada en sus concesiones empresariales,

En su dependencia de las colonias productoras, no percibe el ritmo creativo de la tierra,

Subvenciona industrias de ambición que no respetan el medio ambiente ni mejoran la calidad de vida que los productores,

Ha vendido a una empresa de seguros su libertad, ha colocado el ídolo del capital financiero en el lugar del capital humano,

Y se mira en el espejo deformado de la corrupción de sus viejas instituciones.

Europa raptada por el toro de Creta,

Madre del rey Minos y de su laberinto,

Autora del impulso de la industria y de la banca,

Volverá a ser joven cuando comprenda que las ideas de los hombres valen menos que las leyes de la tierra en la que viven,

Cuando sepa que la usura de los sistemas cerrados no recibe oxígeno de los espacios vitales,

Y que la cruz de los inmigrantes y de los marginados sin derechos reconocidos es la fuente de energía que dará impulso a sus fábricas de bienestar,

Para que el imperio de la ley no devore la verdad de la justicia,

Para que habitemos un entorno del que podamos seguir viviendo sin conflictos inicuos, derivados de la falta de respeto por la vida que hemos recibido desde el planeta que nos despertó a su luz,

Cuando reconozca a los muertos y los esclavos del sistema que no figuran en sus registros oficiales permitirá que la información de la vida llegue a sus ojos por medio de un rayo de inteligencia,

Y que la verdad de su historia alcance sus oídos por medio del agua de la memoria,

Y ya no será entonces llamada la Vieja Europa, sino el corazón que late para toda la tierra.

LOS NÓMADAS DEL ARABÁ

Vosotros,

Mercaderes de sueños y constructores de jardines en la infinitud de la arena,

Vosotros que conocéis la dura ley del desierto y la poesía del viento sobre las dunas moldeadas por dedos invisibles,

Los que descubristeis antes del día el misterio de la rosa de fuego cuyo centro está en cada parte,

Habéis caminado por la fantasía sin caer en su trampa,

Habéis unido por un sendero imaginario Oriente y Occidente,

Por las regiones del Arabá discurre la seda fantástica en un hilo de emoción entre el corazón y la cabeza,

Un puente de arena entre el pensamiento y la acción,

Un palacio en forma de nube sonora que respira las lluvias del mundo,

Patriarcas nómadas del espacio interior que no puede medirse,

El espejismo de la violencia no os ciegue en la inerte arena,

ved cómo el agua de los sueños que nos unen mana de la roca del silencio del desierto.

GÉNESIS Y ÉXODO DEL SUEÑO AMERICANO

Un día tuve un sueño, el de todos los hombres,

Y se tendió ante mí el prometido territorio americano,

Se recostó sobre los mares como un joven que se despierta por la mañana,

Sus cabellos adolescentes le caían húmedos de la noche por la cara sin afeitar.

Antes de tomar el desayuno sus dedos acariciaron las cuerdas de una guitarra.

Luego su voz de pronto inundó las tierras lejanas cantando la vieja canción del derecho y el trabajo,

Era una vieja canción de campesinos y obreros, y de reyes impíos destronados. Era la vieja canción de la verdad.

Pero en su garganta joven parecía más bella la plegaria, parecía casi divina, porque toda la naturaleza celebraba la gloria de su juventud y la alegría de su fuerza.

“He aquí”, dijeron todos los vecinos que trabajaban sus tierras, “ la nueva voz que nos enseñará a entonar nuestro mundo”.

La voz detuvo el cauce de los ríos, arrancó los montes de su base, hizo bailar a las fieras con los pastores. Con su música declaró la nueva forma de la justicia.

De todas partes venían a escucharlo. Los granjeros levantaban las manos al cielo.

Los prestamistas y banqueros edificaron en el prado de América. Los inmigrantes pudieron estudiar en las universidades, y todos celebraban la sinfonía del Nuevo Mundo que despertaba de su sueño de pronto.

El joven compositor triunfaba y creció hasta hacerse célebre en todas partes de la tierra. Todos conocían sus bellas canciones que inspiraban la libertad de los pueblos.

Ahora ya era un hombre maduro, casado y feliz en su hogar rico y colmado de alegría a la orilla del mar. Y de su disco grabado en la adolescencia solo se acordaba de la letra y ya no de la música. Había sido un éxito en ventas.

¿Qué había pasado con su preludio? Trataba de recordar mientras desembalaba los paquetes de sus recientes adquisiciones. Fue entonces cuando su hijo pequeño le preguntó qué era el aquello que se escuchaba en el jardín.

No era el murmullo informativo del televisor, ni el centrifugado de una lavadora, era una canción de amor de un mendigo que pedía de rodillas junto a los rosales.

Inmediatamente, el padre apuntó con su pistola al presunto ladrón que había saltado la pared. Propiedad privada. Cuando el mendigo huía reconoció en la última nota de su guitarra el antiguo sonido de su propia canción.

Y cuando salió a la calle aquella mañana y fue a trabajar a su oficina se sorprendió de ver a una hilera de indigentes idénticos al infractor de la sagrada propiedad haciendo cola frente a los colectores de basura de la acera,

Eran los mismos que escuchó más tarde en la manifestación por un salario digno cuando mecanografiaba los balances de la multinacional que administraba,

Y al salir de trabajar, tras saborear su café y de supervisar a los subordinados, se le aparecieron en forma de individuos casi mitológicos en la fotografía que mostraba el voluntario de una ONG y que correspondía a un campo de refugiados tercermundista, en un lugar del mapa donde la empresa de la democracia global tenía sus acciones y la sede de su empresa tenía más de una fábrica.

Esta es la historia del hombre que hizo una declaración de principios cuando era joven, pobre y libre.

Pero la declaración pertenece a un siglo pasado, a una época que ya no volverá. Después fue el ingeniero del mundo, el diseñador del bienestar. Más tarde se hizo millonario y se comportó como un tirano, y su sueño se borró en la historia.

Por las calles de Harlem y de Nueva Orleans los afroamericanos siguen cantando la vieja canción, y es la misma letra del evangelio de las iglesias de todos los tiempos.

Los grandes inversores la han olvidado. Usan la tecnología como trampa, y los derechos son estampas impresas en los billetes de dólar.

El ejército invade las regiones petrolíferas y pone precio a la vida humana. Es el imperio del águila de acero.

Estados Unidos, ¿es esta tu aportación al mundo? El poder no dura para siempre. Has dejado de caminar hacia la libertad.

Comercias con armas, no reconoces los derechos de tus inmigrantes, condenas a pena capital a quienes no pueden defenderse. Emplea tu voluntad y sal de la trampa. No acapares el capital como un cáncer destructivo, sé digno de ti, porque tus méritos te han puesto en la cabeza de las naciones.

La gloria y el valor no consisten en poner a un hombre en el cielo, sino en acercar el cielo a todos los hombres.

Has ido a la luna, ¿qué has encontrado allá? Tu propio vacío.

Eres grande investigando fórmulas para aumentar la esperanza de vida, pero, ¿puede tu ciencia librar de la muerte?

Es la tierra el reino que hay que despertar, empezando por llevar la luz del conocimiento a quienes están dormidos.

Es tu misión transmitir el legado de la justicia. Por eso has sido preferido a las naciones que hacían del crimen su ley.

Escucha tu propia canción. Tu Parlamento y tu Presidente son emblemas del equilibrio de la equidad, por el cosmos que ordena la corriente del caos de las creaciones vivas.

Tus empresas son células que regeneran tejidos, que ayudan al ser humano a levantarse.

Si ya no eres fiel a ti, desaparecerás en el diluvio de los tiempos, si la economía no es ecología y la democracia no es libertad habrás perdido tu nombre.

Mi sueño y el tuyo no se perderán. Será realidad nuestro sueño americano.

Es el sueño de todos los hombres, la tabla de salvación del amor, la nave que arriba a tu puerto para fundar la colonia de Filadelfia.

En el barco que viene de Europa navegan por igual los presos políticos, los religiosos de las iglesias perseguidas, los excluidos, los empresarios jóvenes, los emigrantes sin recursos, los exiliados, los prófugos, los apátridas, las amas de casa. Todos y cada uno son hijos de tu bandera.

Es el sueño de Abraham Lincoln, el abolicionista, que no se olvida de quienes no figuran como personas en los registros oficiales.

Es el sueño de Martin Luther King, que enciende una luz en las manos del negro vendido.

Es el sueño del indio martirizado en su tierra, el que se desplaza con su familia por el Sendero de las Lágrimas rumbo a otra promesa.

Es el sueño de los perseguidos por la guerra y el hambre, del obrero que busca un salario digno, del partido clandestino cuyas ideas útiles no encuentran lugar en la sociedad clasista de los Viejos Mundos.

Pero es también la pesadilla de la diplomacia del dólar, que compra gobiernos y vende los destinos de las familias indígenas.

Es la pesadilla de la guerra por el control de los recursos, del petróleo que sumerge en la ignorancia y la tortura a la población de sus contornos.

Es la pesadilla del consumismo que destruye familias y sociedades, que divide y separa a la mujer del marido, a los hijos de los padres, a los ancianos de los jóvenes.

Es la pesadilla de los inmigrantes sin recursos que pelean en tus grandes ciudades acaparadas por un pedazo de pan.

La técnica ha obrado prodigios, pero si la luz no llega a los que no ven, ¿de qué sirven la industria y el progreso?

Ya nadie se acuerda de la bendición del libre pensamiento que tradujeron las estrofas de Whitman y los versos de Emily Dickinson.

En los arrabales de San Francisco donde los ciegos viven sin subsidios, en Las Vegas donde se echa a suertes la camisa de un ludópata, en Miami donde las grandes fortunas escapan en ocasiones de la ley, en Nueva York donde se pervierte la divisa en los altares de Wall Street, en los vertederos donde viven los sin voz y sin techo agonizando frente a los hoteles de los turistas indolentes, en tus espectáculos cinematográficos que encandilan a las masas, con los ojos implorando a tus escaparates de diseño y moda que exhiben sus carteles monumentales, las víctimas del neoliberalismo piden hospitales en vez de armas y pensiones y salarios justos en lugar de pena de muerte.

Por eso, despertarás de la pesadilla de la egolatría y seguirás soñando para todos.

Despertarás de la pesadilla y seguirás soñando tu destino, y entonces soñaremos contigo, y tal vez podamos ver de lejos la luz capital de la esperanza.

Será tu sueño y el mío en la metáfora de los tiempos.

Será nuestro sueño por un futuro digno de la persona.

Será por fin nuestro sueño americano.

LA EDAD DE LA PRISA

Se convirtió en ideal la Edad de Oro,

En vano la ardua industria persigue el sabor de la inocencia,

Otra edad de nostalgia, estrés, muerte, dinero y paraísos artificiales,

Tiene por meta el trabajo de cabalgar el eje de una rueda.

Poner el pie sobre la luna mientras se fuma un pedazo de tumba,

Para halagar a los muertos que en su avaricia soñaban con acaparar el mundo,

Es el eslogan de la Edad de la Prisa, en un desarrollo de carencias,

En una carrera enloquecida por huir de la sombra de uno.

Acercando las distancias con programas destructores

Se alejan las sociedades de pueblos desarraigados,

de consumidores ociosos que beben su muerte en lata,

de masas de inertes, egoístas maniquíes reanimados.

El honor es la avaricia y la riqueza, la angustia.

Monumento a los caídos, adicción a la locura,

Es la esfera que dirige un reloj en que está escrito:

“Libertad para elegir una libre sepultura”.

Frente a los escaparates los sedientos tragan ofertas,

En pantallas de espejismo se digieren sus impuestos,

Son espejos de otro espejo que refleja el desengaño

De un deudor que tiene prisa por fugarse a una isla lejos.

“Solo tenemos dinero, nada más nos ha quedado”,

Gritan los contribuyentes de las obras del Estado,

el dinero es un fantasma que en disfraces financieros

se cuela por los drenajes del estanque de los bancos.

Autopista hacia lo nuevo. Rebajas, huecos derechos,

Caramelos de sabores para nuevas vanidades.

Periodismo del instante. Información deformada,

Prisioneros de sus culpas van gimiendo hacia delante.

Por un lugar en el plato inmigrantes se pelean,

Por la ciudad bien fundada, un embudo hacia el abismo

De un bolsillo etiquetado de un socio capitalista

Que se traga el excremento que se ha fabricado él mismo.

Mientras tanto, nuestra tierra padece un ciego abandono,

La concentración masiva en un punto del planeta

Multiplica los residuos de vientres contaminantes

Y olvida las percepciones de una economía eterna.

La Edad de la Prisa nutre con sus drogas al avaro,

De nuevo Caín levanta un arma contra su hermano.

“No, no, tenemos la ley”, aseguran mil ladrones.

Yo he visto limpiarse el culo con ella en los urinarios.

En el estado más pobre, en la calle más angosta,

Entre los más ignorados por la vanidad del mundo,

emergerá un movimiento que derrocará a los reyes

Que dividen a los hombres, hasta hacerlos todos uno.

Y ya la edad de la prisa será una olvidada estatua

Que quedará en testimonio al futuro de otro tiempo,

Una estatua de sal, dura como la de Sodoma

Ante otra vida, inerte, a la orilla de un Mar Muerto.

LAS PUERTAS DEL INFIERNO DE ORIENTE MEDIO

¿Qué tormentas sacuden Palestina, y las mosaicas regiones de Oriente Medio?

¿Qué nuevas comprensiones va a revelarnos el Puente entre las naciones de los dos extremos del intercomunicado mundo?

La tierra que los circuncisos de la ley vieron al salir del desierto suda la sangre del Calvario Biblico, se alimenta de cenizas, ha crucificado a su Mesías,

Quiere hacer estallar sus pozos de ira, el orgullo del Israel rechazado lo ha llenado de veneno vertido al pueblo con cheques y pólizas de muerte.

Los exiliados de entre los judíos han formulado el programa del capitalismo destructor, lo importan por los cables de la globalización y conciben novedosas torturas de subdesarrollo,

Llenan de ídolos los canales mediáticos de las masas ciegas, alimentan la guerra y el terrorismo, se nutren de miserias ajenas.

Su maldad ha quedado al descubierto con sus falsas doctrinas de desigualdad y fraude. Pero la guerra se les ha echado encima.

La llevan en sus billeteras, en sus talones de banco, en sus concesiones, en su divisa que no vale el precio de un hombre o de una mujer.

¿Qué pretenden hacer? Exportar sus acciones a Marte, irse a vivir seguros al infierno con el plan de pensiones de los incendios que han propagado?

No podrán salir de su trampa sin arrepentirse y devolver la dignidad a los perseguidos a los que han expropiado para que no puedan pagar el pasaje de vuelta a casa.

Palestina no es un campo de concentración para los intereses de Israel. El fanatismo de los jóvenes es el resultado de la intolerancia de los ancianos.

¿A qué conduce el fanatismo más que a la guerra? ¿A qué conduce la guerra más que al sufrimiento y a la muerte?

Ellos fueron víctimas del Gran Genocidio de Europa y sus secuelas, en la Antigüedad Moisés los sacó de Egipto. ¿Por qué no son entonces más humanos con los refugiados, con sus hermanos perseguidos?

Un billete de dólar no es una Constitución ni una declaración de principios. Ni es nada el imperio de la ley sin los derechos que ampara.

Las madres lloraban a sus hijos muertos cuando una bomba cayó sobre su casa.

Los magistrados impartían justicia falsa a favor de los empresarios de la guerra.

Los soldados estadounidenses cayeron en la ofensiva para defender una frontera inútil.

Los reporteros de guerra fueron secuestrados por bandas armadas que los ejecutaron sin piedad y difundieron el vídeo de su holocausto.

Todo ardió y se volvió ceniza oscura, los demonios interiores no pudieron beberse la sangre de los muertos para vivir, y la tierra siguió floreciendo y devolviendo el pasado a sus nacidos, preparada para volver a empezar.

Líbranos, Dios y Hombre verdadero, de la tentación de la violencia, muéstranos el camino de la alegría y de la paz.

La violencia ha separado a los hermanos. La sangre de Caín continúa clamando en cada masacre, y su acusación no puede apaciguarse con nuevos sacrificios.

Las armas no responden a la voz de su dueño. Son máquinas inventadas para la posesión humana.

Se confundió el heroísmo con la heroína que consumen los aurigas de los tanques blindados, los conductores de la devastación.

No han servido de nada los himnos ni las banderas constitucionales, el derecho ha capitulado ante el interés de la ambición esclavista,

Pero la verdad de la vida nunca ha declinado, y ha sabido dar a su tiempo los esperados frutos.

Regresaron los cruzados a los Santos Lugares para saquear a sus semejantes en nombre de un leño y de una cruz pintada en un escudo de hierro,

La cristiandad y la pureza de los homicidas que atribuyeron a un ídolo de oro sus negociaciones ha quedado al descubierto, y eran trapos sucios para cubrir cadáveres.

¿Acaso es la celebración de la muerte la victoria de las religiones? ¿ Es la guerra dios y la violencia su profeta?

¿ Se adoran piedras y se sacrifican seres humanos? ¿Se despoja a los pobres de sus bienes para ensanchar la vanidad de los ricos en nombre de la ley?

No se han superado los estigmas de la dominación del mal, y los dominantes son los dominados cuando a su muerte sirven.

Han caído los valores de los imperios. La divisa tiene el color de los enfermos que mueren abandonados en los hospitales.

Jerusalén, Jerusalén, no eres la ciudad terrena de los conflictos armados,

No eres la capital del estado que en 1948 alambraron y acordonaron los propietarios del mercado de la guerra,

Ni tú, Sión, ciudadela del rey David, eres un cementerio asediado por antropófagos.

Nada tenéis que ver con los genocidios programados de jóvenes ni con el martirio de los ancianos;

No sois más que símbolos de resurrección en la memoria del mundo.

No busquéis a Cristo en los asesinos,

Él ha resucitado y está entre los vivos ausentes y presentes,

No busquéis al dios único en el dogma.

Él ya no habla con el bramido del trueno,

Él habla con la boca de cada hombre y mujer de la tierra.

Palestina, eres una virgen martirizada y humillada, llevas el pañuelo de la victoria alrededor de la cabeza,

Y tienes a muchos testigos que han dado la vida por ti,

Uno de ellos estuvo en la cárcel como Jeremías, el profeta del destierro, y Arafat fue su nombre.

Que vengan los ejércitos del imperio a abrir la frontera,

Que regresen los aviones bombarderos a postrarse de rodillas en Getsemaní.

El templo está demolido y Salomón ya no dicta su oráculo en las ruinas,

Pero el espíritu ha sido dado a todos los hombres.

La usura esclavista, la dominación del capital del César no son nada frente a la verdad que sale de la boca de un niño,

Incluso las piedras hablan por ti, corazón.

La Trinidad de la Teología Integrista ha quedado al descubierto. Los empresarios, banqueros y políticos corruptos ocuparon el retablo de las tres personas sagradas del dios único en el tiempo,

La manzana del diablo comunicó a los recién nacidos el veneno de un conocimiento equivocado,

Y fue sacralizado el crimen, marcando a inocentes con la señal del anatema. Pero el ídolo fue quebrado por el terremoto de la verdad, y sus entrañas de oro revelaron los robos de muchos siglos de opresión.

Por eso ya no hay libro tergiversado ni inquisición canonizada. La biblia es el universo, no un contrato de servidumbre.

Mira a Lázaro que sale de su tumba.

El enfermo de muerte, el ser humano desnudo de miedo ha vuelto a la vida.

La estafa de los valores de la corrupción ha sido solo la tumba de la que ha salido.

De nuevo Jesús es bautizado en el Jordán. Juan el Bautista ha dado testimonio con el agua del tiempo, y la ley del mal ya no existe más que en la mente que todavía no se ha lavado,

La confusión de Babel ha sido la ilusión mediática de los mercados de la muerte.

Hay en su lugar un cielo nuevo y una tierra nueva, un cielo de libertad sobre la próxima y viva paz de la tierra.

HE VISTO LLORAR A LA CHICA QUE ME SONREÍA DESDE SU ANUNCIO

He visto llorar a la chica que me sonreía desde su anuncio,

Sucedió cuando me bebía mi trigésima copa de dopamina a cargo de la Administración del Cementerio,

Entonces miré mi reloj y dije “ya es muy tarde”, porque en el bar me indicaron con señas que ya era hora de cerrar.

Estaba repitiendo el mantra de una canción de radio,

Y mi reloj que mide partículas de tiempo oficial se quedó de pronto sin agujas,

El periódico en su sección de sucesos estaba enmarcado en la pared y me pareció un cuadro abstracto,

Y la chica del anuncio de refrescos dejó escuchar su sollozo ahogado cuando se le cayó el maquillaje cívico a los pies.

Estaba inmerso en la visión del deseo que proyectó mi temor.

La pareja de la guardia nocturna había terminado su última cerveza y todavía quedaba grabada en la memoria la silueta imperativa de los uniformes,

El brillo duro de las pistolas y los contornos de neón sedante de la camarera mientras me servía mi vaso de realidad,

Y mi dedo índice señaló a la prisionera del cartel de barbitúrico, cuando la habían desnudado con ansiedad los rayos catódicos de mis ojos.

Hay una ciudad enorme en la nevera como un gigante derribado,

Y en esa ciudad enorme hay suspendida en el cielo una partícula de polvo obsceno,

Recorre sus avenidas un ejército de escorpiones de oro,

Y desde los escaparates se ven amigos y enemigos en venta, reflejos inhumanos de otros reflejos.

En el centro de la ley del asfalto, endurecido con culpas enterradas, los rascacielos elevan sus piernas de mujer a un esquema de falsas creencias,

A ellas se atrapan con cadenas invisibles los ciudadanos de la histeria extraterrestre, con cadenas de oro y de plata, con cadenas de láser rectilíneo y mandos de teleadicciones.

Cuando desde la barra del bar veo a los solitarios mendigos de sinceridad arrastrar su pasado como amargos gusanos de nicotina,

Las luces de la gran ciudad del deseo se encienden para tragarse a los muertos desde la ranura de los cajeros automáticos,

Y los disfraces salen a la calle en un escenario perverso, imitando movimientos humanos, salen los calcetines y las medias, las anoraks y las bufandas, los pantalones y los sombreros en la danza macabra de las rutinas pasajeras que se alternan en los mecanismos de metal hueco,

Hasta hacerse sonidos de abrelatas rompiendo los envoltorios de los grandes dinosaurios de la prensa tatuada de tinta ancestral.

Alcohólicos náufragos presbiterianos, arcaicos, soñando con dificultad sus atuendos asépticos

Se pasean fantasmagóricos como fósforos encendidos y no pueden escuchar los sollozos de la actriz del cartel eucarístico,

Fumando volutas de antigua soledad revestida de culpa los traficantes de nostalgia frenan el tiempo del sueño en un ritual de ruido radiactivo, envolvente de viejos resabios de moderna esfera de reloj fracasada,

Y ahí está el silbido de los que aún gozan de vida, representados en un adolescente medieval, en la comedia irreal de Dante Alighieri, turista civilizado del Más Allá.

He escuchado, al igual que el mensaje de un evangelio próximo, entre los mitos de cartón de Menfis y Beverly Hills,

La voz de niña de la chica del anuncio, una voz auténtica y ahogada pero no silenciada, la voz de la inocencia, del juego y del amor,

Rasgando las vestiduras de su pose de modelo que imita la escultura clásica de la Venus de Milo con la falsa sonrisa industrial de Marilyn Monroe,

Se abría paso entre la cinematografía del espacio y se posaba como una mariposa de luz sobre el tenebrismo de los licores ofrendados a la muerte,

Y en la red del lenguaje se abría camino nuevamente con el aria de su respiración, despacio, hacia mi boca sedienta de noche, con el sigilo de una gata que pasea sobre la luna en el cristal de la emoción, perla eterna que nos consuela devolviéndonos la imagen que habíamos perdido en el agua.

Pero no era yo la luz, tan solo testigo de la luz que salía de la mujer enamorada en la depresión ampliada de unos grandes almacenes,

Con el llanto de Madame Bovary, o de Madame Buterfly, entre llaves inglesas y taladros de fábrica que diseñaban la seguridad de una cárcel de fórmulas escolares,

Bailarina, diosa, esposa y madre infecunda de los cánones diseñados por una máquina de coser autómata,

Y a medida que se acercaba yo me iba volviendo más ligero, y mi pasado desvanecía sus ecuaciones de humo de tabaco hasta bailar lentamente en un vals de satisfecha calma,

Porque la princesa del cuento inventado por la costumbre que se habitúa a la ceguera de la razón emotiva era en mi realidad una princesa recién creada, una flor de toda belleza abierta por mis ojos.

El espacio y el tiempo son errores de perspectiva que se hunden en pronósticos de duda científica,

Comprendí el sentido de la frase cuando sus labios me habitaron la celda oscura de la boca comunicándome su canción de fuego y caricias,

Y el cartel deshizo su cuadrada matemática arrogancia histórica, reliquia de cimentados traumas, y la vi tal cual era, la vi dentro de mí y yo dentro de ella.

Del tesoro de su piel abrasadora y balsámica extraje la esencia de la vida, mientras las pinturas caían de su cara bautizada por lágrimas de transgresión,

Y en nuestro lazo de amor se convirtieron en pájaros de libertad los prejuicios de un pervertido dormitorio de inocencias.

Diciéndonos al oído los nombres de los objetos de nuestro miedo arrojado en sombras de sangre nos amamos en la residencia de los muertos,

Los espectros atados a sus falsas creencias, y redimimos con un soplo de esperanza a los olvidados del impulso de la palabra, a los malditos que en traje de embriaguez se estancan en letales laberintos de confusión y repiten inanimados sus letanías metódicas.

El tacto de su cara recuperó mis emociones perdidas en el grabado de un pasado paraíso. Hasta nacer de nuevo desde las raíces de la esperanza.

Mis emociones se etiquetaban en pensamientos aprendidos al borde de atriles donde un sacerdote enciclopédico proyectaba sobre pantallas planas diapositivas deformadas de las máscaras de los muertos,

Agrandadas pupilas de ídolos canonizados sorprendieron los pasos de la inocencia de la infancia, mi desarraigo se identificó con el momento histórico en el que el indígena de la incomprensión obligado a repetir letras escritas con sangre, mirando a los ojos del verdugo, arrojó el libro de texto al suelo, recibiendo su injusta sentencia.

Los brazos de la prisionera se anudaron a mi cuello,

Sus palabras cayeron en mis oídos con la música balsámica de la lluvia,

Me mostró los grilletes de la prostitución social,

La histeria de los núcleos masificados por buscadores de oro que venden su alma a una compañía de seguros,

El escenario del mercado de seres humanos que suplanta la vida por un simulacro de la vida para extraviar a los ignorantes que memorizan sus códigos de culpa delante de una máquina programada para matar la emoción y ocultar la gracia.

Del estudiado cartel de anuncio emergieron catedráticos vestidos con monos de fontaneros,

La cabeza cana y el ademán envejecido, como los magistrados de un tribunal honorífico de doctores de costumbres archivadas en legajos piramidales,

¿qué podéis decir del pasado? Les pregunté, lo mismo que del presente, respondieron, nada, nada, nada, pero hacemos vaticinios con dados compulsados,

Pero damos fe de antiguos protocolos con la vista,

Pero hacemos gestos que entretienen y honran a los muertos, y servimos caramelos chantajeando a los niños.

El ser humano era una flor abierta e invencible, el ser humano era un abierto enigma de amor, pero cuando se cerró se hizo vulnerable,

Se volvió mortal, se separó de su misterio y perdió la gracia, se hizo mortal en todos sus actos, su semilla se quedó estéril,

Aquí está nuestra vergüenza, nuestra enfermedad, nuestra muerte, aquí estamos nosotros para aprender de nuevo, dejando atrás el error, va delante la esperanza, pues la luz del cielo es firme como una piedra.

Esta es la Anunciación, no el anuncio. Esta es la fe, no el deseo.

Allí, encima de la barra del bar que se borraba entre reflejos de alcohol y luces eléctricas irreales,

Sobre la barra del bar de la civilización y sus falsas promesas de bienestar entre modas de insatisfacción y rutinas circulares como engranajes de pensamiento y acción,

Mi cuerpo conoció el milagro de su cuerpo apareciendo y desapareciendo en la noche estrellada de los cielos cargados de pájaros inconscientes,

Mientras mi semilla de anhelo se acomodaba en el nido preparado en el surco cálido de sus piernas, primer móvil del universo,

El amor derramó su lluvia de alegría sobre toda carne,

Y supe que estábamos en una cueva junto al fuego inextinguible anterior a los elementos que danzaban proyectando sombras luminosas,

Era la habitación de nuestros sueños, el tesoro de nuestro corazón.

Era el día de nuestro nacimiento, y era el primer día de nuestra creación.

El anuncio, vana mentira del mundo, estaba arrugado como un diario atrasado a nuestros pies felices de encontrarse,

Y los paseantes ebrios del geriátrico de la ciudad que se veía a través del cristal de la puerta biselada se habían vuelto jóvenes preparados para fundar de su nada un nuevo mundo de aventuradas imaginaciones.

Era nuestro el paraíso en mitad del océano de la inocencia,

No estaba lejos de nosotros, vivíamos dentro de él, éramos nosotros separados de la distancia, unidos por el hilo mágico de la vida.

En el fuego que compartimos nuestros ojos vieron arder el edificio de piedras preciosas del pasado,

Las máscaras se derritieron en la sustancia del tiempo, y pudimos escuchar – pues estábamos vivos y despiertos en el aire respirado que por algún lugar escondido entraba-,

La voz de los animales y los hombres saludables recordándonos la libertad,

Hacia su verdad partieron nuestros pasos guiados por la luz del amor cuyo fuego arde en a noche,

Nuestros ojos detenidos en la luz que desvanece sin tocarlo el hechizo de la impaciencia.

Una hambrienta y cruel bestia salió de caza,

Después de haber masticado y digerido los dos tercios del mundo,

Buscó con los ojos carne inocente,

Puso una cruz en el mapa donde los pobres tenían sus humildes hogares de barro y paja,

Expropió sus tierras, se tragó sus posesiones hasta el último céntimo que dieron en subasta por su ropa,

Mató a quienes defendieron por las armas su techo con goteras, se sentó en la playa y excretó de su asqueroso vientre de corrupción una burbuja de hoteles y grandes superficies comerciales, de minas de óxido y pozos de petróleo, de centrales nucleares y de empresas de seguros armados, y vomitó por su boca más de diez mil trillones de parados que hicieron cola hasta Nueva York.

La bestia que respira el azufre de un dragón de tóxica avaricia, de un demonio precipitado en tierra de la batalla contra los ángeles,

La hiena que se alimenta de la muerte crucificó a los pobres de la tierra, los desheredó y los obligó a exiliarse a sus fábricas de gas pestilente, a sus industrias de esclavitud y servidumbre.

Los clavó a la cruz de su condena, y les dijo: “Este es el desarrollo del mundo, el último grito de la moda; esta es la época en la que los vicios adquieren dimensiones internacionales, en las que no hay límites para morir para nuestros negocios; así lo hemos dispuesto por nuestra ciencia, el único dios, y por el capitalismo financiero, nuestro rey y profeta”.

El mundo es una pelota con la que juegan los directivos de las grandes multinacionales,

Uno le da una patada y va hacia el norte, otro se la devuelve y va hacia el sur,

Otro construye una portería de esqueletos humanos y marca gol con las cláusulas abusivas de un tratado que nadie puede impugnar.

Así es el mundo. Así nos han hecho creer que es. La totalidad de los recursos de la tierra pertenece a un cinco por ciento de la masa humana, a un club de socios que disponen desde su pantallita informática lo que va a suceder en las próximas horas.

Todo va bien. Las agencias de noticias lo aseguran, ellas tienen sus patrocinadores, sus lobbies y sus partidos que hacen la ley a su medida, para que no les perjudique ni les acuse de injusticia,

Manejan sus contactos, entran y salen del banco con un préstamo de deuda variable, celebran congresos con grandes ceremonias oficiales,

Y fijan el precio de los bienes en el mercado común, para que la mano invisible de la distribución fluctúe a su favor, y mantenga a los pobres en su miseria, para que no se rebelen.

Por último reparten caramelos políticos entre la clase media para que voten en elecciones bien amañadas no sea que las papeletas de colores contengan un formulario más allá de “estamos de acuerdo ahora o más adelante”. Es una máquina tragamonedas que embauca con sus juegos de luces y con su ruleta que siempre se para en el número de la casa del millonario.

La bestia siempre tiene hambre y prisa. Sale a cazar seres humanos y quiere ya su botín, lo exige por rúbrica, lo impone con impuestos, lo expropia con planes de urbanismo.

Muchos dicen: vamos a ver si la bestia nos sirve la comida, comamos a su mesa, aunque tengamos que comernos a nuestros vecinos.

Este es el programa que nos quieren hacer creer, esta es la mentira que adoran los ignorantes, esta es la propaganda del progreso social.

Pero la verdad, desde un rincón del vacío de la existencia, no se revela a los potentados ni a los ricos para su desgracia,

No hace señales a los corredores de Bolsa,

Sale a la calle y habla con hombres y mujeres de carne y hueso, creados por la naturaleza para el bien,

A quienes no confían en los ídolos del oro y de la plata que no salvan de la muerte, cuya alma no comercia con la bestia de la avaricia ni se nutre de sus falsas promesas de desarrollo,

Pues no hay desarrollo fuera del hombre ni promesa fuera de la verdad de cada hombre.

La verdad anticipa el futuro. Es la misma en todos los tiempos. Nunca pasa de moda. No tiene fecha de caducidad, como la tienen las obras del hombre.

Es poderosa, porque es real, es por sí misma y no necesita pregoneros, y a veces algunos que la conocen salen a decirla.

Tiene sabiduría de origen, y es la compañera de las tribulaciones del pobre que está solo,

No abandona a los que confían en ella, permite que los que la buscan tengan tiempo de encontrarla.

Es fiel, porque existe fuera del tiempo, no envejece como envejecen los cuerpos sometidos a la culpa y a la mentira.

Reconoce a todos y no desprecia a ninguno, pues para ella todos son iguales en su punto de encuentro.

No tiene religión, ni credo, ni templo, ni sacerdote, ni culto, ni ley, ni origen.

Nosotros la buscamos como el agua, para poder seguir viviendo.

Ella entonces visita las almas de los esclavos, de los que viven bajo el yugo del falso poder de los intereses creados,

Visita igualmente las de los opresores, esclavos también de sus culpas, porque sus crímenes se levantan contra ellos.

Y dice: “Quien quiera que me haga caso. Lo que yo digo va a suceder, porque el tiempo no lo ha previsto. El amor es la ley. Ayudarse y aprender son mis métodos, reconocer que todo forma parte de lo mismo, para volver a unirlo todo por medio del ser humano”.

Es un hombre y una mujer, es una circunstancia o un lugar, es el espíritu que alienta los seres que viven.

Es el volcán arrojando su lava sobre la antigua Pompeya, anillo de un imperio que perece,

Es el descubrimiento de un continente o de una medicina que cura a millones de enfermos sin esperanza,

Es la voz de un sencillo habitante del misterio de la tierra, de un inculto tal vez a ojos de la ciencia, que anuncia con humilde testimonio lo que va a suceder.

Mientras el tinglado social descompone sus instituciones con la violencia de sus actos, la violencia que estalla de las bombas del odio y que modela su burbuja de dependencias,

La luz llega al escenario de las sombras y desnuda de ilusiones el gran teatro del mundo.

El progreso aparente de las máquinas de guerra y especulación masiva, los radares gubernativos y bancarios demuestran la debilidad de su falso bienestar,

La producción industrial no sacia al ser humano de su nostalgia por el paraíso de la inocencia,

El progreso se compone de millones de parados y gente sin hogar ni recursos en medio de urbes masificadas y plantas de alienación obrera,

De individuos aislados y solos o de millones de familias desestructuradas que siguen los patrones morbosos de la moda que emiten los diseñadores de servidumbres,

De pobres desahuciados por una hipoteca financiera que exigen justicia en sus pancartas al pie de los edificios oficiales.

Aquellos que han sido despojados de lo suyo emigran a las grandes ciudades para demandar empleos remunerados,

El cerco se estrecha para los obesos especuladores que forman el inicuo tribunal de la corrupción,

A ver qué pueden hacer con esta gente, ya no son consumidores de un capitalismo insostenible que no respeta ni a la naturaleza ni a los hombres,

Ya no son peones productivos de los engranajes de la especulación, ya no hay contra quién especular, los ladrones se roban a sí mismos.

Se extiende la crisis del falso desarrollo: tienen ordenadores, pero les falta la energía que los alimenta; poseen entidades de crédito, pero carecen de crédito que sostenga sus malversaciones.

Era demasiado fácil sobornar a un político con victorias electorales pagadas con dinero negro blanqueado en papeletas democráticas,

Con una mano se estrechaba la diestra del pueblo y con la otra se recogía el cohecho del fraude, así trabajaban las dos manos y las dos morales,

Una por delante y la otra por detrás, y se subvencionaban ineptas asociaciones privadas mientras los sectores básicos de la economía desaparecían por el abandono de sus gobiernos.

Ahora no hay con qué sobornar. Una deuda acumulada amenaza con derrumbarse sobre las cabezas de los ricos corruptos,

Su riqueza rápida es paja encendida que arde de golpe con una pequeña chispa, son tributarios, se acabó su señorío, su engreimiento, su soberbia de grúas y pirámides de vanidad y codicia.

Parece que la bestia se ha devorado a sí misma, parece que la verdad no se ha movido del sitio y que el juego se sombras desaparece ante la luz que acaba de llegar,

Se diría que la película se ha terminado y que los espectadores han dicho “bien está lo que bien acaba”.

El negocio de la maldad se termina, y un pueblo nuevo, un tercio del pueblo que no se ha corrompido, brilla ahora con la propia luz que emanan sus actos y regenera la tierra,

Con solidaridad, con justicia, con abolición de fronteras, con ecologismo, con economía sostenible fundamentada en las bases del sector primario, con una política cercana que representa al ciudadano, con progreso individual y desarrollo de la persona, piedra de la inteligencia y verdad,

para que el cielo descienda al fin a ella en forma de concordia y paz,

Porque así ha sido siempre y así ha de ser por siempre.

LA DANZA DE LA REVELACIÓN

Cintura leve y ondulada de Latinoamérica,

Cintura y cadera de bailarina que empiezan a mostrar el ojo y ombligo de la revelación al mundo,

Desde Méjico a Argentina, desde Brasil a Cuba,

Política del diálogo que brota del silencio de las tumbas de los conquistados,

Otra vez vueltos a la vida para humanizar el territorio de las lágrimas,

Hacia el Perú de las minas de metales preciosos donde arribaron los bajeles de España para partir por mar rumbo a Europa

Una corriente de información estelar limpia el canal de la muerte,

Una corriente de sangre nueva se dirige a la boca del Plata,

Allí se levantan las cruces del barrio de inmigrantes que recibieron veneno por ley,

Y masacre por religión,

Allí está el peso de las llaves de la dominación ideológica, la colonia de Roma y su imperio feudal que en amor serán transformados,

Allí esperan los muertos su resurrección,

Para que lo que permanece enterrado bajo el silencio de la muerte se manifieste y no sea olvidado, para que el fuego del perdón una a todos los pueblos y los dioses de metal de la ignorancia devuelvan al ser humano lo que es suyo,

La herencia de la tierra que pasa y el espíritu de gloria de la vida que permanece en su tránsito.

I

LA NOCHE INTERMINABLE DE IGUALA

La noche interminable de Iguala despertó de sus sepulcros a los muertos,

Las oxidadas armas de injusticia oscurecieron de impiedad el mundo,

Fue en México el crimen de la sangre, como antaño sucedió en el paraíso

En la edad del éxodo del hombre, cuando Caín inauguró la muerte.

Dijeron democracia y libertad, dijeron justicia, y era mentira,

Dijeron equidad, paz, desarrollo, dijeron igualdad, y fueron sombras.

El pueblo no vio descender la luz del cielo sobre la tierra golpeada,

la lluvia no cayó sobre los campos donde el sudor madura la semilla.

Fue en México, 26 de septiembre, en un estado entre estados, Guerrero,

Fue el fantasma del miedo el que actuó, los hombres fueron solo sus fusiles.

Los hombres no supieron elegir, los demonios reunieron a los hombres

Y los entregaron uno por uno encadenándolos a sus tinieblas.

Veo a través de la cámara oscura del tiempo las imágenes que pasan,

Veo y escucho gritos de personas tragadas por los dientes de una máquina

Y por los engranajes del silencio culpable de quienes fueron testigos

De un poder que ocuparon por un cruel minuto, y al que vendieron sus almas.

Es un video que reproduce heridas, lentos martirios y crucifixiones,

Son lágrimas de madres y de hermanos. Que un velo de razón lo cubra todo

Pues la locura que en ira se vuelve amenaza con animal instinto

Y la venganza al perdón se antepone, ayudad a los que lo necesitan.

Jóvenes mártires de Guerrero,

Veo vuestro solitario rostro pidiendo perdón ante la violencia,

, veo que vuestras miradas me atraviesan como el fuego

Cuando, en pie frente a los asesinos, confesáis que sois estudiantes

y mostráis escritas en vuestras manos las obras de la paz y la inocencia.

Oigo vuestras últimas palabras antes de que el disparo del verdugo os haga caer,

Un frío tiro en la cabeza, y la interminable entrada del hierro en la carne del hombre.

En México los nopales visten gotas de sangre,

En México las águilas son conciencias de asesinos atravesadas por alfileres de cobardía y maldad cancerígena,

El Lugar del Ombligo de la Luna es un estanque de corrupción donde, como antaño, surgen los héroes y los santos en apariencia de vapores que suben al espacio sagrado,

La ira volcánica de los sacrificios no ha sido acallada, todavía Hernán Cortés, el Exterminador,

Mostrando su fantasma tejido por los gritos de las víctimas del genocidio de los siglos,

Incendia las pirámides de los idólatras que sacrifican vidas humanas a falsos dioses fabricados por la avaricia de los gobernantes,

Y el último emperador Moctezuma muere preso en la agonía de su pueblo, culpable de sus pecados ante la Inquisición de su espejo,

Que le devuelve vengativo la máscara quebrada de su rostro.

De qué han servido los Libertadores, de qué sus banderas bordadas por la valentía de los revolucionarios,

Cuando juraban los derechos de los oprimidos por el látigo del imperio feudal,

De qué la constitución y las leyes de las espigas del pueblo, de qué las declaraciones firmadas por la comunidad de estados del Olimpo de la Ley,

Estatuas colocadas en museos de ignorancia o vendidas reliquias a coleccionistas de cadáveres,

Ídolos más inertes que aquellos que invocaron el viaje de los conquistadores.

Nada han sido las promesas electorales,

La Seguridad y la Paz fueron columnas de un templo profanado por la barbarie de los civilizados, de los bautizados por un registro papal,

De los afiliados a la empresa de la mentira.

Pero los hechos ocurrieron por sí mismos, sucedieron para demostrar su verdad subterránea y expulsaron su lava sobre las apariencias,

Todos los hechos fueron el mismo: el cemento de la injusticia tapando la memoria de los muertos, y el estallido de la sangre y de la vida devolviendo al hombre lo que es suyo, la libertad de existir y la responsabilidad de ser.

En las metrópolis donde se compran y se venden paquetes de carne humana no hay más que el fraude por ley,

Los cárteles del narcotráfico administran la justicia de los criminales y aseguran el orden a costa del silencio de los muertos cuyos espíritus rompen las alambradas de la cordura con cantos de condena y destrucción, con esperanza.

En los municipios, en las provincias, en los estados, en el territorio de la nación de vínculos familiares se construyen cárceles de angustia y sufrimiento del color de la obsidiana,

El territorio de la nación es un botón automático en manos del dólar, sus vampiros oficiales vigilan el cementerio,

La policía de la tortura devasta los colegios donde los niños aprenden a no decir jamás su nombre,

Y las autoridades, sepulcros blanqueados en los que caen por error los confiados indígenas,

Carroñeros del dolor, parásitos del diablo, cuerpos sin alma ni honor, pedazos de cerebro del submundo reptiliano,

Celebran banquetes caníbales con los cuerpos desollados de sus compatriotas, e invitan a todos los antropófagos del mundo desarrollado a probar el sabor de la carne humana.

La voz de la conciencia, la voz de la persona, piedra angular de la vida, acusa y condena a los malhechores que negocian con los inocentes que reciben en su casa a sus hijos muertos,

Aunque no son ellos los que están muertos, son los agusanados tiranos de la inhumana perfidia los que reciben el pago de sus obras con la maldición que los persigue,

Son los infames y podridos uniformes oficiales quienes mastican cifras de violencia y celebran el negocio de su defunción con fuegos artificiales,

Porque las almas atadas al espíritu rigen el universo en sus invisibles certezas, pero las almas vendidas al mal padecen la confusión de la muerte que anula su mentira.

Jóvenes estudiantes de Iguala, testigos del amor en mitad del odio y las tinieblas de la noche interminable del corazón humano,

Os miro mientras vuestros ojos traspasan mi alma,

Y no puedo escuchar sin taparme la cara con lágrimas el dolor de vuestras madres.

Vosotros habéis vivido conforme al deber de la vida, y sois, lo sé, santos e inmortales.

Vuestra luz ilumina el escenario del crimen donde los periodistas recogen las huellas de los asesinos con los ojos eléctricos de sus cámaras,

Para que la información vuele por el cable de las comunicaciones que nos hacen inteligentes y humanos,

Animales capaces de cambiar el destino del mundo y de elegir la verdad que nos libera y que nadie puede negar.

De qué sirven vuestros negocios, vuestras declaraciones de derechos firmadas en urinarios y letrinas sobornadas,

Para qué habéis sido colocados, moscas demagógicas de la basura institucional, en escaños y sillones de legislación y gobierno,

Son vuestros tribunales magistrados del narcotráfico, es vuestra república un teatro de simios disfrazados de ideas platónicas,

Son vuestras propiedades cementerios de pobres donde los huesos calcinados calientan los fogones de vuestra pocilga,

Son vuestras manos cuchillos para asesinar, es vuestra lengua una bala que roba la vitalidad a los hijos del pueblo,

Son vuestras leyes tumbas de campesinos y jornaleros, son vuestras autopistas de desarrollo cruces de trabajadores explotados y de mujeres prostituidas y maltratadas, son vuestras ciudades cárceles de usura y rascacielos levantados sobre sangre derramada,

Es vuestro rostro un mapa de fronteras y límites para que los hombres y las mujeres no sepan encontrarse.

Los hijos del pueblo pisarán vuestros cadáveres como se pisa el suelo al caminar,

Cuando en el día de la ira de la tierra devastada por un instante de vuestra triste existencia los discursos retransmitidos desde balcones de ayuntamientos sean langostas que devoren vuestra riqueza,

Cuando los ministros que colaboran con la delincuencia para llenar las arcas extranjeras de divisas homicidas,

Aquellos ministros de la injusticia que responden “Ya me cansé” a las madres de los desaparecidos, cuando las esposas de los alcaldes que telefonean a los delincuentes para que no se encuentren con la policía sean como hojas secas que pisan los animales, como abono de corrupción que, ya consumido, haga germinar las cosechas del pueblo, semilla de una verdad compartida.

Alza el vuelo el águila de la soledad del hombre sobre la piedra de sol del calendario maya,

Y en su laberinto soñado por el vate teje y desteje los velos del espacio y el tiempo,

La soledad que busca reencontrarse en los secretos del corazón, que quiere encarnarse en almas nuevas para devolver las llamas de la vida a la región más transparente del aire, a su libertad y unidad,

A su entrega próxima, vaciando de presagios de separación el mundo,

El águila de México sobre la Laguna Salada donde se alzaba la capital de un imperio demolido,

Donde en la era de la prisa por huir de la identidad se alza una urbe sin entrañas ni sentido,

Una contaminada granja de tráfico rodado, estafas sociales y supervivencia en patios cerrados a la luz de la madrugada común a los vivientes,

el consuelo de estar juntos en el mismo sueño, de ser fantasías de una realidad incuestionable guardada en la genética de nuestros cuerpos,

de ser realidades en nuestras elecciones, obras que iluminan el misterio de nuestras vidas.

El águila desciende del cielo con poder y majestad y se cierne sobre los ejércitos de odio de los malos gobernantes,

Con sus garras de fuego incendia los graneros de los homicidas, devalúa el capital de los bancos que forjan escudos de la usura,

Arranca las alambradas de la tierra repartida a los patrones sin más derecho que sus crímenes silenciados por sus sobornos,

Rescata el corazón de los oprimidos y lo deposita en el cáliz latente de la esperanza para que los habitantes de la tierra puedan beber su fuerza de nuevo, para que puedan sentir y despertar de la noche interminable del odio humano,

Y no juzga a nadie, solo protege, rescata y salva de la muerte a los extraviados que se pierden en la ignorancia del mal,

Solo premia con eternidades a quienes no han caído en la red de la confusión, la avaricia y las traiciones que sepultan el alma en la condena de la muerte, sueño del que no se despierta sin perder la memoria de las muertes y olvidos interiores,

Para que puedan nacer por medio del amor asimilado a la fiel verdad que, hoy y siempre, en todas partes les espera.

II

LOS NIÑOS DEL BRASIL

Cuando se despertaron los niños se encontraron con pistolas en las manos,

Su brillo negro sedujo sus mentes adolescentes mientras veían los dibujos animados de la televisión oficial,

Sus ojos se llenaban de pornografía envuelta en sombras alucinógenas de billetes de dólar con la cara de su padre y de su madre,

Y la agonía de los Reyes Fundadores de su Patria en un pozo de petróleo del que salían guerrillas con máscaras de gas les desencadenó la fiebre del oro podrido de las alcantarillas por las que circulaban chillando un millar de ratas místicas.

Se despertaron cuando vieron que las urnas transparentes de la fiesta electoral estaban repletas de balas de metralleta.

Los niños parecían hombres en las favelas que caían de la ladera de la ciudad de la velocidad y del dinero,

La ciudad del deseo estaba allí emergida del desierto, y un Cristo de brazos abiertos les recordaba que estaban vivos en la Jungla del Mal que extendía una sombra de bienestar idílico y fotográfico en medio de la pesadilla aprendida.

Eran niños los que arrastraban el último cadáver del asesinado en un ajuste de cuentas, y en sus mochilas había melodías con las que evocaban la tabla de multiplicar,

Niños con fusiles de asalto y cuchillos de carnicero. Niños que aprendieron la lección del odio.

Desfilaron delante de mí como soldados. Yo me escondí en la oscuridad de la moral burguesa,

y en tanto fumaba el último cigarro colonial junto a la estatua de Lincoln contemplé sus espaldas heridas por artículos vulnerados de la ley internacional que ha sido evocada sobre el sello de un Espejismo Dorado.

Yo miraba el sello con la imagen grabada del Paraíso Perdido. Colocado al revés parecía una mina de oro de la que entraban y salían indios esclavos.

Dejé caer una biblia al suelo de la calle y se abrió de pronto sobre el Nuevo Testamento, y un muchacho sin zapatos la recogió del suelo sucio de sangre seca.

“ Soy un revolucionario”, me confesó desde abajo elevando la voz todo lo que pudo, pero yo solo pude ver a un huérfano sin recursos que se clavó una jeringa en el pie derecho.

El ejército avanzaba por el arrabal con una bandera comunista, con el himno de la ira en las bocas hambrientas, con las miradas de venganza de sus familiares desaparecidos.

Era una manifestación de muertos que pedían resurrección.

Era la vida abriéndose camino entre la muerte.

Dudaba entre unirme a las voces de los oprimidos, observando la escena desde los gemelos dogmáticos,

Cuando la descarga de los fusiles apagó mi cigarro humeante de teorías, y todo un cuerpo policial se destacó en la calle, y sus balas dispararon sobre la mañana.

Entonces vi cómo caían uno a uno los inocentes, cómo los niños tenían el rostro cubierto de sangre ineludible, y en el teatro de las sombras humanas se destacaron las siluetas armadas de los vencedores imponiendo su paz violenta.

La Avenida del Progreso era una vía cortada por los cadáveres, y los automóviles se habían detenido en una huelga de cláxones intransigentes,

Pero yo no estaba allí, entre las estatuas de los sistemas que parecen hombres, yo estaba en la calle donde latían corazones humanos.

Yo buscaba mi corazón perdido en la calle, y los latidos de la justicia que empezaba a sonar en los tambores de los oprimidos me guiaron a él.

Me reconocí entre la clientela de las prostitutas que se vendían para pagar sus deudas de sangre,

Me encontré disparando un arma de fuego contra las vanas normas de la tiranía,

Me distinguí entre la policía pagada por el Estado y justifiqué mi actuación violenta en nombre de la ley,

Comí y bebí con narcotraficantes, asesinos y tratantes de seres humanos, y en todo momento creí que pude haber sido uno de ellos si las circunstancias no me hubiesen asignado otro lugar en la vida.

Yo era un niño más entre todos los niños del mundo. Mis conocimientos no llegaban a interpretar las señales de la existencia,

Era un niño con propiedades y sueños, lo mismo que todos los niños, al igual que todos los hombres.

Entonces comprendí, y perdoné con dificultad, y encontré mi corazón de pronto en la certeza de reconocerme en los demás.

Los ejércitos de los opresores y de los oprimidos medían el espacio para trazar un campo de guerra,

Unos y otros se abastecían de las mismas armas, se atrincheraban de doctrinas, se copiaban los colores de las banderas.

El imperio transformaba sus águilas en esvásticas, y los oprimidos en esvásticas sus cruces.

Los propietarios y los expropiados se enfrentaron en varios puntos del mapa, pero vi torturas en las ciudades escondidas del Brasil, como hogueras infernales surgiendo del fondo verde y protector de la selva virgen.

Pude ver el gran río Amazonas, vena del Paraíso Americano, dividido por presas institucionales que anegaban los poblados indígenas,

Escuché el canto de los habitantes de la selva mientras rompían con las manos las presas que contenían el río,

Presas pagadas con dinero público por administraciones corrompidas que autorizaban talas indiscriminadas de árboles y plantaciones de especuladores extranjeros, que expropiaban a los pobres trabajadores rurales y los condenaban a la pobreza y al olvido.

El Progreso se abría camino pero sus comunicaciones no llegaban a informar de su buena nueva al pueblo que hubiera roto sus cadenas para liberarnos de la opresión de los falsos sistemas de idolatría del capital a precio de sangre,

Los intermediarios vendían a sus representados por un plato de vísceras humanas, y nadie se acordaba de proteger el paraíso de la tierra que nos regala la vida,

Y nadie se ocupaba de reducir el déficit ni la contaminación, ni de salvar al pobre de la miseria insostenible, mientras las crisis económicas y el cambio climático absorbían los ecosistemas de la corrupción.

Nadie era el nombre del gobierno, nadie era la cabeza de las administraciones, nadie era el representante del pueblo silenciado por la ignorancia y el temor.

Huí a las grandes capitales y encontré a las iglesias demolidas, y en el lugar de los templos de la reunión fraterna me tropecé con un enorme centro comercial,

Y en lugar de ciudadanos o habitantes de la tierra repartida y saneada intercepté a clientes de un seguro de falso bienestar,

Y en medio de las calles abandonadas, los huérfanos de la iniquidad pidiendo limosna y mostrando sus heridas abiertas sin que nadie los consolase acordándose de mirarles a la cara.

La única institución oficial era la Injusticia, y a los bancos de crédito acudí para comer el cuerpo de la verdad,

Pero me mostraron cadáveres de militares y de políticos disecados, y una voz de mujer de anuncio me respondió desde una grabadora la manera en la que se extraía la sangre de los oprimidos y se les inyectaba a los muertos ilustres para que antes de la celebración de las elecciones pronunciaran un refundido discurso de investidura.

No reparé antes de irme más que en una pantalla y un número que correspondía a mi identidad social,

Era el número de identificación fiscal de la masa de la que formaba parte, y la levadura de la masa era la ignorancia, fuente de riqueza de los estados anegados por el mal gobierno.

Tal vez hubiera sido uno más entre los abandonados si no me hubiese hecho la pregunta del oráculo,

“¿dónde están los autores de la masacre?”. Tomé el tren de la noche en la última estación y me interné en los barrios residenciales de los jerarcas, de los mandatarios, de los gestores del bien común.

Sus mansiones eran joyas decoradas con monos de obrero, a la última en cada nueva vanidad que se inventaba para pasar el tiempo.

Me invitaron a la Fiesta de Bienvenida cuando me hice pasar por uno de sus camareros. Vi en la pared el retrato presidencial de un dignatario trajeado y orlado con un nimbo de dólares, semejante a un dorado Anticristo,

Por las mesas de ceremonia circulaban cabezas de presidiarios con rasgos de profetas,

Y millones de bailarinas interpretaban la ópera de la prostitución condecorada,

Mientras un coro de servidores nos admirábamos de servir a la aristocracia de los negocios ilegales sus cócteles de locura.

La obertura me condujo con su pianissimo a la mesa de las señoras con abrigos de piel humana que discutían sobre la adjudicación de las parcelas expropiadas a los pobres mineros de la muerte, aquellos que extraían el dorado metal de los recursos y solo pedían a cambio una cabaña de esparto para su familia.

Escuché cómo se educaba a las señoritas hijas de altos directivos que inflaban sus honorarios con los suspiros agónicos de los sin techo,

Cómo se les indicaba a los niños de qué nuevo juguete habían de ser esclavos, qué nuevas cárceles financieras habían de construir para sus herederos de mayores.

Iba a arrojar el uniforme lejos de mí cuando en el escenario de la orgía podrida me agarraron los testaferros de los corredores de Bolsa.

De pronto me rodearon los smokins de marca abusiva, los malos inversores me subieron sobre una balanza y me pusieron precio,

Y calcularon el costo de mis valores, la usura de mis creencias, el índice de mi nivel de vida.

Me ofrecieron una botella de sangre de la bodega del odio, y le añadieron unas gotas de estupefaciente.

Y yo dije que su nivel de vida era basura del vertedero, que sus valores y títulos eran billetes robados, que su balanza era una mentira aceptada por la ignorancia.

Y señalé la pared pintada de negro donde una mano invisible había escrito una palabra cierta: Fin. Tal vez fuera la mano de la economía del cielo, de donde procede la luz y la lluvia que hacen crecer la hierba.

La cámara oscura desapareció y me encontré otra vez entre los pobres del Arrabal de la Miseria, en el Distrito de la Globalización, que me preguntaron: “¿Has comprendido ahora?”.

Reconocí entre los delincuentes de Sao Paulo, entre los secuestradores de Río de Janeiro, entre las mafias de Porto Alegre y de Belem a los buscadores de diamantes de Minas Gerais,

A los cosechadores de Roraima y Río Grande do Sul, a los ganaderos y taladores furtivos del Paraná, a los expulsados de la colonia de los cafetales que nutre de divisas al Primer Mundo.

Su piel era humana como la mía, sus ojos y oídos eran humanos como los míos, pero sus formas de vida eran inhumanas, esqueletos arrojados a la vía del tren, cemento de soledad para el edificio de la destrucción.

De las cárceles salían y entraban, murciélagos que habitan las tinieblas del subdesarrollo,

Enanos que brotan del subsuelo, pobladores del infierno en la tierra desértica.

Comí y bebí con ellos, y prometí no silenciar sus voces, para denunciar sus maltratos, para recordar que los derechos no son patrimonio de los ricos.

De su cena compartida recibí una nueva eucaristía, un testimonio de luz en la oscuridad de los retretes de los potentados.

Allí vi cadáveres a punto de resucitar por un soplo de amor, para que pudiese ser verdad la dicha entre los hombres.

Escribimos entre todos una ley irrevocable, pues era su objeto el principio de la vida:

“Si existe futuro para el planeta está en quienes son responsables de él. Los saqueadores serán saqueados, segados y arrojados al fuego que encendieron, pero para los caritativos, para los humanos, habrá un destino humano, con dignidad, justicia y paz.

Para los humildes habrá escuelas, y fábricas, y familias, y no se escuchará el lamento de los oprimidos por la bestia del consumismo devorador de seres humanos, y la alegría será como el pan que se comparte y como el agua que no se termina”.

Brasil cayó entonces en mi alma como una gota de rocío, el inmenso misterio verde de ardiente secreto me encendió de fuego el corazón, y en el vacío de la noche vi de nuevo, al igual que en mis sueños anhelantes, atravesar el viento del espíritu de la esperanza los corazones abandonados.

III

FRAGMENTOS DE UN POEMA ENCONTRADO EN LA CALLE

Soy un joven toxicómano del Barrio de la Boca en Buenos Aires,

No conozco a mi padre. Mi madre trabajaba por las calles antes de que naciese mi hermano mayor.

Mi madre se fue a no sé dónde, vivo con mi abuelo que me mantiene con su negocio de venta de calzado.

Yo no sé por qué he nacido. Dios sabrá el porqué.

El Barrio de la Boca es grandioso en su miseria.

Aquí, en la plaza, jugaba al fútbol de pequeño. Quería parecerme a los jugadores millonarios que salen en televisión,

Nunca llegué a jugar en un gran equipo porque me enganché a la droga cuando me enseñaron a pincharme los mayores,

Nadie ha salido de mi edad sin conocer el veneno que se vende por el barrio de la miseria.

Ahora, cuando no tengo el mono, puedo levantarme para comer y para escribir mi historia, que cabrá en los versos de algún poeta que me escuche desde lejos. Seguro estoy de que mi voz le habrá llegado ya a la lengua.

Le quiero mucho a mi hermano, que murió, y a mis dos hijos, que viven para sucederme, y a mi abuelo, el que me acogió sin pedirme nada a cambio.

No tengo tiempo para contar sentimientos. Solo hechos. El tiempo es corto. También me lo han vendido.

Pronto tendré que defenderme de los camellos cuando vengan a cobrar el veneno. Tengo un cuchillo escondido debajo de la camisa.

Sé que vendrán, y solo mi abuelo podrá hacerles marchar con un poco de dinero, antes de que me ponga violento por el mono inducido y no distinga a quién atacar.

Los zapatos lo financian suficiente a mi abuelo. Es un artista, por mucho que digan. Fabrica réplicas casi exactas de marcas conocidas, deportivas idénticas a las de los futbolistas que ocupan el puesto de héroes del mercado del mundo que conozco.

Después están los dioses del mercado, a los que no conozco, y la policía, que sí me conoce y que se cobra bastante del trabajo honrado de mi abuelo, alegando que es delito copiar marcas de dioses del mercado.

Entre ellos y los camellos se entienden en el barrio, porque eso sí lo he aprendido, el dinero todo lo compra, hasta a los dioses que no existen más que en los anuncios.

A mis hijos no he podido enseñarles nada de mi vida. Mejor que aprendan de mí lo que debe evitarse. Su madre se ha ido, y si no se hubiese fugado, tendría que soportar mis palizas cuando estoy con abstinencia, el mono para el que ya no soy hombre.

El Estado nunca ha hecho nada, algún que otro reportaje extranjero cuando puede venderse, pero eso sí, colabora con los inversores y a veces le dicen lo que tiene que hacer, y otras veces le exigen asistencia social a sus ciudadanos, por eso me llegaron a ver dos psicólogos que me dijeron que no estaba bien pincharse, y me lo aconsejaron con un papel delante.

Ahora ya he tomado mi dosis, así que voy a la cama antes de que tenga que volver a levantarme a tomar la siguiente, si los camellos no llegan antes y no puedo contarlo.

En mi diario no caben más palabras.

LA VOZ ESCONDIDA EN LA COMARCA DE HIELO

La palabra de los que esperan en la fuente de la vida ha alcanzado la comarca de hielo,

La voz escondida llega a las tierras blancas del sur del mundo

A los glaciares de la sabiduría anterior al nacimiento,

Solo en la sabiduría está el poder,

Todo se guarda en la memoria de la comarca de los hielos perpetuos,

Las edades de la tierra sobreviven en los genes de su mente congelada,

Quieta en el polo magnético, la resurrección de los muertos atrae los continentes hacia sí.

Ella enseña al explorador y al viajero una palabra sin fin,

La fe de la semilla de la vida que crece mientras siente la esperanza y mientras duerme la silueta de los enigmas del sol,

Como enseñó a los navegantes que pisaron los bancos de hielo y descubrieron especies del fondo marino de su original silencio,

Un silencio que ya nos conocía antes de que pudiésemos pronunciar su nombre.

Transita la ballena las profundidades, y los pingüinos de sombra, con su graciosa danza de costumbres arcaicas,

Saben el día y la hora de su llegada, pero nosotros no. Esperamos la música del océano que anunciará la renovación de las especies de nuestro tiempo,

Hasta que ya no haya tiempo, y estemos cara a cara ante nuestro misterio descubierto.

La placenta que nutre al recién nacido, al Buda o al Cristo recién iluminado, al ser humano masculino y femenino que se encuentra con la identidad de su materia traspasada por sus ojos sedientos,

Reconociendo su cuerpo en la geografía de los espacios de ondas sobre el mar del vacío de la libertad,

Es la Antártida rompiendo el cascarón de nuestro destino y raza sobre la tierra de amplios paisajes salidos de dentro del alma que alumbra la célula madre del recuerdo,

Ella nos hará comprender la ecología y la economía del mundo, y el sentido de la espera en la morada de un planeta asistido por órbitas de calor y calma.

La voz escondida llega desde la tierra desconocida, hermana de la luna,

Novia blanca del inmenso amor de las generaciones de apariencia humana,

Donde el tiburón y el delfín conviven en la armonía de su misión, la foca y el pez que la alimentan reconocen que la polaridad se desvanece en la unidad de la luz que informa el cristal de la mirada del mundo,

Receptor de las ondas de su voz que pertenece a la atemporal región de la verdad infinita.

En la blancura se consagra nuestra sangre oscura,

La imagen que porta la balanza del equilibrio es un hijo del origen con los brazos en cruz y los dos platillos de ambos hemisferios del espejo luminoso,

El todo y la nada que se identifican en el alma que recibe en su energía los campos magnéticos de la palabra que vuelve a su centro,

A la boca y al corazón,

Cuando la tierra entera sea un parto de luz amanecida e igual en todos sus miembros

Y el más lejano sentimiento habite nuestro pequeño hogar donde el origen del tiempo se ha hecho hombre para no perderse.

EL PRINCIPIO DE LA PAZ Y LA INTELIGENCIA

EL ALMA QUE TRANSFORMA EL MUNDO

Somos los turistas de la tierra,

Hemos pagado la visa y el billete de avión,

Vamos de una cápsula tecnológica a otra,

La economía es para nosotros un banco de préstamos sin interés,

El mapa del planeta es la pantalla interactiva de nuestro teléfono móvil,

El universo se reduce a la cuota de afiliación al Supermercado de las Vanidades.

Somos los irresponsables de la tierra,

Viajamos en primera clase y nuestras drogas pertenecen al mercado libre,

Extraemos la energía del ilusionismo financiero,

Somos los actores de nuestra película de ambición,

La crisis de valores nos asedia, pero nunca alcanzamos lo que queremos.

Somos individualistas, consumistas, egoístas,

Levantamos fronteras por donde pasamos,

Detrás de la alambrada están los pobres sin recursos

A los que alimentamos con promesas hasta extraerles su última gota de sangre.

Somos y no somos, productos que son novedad por un día,

Edificamos hoteles en las playas vírgenes, matriculamos a nuestros hijos en Cambridge,

Asistimos a congresos sobre inversiones en paraísos fiscales,

O sobre cómo vender la piel de un refugiado con una marca renombrada.

En política nuestra máxima es el abandono,

La ignorancia es el negocio más productivo, la moda es el poder,

La ecología y la economía sostenible son utopías en nuestras manos.

Y nos preguntamos delante del televisor por qué hay tanta violencia en el mundo,

Por qué terrorismo, por qué hambre, por qué muerte,

Si somos tan civilizados, si tenemos la piedra filosofal de los derechos que nos convienen,

Si hemos escrito libertad con barrotes de presidio, si hemos vendido las naciones a los caprichos de las multinacionales.

Por qué cada día los jóvenes están más solos, por qué las familias se rompen,

Por qué la masificación del consumismo nos separa de la felicidad,

Por qué la gente no se saluda por la calle,

Por qué la naturaleza se contamina, por qué hasta nuestros zapatos están hipotecados.

Si las democracias han triunfado, si no hay límites para hacerse millonario,

¿Por qué se hacen preguntas entonces?

Será porque no solo de pan vive el hombre, será porque la educación es más que una pizarra donde se anotan datos memorísticos,

O tal vez porque el bienestar que vende el consumismo no sea la panacea, o porque las leyes de los parlamentos no emanan de la voluntad del pueblo,

E incluso porque tal vez nuestro modelo de estado y de gobierno no tenga que ver nada con el ser humano, y sea solo publicidad de espejismos.

En un estanque de instituciones cada vez más alejadas repetimos conductas de trasnochados ancestros,

Multiplicamos las normas al no poder cumplirlas, compramos deudas para parecernos a los grandes almacenes de la insatisfacción,

Nos concentramos en los núcleos industriales para percibir cada uno un pedazo de sueño roto,

Tememos perder nuestra rutina, nos identificamos con un mono que ha aprendido el funcionamiento de una tarjeta de crédito.

No hemos aprendido a escuchar la verdad de la tierra donde vivimos,

Ella nos habla con voz inefable, desde los profundos océanos de los que extraemos el ritmo y el misterio de la vida,

Suspira en los bosques habitados por animales inconscientes que comparten nuestras emociones,

La explotamos y no la conservamos, la recorremos con autopistas de destrucción para saquear sus minas de energía,

No nos demos cuenta de que somos parte de ella, y a ella vuelven siempre todas las generaciones para purificarse y renacer.

Mientras viajábamos en un jet a toda velocidad nos despertamos sobresaltados,

Íbamos tripulando una calumnia fantástica,

Habíamos firmado un contrato sin leer la letra pequeña,

Y en el navegador cibernético no encontramos más que una red de náufragos que nos hacían señales desde sus perfiles informáticos,

Entonces apagamos el ruido de los cascos y nos preparamos para escuchar las voces de todos los seres vivos,

Y nos dijeron: “Tomad tierra, volved la vista a la tierra abandonada”.

Nos hicimos con el control del avión después de relevar al piloto ebrio, tranquilizamos a los pasajeros y aterrizamos sobre la arena de una playa desierta en la que los cráneos indígenas se apilaban en pirámides que parecían cadenas de hoteles.

Éramos como recién nacidos cuando se nos acercaron los primeros pobladores de los continentes y las islas con sus recuerdos de violencia y maltrato.

Millones de seres inocentes que guardaban el secreto de la primavera terrestre habían sido torturados y silenciados, perseguidos como fieras y sepultados bajo el cemento de las convenciones y los tratados internacionales.

Creímos que pensaban vengarse con más sangre vertida, pero en su lugar nos ofrecieron el cobijo de sus hogares humildes y santos, nos mostraron sus cristos tallados por sus manos,

Nos dieron de comer y de beber honrándonos con el tesoro de su sabiduría, y nos confesaron que el perdón era la promesa que aguardaban desde sus abuelos legendarios.

Indignos de morar bajo su techo, nos avergonzamos de la maldad que aprendimos como norma,

Compartimos su alimento y les mostramos las fotos de nuestro aterrizaje. Queríamos decirles a todos que nadie estaba excluido de ser uno más entre nosotros,

Que el ídolo del capital monetario será abatido delante de sus hipnotizados adoradores cuando cante el gallo de la libertad en los tejados de los pueblos dormidos,

Que las teorías y los sistemas, las instituciones y los idearios nada valen si sus declaraciones de derechos no se ponen en práctica,

Que la tierra es nuestra obra, y toda la técnica está al servicio de su conservación y desarrollo para anunciar a los oprimidos la alianza de la justicia, .fundamento de la paz que vuela como una paloma de casa en casa portando nuestra rama de olivo.

Ya no fuimos más llamados turistas desde entonces, sino habitantes del mundo; nuestro viaje fue verdadero, allí nos encontramos con nuestros vecinos y hermanos,

La economía fue entonces el corazón de la política social, la familia fue el nexo de unión entre todos,

La ecología fue el sentido de la economía y los valores bursátiles fueron sustituidos por los valores personales.

A cada cual su espacio, su circunstancia, su vida, y su conservación patrimonio de todos.

Las cosas sirven de herramientas al uso, ninguna herramienta es superior a otra, cada cual es imprescindible a su tiempo,

Las personas son talentos sociales y partes individuales de un divino misterio compartido, cada cual es un rasgo más del alma del universo.

Siempre rodeados por algo que nos excede, nadie puede decir que sabe más que otro, en cada partícula de vida está toda la vida, ojalá supiésemos comprenderlo.

Cuando vivimos juntos nos acercamos desde nuestras experiencias, hablamos de nuestros éxodos,

Confesamos nuestros errores y los abandonamos, no nos creemos superiores a nadie, tomamos conciencia de que pertenecemos a la misma red de existencias que se nutren del ciclo ordenado del cosmos,

Pues el caos y la violencia han fracasado, y también su aparente victoria que no supera la prueba de la muerte.

Somos los constructores de la dignidad humana, hemos salido de la pantalla de los convencionalismos para romper los cristales de la prisión con la bomba invisible de nuestras emociones,

Activamos la sangre hacia el corazón de las cosas y disolvemos las prisiones con llamaradas de amor y verdad,

¡hemos despertado del sueño de la muerte! ¡hemos superado la culpa generacional para acabar demostrando que no existían el luto por el pasado ni las predicciones aprendidas!

Y ahora vamos de ciudad en ciudad marcando una cruz de certeza sobre las ficciones edificadas por la vanidad que perece,

Rompemos las bombillas de los mataderos, plantamos selvas vírgenes en las grandes avenidas,

Acercamos la luz a la cara de los enfermos de los hospitales y ponemos el sol en sus manos,

Besamos a las enfermeras y a las auxiliares administrativas, reivindicamos la teoría cuántica de que si la vida está en alguna parte, está en todas partes por igual,

Ningún muro separa al hombre del hombre ni a la mujer de la mujer,

Nos divertimos siendo transgresores con las malas costumbres. Formamos un sindicato de recién liberados de los símbolos de la servidumbre,

Pues hemos leído al unísono en nuestras biblias de escuela que “dioses que no han hecho el cielo ni la tierra desaparecerán de la tierra y de debajo del cielo”.

Desde América, desde Asia, desde Europa, desde Oceanía y África, desde los continentes hasta las islas, desde las tribus hasta las civilizaciones, desde los arcos de madera hasta los ordenadores portátiles,

Abrimos las puertas de las autopistas de la información para decir que tenemos nuestra vida en las manos,

De que no necesitamos las referencias de la ciencia ni de la religión para encontrarnos a nosotros, y no obstante pretendemos ser los más científicos y los más religiosos,

Somos los más compasivos y los más humanitarios, porque nos hemos descubierto ante el espejo de nuestros actos y no queremos parecernos a los modelos de los imitadores de máscaras de muertos, los que leen con ceguera de simios en atriles oficiales y no entienden las palabras invisibles del alma.

Sabemos que la obra que representamos es nuestra, cuando decidimos romper nuestros papeles asignados en el espacio reducido por un falso mapa de temores,

Ahora ya no estamos sentados en un mediocre patio de butacas sintiendo por los personajes inventados,

Recorremos las películas de la realidad con nuestros pasos, la naturaleza nos lo enseña todo, como una buena madre,

Desvanecemos el paisaje con la mirada extrayendo de él lo mejor de nosotros, la vida y la esperanza.

Somos los habitantes de la tierra que gira en el vacío eterno de la luz,

Y ella será para siempre la obra firme del signo oculto de nuestro camino.

PERROS Y GATOS

Perros y gatos,

Buenos y malos,

Hombres y mujeres que se odian hasta amarse

En la ilusión de los contrarios,

Rompiendo los cánones de la muerte en cada cosa,

Inventando de nuevo el mundo por obra y gracia del amor y la experiencia.

En el desarrollo algo perece y algo queda,

Algo espera para ser más adelante

Y algo es ya para ser cielo y esperanza.

Rotos los cristales de los sueños que nos hicieron creer para separarnos,

Todos volvemos a encontrarnos en la misma habitación

Para reconocernos y comprendernos

En el cáliz de la tierra que nos dio vida y libertad para despertar sus misterios.

Envejecen deformados los modelos del pasado,

Los ídolos huecos por dentro, barnizados de deseo por fuera,

las modelos de pasarela, los futbolistas que posan para las cámaras con medio rostro oculto por billetes recién comprados,

se identifican con los toxicómanos de las calles olvidadas de las grandes urbes del mercado común,

mientras otra tierra nace, hombres y mujeres vienen de la tierra con espigas de trigo en cada mano,

con un canto de amor en los labios,

con el cuerpo sano y la mente limpia de dogmas aprendidos con megáfonos,

son parte de la tierra y mezclan en su copa el mejor vino para cada uno,

sin distinciones, sin odios ni rencores,

para aprender tienen a su madre sobre la que caminan y al sol del día que ilumina sus obras,

tienen por religión su vida, por ciencia su aprendizaje, por identidad su verdadera voz.

No promueven sistemas con eslóganes,

Ellos mismos son ley y sistema para quienes comparten su tiempo con ellos,

Y la tierra está segura en sus manos,

Para que su camino se acerque más al cielo de donde baja la luz.

CARTA ABIERTA AL HABITANTE DEL VIEJO MUNDO

SOBRE LA POSIBILIDAD DE LA EXISTENCIA DE UN NUEVO MUNDO

No creo en un Viejo Mundo de fanáticos autómatas que pasean su mirada por la pantalla de un transistor de incomunicación,

Ni en la docencia de quienes implantan un sistema por el miedo de no atreverse a mirarse a sí mismos,

No somos perros que obedecen al tañido de una campanilla manipulada,

Ni ratones en un laboratorio de trabajo para la gloria del dinero,

Ni estamos entrenados para coger fusiles, ni para ponernos velos sobre los ojos,

Creo en el hombre y en la mujer que miran a su alrededor para descubrir el entorno del que forman parte,

En quienes humanizan su técnica en la naturaleza que les enseña,

Y que se aman sin temor en la vida que les han dado,

Creo en la libertad y en la responsabilidad de ser libres,

Pero necesito hacer el camino contigo, hasta poner el mundo bajo nuestros pies y devolverlo al centro de nuestro paraíso olvidado.

Tomaremos tierra en nuestras manos, obradoras del Nuevo Mundo que esperamos,

Aprenderemos otra vez a caminar a la luz de actuales descubrimientos que nos devolverán la fe en lo que está detrás de los paisajes, cantaremos y danzaremos junto a los monumentos y sobre las arquitecturas del pasado,

Nuestros sueños se unirán para trabajar juntos. Cada cual lo hará desde su experiencia, y trascenderemos las épocas del tiempo, paloma que nos muestra un esqueje de verdad recién germinada del color de las hojas de los árboles.

No compraremos ni venderemos en el abismo de la ignorancia tenebrosa, para que el futuro secuestrado por el ideal de un eco de rutina culpable – el ruido de la corrupción del pensamiento que infunde la ilusión de la muerte- sea presente aquí y ahora, en el instante comprensivo de nuestra eternidad recordada.

EL CRISTO QUE YO QUIERO

El Cristo que yo quiero no es un fijo madero,

El Cristo que yo quiero es obra de la gente.

El Cristo que yo quiero no es banco de dinero,

El Cristo que yo quiero es agua de una fuente.

El Cristo que yo quiero no es una imagen muerta,

El Cristo que yo quiero con el hombre convive,

El Cristo que yo quiero es una puerta abierta.

El Cristo que yo quiero en toda vida vive.

LA CONVIVENCIA RENOVADA

ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LA TIERRA

Bendice, espíritu Señor del universo,

El hogar de la tierra que has creado del vacío originario para unir los reinos separados,

Yo alabo en nombre de los pueblos la palabra de tu sabiduría que ha ordenado todo conforme a su medida para que la vida no se pierda en el error de su propia libertad.

Alabo el hogar se los seres vivos donde nací para despertar a la conciencia de tu realidad autora de las cosas que nos unen,

La tierra viva donde el animal se hizo hombre y pudo conocer la casa que habías preparado para él,

Una esfera de fuego que contuvo el agua y el aire hasta apagarse cuando dejó de ser una parte del sol germinal en el útero del espacio de las estrellas de luz agrupadas en los ojos de las galaxias,

Donde los árboles y las plantas mediaron para alzar sus órganos de respiración y pensamiento al cielo de la atmósfera que protege la concepción de los seres,

En ella los animales establecieron sus ciclos administrando la luz desde el impulso de sus instintos,

Y de un germen suyo apartaste al ser humano uniendo el alma de los ángeles a su materia biológica,

La energía a la materia para renovar su sangre y conducirla hacia tu verdad, que los haría para siempre libres.

Escribiste tu ley en su corazón, uniéndote a su carne por medio de la inteligencia del amor,

Pero el ser humano no fue fiel a tu llamada, y se equivocó atribuyendo poder a los objetos que proyectan su sombra en la caverna del mundo,

Se construyó ídolos, espejos deformados de su avaricia por acaparar la tierra de su vecino igual a él,

No comprendió el sentido de la unidad, creyó que solo podía defender lo suyo robando lo ajeno a su hermano.

Con sus ídolos construyó ciudades para oprimir a los débiles, esclavizó a los pueblos de los que dependía, como dependen los órganos del cuerpo entre sí,

Estableció un poder basado en el crimen, crucificando a las víctimas del sacrificio de su ídolo,

Una mentira hueca por dentro, sin espíritu de vida, sujeta a los caprichos de las pasiones, incapaz de ver ni de escuchar, como ellos no supieron ver ni escuchar el sentido de tu palabra.

Tú les diste la tierra como herencia, y no por sus méritos, pues tú no dependes de nadie ni nadie puede pedirte cuentas de nada,

Eres superior a toda imaginación y solo el vacío de una libertad infinita puede aproximarse a ti.

Les regalaste la tierra para que la habitaran por tu voluntad y por el amor que infunde tu verdad anterior a la creación con la que quisiste unirnos a ti para que no muriésemos con la creación que muere,

Pero nosotros no supimos administrarla, la explotamos y la maltratamos olvidando que estaba viva y que su vida dependía de nosotros,

Ante nuestra avaricia y nuestra locura nuestros hermanos fueron instrumentos de la destrucción,

Justificaron con ideologías a sus ídolos recién creados, por una idea murieron violentamente muchas personas,

La guerra convirtió el mundo conocido en un infierno, oscureciendo de ignorancia a los pueblos y separándolos de tu verdad para que desaparecieran, como desaparecieron las criaturas anteriores a ellos cuando se rebelaron contra sí mismas.

Así obró el ser humano, pero tú no lo juzgas conforme a sus errores, siempre le concedes una nueva oportunidad,

Porque tú eres Señor de la Vida, aliento que alimenta a todos los vivos, y tu sabiduría está en nuestro corazón, a pesar de la sombra que lo envuelve,

Sombra que tiene el tamaño de nuestra ignorancia.

Como sabes que somos ciegos en la luz, no nos responsabilizas de nuestras malas acciones, y nos perdonas a través del tiempo,

Concediéndonos el don de la vida perdida otra vez.

Somos débiles; oscilamos entre los instintos y la razón, a veces estamos contigo y comprendemos que tenemos el poder que nos concedes,

Pero otras veces te damos la espalda y el poder se aparta de nosotros, y la tierra que pisamos se nos rebela a consecuencia de nuestro maltrato.

Ten piedad de nosotros,

Perdona nuestros crímenes y salva la vida de la tierra a través de la inteligencia de tu voz,

La tierra debe ser un hogar feliz y en armonía para que todos comprendan que la unidad es la fuente de la libertad,

La persona y no el dinero es la cabeza del ser humano,

Todos los pueblos son su cuerpo, y la voz eres tú que los reúnes desde la separación producida por sus mentiras.

El ser humano no necesita mediadores, la mediadora es la naturaleza, la suya, no la ciencia ni la religión , ni las tradiciones que se aprenden de padres a hijos,

Porque la unidad que se fundamenta en la violencia no es verdadera, y cae como caen las mentiras, más tarde o más temprano,

Solo la verdad de sus corazones es religión y ciencia, no aprendida en fórmulas de libros escritos por antepasados que solo recogen los errores de quienes nos precedieron,

Solo la verdad que ven y escuchan puede hacerlos libres y salvarlos de la locura de aceptar por cierto lo que es instrumento de dominación para satisfacer la nunca satisfecha avaricia que divide familias y pueblos,

Si quieren encontrar su patria perdida, que miren a los ojos de quienes crucificaron, y se encontrarán con ellos mismos, con el daño que a ellos mismos se causaron sin saberlo.

Para que transitemos de nuestra falsa ideología a la biología verdadera que nos conforma.

Enséñanos a amar como tú has amado, para que la tierra sea nuestra patria feliz por siempre.

Que así sea.

CANCIONERO DE AMOR ( POEMARIO COMPLETO)

CANCIONERO DE AMOR

(Versión libre del Cantar de los Cantares)

I

Aunque mi silencio no llegue a tu boca
en donde se duermen todas las estrellas;
aunque la mañana se prenda a tus ojos
lejos de la noche que mi alma penetra,

aunque mi voz trepe por todo tu cuerpo
dejando en su rastro el dolor de mis huellas,
aunque prefiriese tu vida a mi vida,
y un instante tuyo a la sombra eterna,

aunque en el insomnio del mundo te evoque
con mi mente errante en la que tú reinas,
aunque me abandone en tu infinito beso
bajo cuya carne palpita la tierra,

aunque me estremezca cuando tú me tocas
mientras tu recuerdo llena mi cabeza,
yo sé que te envuelve mi azul pensamiento,
y soy como el cielo cuando tú me sueñas.

II
En mi alma tú vibras cuando yo te toco.
Tú sin mis caricias pareces vacía.

El tiempo se enreda en tu cabellera.
De mi incertidumbre despierta tu risa.

El amor inunda de música el aire.
El amor enciende la luz de la vida.

Como un jardín brotas de todas las cosas.
El alma que tengo sale de ti misma.

Toda la memoria cabe en tu mirada.
Tus ojos profundos inspiran la brisa.

Navego escondido en todos tus secretos.
Me envuelve de aroma tu forma marina.

La flor de tus labios se asoma a mi oído.
Las sombras abrazan tu piel sensitiva.

Estrecha mi brazo tu cintura firme
y mis dedos pulsan tus notas de cítara.

Quisiera tenerte hermanada a mi cuerpo
que fueras la sangre de mis venas vivas.

Quisiera tenerte hermanada a mi cuerpo
que fueras la sangre de mis venas vivas.

Quisiera ligarte con mi pensamiento
y que él te habitase cual rio a la orilla.

Tus senos abarcan el duro horizonte
como las montañas al fin de la huida.

Pendiendo en tu cuello mi corazón late.
No puedo morirme mientras tú me miras.

Vestiré de oro con la luz del cielo,
tus hombros de nieve en mi sol derretida.

Te haré brazaletes para tus muñecas.
Seré eterno amante, firme en tus pupilas.

Para que me ames volveré susurro,
el más arduo enigma de sabiduría,

y en tu vientre libre naceré de nuevo,
seré como un niño que nace a la vida.

Mi espuma evocada de tu fiel ternura
se siembra en el surco que tu tierra abriga,

el gemido oculto que guarda tu boca
despoja mi cuerpo de toda mentira.

A solas te beso con cada sentido
y ya tu mirada contiene a la mía.

III
Ábreme la puerta de tu sonrisa;
que llegue hasta mi corazón tu boca;
que me llene tu dulzura precisa,
que los paisajes de mi mente toca.

He abandonado ya mis inquietudes,
mis desvelos ya se han desvanecido;
tu voz parece voz de multitudes
volando en el silencio de mi oído.

Vuelva la luz para que yo te vea,
vuelva a la habitación de nuestros besos;
para que salga tu hermosura y sea
la alegría la flor de nuestros huesos.

Nuestro amor desvanece la mentira,
rejuvenece nuestros corazones.
El pájaro del sol siempre nos mira
desde el milagro de las estaciones.

IV
Ven, paloma mía, al nido de mis brazos,
desde todas las cosas en las que tú me habitas.
Desde los rios blancos, desde las hondas selvas,
desde las rocas altas mi alma te vigila.

Ven como primavera que surge de la tierra
a coronar de aromas la fuente del deseo.
Te esperaba mi vida antes de la alborada.
Ven como si surgieras del fondo de mi sueño.

Ven, vuela por mi alma. Yo te entrego mi aliento.
El aire que respiro procede de tu boca.
Para que tú me alcances levantaré mi pecho.
Para que tú me beses me esconderé en tu aroma.

Ven ,paloma sencilla, perfecta de hermosura,
como luz de mi amor que llega a todas partes.
Anida aquí en mis brazos, recógete en mi cuerpo,
antes de que la noche se apresure a dejarme.

V
De noche yo buscaba a mi amado en mi lecho,
y en mí lecho vacío no encontraba a mi amado.
Le pregunté a la luna si ella lo había visto
porque en la inmensa noche él no estaba a mi lado.

Mi alma salió a buscarle como luz encendida.
Me hirió el miedo de verlo a otra abrazado.
Rogué a las estrellas por si lo habían visto
que me lo devolviesen cual sueño encantado.

Mi habitación conserva la flor de su aroma,
y mi cuerpo destila su beso templado.
¡Misterios de la noche, sombras de lo profundo,
os conjuro a que me devolváis a mi amado!

Me he quitado la ropa, estoy desnuda y fría.
La caricia del sueño al fin me ha abandonado.
Estrellas del silencio, a cada una os invoco.
Mi corazón se inquieta por no estar a su lado.

VI
Hacia ti, amada, tienden mis anhelos.
Mi corazón está preso en tus ojos.
Madrugaré para ir a verte, cielo.
Despertaré de mis sueños remotos.

Esbelto es tu talle como la palma.
Tu cintura recorre mi caricia.
Voy a subir adonde crece el fruto.
Mi paladar probará su delicia.

Cuando hablas tú me sientas como el vino
que da alegría y repara las fuerzas.
Beberé cada una de tus canciones.
Se borrará de mi rostro la pena.

Mi brazo debajo de tu cabeza,
en tu cabello mis dedos dichosos.
Madrugaré para alcanzar tu almena.
Despertaré en el cielo de tus ojos.
VII
Cuando tú me miras regresa la paz
al estado pleno de mi corazón.
En tus ojos hondos hay algo de sal,
en ellos navega mi barca de amor.

Cuando tú me llamas se diluye el mal
y el tiempo se para en la hora de tu voz.
Mis sueños parecen bailar al compás
de la esbelta forma de tu fiel canción.

Cuando me enamoras con tu realidad,
donde es tu belleza mi destino y don,
se llena mi alma de toda verdad
y de mis errores espero el perdón.

Cuando tú me besas calmas mi ansiedad,
rescatas al mundo de vana ilusión,
y enciendes tu risa en mi soledad
y mi alma se suelta desde su prisión.

VIII
Si yo pudiera verte en cada hora que pasa
sería árbol que crece en el jardín de tu alma.

Tú eres como muralla del paraíso amado
donde brota una fuente entre flores cantando.

Me digo: «escalaré yo solo esas murallas,
las torres de tus pechos, el viento en tu garganta».

Tú dices: «Ya los frutos están a nuestra puerta,
nuestro amor es más fuerte que la muerte y su huella».

¡Quién me diera abrazarte en cada hora sentida,
preciosa entre preciosas, enamorada mía!

¡Quien me diese que fueses hermana de mi cuerpo,
para llevarte siempre conmigo hasta mi beso!

IX
Bajé a tu verde valle, a tu brotada viña,
desde mi casa blanca de la montaña dura;
bajé allí para verte, tendida en la mañana,
con la mano de nieve y el rostro de la luna.

Vine desde los mares donde ahogué mis redes,
donde perdí en las olas el recuerdo del mundo.
Evoqué tus cabellos, el tesoro que eres.
Mi corazón buscaba tu corazón desnudo.

Tus labios en mi mente soñados muchas veces
dejaron una herida de ausencia en mi semblante.
Yo te quiero hasta el fondo de toda mi existencia,
y te quiero más que pueda quererte nadie.

Si tu risa borrase de mí la cruel nostalgia,
si tus manos volviesen el calor a las mías,
la primavera nueva surgiendo en tu mirada,
la juventud, la aurora, jamás terminarían.

X
Huye, amado mío, por los montes
antes de que te vea la mañana.
En mi ventana beben horizontes,
los pájaros cantan en mi ventana.

Prepárate para vencer tu sueño.
Refréscate con mi húmeda alegría.
Te espero como a la hoja espera el leño,
y como la alta noche aguarda el día.

En los volcanes lejanos del viento
un tímpano de flores se escuchaba.
Tu ausencia duró apenas un momento
aunque siempre mi sed la prologaba.

Mi alegría la tengo ante mis ojos.
Huye, amado, para volver mañana.
Dejó la noche el brillo de tus ojos.
Los pájaros cantan en mi ventana.
XI
Siempre anochece tarde en tu balcón sombrío
donde se enciende el fuego de mi voz.

Yo vengo por el cielo, como perfume vivo,
a llenar de verdad tu corazón.

Cuando el cuerpo del tiempo en el paisaje queda
perfilado por un silencio azul,

me entrego a tus caricias como agua que refresca.
Soy como el astro humano de tu luz.

Cultiva mi alma, hermana, en tu jardín de sueños
que aguardan mi ser para despertar.

Como tú eres mi amada el mundo en ti termina.
Conmigo el mundo en ti vuelve a empezar.

Hallé entre tus dos brazos el hogar de mi vida,
hallé el camino de mi voluntad.

Porque te quiero todo el mal en ti termina.
porque te quiero eres eternidad.
XII
En el juego de tus cabellos canto
En tanto tu susurro me adormece.
Tu vientre de azucenas borra el llanto.
Tu cadera a una joya se parece.

¡Hija del Príncipe de las Alturas,
del sol que anima en luces el instante!
De tu ombligo, ánfora de frescura,
bebo la luz, la fe, la vida errante.

Tus senos retozan junto a mi pecho,
cervatillos que pacen mi delicia.
Tu cuello alza como torre mi lecho.
Tu espalda se asemeja a una caricia.

¡Oh tus cabellos, en mi alma esparcidos,
oh tu belleza cual promesa cierta!
En tus recuerdos de mi fuego henchidos,
mis pensamientos velan a tu puerta.

XIII
Mi amado es fresco como la fuente de la peña.
Su color y dulzura no se halla entre millares.
El reloj de la sombra de mi casa lo sueña,
y el resplandor primero que enciende los hogares.

Sus ojos son palomas al borde de las aguas
que beben la belleza de todas las edades.
Sus mejillas son tersas y ardientes como fraguas,
y sus labios son lirios que destilan verdades.

En sus manos donde los anillos se esconden
hay mil piedras preciosas donde veo mi cara.
Su vientre es un marfil con zafiros en orden
cual astros que brillasen donde el cielo empezara.

Más suave es su garganta que la piel de la noche.
Todo él es un encanto que enamora mi calma.
Aunque el sol se apagase en su divino coche,
él me iluminaría tan solo con su alma.

XIV
Eres, amada mía, hermosa como Tirsa,
la ciudad que descansa en el mar del sentido.
Como Jerusalén eres también preciosa.
Toda la inteligencia se reclina en tu nido.

Aparta ya tus ojos que hechizaron mi boca.
Tus cabellos ondulan cual rebaño de bienes.
En tus dientes gemelos retienes la blancura.
Son mitad de granada las mejillas que tienes.

Única eres, amada, inmaculada mía,
primera creación de todo lo engendrado.
Para que yo te amase te han dado la belleza.
Para que me salvases de mi propio pecado.

No temo el carro triste de la muerte que suena
donde el amor no llega, en la avaricia vana.
El nombre del amor ya me ha fortalecido
y su destino invade toda la tierra humana.

XV
«Levántate, amada, de tu lecho».
Así ya se oye la voz de mi amado
tomando la palabra aquí a mi lado
bajo el cielo luciente de mi techo.

«Ya ha pasado el invierno de tu sueño,
ya se muestran los brotes de la vida.
Se ha cerrado ya el dolor de la herida.
El tiempo lo ha absorbido nuestro dueño».

«Ya ha brotado la higuera nuevas hojas»
respondo, «hay flores en mi celosía.
Te daré a ver mi rostro en tu amor bello.

Cazadnos las mentiras alevosas,
destilen los misterios la alegría,
porque mi alma pende de su cuello».

XVI
Cual lirio entre los cardos eres, amada mía.
El canto de tu gracia enamora mi gozo.
Todas las maravillas caben en tu alegría.
Tu voz es muy sencilla, profunda como un pozo.

Aunque todas las cosas, nacidas a mi vista,
con razón son amadas por mí, que las comprende,
ninguna es como tu alma, que a todas las avista,
son ellas hilos de agua de las que tu alma pende.

«Son tus amores más deliciosos que el vino»
me dices al oído, «es tu nombre un perfume».
Tu boca es una norma que rige mi camino.
Por tu carne y tus huesos mi alma se consume.

«Alza en mí tu bandera de amor, dame tu fruto»,
me ruegas. Eres fuerte cual la vida invencible.
Derrota nuestro abrazo al enemigo astuto,
concibe el nuevo mundo de todo lo posible.

XVII
Lo mismo que el mar modeló las playas
depositando la arena escondida,
así mi alma te hizo la belleza
con la esperanza tuya prometida.

Tu amor conoce al mío desde siempre,
nuestros cuerpos encienden mutuo fuego.
Cuando se besan el tiempo vacila.
Se derriten sus leyes como un juego.

Late tu corazón bajo mi vida,
te oigo respirar junto a mi oído.
Se desliza suavemente en tus labios
mi deseo de pronto florecido.

Naciste bajo el manzano del tiempo
y yo te desperté cuando dormías.
Sella con tu cariño mi palabra,
curen los celos del dolor tus días.

XVIII
¿Quién es esta que sube del desierto del mundo
apoyada en el cuerpo de su feliz amado?
Por un beso tan solo que durase un segundo
de su infinita boca yo diera mi pasado.

Un beso bastaría para borrar la muerte
y sacar del sepulcro los ojos de la vida;
si tocase a un enfermo con su mirada fuerte,
por amor engendrada, curaría su herida.

Las aguas de los mares, los ríos caudalosos,
los misterios profundos del silencio sombrío
no tienen la firmeza de tus dones preciosos,
no son de la materia de tu libre albedrío.

El tiempo es de los que aman y fue para ellos hecho,
el amor es milagro que la verdad limita.
Sobre las aguas que huyen, sobre el celeste techo,
habitan los amantes en una isla infinita.
XIX
Te esperé en la armonía que destilan las fuentes.
A mi canción llegaste desde mi corazón.
Se deshicieron todas las nubes de mi sueño
y tu lluvia exquisita cayó sobre mi voz.

Te esperé en los umbrales del ocaso de oro,
en tu rostro nacía toda la ardiente luz.
Mi imagen arrojada al fondo de tus ojos
me devolvió de pronto mi patria que eras tú.

Yo me levanté a abrirte. Tú metiste la mano
por el vacío de mi cerradura, aquí.
De mirra perfumada coroné tu pestillo.
Tu palabra volando dijo en mi boca sí.

Salió mi alma en tu busca por la ciudad del tiempo,
sus guardias me golpearon en tu ausencia voraz.
Te encontré, por la noche, desnudo de mi cuerpo.
Puse sobre tu vida al fin mi voluntad.

XX
Somos para uno, amada,
¿qué voluntad podría separarnos?
Queda en tu mano, helada,
la soledad del tiempo naufragado.

La imagen más hermosa,
entre las criaturas de la tierra,
eres, brillante esposa,
tú, la aurora de mi propia materia.

Deliciosa tu gracia se desliza
entre labios y dientes.
Ya dan su aroma tus altas delicias
en mis sueños ardientes.

¡Oh madre de mi nuevo nacimiento,
hija y madre de mi acomodo!
Te llevaré al secreto de mi beso,
serás en mi alma todo.

XXI
Sin saber cómo, fui al paraíso de tu boca,
aquel que había perdido cuando era solo un niño
( un arrecife en vasto océano que toca
los lindes imprecisos de mi ávido cariño)

Tus dedos suavizaron la herida de tu ausencia,
resucitó mi alma en su infierno dormida,
se creó el primer día de nuevo en tu presencia
y subió mi alma al cielo por tu voz conducida.

XXII
¡Qué hermosa eres, qué encantadora, amada,
hija deliciosa del corazón.
Esbelto es tu talle como la palma.
Eres la primavera de mi alma.
Te amo como el culpable ama el perdón!

XXIII
Quien me diese que fueses, tierno amado,
cual son tus pies hermanos de mis besos
– pues a ellos se encaminan bien de grado-
amamantado de mis propios pechos,

para que de mí no tuvieras que irte,
y pudiera besarte sin desprecio,
para que nadie pudiera decirte:
«Esa mujer que amas tiene precio».

¿No te he comprado con amor, querido?
Dios se encontró en nosotros, bienamado.
Él se volvió a nosotros parecido.
Él se quedó en nosotros encarnado.

Todo poder procede del cariño.
La nada en el dolor abrió un camino
y se unió en nuestro amor todo destino.
XXIV
Tu ausencia me engañaba muchas veces.
Se parecían a tu amor las cosas.
Se henchían los paisajes de dobleces.
Brotaban de mi sueño mariposas.

Mi corazón era de mí enemigo,
me conducía cual barco sin puerto.
Estaba siempre sin estar conmigo.
Antes yo soñaba que estaba muerto.

Pero tu aroma, juventud del aire,
elevó mi alma oscura hacia tus ojos
y tú llenaste de luz, de donaire,
mis tenebrosos reinos silenciosos.

Mis miembros eran ruinas de mi sombra,
y tú los animaste de apariencia.
El sol del amor que la tierra nombra
puso sobre mi herida tu presencia.
FIN

LA VOZ DEL MUNDO (POEMARIO COMPLETO)

 

LA VOZ DEL MUNDO

PRÓLOGO DEL BAUTISTA

Yo, Juan, soy un hombre
que vivo a orillas de un río
-Jordán podría ser o cualquier otro
que pasa por la tierra-.
He oído que Dios vino a salvar
al hombre, así lo anuncian
las páginas del libro de la Historia
que es su Sabiduría en este tiempo
y como una paloma es su palabra
que ha creado el mundo y viene a iluminarlo.
Yo no sé nada, pero he oído esto
y sé que el hombre será al fin salvado
porque fue su creación para algo bueno
en la creación del mundo que lo envuelve,
y he escuchado una voz en el desierto
del corazón humano, desterrado
por los pecados del tiempo que pasa:
» Que todo lo separado ha de unirse,
los caminos han de ser allanados
con el amor más allá de la muerte».
He contemplado a las cuatro estaciones
que hacen rodar el tiempo y a una quinta
-la Eternidad- en nuestros corazones.
Y he visto al hombre que obraba justicia
vino a bañarse también a este río
del Nacimiento,
y asi he dado testimonio con mi voz
que es ya la Voz del Mundo.

GÉNESIS DEL AMOR
Nació en la bruma de la sombra sentida
alzando su palma sonriente
en el corazón del Hoy.
No brotó del agua,
fue el agua su huella de cristal cierto
donde dormía el pájaro del aire.
Dibujó la carrera del tiempo
en el país de todas las canciones.
Se llamaba «La Ciudad de los Árboles»
y en ella se expandieron las semillas.
¿Cómo fue su desnudo posible?
¿Cómo fue su ley: este lenguaje?
En la escala de los siete peldaños
fue primero el susurro de un Deseo,
y al terminar se cobijó en la Imagen
o Voz que clamó desde la espera.
Estaba encinta del Varón Verbo
y en su pobreza se llamó Palabra
y dio nombre a todos los caminos.
Vestida del sol de sola nada
concibió y dio a luz en el desierto
donde la Historiaa sus pies se enroscaba
en un ovillo de misericordia.
Entonces despertaron las montañas
y los sentidos como flores se abrieron,
y hubo un lugar y un templo y una boca,
y de la boca voló el universo
como un niño de poblados secretos.
Pero la Historia quiso devorar
al Hijo que nacía de su vientre
como virtud de rayo paciente,
e hizo de su piel una herida
y en dolor la Palabra se escondió
para que en la prueba de la herida,
el triunfo fuera al fin definitivo,
pues es el fin del rostro del Verbo.
He aquí entonces, la Creación del Tiempo,
el Cielo y la Tierra de la Gloria.
¿QUIÉN ERA?
Cuando se despertaron las montañas
y los valles del sereno firmamento
-del firmamento de la voluntad,
el Yo que integró todo lo diverso,
el Lenguaje de la Ciudad-Palabra
en la Asamblea de todas las cosas-,
la Palabra anidó en la Voz Interior
del ruiseñor de la Conciencia que canta
y esa voz fue la Roca del Ser
de la que, como aguas incontables,
se precipitó el surtidor del Tiempo:
el camino, en barro humano oculto
moldeado por el Desconocido.
El barro sensitivo -sentimiento-
se llamó para siempre Inteligencia
y se encumbró en el árbol del Crecimiento
hacia la vida -carrera del Tiempo-.
¡Oh Musa de la Vida, Madrugada,
guía este canto hacia la Alabanza
cuyo monte se tiende en la mañana,
el monte de la Promesa que en tierra
habremos de heredar, sea esa tierra
que nuestra Inteligencia aún no alimenta
con la plenitud de la memoria,
medida de nuestra voluntad
y corona de nuestra esperanza,
Mesías en cuya faz comprendemos.

LA HISTORIA ERRANTE
La Historia Errante avanza
hacia el centro del canto, la Palabra,
que nace en fuga por la húmeda noche
hasta el perfecto día.
Cuatro notas
animales que giran en torbellino
de figuraciones de ardor libre
combaten la distancia de la tarde.
Un evangelio, una Verdad
traen todas ellas: las Cuatro Edades
– Como un león, la Infancia
es llama de transparencia y asombro;
la Adolescencia es un buey de oxígeno
abrevando en un río de emoción;
la Madurez es el Hombre y el Trabajo,
tierra de firme pasaje;
y la Vejez es el agua que corre
como un águila hacia su fuente-,
las Cuatro Edades en las esquinas
de la fortaleza del Sentir,
la cruz elemental de los encuentros,
el asiento de las dimensiones,
el teatro de la Justicia,
la medida del Templo del Hombre
donde el Ser nace para no morir.
PRIMAVERA

LA LEY DE LAS FLORES
Había un monte alto, Sinaí lo llamaban
los pueblos que a través de rebaños
de animales salvajes como un río
discurrían en mitad del desierto.
Hijos eran los Doce Signos del Cielo
– Música de la bóveda mental-
que, patriarcas de su viaje,
en la noche de un prometido día
en la soledad los engendraron.
Uno de ellos, criado entre las fieras,
y servidor después de los hombres,
que Moisés por nombre recibió
– amamantado por las ubres de Egipto
de un laberinto de instintos rescatado
por el hilo de la fe con que nació,
la confianza de su razón-deseo
que buscaba un cuerpo donde hallarse-
tuvo en su vejez una visión
– una zarza de dolor ardiente
que se encendía con la mirada-
y vio encarnado en su viaje su deseo
como el descubrimiento de la Fuerza
-vio al Hijo Primogénito de Dios,
su Esperanza en Palabra concebida
que en las ondas o en los mundos del Tiempo
se regeneraba como un árbol-
y comprendió por fin la Ley
que sostuvo la columna de su sueño
y que puso una negra nube de duda
que hacía llover el porvenir-
y allí, en el Monte de la Memoria
escribió su deseo en una piedra
y conversó con el trueno del Ser
al que su pueblo por medio de su boca
Dios denominó.
Tras separar con su bastón las aguas
y abrir en el Tiempo su camino,
bajó del Sinaí con la Piedra
en la que el Ser decidió encarnarse
y fue esta piedra la Ley de los Hombres,
la primera señal de su conciencia
manifestada en la comunidad
a través de preceptos aprendidos
en la extensión de las generaciones.
Como las flores de la primavera,
la primera de las estaciones
fue esta Ley: el Lenguaje y la Memoria,
donde la armonía de las parejas
de contrarios definen el Sentido.
Esta piedra fue el libro que como acta
levantaron sobre el monte las naciones
del pueblo que entre las bestias anduvo
y con la prueba de esta Ley,
elevó el edificio de la Ciencia
a la estrellada magnitud del Cielo.
II
La Ciencia era la Sabiduría,
la Virtud que Dios con brazo tendido
– el Hijo del Verbo en los corazones
puso en el sentimiento expresado
en las alas de la Madre Palabra,
la Asamblea del Pueblo Reconciliado
en torno a un símbolo, el Amor,
la definición de su Unidad-.
La Ciencia era un templo muy alto
donde cabían el Cielo y la Tierra,
los Límites de la Sustancia Pensada
en figura de alados Querubines
que guardaban la Piedra de esta Alianza
en el secreto de la oscura fe,
una noche de Caos, una Raíz
de invisible Presencia y Significado
como una semilla en el vasto azar,
como una Conciencia en el Abismo,
un origen vivo, que a veces hablaba.
De ese origen brotó la Memoria
llamada Génesis, árbol que era
la columna firme del Fiel Templo,
discurso del Amor o Caridad
donde el más remoto recuerdo
en una pareja de hombres se vio:
Adán y Eva, alas metafísicas
detenidas en el Edén – Ensueño
del despertar primero, sin conciencia
del Pecado del Olvido, aún sin historia.
En la Piedra estaba escrito este origen:
«Primero fue un principio de conciencia
y luego música de sucesión
en siete notas: luz del despertar,
firmamento de la reflexión -cuando
las aguas del pensar se dividieron
bien hacia el cielo, bien hacia la tierra-,
germinación y cultivo de los nombres
– que definieron todo lo existente
separándolo de las aguas del Caos-,
luminarias de la edad y la experiencia
-sol y luna que presiden día y noche-,
aves y peces -recuerdos e instintos
que viajan paralelos y distantes-,
ganados y bestias y reptiles – buenos,
rudos y tristes pensamientos-,
servidores con su arcilla del Hombre
modelado por las manos del Altísimo
Verbo del Padre-Origen, e insuflado
de su Espíritu Santo, la Inteligencia
del Amor. El Hombre, tentado
por la prueba de su libertad
ansió el fruto de lo prohibido
y probó la Muerte, y su linaje
por el veneno de la Serpiente
de este remordimiento, pereció
por la maldición, y no halló paz,
y al mirar atrás, halló el camino
truncado por el Querubín del Límite.
Entonces vistió piel a su inocencia,
y en la segunda generación
el Crimen se hizo manifiesto
en Caín, que mató a Abel, su hermano,
por envidia de su felicidad,
pues este ofrecía lo mejor
de sus ganados a Dios como tributo
de su infinita misericordia,
y el otro, agricultor, solo raíces
mientras su avaricia comía los frutos.
Después de matarlo, anduvo errante,
pues la tierra, encharcada con la sangre
de su delito – la tierra es memoria-
no le daba frutos, y sus hijos,
herederos de su maldición
nacida ya del Primer Pecado,
dispersos por la tierra de Nod
al este del Edén, en el Destierro
de la fertilidad del Paraíso
edificaron torres y ciudades
para defenderse de su miedo
y comerciaron con otros pueblos
para vivir, pues no comían frutos.
Asi Enoc, el hijo de Caín,
que llevaba el nombre de su ciudad,
en el octavo grado desde Adán,
engendró al pervertido Lamec,
primer polígamo, hombre violento
cuyas dos mujeres, Ada y Sela,
fueron madres de tres nuevos oficios:
músicos, herreros y transhumantes
pastores, oficios innecesarios
si necesaria fuera la virtud,
pues el metal trajo la codicia
y la guerra, las tonadillas la lujuria,
y el ganado abundante la pereza
y la relajación de las costumbres.
Jabal fue el ganadero,
fue Jubal el músico,
y Tubalcaín el herrero.
Lamec educó en la violencia
a su familia pues, según él decía,
por una herida mataría a un hombre
sin justicia ni caridad alguna.
El linaje del bien no pereció,
pues muerto Abel sin culpa, su ejemplo,
pasó a su hermano póstumo Set
,cuya descendencia acabaría
reparando el Primer Pecado
con la Muerte, en la Última Edad
del Gran Justo a manos de impostores.
De Set nació Enós, el primero
que usó la caridad en su oración.
En su descendencia estuvo Enoc,
padre del varón más longevo
cuyos novecientos sesenta y nueve
años, los de Matusalén,
lo hicieron Padre de Experiencia.
Otro Lamec fue su hijo, en el mismo grado
del Lamec del linaje de Caín,
mas este era justo, y un solo hijo
lo sucedió: Noé, renovador
de la semilla de la Humanidad».

III
Desde Noé proseguía el Libro
de la Alianza escrita sobre piedra
con el diluvio que anegó la Tierra
– imagen de la desoladora Muerte-
y con la navegación de los Justos
en el navío en las terribles aguas
junto con las especies del Recuerdo
– los símbolos animales del mundo
cada cual con su pareja idónea-
durante cuarenta días y noches,
surcando la esclavitud elemental
de la Creación atada a su Creador
que en su ira sumergió a la vida.
Tres hijos tuvo Noé, los que ocuparon,
pasado el castigo del diluvio
vaticinado por la Paloma de Gracia,
los tres continentes de la Tierra
-pues el Nuevo Mundo aún no se conocía
porque para el triunfo del Mesías
estaba reservado-: Jafet
ocupó el Norte donde surge Europa,
Cam se asentó en el África y Sem
habitó en el Asia y fue heredero
por su piedad, de la virtud de su padre.
La Tierra se pobló admirablemente
mas los hombres, orgullosos, se alzaron
contra su Hacedor, cuando en Senaar
hallaron una llanura tranquila
y dieron la espalda a su deber.
Se propusieron levantar la Torre
de sus vanidades hasta el cielo
para ser adorados como dioses
por la posteridad, contando solo
con la debilidad de su muerte
y olvidando la caridad de Dios,
pero el Creador dividió sus lenguas
e hizo diferentes sus idiomas
para que no pudieran entenderse
usando una Palabra que no era suya.
La Justicia de la Verdad Primera
solo pervivió en un hijo de Sem:
Arfaxad, fundador del linaje
de Abram, que luego sería Abraham,
padre de pueblos, así llamado,
quien con sus tres hermanos emigró
desde Mesopotamia a Canaán
y en Jarán recibió la promesa
de poseer una tierra nueva
habitada por gentes numerosas.
Dios, en el oráculo de su alma,
le aseguró que sería suya
aquella región fértil y salubre
y que su descendencia sería
incontable como las estrellas.
Brillando un punto de luz en su duda
no perdió el tesoro de su fe
aunque la desgracia lo cercaba:
Sara su mujer, estéril era
y él, en concubinato con su esclava
Agar la Egipcia, engendró a Ismael,
padre de los árabes del desierto
y perdió la esperanza del futuro.
Pero después que se presentaron
los tres ángeles incógnitos
en su tienda en el bosque de Mambré
y les agasajó con su pobreza,
le anunciaron la destrucción de Sodoma
y el nacimiento de un hijo legítimo.
Cayó Sodoma, emblema del pecado,
y huyó Lot por su caridad al monte
mientras su tío Abraham por él oraba,
y Sara concibió y parió a Isaac,
prueba más tarde de fidelidad,
pues Dios le ordenaría a su padre
sacrificarlo en su nombre, revocando
su orden cuando su siervo obedecía,
y pondría un cordero en su lugar,
imagen del Cordero de Cristo.
De Isaac nació la Gran Descendencia:
los gemelos Jacob y Esaú, representantes
de los pueblos hebreo y gentil;
y de Jacob los Doce Patriarcas
de las Doce Tribus nacieron:
Rubén, Leví, Judá -de donde viene
y deriva el gentilicio judío-,
Simeón, Dan, Aser,Gad, Neftalí,
Zabulón, Isacar, José-
vendido por sus hermanos
al faraón de Egipto por envidia,
pues Dios le había dado Sabiduría
y Espiritu sobre los demás
para a través de él, glorificarlos-
y el más joven, Benjamín,
el sustituto de José vendido,
consuelo de su padre en su vejez.
De José Manasés y Efraím
nacerían, en este orden,
mas el más joven fue el primogénito
en la bendición de Dios
por medio de la mano de su padre,
pues el Que Es no antepone la edad
a la calidad del corazón.
Muerto José, administrador de Egipto,
y previsor de grandes epidemias
por lo que el faraón lo escogió,
una nueva generación advino
desconocedora de la virtud
encarnada por el vate José,
y esclavizó a los hebreos exiliados
en Egipto atraídos por su hermano
por cuatrocientos años. Aquí terminaba
el «Génesis» y comenzaba el «Éxodo»
con el nacimiento de Moisés,
de la Tribu de Leví, que fue echado
en una cesta al agua por su madre,
para que se salvase y no pereciera
a manos de los egipcios malvados
que sacrificaban a los varones
hebreos, y por ello fue llamado
«El Hijo de las Aguas». Como el justo
Noé caminó sobre el diluvio,
y fue criado por madrastra egipcia
hasta su mayoría de edad
cuando intervino en las disputas
de su pueblo, y ejecutó a un egipcio
que los esclavizaba. Huyó a Madián
eludiendo la pena de su crimen,
se desposó y tuvo allí a un hijo.
Conoció en la visión del monte Horeb
con el prodigio de la zarza ardiendo
-cuyo fuego no se consumía-
en tanto apacentaba su ganado
– el de su suegro, pues era extranjero-
el nombre de Dios y su misión.
Acudió a anunciar al faraón de Egipto
la liberación del pueblo hebreo;
a su negativa y a su confianza
en los ídolos de sus pasiones
siguió el castigo de las diez plagas,
pues las pasiones, en mil animales
prefiguradas causaron epidemias
hasta la muerte de los primogénitos
de Egipto, esperanza de descendencia.
Abatidos por las desgracias,
los egipcios liberaron al pueblo
de Dios, que obró un milagro de su brazo
– el brazo de Dios es su Verdad-
dividiendo las aguas del Mar Rojo
para dejar pasar a su pueblo
a la tierra prometida a Abraham
mientras ahogaba a los ejércitos
con carros, lanzas y maquinaria
de su pericia, que habían salido
de Egipto en su persecución.
La misericordia de Dios
fue conocida por toda la tierra
y los hebreos a su Salvador
llamaron Yavé de los Ejércitos.
Aún no estaba completado el Éxodo
cuando Moisés descendió del monte
Sinaí con las Tablas de la Ley
y los Diez Mandamientos que en dos
serían más tarde resumidos,
cuando se halló con un pueblo en pecado
mientras su rostro resplandecía.

IV
En la base del Monte halló la imagen
de la Abominación de las Pasiones
que se oponen a la Razón, el vínculo
que une al Hombre con Dios, y es la Palabra.
Creyó encontrarse de nuevo en Egipto
al ver a un ídolo aparente
con el cuerpo de fundido oro
y la forma de un buey que pace hierba
mientras toda la turba le rezaba
como si algún poder tuviera un muerto
o una mentira en lugar de la verdad.
Aarón, su hermano, estaba con ellos
ofreciendo incienso al disparate
y orando: «¡Oh tú que nos sacaste
de Egipto, donde éramos esclavos,
condúcenos a una tierra fértil
y multiplícanos los bienes».
Moisés, al oír esto, ardió en ira
cuando vio la estupidez del pueblo
liberado por Dios de los idólatras
para caer en otra idolatría
como al esclavo que al ser liberado
se dice: «Echo en falta mis cadenas».
Arrojó al suelo las Tablas de la Ley
y las rompió contra el duro suelo,
gritando: «¡Oh infieles y malditos,
malvados, que preferís la Locura
a la Razón, y la Muerte la Vida!
¡Oh insensatos jamelgos del Egipcio!
¿Quién os libró de la servidumbre
obrando prodigios a vuestra vista
desconocidos para la ciencia
de los malvados? ¿Quién dividió el mar
para que pasaráis a pie enjuto
a la orilla de la Libertad
y quién exterminó a los enemigos
delante de vosotros? ¿De qué sirve
la Ley si no guardáis fidelidad
al Espíritu que la informa,
el mismo Dios del trueno y de la fuerza?
¡Oh Dios! ¿Por qué me has puesto al frente
de un pueblo que no conoce tu Nombre
– origen de todos los demás-
y al que aguarda la destrucción,
a un pueblo que rehúye la enseñanza
para huir tras de sus apetitos?
Adoráis a un buey, no hay en toda la Tierra
un animal que no obedezca a Dios,
y los Hijos del Hombre, primogénitos
por su Inteligencia entre las Criaturas
malversan su libertad de esta forma
para volver al polvo que adoraron
pues con Dios el Hombre lo es Todo
y sin Dios, ciertamente Nada»
Como un trueno la voz del Siervo habló
retumbando en los oídos del pueblo.
Recordó Aarón la caída del maná
– alimento de la bondad del cielo
en eucaristía transustanciado,
pues todos el mismo manjar comían-
y el agua que brotó de la Roca
cuando en Meribá el báculo del siervo
Moisés hirió la piedra por tres veces
invocando el nombre de Yavé
– el que puede decir que es por sí mismo-
y con remordimiento, respondió:
«¡Oh caudillo de Dios que nos libró
de la esclavitud de los Egipcios!
¡Perdona la ignorancia de tu hermano
y sobre todo, que Dios te perdone!
El pueblo, amotinado tras tu marcha
perdió la fe en el Dios del Santo Monte
y me exigió que fabricara este
motivo de metal, pues Dios estaba
lejano a ellos, estando tú lejos,
el que fortalecía su fe.
Juntaron sus riquezas y fundieron
en oro este monstruo de metal
y le atribuyeron poder
cuando el poder solo de Dios procede
y no del hombre ni de sus figuras».
Mientras esto decía, ya el Siervo
había aplicado leña ardiendo
él mismo en la base del ídolo
quemándolo por todas sus partes
hasta que oliendo horriblemente, ardió
y se deshizo en polvo y en ceniza.
Después esparció en agua su ceniza
– en el agua de la fuente de la Roca-
y dio a beber el agua con la escoria
de su pecado a los miembros del pueblo.
Corregido el pecado, el Santo dijo:
«Quien esté de parte del Señor se ponga
a mi lado». Y los hijos de Leví
lo rodearon con su multitud.
A continuación, aquellos que no estaban
entre los elegidos, enemigos
de la libertad del Pueblo Errante
fueron expulsados y heridos.
Moisés subió de nuevo al Monte
y habló con Dios, que ordenó partir
a su pueblo en busca de la Promesa.
Los levitas, por su fidelidad
fueron luego los sacerdotes del pueblo
y vivían de la ofrenda del Altar
sin poseer propiedades ni hacienda.
Cogió Moisés la tienda y la apartó
del campamento de los pervertidos
y todo aquel que ansiaba hablar con Dios
a su templo portátil se iba.
Redactó nuevas tablas el Santo,
y guardándolas en caja de cedro,
sirvieron de alianza en la tienda
de Reunión -el templo de Dios vivo-.
Con un velo sobre el rostro, pues su cara
resplandecía, bajó Moisés
del Sinaí con la Ley y la Palabra,
con los preceptos de moral sagrada
cuyo sentido era solo la fe
y la convivencia en caridad.
Por esta Ley manchada de preceptos
humanos añadidos se apartó
el pueblo de su Dios hasta que el Hombre
Nuevo en imagen de Mesías
y de héroe de la estirpe de Judá
por la promesa hecha a Abraham
encaró al Verbo del Principio
y restauró el Espíritu de Amor
como el fruto de estas primeras flores.

V
«He aquí que yo pacto una Alianza»,
dijo el Señor a su siervo Moisés.
«Obraré en presencia de mi pueblo
tales maravillas cuales nunca se han hecho
en ninguna nación desde el Principio.
Atiende bien a lo que te ordeno:
Yo expulsaré al amorreo, al cananeo,
al heteo, al frezeo, al heveo,
al jebuseo y al edomita
hijo e Esaú, delante
de mi pueblo cual los siete pecados
capitales que acechan al Hombre.
Por eso, guárdate de pactar
con ellos alianza alguna
pues son siervos del Malo y su misión
es serviros de escabel a vosotros.
Cuando entréis en la Tierra Prometida,
destruid los altares de los ídolos
y no os mezcléis con su abominación».
Esta fue la orden del Altísimo.
¿Se cumplió? Por el contrario, tu pueblo,
el que salvaste de la Muerte
fue infiel a la Palabra que le diste
y se prostituyó con vanidades
y emborronó tu Ley de fraudes
hasta degradarte y hacer que
le volvieses el rostro por sus culpas.
Pero Dios jamás abandonó
completamente a su pueblo, a su Iglesia,
hasta entregar la vida de su Hijo
– su enviado y él mismo, su Mensaje-
por la redención de todos extendiendo
no solo a la estirpe de Abraham la gloria
sino a toda nación de la Tierra
desde donde el sol nace hasta el ocaso
– pues es el sol heraldo de la vida
y símbolo de tu magnificencia-.
Se escribieron el Levítico -que trata
de la obligación de los sacerdotes-,
los Números – el censo de tu pueblo-
y el «Deuteronomio» o «Segunda Ley»
próxima ya a la Encarnación.
Así se completó la Ley llamada
«Pentateuco» por sus cinco libros
como los cinco sentidos del Hombre
por los que el Verbo en luz se manifiesta
– en comprensión, en el entendimiento
o alma, cuyos mensajeros
son la Memoria y la Voluntad-
y la obra del Amor se hace patente.
Desde tu Monte Santo van tus hijos
partiendo hacia la Tierra Prometida
en la epopeya de la Salvación
anunciada por las trompetas del Tiempo.
En su memoria los hombres instituyeron
la fiesta de la Pascua precursora
del milagro de la Resurrección
cuyo símbolo fue el paso del Mar Rojo
así como el descanso del sábado,
día séptimo -para ellos- de la semana
en el que Dios glorificó su Obra
terminado el canto de la Creación.
Tras la venida del Cristo a salvarnos
en la última de las estaciones
del Tiempo – senda de Dios en las aguas
de la sucesión reflexiva-
el sábado pasaría a ser domingo,
día de nuestra resurrección
y solo el nombre se conservaría
del día anterior por tradición,
siendo los cinco días anteriores
preludio de este último, y por ella
llevan nombres de dioses paganos
que representan a las pobres pasiones
Lunes, Martes, Miércoles, Jueves y Viernes
– a Luna, Marte, Mercurio, Jove y Venus
dedicados- instintos anteriores
a la Creación Consciente del Hombre.
Y todos los preceptos de la Ley
edificaron el Tabernáculo
místico del Señor, su Templo Santo
cuya esencia es la libre Reunión.
El día en que fue alzado el Tabernáculo
de piel -imagen del otro, de luz-
una nube lo cubrió como un sueño
lleno de agua de riqueza futura
y desde la tarde hasta la mañana
hubo sobre el Tabernáculo
como un fuego.
Cuando la nube se alzaba del pabellón
partían los hijos de Israel
y en el lugar en el que se paraba
allí acampaba el pueblo en camino.
En el año segundo, el segundo mes,
el veinte del mes, se alzó la nube
y el pueblo recorrió por etapas
el trecho del Sinaí hasta Farán
donde la nube se paró. Moisés
mandó tañir las trompetas de plata
de Oriente y Occidente, de principio a fin,
y convocó en la Asamblea al pueblo
para ordenar un coordinado avance,
transportando el Arca de la Alianza
ante las miríadas de familias
del vasto pueblo del Señor.
Pero el pueblo, ¡Oh el pueblo siempre reacio
a seguir la buena senda, ora inclinado
a izquierda o a derecha, sin firmeza,
en el que unos pervierten a los otros
y un chisme forma una murmuración
y una murmuración la rebelión
que acosa aún a los corazones buenos!
La ira del Señor se encendió
y ardió un ala del campamento
mientras los impíos gritaban:
«¡Quién nos diera, hermanos,
un trozo de carne y no este pan
que contiene todos los sabores
con que ese Dios nos alimenta!
¡Queremos carne! Sentimos nostalgia
de lo que dejamos en Egipto,
queremos los placeres aunque vicios
sean, aunque Dios nos los prohíba,
porque nuestras costumbres eran esas
y no hemos de perderlas por nada,
ni aún por la Tierra Prometida
que huye delante de nuestros ojos».
Cuando Moisés oyó así hablar al pueblo
pidió al Señor dejar su ministerio,
pues, ¿quién sirve con gusto a un ingrato
y más si se multiplican sus voces?
Dios consoló a Moisés, proponiéndole
un senado de setenta ancianos
para ayudarlo a gobernar su pueblo.
«Santificaos para mañana»
dijo el Santo al pueblo en nombre de Dios,
«Ya os dará el Señor carne que comer.
No comeréis ni un día, ni diez, ni veinte
sino un mes entero, hasta que os salga
la hartura de carne por las narices
y os produzca náuseas vuestra gula,
por haber menospreciado al Señor
y llorado por el pecado perdido».
Al día siguiente, el viento del mar
arrastró una bandada de codornices
que cayeron exhaustas al suelo
en una extensión de dos jornadas
de camino, y a la altura de dos brazos
de tierra. El pueblo estuvo todo el día
toda la noche y todo el día siguiente
recogiendo codornices en montones
apilando el que menos recogió
hasta diez montones. La gran hartura
enfermó los estómagos y allí
murieron muchos hombres mujeres
por la temeridad de su apetito.

VI
Otra escena de oscuridad turbó
la claridad de Dios manifestado
en el corazón de sus criaturas
sometidas todas a su tronco: el Hombre.
María y Aarón murmuraban
de Moisés por haber contraido
nupcias con mujer africana
discriminándola ante los de su pueblo.
Por esta razón maldijeron
a Moisés, por haber él escogido
por mujer a una extranjera habiendo tantas
hermosas entre las de su pueblo
que podían amarlo y respetarlo.
«¿Quién es Moisés para regir
él a nuestro pueblo como un rey
escudándose en su pureza
cuando -¡advierte!- Dios le habla a todo el pueblo?».
Entonces, los dos murmuradores
tuvieron un sueño y Dios les dijo:
«Si a vosotros os hablo, es en un sueño,
no a mi Siervo, a quien cara a cara
en su oración converso con él.
¿Cómo, pues, lo habéis difamado?».
E hirió Dios a María con la lepra
y por siete días fue expulsada
fuera del campamento de los sanos.
Siete eran los días, cual sus pecados
y cuando Aarón se disculpó
su mujer al pueblo volvió curada.
Estando el pueblo en Farán, viendo la Tierra
Prometida, Dios ordenó a Moisés
enviar un varón de cada tribu
para explorar la Tierra y regresar
con noticias de ciencia sobre ella.
Subieron los exploradores
a Canaán, y en prenda de su encargo,
trajeron un racimo de uvas tal
que dos hombres en un palo lo cargaron
aparte de granadas y de higos,
pues era aquel el mes de la vendimia.
Cuarenta días pasados regresaron
a explorar de nuevo la Tierra,
y a su regreso dijeron al pueblo:
«La región es una tierra que mana
leche y miel, pero las gentes
que la habitan son fuertes y salvajes
y sus ciudades están amuralladas».
«¡La conquistaremos en el nombre
de Aquél que nos libró de la muerte!»
clamó Moisés, «y a todos los gigantes
doblegaremos con su Palabra,
pues todo está sometido a ella,
y no hay viviente que no la tema».
Mas la multitud no lo creía.
VII
Entonces la muchedumbre gritando
cual las olas del mar enfurecido
con el veneno de la Locura
en sus mentes -que son las pasiones-,
se rebeló contra el dictamen del Verbo
y dijo: «Elijamos a un Jefe
que nos conduzca de nuevo a Egipto
pues combatir solo con fe nos desagrada».
Caleb, uno de los exploradores
del Nuevo Mundo, habló en la Asamblea
con el Espíritu del Fuerte: «No tengáis
miedo, pues el miedo es solo falta
de fe. El Señor nos protege.
¿A quién sirven el Poder y la Gloria
sino a Aquél que nos sacó de Egipto?».
Cuando así habló, lapidarlo quería
el pueblo, mas la gloria del Verbo
por medio de su Siervo habló:
«¿Hsta cuándo me ultrajará este pueblo
para quien fueron hechos los prodigios?».
Y dijo a Moisés: «Si no fuera
por la promesa hecha al buen linaje
de los hijos de Set que por sus obras
me agradaron, destruiría a este pueblo
como a un solo hombre, mas a pesar
de su debilidad glorificarlo
quiero frente a sus Enemigos
para concederle oportunidad
de salvarse viendo todos los milagros
que obro por causa de ellos.
Mas esto digo: los que no confiaron
en mí no entrarán en mi Tierra
y morirán cual bestias en el desierto
incluido tú, Moisés, pues te hablé
antes que a ninguno en la Zarza
y tu corazón no confió en mí
como debía, siendo Yo Quien Soy,
porque aunque tus palabras son rectas
delante del pueblo, has deseado
volver a Egipto, y por ello
tu actitud ha contagiado a los débiles.
Solo Caleb me agradó y su descendencia
la poseerá en perpetuidad
y muchos ninca verán esa Tierra,
y tú, Moisés, la verás sin pisarla».
Así habló el oráculo de Dios
en el ombligo de la Mente Humana,
oráculo de paz, no así el Griego
de la Pitia juzgó con buen criterio,
y sus respuestas tan solo conjeturas
o nuevas preguntas supusieron.
Todos aquellos cuya edadn el Censo
era de veinte años para arriba
– todos ellos murmuraban contra Dios-
no entraron en la Tierra Prometida,
con la salvedad de Caleb
hijo de Jesone y de Josué
hijo de Nun -este daría
los frutos que las flores de Moisés
prometieron- mientras el castigo
se cerniría sobre su generacón
que por cuarenta años yerraría
en el desierto y moriría allí.
Habló de nuevo Dios a Moisés
con esta recomendación:
«Diles a mi pueblo: cuando hubiéreis
entrado en la Tierra a la que os llevo,
ofreceréis de ella tributo al Señor
– tributo de misericordia
y no de sacrificios aparentes-:
una hogaza de vuestra masa
así como primicias de vuestra era.
En todas vuetras generaciones
ofreceréis primicia de vuestras mesas.
Si por inadvertencia a est faltáreis
pagaréis del préstamo del Señor
la cuota de vuestro pecado».
Mientras aún estaban en el desierto
después de haber condenado a muerte
a un infractor de la Ley de Dios
que cortaba leña en día de precepto,
tres rebeldes a la Palabra
por envidia de sus corazones,
Coreh, Datán y Abirón, organizaron
una sedición contra Moisés
arrastrando a doscientos cincenta hombres
a la perdición, para -¡insensatos!-
hacerse con el poder, siedo el Poder
atributo que da Dios a quien quiere
y al que mejor sirve a sus hermanos.
Moisés sentenció: «Puesto que así
lo queréis, no haya guerra entre nosotros.
Ofreced vuestro incienso ante el Altar;
nosotros ofreceremos el nuestro,
y Dios escoja el que más le agrade.
¿Por qué habéis dividido a vuestro pueblo?
Pues fuere cual fuere la causa
el quedivide a su pueblo es un malvado,
pues la división engendra violencia,
y la violencia es contraria al Amor».
Mientras Moisés decía esto y Aarón
lo respaldaba, Dios dijo: «Apartaos
de las tiendas de los sediciosos
pues obraré el castigo que han buscado».
Obedecida la orden, un temblor
de tierra, un nefasto terremoto
estremeció el campamento y hundió
la porción de tierra en la que estaban
las tiendas de los herejes, sin tocar
la de los inocentes, y abrasó
a los que ofrecían incienso en nombre
de los que sembraron la discordia.
El temor se apoderó entonces del pueblo.
IX
Tiembla el suelo en el que el impío vive,
tiembla el camino cuando el malvado pasa,
porque allí adonde va, arrastra el infierno
de su propia culpa, como el Círculo
que cabtó el vate, el cual encierra
en cárcel de dolor al malvado.
No se extrañe el lector de que se abra
la tierra – es decir, la Memoria-
para abducir a la semilla estéril
que no germinó cuándo debía,
pues nuestra identidad es nuestra obra
y no somos más que lo que hacemos.
Ese Leviatán llamado pueblo
tan enorme como descomedido,
como ruido de aguas se sucede
en infinitas generaciones
con un solo sentido: la Esperanza.
La Esperanza camina atraída
por la fe que le otorga el Amor,
el cual es la esencia del convivir,
la Comunicación y la Razón.
Pero cuando el mor como el fuego
no calienta demasiado el corazón,
porque por la bondad no está encendido
entonces… la Esperanza se fatiga.
Así, la muchedumbre temblaba
cuando vio el castigo de los malvados
y maldijo la ira del Señor
– pues destruyó de entre ellos a sus cómplices-.
Dios, airado por este error,
extendió su mano que salva
a los buenos y hiere a los malos,
y dejó a la mitad solo del pueblo
con vida, y a la otra hirió con mortal peste.
Después ordenó a Moisés
recaudar por cada tribu de las Doce,
una vara con el nombre escrito
del jefe de la tribu, y colocarla
en Reunión, frente al Testimonio
donde estaba el Arca de la Alianza,
para aquella que eligiese su Gracia
al día siguiente fuese la que
en nombre de su propietario
rigiese a las demás, cual papeletas
arrojadas en la urna de los comicios
en la democracia romana
cuyo Derecho Europa y América
– y bajo sus principios todo el mundo-
respetan, mucho más equitativos.
Floreció la vara de Aarón
de la tribu de Leví, al día siguiente,
brotó e incluso maduró almendras,
porque el Espíritu la eligió
entre las demás para probar
el magisterio de su propietario.
Dijo Moisés entonces: «uélvase
la Vara de Aarón al Testimonio
tras haberla mostrado a todo el pueblo
«para que sirva de memoria a los rebeldes
y no mueran por su insensatez».
Aarón y su familia, desde entonces
se encargaron el sacerdocio
hasta la venida del Mesías
siendo hijos de Leví, patriarca hebreo,
los que acompañaron a Moisés
cuando el pueblo se dividióen discordia
por causa del ídolo del oro.
Ya a las puertas estaban de la Tierra
de la Felicidad, en limbo de duda,
cuando en Meribá en el desierto
de Sin faltó el agua. Gimió Moisés,
el Mediador, y tembló su voz
y el pueblo se querelló contra él
en pasional revolución.
Entonces en oración recibió
la orden de herir con su vara la Roca
que contenía agua en su interior
y una fuente brotó como un milagro
y todos bebieron de aquela metáfora
de la Salvación, y se saciaron.
Y Dios dijo a Moisés: «Aarón y tú
habéis dudado y el pueblo se espantó
y por esa causa no entraréis
en la Promesa, tan solo de lejos
la veréis, pues no habéis en mí confiado».
En Cades, la libación concluida
– puerta de la victoria-, aguardaron.

X
Mandó Moisés embajadores
desde Cades a Edom el de Esaú,
pueblo de gentiles, que no saben
de la Obra de Dios más que de oídas
por el plasticismo de los Elementos
que configuran la Naturaleza.
Se negaron ellos a dar paso
por su tierra al Pueblo de Dios
cual el pecado de nuestra carne
débil se interpone etre nosotros
y la gloria de la Divinidad,
pues el pecado de la carne con la muerte
solo se desvanece por completo
como frontera de la última prueba,
y con las miserias de la carne
nadie puede abrazar su Redención.
El pueblo, luego, dio un rodeo
al Lugar de la Paz, y se desvió
lejos de la Región Intemperante.
Habló Dios a Moisés y así le dijo:
«Sube con Aarón al monte de Or
que está en los confines de Edom
y allí, entregue el sacerdocio a su hijo
Eleazar, pues ha cumplido sus días».
Así lo hizo, y desde el onte Or
expiró Aarón a la vista
de la Epifanía del Futuro.
Viendo que el pueblo avanzaba
rodeando su Destino, el rey de Arad,
cananeo, le salió al encuentro
y capturó prisionero al pueblo.
Pero el pueblo, en lugar de rendirse,
pidió Espíritu a Dios, que es la Fuerza,
que anima en figura de energía
la máquina vital del universo,
y venció a Arad con el nombre de Dios
renunciando a las riquezas y a los ídolos
de los vencidos, y los vencedores
llamaron Horma al campo devastado
que quiere decir «anatema» o «destrucción».
Bajando de Or, murmuró otra vez
el pueblo por la carne que faltaba
y una plaga de serpientes lo atacó
– imagen del pecado que sentían-.
Pidieron perdón entonces los impíos
por sus murmuraciones, y Moisés
fundió una serpiente de bronce como Dios
le había indicado,y sobre un asta
cual la del farmacéutico Esculapio,
la puso a ojos del pueblo. Quien la miraba
se curaba del veneno de la plaga
una vez calentado el bronce al fuego,
pues con el calor se dilataban
las heridas, y el veneno salía
mezclado con sangre de las llagas,
cuando el enfermo se acercaba a ella.
La Serpiente de Bronce sanadora de
las heridas de todas las serpientes
sería el emblema de Cristo Santo
sanador de todos los pecados,
pues de la serpiente del paraíso
vendría el veneno de la muerte,
curado por el que expuesto en la Cruz
a los ojos de todos, por la fe
manifestada en obras de caridad,
redimiría a los que lo tuvieran
por emblema de bronce en su recuerdo
cuyo calor los libraría del mal.
XI
Acamparon en Obot los de Israel
y después en Je-Abarim, el desierto
que hay al frente de Moab, pues los hebreos
acostumbrados estaban al desierto.
Después hasta la orilla del Arnón,
entre Moab y Ammón acamparon
los hijos de Dios, y al Amorreo
Sehón pidieron camino libre
por su tierra. Negándose este
les hizo la guerra y en Jasa
su gente fue vencida por Israel.
Acamparon en Moab, en la estepa
que está frente a Jericó, derrotada
como ciudad de barro más tarde
por las trompetas de la Verdad.
El rey Balac, hijo de Sefor
y rey de Moab se espantó mucho
de lo sucedido a los amorreos
y dijo a sus ancianos: «Somos hierba
para el buey que ellos representan,
y para ellos fuimos puestos aquí.
¿Cómo huiremos de nuestro destino?».
Pues es el fruto del pecado
un alimento para la santidad
y un escabel de sombra para su gloria.
Con el miedo que le infundieron los buenos,
no sabían qué hacer los moabitas
y llamaron a Balaam, el adivino
para que con sobornos maldijese
al vehículo de la Palabra Divina.
Balaam tuvo un sueño en el que Dios
como una voz incorpórea le gritaba:
«¡No maldigas a mi pueblo, hijo de hombre!».
Esa voz era la voz de su conciencia.
Balaam a la mañana siguiente
comunicó esto y se negó a maldecir.
Mas vinieron nuevos embajadores
de Balac a Balaam y le pidieron
lo mismo doblado el cohecho.
«Aunque de oro y plata me llenara
Balac mi casa, no madeciría».
Esto dijo, pero por la noche,
como ellos insistían, Dios le habló
y le permitió partir con ellos
aunque no le autorizó a maldecir.
Así los sobornos del pecado
tratan de pervertir la fe
y la recta razón, mas solo aquel
que está atento a la Voz de sus Entrañas
no se pervierte, y se redime.
Yendo por el camino de Moab
con dos de sus criados, sobre su asna
montado Balaam, Dios temió
por su firmeza ante los hombres
cuando estuviese ante el rey y su séquito,
y envió a su ángel a cerrarle el paso
– el ángel de Dios es su Providencia
a la que la Creación toda obedece-
y su asna – imagen de su instinto
no sometido del todo a su voluntad-
salió del camino de su dueño
y se echó a correr por el campo.
La fustigó Balaam para que volviera
al camino – así el hombre quiere a su capricho
que la Creación entera lo obedezca
y que ante su codicia se arrodille-.
Para que Balaam se rindiese,
el ángel de Dios, su voluntad
se colocó en un callejón entre dos viñas
por donde Balaam había de pasar
– ese callejón es su esencia
y la de todo hombre, asida
entre la carne y el espíritu-
y su asna se asustó de nuevo
y echándose hacia una de las paredes
– la de la carne- atrapó el pie
de Balaam- es decir, su voluntad-.
Tornó el jinete a fustigarla
y se agachó debajo de su dueño
a la vista del ángel del Señor
– la presencia de su voluntad-
y el dueño, enfurecido, la golpeó.
Entonces, con el dolor de su derrota
la mente de Balaam se abrió a Dios
e imaginó a su asna inocente
de los golpes hablando humanamente
y reprochándole su maltrato
cuando Dios mismo la impedía avanzar.
Luego Balaam arrepentido
después de comprender – pues no solo aquel
que profesa la fe de palabra
y que cumple la voluntad de Dios
se salva, sino también aquel
que sin conocer su nombre manifiesto
obedece a su voluntad, que es su conciencia,
y el ángel verdadero de la Ley,
y la Voz Interior del Verbo,
pues sus mandamientos solo son
lo que llevamos dentro de nosotros-
oró a Dios y le pidió perdón,
y Dios le despejó el camino
pues su conciencia ya estaba limpia.
Y llegado a la tierra de Balac,
abrió su boca para maldecir,
mas solo le salieron bendiciones,
las que guardaba su corazón.
Así comprende el que ve la Obra de Dios
a la luz de su Inteligencia.
XII
Mientras Israel permanecía en Setim
se profanó con las hijas de Moab,
pues estas en las fiestas de sus dioses
se entregaban a ellos, y les hacían
prosternarse poco a poco ante sus ídolos.
Pues así opera el mal, vistiéndose
de placer y ofreciendo la manzana
a cambio de la felicidad,
y si la carne con la oración
no está fortalecida, se pervierte,
pues el hombre sin Dios ha de pecar.
Dormidos en el hechizo del placer
enflaquece nuestra voluntad
multiplicando nuestras tentaciones
– pues cada placer anhelado
es una debilidad que utiliza
la atracción del Mal para perdernos-,
y, bajando la guardia la Inteligencia,
el Instinto Seductor nos envenena
con la Discordia y con la Locura
solo saciada en la Destrucción.
Dios se airó entonces contra Israel
para corregirlo y despertarlo
del sueño de la muerte, que es la Nada
o el reverso del Todo, la Tristeza,
siendo el Todo la Felicidad.
Ordenó a Moisés la aplicación
de la pena de muerte a los pervertidos
delante del pueblo, para que sirvieran
de ejemplo a los demás, pues si con vida
los dejara continuarían pervirtiéndose
y con su conducta envenenando a todo el pueblo,
como la infección o el cáncer no curado
se propaga a los miembros sanos del cuerpo.
Colgados los culpables, promotores
de la ruina de los demás,
cesó la ira de Dios, pues una peste
venérea atacaba al pueblo
y morían unos delante de otros.
Viendo los malos que eran perseguidos,
uno de ellos, optó por el disfraz
de la traición, aquel pecado
donde se aglutinan los demás.
Se llamaba Zamri, de la tribu
de Simeón, y esto hizo: escondió
en su alcoba a una mujer de Madián
que adoraba a Baal, ídolo este
suma de ídolos, pues representa el Orgullo
del que confía solo en su debilidad
y no se apoya en el báculo de Dios
que es la Voz del Verbo, y el Amor que emana.
Allí con ella cohabitó
en secreto, perjudicando a su pueblo
y tratando de engañarlo, mas Finehes
hijo de Eleazar y nieto de Aarón
como sacerdote que vela por todos,
con valentía contra la injusticia
y cntra el fraude, que es torcer
la ley a favor del capricho y el lucro
en perjuicio del bien común, tomó
una lanza e in fraganti alanceó
con ella los vientres de los malhechores
y los presentó al pueblo diciendo: «Estos eran
los que en contra del orden público
del Estado – proyección de la Moral,
como la sombra es proyección del Objeto-
corrompían nuestras instituciones
y nos hacían culpables ante Dios».
Este soldado del bien, sacerdote
que con violencia combatió la violencia
– pues la omisión no es paz, sino culpa-
arriesgando su vida por los demás
imagen sería de aquel sacerdote perfecto
que vendría en el verano de los Tiempos
sacrificando por nosotros su sangre,
y reconciliándonos al fin.
XIII
Después de esta plaga, habló el Señor
al oído de la sabia penitencia
en nombre de su pueblo, y ordenó
hacer un censo de los israelitas
que iban a entrar definitivamente
en la Tierra formada por ellos
desde el principio de los tiempos,
pues para los justos se hizo todo.
¿Quién conoce mejor que el alfarero
el vaso que ha torneado con la forma
que él quiere? Así el Señor formó
la Creación y su obra lo obedece,
y el barro de la Tierra conserva
el rostro de su huella en el hombre
que justifica el vacío del tiempo.
La armonía ello es, su señal,
y el hombre convive en la armonía.
Después al monte de Abarim
ordenó subir Dios a Moisés
y le ordenó, en presencia de Eleazar,
hijo de Aarón, transmitir su potestad
a Josué, el caudillo grato a Dios,
que ntraría en la Tierra Prometida
como Jesús entró en la Vida Eterna
– pues la Vida solo puede ser eterna
o no ser, pues vivir para morir
es morir simple y llanamente-.
Aarón y Moisés, y después sus descendientes,
serán los representantes
del Poder delegado por Dios
manifestado en Espíritu y Carne
o el Poder Esiritual y Temporal
– el Sacerdocio y el Principado o Imperio-
hasta que uno, siendo Sacerdote y Víctima
– el Cristo- encarnara puro el Verbo
y todo poder en él convergiera
mas no para obligar a sus hermanos
como César cualquiera interesado
en beneficiarse de su cargo
sino para redimir a todos
con su dolor y su sangre derramada
delante del Padre del Origen,
misterio que nunca nadie ha visto.
XIV
Aquí termina la Primavera
de los Pueblos, donde brotaron flores
de virtud iluminadas por la fe
en el valle verde de la Vida
alentada por el soplo de una Voz
que escuchamos dentro de nosotros.
Muy pronto esas flores serían frutos
y la Ley sería la Verdad,
mas por ahora la Columna del Mundo
que es la Mente, y su primer Testamento
ha extinguido la aurora de su lira.

ENTREMÉS DE RUT

I

De Moab se levanta una espiga:
es Rut, que busca su granero en Israel.

En nueva patria se refugia buscando a Booz,
el marido de su rescate, y a sus pies aguarda dormida.

Cuando Booz se despierta, ve a Rut acurrucada junto a él,
una refugiada en país extranjero, una semilla oscura que nace de la tierra.

Con ella se desposa, en su vientre escondido hay una luz
que enciende el paisaje de las sombras.

Un árbol cuya semilla fue Abraham y cuya descendencia fue David,
y el último rey que dio espíritu al mundo.

Es Rut como el silencio de la noche desposada con el sol que amanece.

II
( Susurro de Booz a Rut)

A veces te tiendes,
espigadora,
Vida,
lejana esposa,
a los pies de los siglos de mi Amor.

VERANO
LOS FRUTOS DE JOSUÉ

I
Alabe mi alma al Señor
con un cántico nuevo, con otro universo,
pues el alma del sentir es solo alabanza
y los frutos del amor nos alimentan
con el milagro de la paz,
pues como el cielo
extendido en vapor sobre la tierra
así Dios está extendido sobre el hombre
con su voz de maravilla, que es alegría.
¿No ves, amigo y lector de la Historia
– la Madre que te dio el ser y la palabra-
A tu Capitán como un Pastor
entre rebaños de hombres y mujeres
cuyas lenguas discordantes se hacen una?
¡Mira llegar como los millones de átomos
que conforman el templo de tu cuerpo
a Josué con armadura de fe
– que es el sentir de la razón-
al General, al Héroe, al Guerrero,
al Valiente, pisando la piel de la Patria,
la virtud incorpórea del Honor
y del Mérito, en pie sobre los años!
¡Formemos un ejército a su lado!
¿Quién podrá vencernos? Aunque nos hieran
con lenguas como espadas que abrasan
no nos vencerán, pues la Guerra
es para las fieras de la violencia
que ladran alrededor de nuestras tiendas
para nuestras debilidades enemigas,
y no para nosotros que sentimos
todo dentro de nosotros
pues el latido de nuestros corazones
es el galope tendido del tiempo.
¡Venga el sol, vengan los elementos
a nosotros, venga el aire, venga el agua,
vengan miles y se nos unan
en el canto de la cosecha del Amor!
II
El Caballero es Perfecto según la Ley,
que otorga Poder al que la acoge
como hoguera de su corazón.
Contra la Enfermedad, contra la Muerte,
y contra todas las enseñas del Miedo
cuya palidez petrifica al cobarde,
el Caballero es invencible cual la Luz
que teje la tela de lo visible
cual teje la Inteligencia el Lenguaje.
En su escudo está labrado el Trabajo
y su lanza es la astuta Paciencia,
y en su cabeza no verás un solo cabello
que no esté protegido por el metal
cóncavo del Hogar de la Creación.
¿Cuál será el Poeta que entone
la sinfonía de sus maravillas?
Solo aquel que sea como un vaso
de barro que amplifique su sentido.
Veloces son los pies del Caballero
y el caballo de su gloria es el Tiempo.
Su Amada es la Ausencia, cuyo rostro
resplandece en el mar de la distancia.
¡Ved a Josué, al Caballero
que cabalga al corcel de Israel!
Es su camino la Profecía
del Verbo, que a sus oídos habla:
» Levántate, pasa ese Jordán,
ese límite de la Soledad,
camina tú y tu pueblo hacia la tierra que os doy.
Ninguno te resistirá por toda tu vida,
porque yo estaré contigo y nunca te abandonaré.
Tú esfuérzate y sé animoso,
porque serás la prueba de mi promesa
y la huella libre de mi dedo».
Un joven imberbe
toca la lira en un prado de nostalgia
y siente al Caballero dentro de él.
Un río nace de su boca
como el discurso de la Diversidad
que invierte el camino de las cosas
desplazadas en los hilos de su música
hacia la infinita generación.
Su corazón ha abierto sus labios
y su mensaje es un fresco susurro
que corona de nieve las montañas.
A su alrededor,
un rebaño
de pensamientos como ovejas velludas
de lana argumental se apacientan.
Es Pastor y Rey que obedece
al timbre del Divino Sentimiento
crucificado ya en su intimidad.
Ungido por su don, canta David
las hazañas del Caballero del Señor:
III
«¡Salve al Ungido
de Israel, al Primogénito entre todos,
a aquel de cuya mano entraremos
en la Tierra que presagia el río
latente e invisible de la Sangre
que lleva la Vida a nuestros miembros!
¡Todo este canto es Presente,
nuestro Deseo ha salido de nosotros
invitado por la Voz del Amor,
y es ahora un manifiesto Nacimiento,
es una fuente de alegría
que brota de la Roca de un Enigma!
¡Regocíjate, Oído de Hombre,
acoge en tu sentir estas proezas
al son del tambor de tu corazón!
¡Está Josué de pie ante las tiendas
como en pie está el viento sobre el mar,
y ordena esto a su Ejército: «Provéete
oh Israel, de víveres,
porque dentro de tres días
atravesarás el Jordán de tus Límites
para ocupar la tierra que el Señor,
Príncipe de la Palabra, Verbo Fulminante,
os da en posesión, pues es él quien
distribuye los bienes del Padre Ser!».
¡Hacia Oriente, donde nace el día…!
¡Pronto la Tierra dará sus frutos!
¡Ya vienen los dos misioneros
de la Ciudad de Jericó, edificada
por el barro de ciencia de las generaciones
y destinada a ser Morada de los Buenos,
pues los justos son los dueños de la Tierra!
¡Ya vienen, a galope tendido
los caballos de los misioneros
que han entrado en Jericó solo acogidos
por la adúltera Rahab
y escondidos por ella en su tejado
entre tascos de lino y otras labores
ha jurado – pues ha creído en el Dios
que los envía- salvarla de la batalla
por la que la Ciudad será tomada!
«¡Bienvenidos, Nuncios de la Victoria!»
pregunta Josué, «¿Cómo os habéis
librado de las manos de los hombres
que en la Ciudad comercian y habitan?».
Uno de ellos, mucho más hábil
que Ulises el Griego, acompañado
de otro más valiente que Diomedes,
así responde: «Una mujer nos acogió
en su casa, y con un cordón de púrpura
nos descolgó por la muralla cuya puerta
estaba cerrada para nosotros».
Parte Josué a la mañana siguiente
desde Setim, y ordena a los Levitas
llevar el Arca de la Alianza delante de la gente,
a la vista del Pueblo, como la Promesa
alumbra el camino del Hombre!
«Este camino es Nuevo;
ni el Silencio ni la Muerte os asusten
– la doble máscara del Temor-
porque vuestra Madre va delante de vosotros,
vuestra Madre, esa Alianza
en cuyo vientre late el Mensaje del Verbo.
Dejad entre el Arca y Vosotros
una distancia de dos mil codos
para que su Presencia os guíe desde lejos
como una Paloma de Luz sobre las aguas».
Y la òesía fue el camino del pueblo en marcha
presidido por el Caballero
cuya voz era un romance más dulce que la miel
y una metáfora encendida
y la primera canción fueron sus pasos.
Allá estaba la ciudad
allá estaba Jericó amurallada
por una técnica de barro
por un molde de vacío hueco
como un caparazón de tortuga
sin cuerdas que lo hicieran cítara.
Allí estaban sus cisternas rotas
con pájaros sin alas y culebras sin ojos
debajo de cientos de esqueletos
de antepasados, de leyes y constituciones.
No es más que barro tanta ciencia,
tierra amasada en laboratorios ciegos,
y una sola Voz la bombardeará.
Por seis días el pueblo rodeó la Ciudad
con siete levitas tocando siete trompetas,
y al séptimo rodeó siete veces la Ciudad
mientras el pueblo gritaba a la Libertad
en tanto las trompetas clamaban.
¿Qué muro puede resistirse,
qué división, qué frontera entre los hombres,
qué capital, que interés, qué moneda,
ante la aclamación de todo un pueblo
que contempla el Arca en su Unión
en torno a la majestad de un Principio?
¿Qué calavera no estalla como burbuja
ante un expansivo diamante de luz?
Así se derrumban las murallas
de la Ciudad cerrada con llave
con los automóviles de su soledad
y los caballos y postas de la incertidumbre.
Así se quiebra Jericó
como un vaso roto
presagio del último Occidente,
figura del Actor Ruido,
del Falso Profeta, del Bufón-Comerciante.
Las calles se vuelven hormigueros candentes
y los trajes y las túnicas danzan en la fuga
ante la visión de la Realidad- Promesa.
Solo un cordón de púrpura -el vínculo
de la Vida y de la Palabra- queda
en pie en el Teatro de la Destrucción.
La cuerda de Rahab
pende como una gota de sangre
que canta en el Absurdo de la Muerte
que coge por sorpresa a los impíos.
Es el disfraz del futuro,
la gloria que al comienzo es Dolor,
el lamento del ocaso
y el cuerpo de la Verdad clavado al Sentido.
Ella sola, la Fe, se salva,
aquella a la que llamaban prostituta
los proxenetas de la Expresión,
los comprados por el Interés,
del hidrópico toro amarillo del Orgullo,
que se alza como un ídolo en el altar del ruedo.
¡Nadie reconstruya la Desolación
y el Cero Absoluto de la Codicia
de nuestra pobreza vencida por el Amor!
Sobre todos los frutos,
la Humildad.

IV
¿Quién eres, Señor,
que todo lo has puesto
en las manos del Hombre
transfigurado en la Palabra?
¿Quién eres,
quién
te dio el Ser que tienes,
acaso fui yo?
¿O fuiste tú
que es un yo más futuro?
Has puesto la Tierra bajo sus pies
y el Cielo fúlgido sobre su cabeza.
Has puesto todo, Señor
en Mí, no para Mí
sino para los demás.
Te has encarnado en este pobre corazón.
Soy tu obra,
soy la boca que promulga tu Poesía.
Vela de ti aliento,
mi alma,
como un pez en tu memoria.
V
Así caen las ciudades, una tras otra
al paso del Caballero de entre miles,
con una cimera llameante
y una mirada de piedad.
No hay otro como él entre los hombres,
porque él es a la vez todos los hombres.
La gloria es su premio,
el pecado su freno
pero el aliento de Dios lo justifica
a pesar de sus equivocaciones.
La infancia del malo se consume
podrida por los gusanos del odio,
pero la fama del que ama la Justicia
de la Palabra del que hizo las cosas
y puede curar la herida del dolor
se multiplica en cada generación
hasta donde se pierde el hilo de la Historia.
Tú que escuchas el trueno de estos versos
que salen del triste barro del Poeta:
¿No escuchas un tumulto en Hai
que ya está en manos de Israel?
Huyeron los hombres delante de los guardias
de la Ciudad, al igual que el Bien huye
delante del Mal al comienzo,
para después caer sobre él.
La Ciudad está en sus manos, en las manos
de los Hijos del Dios que nacerá
en cada uno de nuestros corazones.
Pero el siervo de la Codicia, el traidor,
el hipócrita que viste el uniforme
de Bien para engañar a sus hermanos
muere lapidado por sus semejantes.
Mira a Acán el vencido, míralo
tendido sobre la tierra sin vida.
Las águilas del día
y los cuervos de la noche
devorarán sus ojos,
y la riqueza que escondió y robó al pueblo
es prueba de su delito y su losa.
VI
Por siempre yo cantaré
tu nombre, Señor,
por siempre será mi Palabra tu Obra,
desde que sale el sol hasta el ocaso
mi alma es el sello de tu Voz.
No se acabará este mundo
sin que tú seas uno nuevo
movido por el discurso de tu aliento
y en mi pobreza tñu edificaras el Sol.
Soy pobre,
mis manos solo asen muerte,
todo lo que toco se deshace
y carece de sentido.
Pero tú elevas mis ojos
y sostienes con tu fuerza mi memoria
como una vid sembrada en tu maravilla.
No se extinguirán mis años
sin que te vea extendido en mi ausencia
comunicándome la vida al oído
y absorbiendo mi miseria tenebrosa
como ilimitada y serena luz de piedra.
VII
¡Victoria! ¡Rosa musical,
vientre de todos los Nacimientos!
¡Viva! ¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
Mirad como granos de infinito,
oh ved en los versos transparentes
de este enamorado canto al Gran Ejército
ordenado en escuadrones de plata sentida
como la delicadeza de la luna
sube a Gabaón, a la cumbre de Gabaón
donde cinco reyes lo acometen:
Adonisedec, rey de Jerusalén,
con los reyes de Hebrón y de Eglón,
de Jerimot y de Laquis.
Aquel día el sol se detuvo en el cielo
por obra del Verbo, a quien la Creación
obedece, durante otro día más
hasta que los reyes fueron vencidos.
Al servicio del que compuso el mundo
está el mundo, y su ley es la suya.
El Tiempo se invirtió,
como cuando
se quiso encarnar el Verbo en el Hombre
primero en la figura del Mesías
y después en los corazones que lo acogen,
y el Sentimiento entró en la Historia
sometiándose al antes y al después.
Se detuvo el Tiempo,
que es la perspectiva del deseo.
Y los reyes – los Cinco Sentidos-
atrapados en la Caverna del Vacío
– la Nada que buscaron con sus obras-
fueron sellados con piedras grandes
en la tumba y sepulcro que persiguieron.
Así muere el sentido
de quien no atiende al sentido del sentido,
a la mente o causa anterior al mundo
percibido, clave de toda razón,
causa y principio necesario
cuyo nombre intuido es Sabiduría.
Los sentidos, por sí solos, se condenan.
Por señalar la debilidad del Hombre,
que es su fortaleza si confía en Dios,
soy perseguido de los malvados
que quieren hacer pasto de mis huesos,
pues el loco aborrece la cordura
hasta que no despierta de su sueño.
Yo soy hecho de pecados y dolores
mas guardo este tesoro en mi corazón».
VIII
Concluyó David su canto
sobre los pastos del Monte Sión,
Capitolio de Jerusalén
y el viento se detuvo a escucharlo,
y el sol despejó el cielo de nubes,
ya coronado presidiendo a su pueblo
tras vencer con una piedra al Gigante,
que amedentraba a los pobres de Espíritu
– Goliat, el Filisteo, el Dinero y la Fortuna
del fango material ¡, que en oro y plata
es un desprecio ante la Sabiduría-
y tras haber sucedido a Saúl, primer rey
de Jerusalén que por amar
más el poder y el mando que la obediencia
a los Mandamientos del Amor
fue vencido en Gélboe por los filisteos
y no pudiendo soportar la derrota
de su orgullo se dio la muerte
arrojándose, cual el heleno Áyax
sobre su espada.
No hacía mucho un mendigo de los campos,
de nombre Natán, lo había visitado
cuando tomó a la mujer de Urías
el jeteo, Betsabé, por consolarte.
Le reprochó su conducta y con sencillez
como un perro que ladra a su amo
cuando éste lo golpea
le echó en cara su crimen, pues la muerte de Urías
no había sido natural, sino perpetrada
por la astucia y el capricho del Rey.
Caído en la cuenta de su pecado
se quedó un rato callado mirando al suelo
y después declaró: «A este hombre
lo he matado yo. Yo he pecado».
Y a continuación se creyó indigno de Dios
y se vio ya sin corona ni linaje,
y se vio ya como un muerto, como Urías.
Pero Dios, por boca de Natán
le dijo: «Por haber reconocido
tu culpa y no haberla excusado
delante de quien puede perdonarla,
pues mi bondad está por encima de tus culpas,
a pesar de tu infidelidad
y todo el poder que yo te he dado
no te voy a juzgar por lo que hiciste,
no. Te voy a perdonar
porque estabas muerto y ahora estás vivo,
y yo solo amo tu bien
como el padre ama el bien del hijo.
Por eso atiende: ¿Te consideras indigno
de mi misericordia que es tu gloria?
Pues escucha lo que voy a hacer de ti.
Serás siempre rey no de ahora, para siempre
tendrás el cetro de mi nombre,
pues de tu linaje nacerá el Mesías
y se encarnará en él mi propio Verbo.
Y no solo el futuro será tuyo.
También el presente ahora mismo,
pues el hijo de tu pecado morirá,
pero esa misma mujer
dará a luz a la Fama y al Poder,
al Rey más justo de la Tierra
que edficará mi primer templo.
Su nombre será Salomón, y de todas partes
vendrán a pedirle justicia
y será juicio de toda controversia.
Y tus palabras serán Poesía
y traducirán el latir del corazón
y tu voz será la Armonía.
¿Te parece poco?
Otra cosa tengo que decirte:
las puertas de mi Alegría
superior a todos los bienes
se abrirán para ti, y serás
el primero que entrará en el Cielo
y hará entrar a finados y venideros
a mi presencia.
Te regalo un corazón nuevo»
David creyó que soñaba.
Aquellas palabras
no cabían en su entendimiento,
pero arrodillándose ante Dios,
dijo: «Cúmplase tu voluntad».

Y entonó salmos mirando a las estrellas,
y vio amanecer en el cielo
bañado en consuelo, a su propio corazón.

EL INSTANTE DE LOS REYES
La tierra de Israel era una isla
cercada por los reinos circundantes.
El Consejo entonces pidió a Samuel
que ungiera a un rey con aceite del templo
para que fuese el Jefe de la Armada
contra filisteos y cananeos
que ocupaban la puerta del Oriente.
Se lamentó Samuel de la medida
porque un rey sería tal vez tirano,
pero comprendió que era necesario
para pacificar el territorio.
Samuel era el sacerdote del Templo
de Reunión, la tienda consagrada
que Moisés trajera del desierto
en la que estaba el Arca de la Alianza,
donde se practicaba el sacrificio
del Cordero de la Pascua ante el pueblo.
Reunión fuera trasladado a Rama
cuando en Silo entraran los filisteos
secuestrando el Arca por siete meses
después de que una plaga hundió su pueblo
y decidieron al fin devolverla.
Samuel ungió a Saúl rey de Israel
pero su reinado estuvo marcado
por el soborno contra lo pactado,
cuando hizo un sacrificio con bienes
condenados a las llamas por ser
ofrenda a Dios en pago de conquista.
Fue David ungido rey por Samuel
en secreto de entre sus siete hermanos
todos hijos de Jesé, de cuyo árbol
sería el linaje del rey Mesías
que al fin de los tiempos salvaría el mundo.
David se señaló al combatir
contra el campeón Goliat y de vencerlo
en presencia de Saúl que no sabía
que ese joven sería su heredero,
cuando combatió este a los filisteos.
Poco después, el pueblo lo aclamaba
como rey, y a Saúl llegó la nueva
de que fuera el ungido de Samuel,
así que se propuso en su interior
matarlo y evitar ser derrocado.
Lo persiguió a traición por todo el reino
después de que un día al tocar la lira
– era poeta David, también guerrero-
intentara clavarlo con su lanza
alegando más tarde embriaguez.
Jonatán, su amigo, hijo de Saúl
protegía a David y este salía
de todas las trampas que le tendían.
Al fin tuvo que exiliarse del reino
en tierras filisteas, de donde era
el pueblo que emergido de los mares
había puesto nombre a Palestina.
fue proclamado David rey a la muerte
de Saúl en el campo de Gelboé
rodeado por los filisteos.
Una guerra civil sucedió a esto
y al término reinó David entrando
en la fortaleza de Sión
que se encuentra en Jerusalén,
la capital del reino de Israel
desde entonces, trasladando allí el Templo.
David conquistó todo Canaán
expulsando de allí a los filisteos
dejando a los fenicios hacia el Norte,
descendientes también de cananeos
quienes más adelante construirían
el Templo de Salomón en la ciudad.
Después del pecado de David
que impulsó a la muerte a su rival
Urías el Jeteo, desposado
con Betsabé, mujer a la que amaba,
su hijo Absalón se alzó contra él
y muríó en la propia guerra civil
a manos de Joab, su general
quedando suspendido en una encina.
David lo lloró. Su hijo Salomón
lo sucedió en el reino después de que
recibiera en un sueño la promesa
del Trono Perpetuo en Jerusalén
culminado en la Jerusalén Celeste
que vendría de la mano de Jesús.
Salomón fue conocido por Rey Sabio
y de lejos venían a consultarlo
la reina de Saba y otros monarcas,
de él proviene el Juicio Salomónico
entre un hijo por dos posibles madres.
Recibiera el don de la Sabiduría
por la oración que hiciera en Gabaón
en su coronación el primer día.
Él construyó el Templo en Jerusalén
para albergar el Arca de la Alianza
que hasta entonces estuviera en una tienda
de piel que había venido del desierto
el que Moisés e Israel atravesaran.
Fue matemática su arquitectura
en proporción copiaba el universo
con medidas arcanas inspiradas
por ángeles y otros mensajeros
del Templo de los Cielos.
Con Salomón Israel alcanzó metas
en territorio y riqueza sin par;
finalmente llegó la decadencia
al reino cuando su hijo Roboam
hizo la guerra a su hijo Jeroboam
el primero desde Jerusalén
y el segundo desde Samaría,
reclamando ambos la soberanía
de un pueblo que fue entonces dividido
entre Judá e Israel por causa de
los cultos que instaurara Salomón
de los pueblos que había conquistado
y de los que venían las mujeres
que formaban parte de su corte.
Los reinos divididos prolongaron
dos dinastías, y siendo Josías
rey de Judá el rey más destacado
que rescató los libros de la Ley
promulgándola de nuevo ante el pueblo
tras haber estado oculta en el tiempo.
Sedecías fue el último monarca
de Judá, nombre del pueblo judío
con Jeremías anunciando la derrota
a manos del rey Nabuco de Asiria
reino de la ciudad de Babilonia
heredado más tarde por Ciro el Persa
hasta el permiso de regreso en masa
de una parte del pueblo a Jerusalén
con Zorobabel como encargado
en época de la reina Ester,
esposa del rey Asuero el Persa
mujer de nacionalidad judía.
Los reyes presagiaron otro Rey
tras de los cuatro imperios sucedidos
como cuatro elementos o estaciones
hasta el Quinto Imperio de la Victoria
en el que fue implantada la Justicia
que devuelve la dignidad al hombre.

ENTREMÉS DEL VIAJE DE TOBÍAS

Fuiste la brisa de mi adolescencia
cuando mi padre me enseñó a caminar
por las sendas salvajes del tiempo
y me cosiste,
Ángel,
a tu enseñanza.
La casa estaba vacía
y salí a buscar por la mañana
la luz para los ojos de mi padre.
Y te me apareciste en el camino
en el deseo de mi juventud
recién vestido de eternidad
con la sábana blanca
de mi nacimiento.
Me tomaste de la mano
para que mi pie no tropezase,
germinó tu virtud en mi alma,
cuando me ayudaste
a pescar mi destino en el río
jamás desamparado de ti.
Yo soy un viaje,
compañero,
el viaje que vigilando me diste,
el corazón del pez de la memoria,
yo soy tu obra amanecida
en la Intimidad con que me desposaste,
al lado de la mujer llamada Muerte
y que ahora se llama Alegría,
en las escaleras del silencio,
en la alcoba de mi corazón.
OTOÑO
DESNUDO DE LOS ÁRBOLES

– Hoy estamos tristes,
ya nada se reprsenta – musitó Azarías con la mano en el mentón.
Los cuatro hombres miraban al río.
Sus ojos se llenaban de lágrimas.
– La vida discurre y se derrama como agua – confesó Ananías – Hemos colgado nuestras cítaras en las ramas de los árboles y solo escuchamos el lamento de la fuga de las hojas, hacia la Gravedad de lo Oscuro caídas, como notas hundidas del pentagrama del mundo.
– ¿Dónde está la fuente de todos los ríos?- preguntó Misael aplastando con el pulgar a un saltamontes- La dejamos en la pradera de Jerusalén, la Ciudad del Significado. Solos en Babilonia, muerto ya el rey Joaquín, no somos nada. Jeremías ha muerto, y Elías es leyenda.
El ruido de la corriente arrastró sus palabras.
– ¿Creéis que la vida os ha abandonado?- preguntó Daniel sonriendo, – no es así. El mandamiento más importante del Amor es meditar en su nombre, anterior a los nombres que Adán les puso a las cosas. Meditar en su nombre es obrar,
obrar de acuerdo con
su voluntad.
– ¿Y cómo podremos obrar y amar -preguntó Azarías- cuando el rey
Nabudonosor de Babilonia
nos ha traído aquí como rehenes
por los pecados de nuestros padres? ¿Cómo obrar así,
en el cautiverio,
cuando la égloga del Pastor Significado
ha sido desgarrada por la elegía
de la muerte y la melancolía?
– Fácilmente – repuso Daniel- Cantando el Nombre de Dios, lo sentirás de nuevo en tu interior, como la llama de la vida que perdiste. ¡Ea! ¡Cantaré para vosotros y os haré reír aún a pesar vuestro! ¡Este es el Romance de los Doce Jueces! ¡Abrid bien los oídos que el Teatro de la Emoción comienza!:

ROMANCE DE LOS DOCE JUECES

I
En los montes ya comienza
a mostrarse claro el sol;
es porque ya en vuestra mente
está pronta mi canción.
Doce son las tribus que
del desierto hacia el Amor,
siguiendo una voz llegaron
a tierra de promisión.
Doce, los meses del año,
doce, en el tiempo, son
el zodíaco del aire
firma su definición-.
Doce son también los Jueces
como una vid de intuición,
vid que en sarmientos dispersa
con sus uvas da su don.
No viene del hombre el juicio,
el juicio viene de Dios.
Él da a quien quiere su reino
al alumno de su amor.
Toda la tierra es suya
-la distancia es su mansión-
toda la tierra pero
el corazón del hombre, no.
Es el corazón del hombre
un pozo de libertad,
puede recoger el agua
o la puede derramar;
si la recoge está vivo
pues la vida en él está.
Si no es así testifica
sobre su inutilidad.
Porque con Dios es el Hombre
la misma y pura verdad.
II

Hubo muchos hombres justos
y otros tantos no lo fueron,
pero yo canto de aquellos
con virtud de mensajeros
que, dejando atrás su miedo,
solo de Amor se vistieron.
Yo conozco doce nombres,
muchos más no los recuerdo
pero recuerdo sus obras
que están en mi sentimiento:
Otoniel fue uno de ellos,
un sobrino de Caleb,
aquel que, solo en el desierto
con Josué fue bendecido
por el Dios que guarda el cielo.
Estando por ocho años
sometidos los hebreos
a un arameo tirano
por su mal comportamiento
pues es el pueblo culpable
de sus malos mandaderos-
él acarició la espada
y salió valiente, al ruedo,
con hombres que le seguían
y trajo victoria al pueblo.
Pero Otoniel fue a la huesa
y a otra se prostituyeron
los redimidos por Dios
que de valentía es dueño.
Como el mal se fortalece
cuando el bien reside lejos,
Eglón, rey de Moab,
venció otra vez al hebreo,
juntándose a otros salvajes
y de sangre se hizo un cetro.
Dedicó su vida Aod
hombre pobre y sin techo,
a fabricar un puñal
con dos filos de acero
cual la Palabra y la Ley
distinta al malo y al bueno.
Puso Aod el puñal
ceñido al muslo derecho
y subió a pagar tributo
al rey y a su Corte al tiempo.
Estaba Eglón como enfermo
muy pálido y muy obeso,
reclinado en su litera
cual cadáver opulento.
Le dijo Aod: “Oh, gran Rey,
decirte quiero un secreto.
Si no lo sabes, jamás
tendrás reposo en tu sueño”.
“No hay secretos para un Rey”
respondió Eglón, “habla, siervo”.
Y mandó salir a sus guardias
– codicioso era en extremo-
“¿Dónde está el tesoro?” gimió.
“Te lo doy. Aquí lo tengo”
dijo, y le clavó el puñal
en el vientre y hasta el cuento.
La guardia creyó que estaba
su rey dormido o durmiendo;
mientras relajada estaba
salió Aod del campamento.
Tardaba en salir el rey.
Al abrir, lo vieron muerto.
Y mientras en duda estaban
atacaron los hebreos.
A diez mil hombres mataron.
Moab se quedó en silencio.

III

En el agua de Siloé
los peces de las estrellas
símbolos de la memoria-
beben la noche secreta.
Las aguas cantan el nombre
de Dios con todas las lenguas.
El enfermo y el mendigo
vienen a bañarse en ellas.
Los halcones de la tarde
volaban en una meta
que era el cuadro del paisaje,
la caricia de la ausencia.
Solo el humano camina
con la mirada desierta.
En el tiempo son sus ojos
dos palomas en la niebla.

IV

No aprende el hijo del Hombre
lo que vale la virtud
hasta que con correcciones
Padre, se lo dices tú.
Cada árbol, cada río,
cada animal, cada luz,
son rasgos de tu sonrisa
de cuya entrega es la cruz.
Cuando retiras tu rostro
rompe el mundo su quietud;
se agitan todos los vientos
en la cruenta infinitud.
La raíz de la alegría,
el gigante árbol azul
del misterio de tu Mente
es nuestra pronta salud.
El alma busca tu Norte
desde su remoto Sur.

V

Es Débora una doncella
de caridad arropada,
el pobre encuentra cobijo
en la paz de sus palabras;
y el rico sueña su amor
en su cama perfumada.
Es Débora sigilosa
más humilde aún que guapa,
en las fiestas de los hombres
pudorosa y siempre casta.
Con celo busca el Amor
baja siempre la mirada,
no provocan sus gestos
ni sus caminos engañan.
Han ya pedido su mano
muchos jóvenes de capa,
de dineros y de bienes
tenían llena su casa.
Pero Débora no anhela
dulces apariencias falsas,
más bien a un hombre bueno
con el corazón sin mancha.
Aunque no es Lepidot
joven de tan buena planta
como el rubio filisteo
ebúrneo y lindo de cara,
o como el cananeo
oneroso de dádivas
con el oro en el bolsillo
y la púrpura de gala,
de sol a sol son sus manos
incansables hortelanas.
En los altares de Dios
nunca sus ofrendas faltan;
manso y llano de conducta,
canta siempre mientras labra.
Este, en fin, pide su mano
y con él ella se casa.
Por su justicia era Débora
la mujer más alabada
pues Dios, viendo su humildad,
le regaló su Palabra
y los dones florecieron
en su huerta bien regada.
Juzgaba al pueblo de Dios
entre Betel y entre Rama,
elegida profetisa
y sibila coronada.
Jabín, rico rey fenicio,
con carros de hierro estaba
amenazando a Israel
con Sísara y su mesnada.
Llamó Débora a Barac,
militar de diestra espada,
y le dijo: “Diez mil hombres
se arrojen como una plaga
en el monte Tabor
sobre Sísara y su armada.
Dios te dará la victoria”.
“No iré, si no me acompañas”
respondió Barac cobarde.
“Iré, mas no irá la fama
a tu nombre ni a tus tropas
sino a una mujer sin tacha”,
confirmó la profetisa.
En el Tabor la batalla
la victoria dio a Barac
mientras Sísara escapaba
a pie solo por los montes
y en tienda hebrea entraba.
Viendo Jael, que era apenas
una modosa muchacha
que el enemigo en su tienda
sin cuidado alguno entraba
dándole de beber
bajo alfombra lo ocultaba.
Creyó Sísara que aquella
mujer débil que temblaba
no podía delatarlo
y durmió bajo la manta.
Con un clavo de la tienda
ya la sien le atravesaba
Jael con un martillo
y en la tierra el clavo hincaba.
Mandó llamar a Barac
y el enemigo entregaba.
La astucia de los fenicios
ante Dios capitulaba.

VI

Como no basta el ejemplo
para convencer al cruel
que embriagado con el vicio
nunca deja de beber
-si no pide a Dios las fuerzas
en el suelo ha de caer
pues polvo sin espíritu
ni tan siquiera es ayer-
volvieron a la tristeza
los hijos de Israel
ya no cuidan de su Dios
ya se olvidan de su ley.
Con madianitas conviven
como descarriada grey
haciendo lo que vellos hacen
para el bien dejar de hacer.
Siete años los oprimen
en las garras del placer,
con violencia los gobiernan
pues violencia es el poder
sin los principios divinos
cuando el Amor no es su rey.
En Ofra Gedeón estaba
batiendo trigo –pues
esconderlo de Madián
pretendía hacer después-
cuando ángel de Pensamiento
lo llamó más de una vez.
“Hijo de Hombre” le dijo,
“héroe valiente has de ser”.
“Si tú,. que ves en el tiempo
afirmas eso, ¿por qué
mi pueblo sufre castigo
y mis ojos lo han de ver?”,
gritó Gedeón enojado.
“Ese celo es tu saber.
Vete así contra Madián
tu empresa he de proteger
porque no hablaste con miedo,
porque me hablaste con fe”.
“Te pediré una señal
si eres el Dios del saber.
Voy a hacerte un sacrificio,
tú mi fuego has de encender”.
El fuego encendió el ángel.
Gedeón diez hombres ve.
Tomándolos por la noche
un falso altar va a romper
que consagrado a Baal,
res trampa para el saber.
Terminada ya la hazaña
se detuvo sobre él
el espíritu del alma
el espíritu del Ser.
Muchos hombres lo seguían.
“Una cosa te diré”,
habló Gedeón al Verbo,
“ un vellón blanco pondré
no de oro ni de plata
sino de lana, de piel.
Sobre la era, mañana,
si tu rocío fiel
lo moja y el campo seco
está, yo partiré”.
Así fue por la mañana.
“El sentido invertiré”
pidió Gedeón a Dios,
del todo sin convencer.
A la mañana siguiente
Dios cumplió el pacto otra vez.
Ese vellón de lana
sería la Virgen que
sin pecado concebida
daría a luz al Gran Rey,
al mismo Verbo Encarnado,
Maestro del Comprender.
Ordenó Dios a Gedeón
sus mesnadas escoger
de entre veintidós mil hombres
solo diez mil después de
que los medrosos se fuesen-
de este cauto proceder:
hízolos bajar al agua.
Los unos, para beber
doblaron ambas rodillas.
Otros bebieron de pie.
De los que se doblegaron
dijo Dios: “ no han de ser,
pues con relajo se esparcen
y al agua ofrecen su ser
como a divinidad misma”.
Y escogió a trescientos que
bebieron agua a sus manos.
Con esos la guerra a hacer
se fue a los madianitas.
Con él estaba el vencer.
Dividió en tres sus mesnadas,
teas les mandó encender
ocultas en vasos de barro
los emblemas de la fe-
y, por la noche, muy cerca
de Madián los mandó romper,
quedando libres las luces
de las teas. Gritó después
con su ejército completo
no pudieron entender
la estratagema los otros
pues no puede conocer
a quien Dios no lo revela
el signo de su poder-
y, dispersos por el campo,
se asustaron como res
ante un verdugo secreto
y no supieron qué hacer.
Los soldados de Efraím
capturaron a su rey,
a Oreb, muerto en ese monte,
y a su consejero Zeeb.
Desvalido está Madián,
por el suelo su poder.
Nada queda del tesoro
cuando no viene del bien.
Quieren los hebreos todos
a Gedeón como rey
mas él se niega. A su finca
tiene prisa por volver.

VII

De Dios todo bien procede
pues su siervo es el Poder,
su creación es la Gloria;
la felicidad, su ley.
Si no guardas sus preceptos
no guardas tu vida, pues.
Siendo un héroe Gedeón
nunca le faltó el tener.
Engendró setenta hijos
cada cual de una mujer.
Un busto de su persona
se hicieron en Ofra los que
presenciaron sus hazañas
y se postraron ante él,
olvidando que de Dios
procedía su poder.
Así sufrieron los hebreos
al tirano Abimelec.

VIII

¿Quién es ese, quién es ese
que alza su frente de bronce
contra los hijos de Dios
y contra toda su Corte?
Atrevido y petulante
como sopla el viento Norte
son espinas sus palabras
y sus hechos son peores.
¡Cuán soberbio se presenta
enguirnaldado de flores
como un toro en la corrida
de los divinos amores!
En su almidonado pecho
pelean mil ruiseñores
con víboras enlutadas
de discordia surtidores.
“¡Escuchadme, hijos de Dios!”
multiplica su alma voces.
“Es preferible que reine
a que setenta os traicionen,
setenta son mis hermanos
y yo soy un solo hombre”.
Los bandidos lo creyeron
dieron crédito a su nombre.
A Ofra con armas bajaron
contra los setenta y sobre
una piedra a los setenta
mataron casi de un golpe.
¡No a todos! Jotam Se salva,
sube a Garizim, al monte.
Desde allí habla a Siquem
y adoctrina así a los hombres:
“Yo os cuento esta fábula:
Los árboles del bosque
quisieron tener un rey.
Ni olivo, ni higuera, ni roble
ni vid quisieron el cargo.
Entonces la zarza pobre
aceptó ese ministerio
diciendo: si soy noble
a vuestros ojos poneos
a mi sombra, si no, cobren
fuego mis ramas oscuras
y que abrasen todo el bosque.
Si Abimelec es bueno
cuando con violencia enorme
se rodeó de bandidos
y mató a setenta hombres,
que la tierra os dé sus frutos,
mas si no, que se borre
vuestra gloria de la tierra
pues habéis sido sus cómplices”.
Dicho esto, desterrado
cantando fue a sus labores
con paz en su corazón
dueño de todos los dones.
¡Feliz quien no hace venganza
y deja que Dios la cobre!
En Tebes estaba asediando
la quimera de una torre;
cayó una rueda de molino
sobre el cráneo y se lo rompe.
La arrojara una mujer
desde lo alto de la noche.
Muerto yace Abimelec.
Es un cadáver sin nombre.
IX

Nadie virtud por sí mismo
sin la ley de la moral
la conciencia del Lenguaje-
posee ni poseerá.
El que es bueno es porque el Bien
dirige su voluntad;
el que es sabio tiene dones
que solo el Bien puede dar.
Su descubres una mina
y pones todo su ajuar
de metales en tu mano
no será tuyo el metal,
mas si amas la virtud
todo lo poseerás,
desde la lejana estrella
hasta la última ciudad.
Yo te digo, compañero,
yo te digo de verdad
que sin amor es miseria
incluso la eternidad.
Si no respetas la ley
ella a ti te juzgará,
pero si la practicas
tu desgracia borrará.
En Israel han elegido
por jueces a Tola y Jair,
el segundo treinta hijos
tiene que cabalgarán
sobre treinta asnos y viven
en tierras de Galaad,
mas como no son virtuosos
pronto todo perderán.
Viene un hombre de camino
con la espada sin limpiar,
salteador y cuatrero,
de morena y torva faz
con perdidos que le siguen
para la vida ganar.
Se llama Jefté, su madre
fue esclava de lupanar.
Huyendo de sus hermanos
cien cuchilladas les da
a los que en campos de Tob
con fortuna llegan ya.
Pero están los ammonitas
violentando la paz.
Contra Israel se dirigen
sus tambores a tocar.
Buscan a Jefté los ricos,
ancianos de la ciudad,
le piden que los defienda,
mucho le prometerán.
El pueblo se arremolina
en torno a él en Galaad,
como un teatro en torno
al actor se reunirá.
“Sea yo vuestro jefe”
dice Jefté a los demás.
“Seré testigo de Dios,
brazo de su voluntad.
Sea su máscara yo,
interprete su verdad”.
Mandó correos a Ammón
demandándole la paz.
“Tú invadiste mis tierras”
dijo este sin piedad.
“Ni yo invadí tus tierras
ni te vine a violentar.
Yo pedí al rey de Edom
que me dejara pasar
cuando subí desde Egipto
cuando Dios dividió el mar.
Como tú no me dejaste,
tampoco lo hizo Moab,
rodeó Israel tus tierras
y en Arnón se fue a instalar”.
No razona ni argumenta
el mezquino y pasional,
ni de causas se persuade
quien confía en su maldad.
No tiene oídos quien no ama.
Sencillo es de comprobar.
Desde Masfa hizo la guerra
Jefté y se puso a orar:
“Si me concedes victoria,
Dios mío, si me la das,
lo primero que yo vea
de la guerra al regresar
te lo sacrificaré
a ti, como ofrenda y señal”.
Obtuvo Jefté victoria
con el triunfo ganó paz.
Por el camino de Masfa
a su hija fue a encontrar.
Se echó por tierra gritando,
las barbas se fue a mesar,
se arrancaba los cabellos,
no dejaba de llorar.
La hija que era, apenas,
doncella menor de edad,
sabiendo ya su sentencia
aceptó su voluntad.
“Dios, a quien diste mi vida
pronto me la pagará,
que él, quien todo ha hecho,
cien mil vidas puede dar.
Mas decido por dos meses
llorar mi virginidad
por los prados de las flores
en elegía verbal”.
Así responde la hija.
Mártir alumbra la faz
de quien vino a salvar vidas
con su muerte singular.
Los rigores de la ley
pronto se esclarecerán
como esclarece la lumbre
un mapa de oscuridad.
Quien ofreció su vida
a quien se la pudo dar,
paga con todo lo suyo
y Dios todo le ha de dar,
pues quien para vivir muere
a la Muerte morirá.

X

Después de Jefté fue juez
Ibsán de Belén siete años.
Casó a hijas e hijos
treinta en total, con extraños.
Elón lo siguió que fue
de Zabulón ahijado.
Por último el cano Abdón
concluyó el triunvirato.
Setenta nietos lo siguen,
que montan setenta asnos.

XI

Es como un rayo de sombra
el engreído filisteo
con la mente del marino
y la perversión del griego,
un pirata de los mares
descendiente de Japeto,
hijo de Noé en la Biblia
y en Grecia de Prometeo.
Sus dioses son la codicia,
la avaricia, el lucro cruento,
y su moral duplicada
el Leviatán del comercio.
No respeta los altares
de la vida: tierra y cielo,
durante cuarenta años
esclaviza a los hebreos.
Carga sobre ellos tributo
entre fiestas y entre juegos.
Se emborracha en vanidades
multiplica sus deseos;
infectado en bienestar
siente su espíritu enfermo
y llena su corazón
de sucios ídolos muertos.
Mientras tanto está Manué,
orando al Dios de los cielos,
pues su mujer no concibe,
sufre el azote del tiempo.
Sus años se van quebrando
y siente un nudo en el cuello.
Ya sus fuerzas le abandonan
solo respira silencio.
Una noche soñó Sara
se lo dijo un ángel bueno-
que tendría al fin un hijo,
su familia un heredero.
Su marido mucho alegra
sus cansados ojos secos.
Llega un hombre de camino
en el campo lo estás viendo,
a Sara habla, ella llama
a su marido al momento.
Dice ella que es el hombre
que le anunció el hijo en sueños.
Lo invita a comer, se niega
él a probar alimento.
Aún estaban los esposos
escuchándolo y atentos,
cuando ven sobre la llama
balancearse su cuerpo,
la llama del holocausto
que a Dios iban ofreciendo.
La piel del ángel estaba
unida al fulgor del fuego.
Admirados del prodigio
rostro a tierra se volvieron
los esposos y ya el ángel
se hizo solo sentimiento.
Pasado el tiempo prescrito
nació un niño, brote nuevo
de la estirpe de su padre:
Sansón lo nombra su pueblo,
con el corazón sencillo,
con el carácter de hierro.

XII

Ya beben los filisteos
en copas de oro y de plata
sobre mesas suntuosas
bajo las umbrosas parras.
Ya bailan, ya se divierten
con ceremonias y galas
tienen de marfil cuchillos,
tenedores y cucharas
servicios innecesarios
que consumen más que sacian.
Cuando la alondra se duerme
cuando la rosa del alba
se amortaja en la penumbra
de luceros ensoñada
cuando el murciélago surge
con el betún en sus alas
que incendió la cruel Sodoma
combustible de las máquinas-
aún danzan los filisteos,
aún en sus festejos danzan.
Bajó Sansón, ya mozo
a la población de Tamna.
Oye música tejiendo
trampa de tela de araña.
De una bailarina suave
esbelta como una garza,
cual la perla de la luna,
bella, agradable, lozana,
su corazón se ha prendado,
y prendido lo reclama.
“Padre, cásame con ella”
le pide al padre en su casa.
“Hijo mío, es extranjera”.
“No me importa si he de amarla”.
A bodas han convidado
los de Manué a su patria.
El día del desposorio
Sansón y sus padres bajan
con escolta hacia las viñas
que la población engastan.
Estaba un león dormido
al sol junto a una tapia.
Todos gritan al verlo
abrir la boca dentada.
Sobre el camino se acuesta,
interrumpe la jornada.
No deja pasar al pueblo
que hacia su destino avanza.
Nadie se atreve a la fiera
nadie procura hacer nada.
Mientras duda y tiembla el pueblo,
Sansón abre la quijada
del león con las dos manos.
Como un cabrito lo mata.
En lugar de hacer alarde,
no presume de la hazaña,
porque no lo ha visto el pueblo
y él tampoco dice nada.
Mas –pues todo ha de saberse-
la gaviota de la fama
por el mar de mil oídos
de las gentes lo propaga.
A Sansón nada le importa;
él va al balcón de su dama
a ofrecerle sus requiebros
a descansar en su falda.
Pasado el tiempo –la novia
ya era mujer casada-
ve el cadáver del león
a la vera de la tapia,
comido de moscas negras
con un panal en la espalda,
donde abejas libadoras
en su osamenta blanca
edifican su ciudad
llena de miel endulzada.
Se llena de miel los dedos,
a su padre va a llevarla
sin decir de dónde viene
como el bien surge en la Nada.
Celebra luego banquete
junto a su suegro, en Tamna.
A treinta mozos propone
imposible adivinanza.
No hay del tiempo esfinge muda
que así pueda pronunciarla:
“Del voraz salió alimento,
del fuerte dulce sustancia”.
Treinta túnicas les pide
y treinta mudas de lana,
caso que no acierten ellos.
De lo contrario, eso paga.
El enigma del Amor
para el sin fe ni esperanza,
es locura, y está oculto,
a toda experiencia humana.
No hay ciencia que lo explique
porque el sentir es causa,
porque solo Dios revela
con su espíritu en el alma
el sentido de las cosas.
Sin su don, nada se alcanza.
En el símbolo del león
que de sus huesos miel mana,
está Dios Padre, que el Verbo
dulce de la paz emana
que en nuestra boca ha cabido
transfigurado en Palabra.
Ni el superficial enigma
adivinan en la casa
vacía de trascendencia
y rellena de arrogancia.
Siete días hay de plazo
para la apuesta gallarda.
Al cuarto todos piden
a la novia que salga
a decírselo, pues temen
caer en miseria rauda
caso de no adivinarlo.
Sansón confiesa a la dama
vencido de sus lamentos.
Se rinde a lágrimas falsas
de los placeres del mundo.
No estaba aún ganada
la apuesta al séptimo día
cuando –el sol en la montaña
no se había aún dormido-
le dijeron los de Tamna:
“¿Qué hay más fuerte que el león?
La miel es edulcorada”.
“Pues con mi novilla arasteis
supisteis mi adivinanza”,
respondió Sansón y al tanto
venció en Ascalón treinta almas,
despojó a treinta del traje
para cumplir su palabra.
Abandonó a su mujer
tras la traición consumada,
mas su corazón endeble
aún así, con ella estaba.
Regresaba por la siega
con un cabrito a su casa,
le recriminó su suegro
que a su casa regresara.
“Termina con los pelasgos
luego luego mi alianza”.
Y asiendo trescientas zorras,
una a otra las ataba
por la cola y una tea
entre ellas colocaba.
Incendiaron en su huida
las mieses aún no segadas,
los olivos y las viñas.
Los cultivos se abrasaban.
Así cumplió Sansón
su enfurecida venganza.

XIII

Palestina es una tierra
cuyo nombre no procede
de peregrinos hebreos
sino de marinos crueles,
pelasgos o filisteos
del piélago procedentes
venidos allende el mar
con velas y timoneles.
Israel es heredero
-el extranjero rebelde
ha instalado factorías
y colonias en su sede-
Israel quiere ser libre
mas sus pecados lo hieren
con veneno de discordias,
con saetas de bajeles.
En la caverna de Etam
en sueños se arroja el héroe.
A Judá los filisteos
suben con armas rebeldes.
“¡Ecos de la Edad de Hierro,
argonautas del poniente!
¿Por qué nos desafiáis?
¿Por qué en la guerra, inclementes?”.
“Nos vengamos de Sansón
culpable de tantas muertes,
incendió nuestros trigales,
salimos a acometerle
y, enfrentándose a nosotros
acabó con nuestras gentes.
Lo queremos vivo o muerto
-lo recíproco consiente-
sino asolaré tus campos.
Judá, destruiré tus fuertes”.
A Etam fueron los hebreos
“Hemos hoy de detenerte”,
le dijeron a Sansón,
“aunque seas un valiente.
Los filisteos te piden.
Sabes que ellos son más fuertes”
“Atadme y llevadme a ellos”
les declaró, fiel, el héroe.
Lo subieron a un roquedo,
al altozano de Lehi.
Allí rompió sus cuerdas,
allí libertad inquiere.
Con la quijada de un burro
a mil hombres da la muerte,
pues la necedad de un asno
a todos los necios vence.
Pide agua en oración.
De su sed mana una fuente
en la roca más abrupta
y de sus cristales bebe.
XIV

Juzgó Sansón veinte años
a su nación renombrada.
Buscando amor de burdel
entró por la noche en Gaza.
Como los ojos de un búho
las estrellas relumbraban
como monedas de oro
como jazmines de ámbar.
Estuvo hasta medianoche
con la mujer en la cama,
batallando y descansando
sobre la sábana blanca.
Sabiendo los filisteos
que en la ciudad moraba,
cerraron con cerrojos
la puerta de la muralla.
Halló Sansón por la noche
solo, la puerta cerrada,
arrancándola del suelo
se la echó sobre la espalda.
En el monte Hebrón la puso.
La dejó bien colocada.
XV

En Sorec hay ruiseñores,
también áspides nefastas
también la cara bonita
de Dalila la Taimada,
astuta como raposa
hermosa como calandria.
Con sus ojos deslumbrantes
y sus trenzas perfumadas
es linterna de los hombres
que de lejos la reclaman.
Sus brazos blancos y tersos
avergüenzan las hazañas.
Músculos de su cariño
someten al alma amada.
Sansón en la lucha pierde,
sobre su pecho descansa.
Sobornan los filisteos
a Dalila la Taimada
con oro ágil de codicia,
intoxican su mirada.
“Dígasme tú, Sansón mío,
si es que soy tu bienamada,
cuál es ese tu secreto
que te da una fuerza tanta”.
“El secreto es un misterio
como de Dios la sustancia.
En mi fe solo reside,
mas es un acto su gracia.
Te lo diré, caprichosa:
Si con siete nervios me atas,
aún frescos, nada podré,
ni a un ratón daré lápida”.
Por divertirse ella, lo hizo.
Hombres tenía en celada.
Detrás de la puerta ocultos
le tendieron fatal trampa.
Sansón los sorprendió a todos;
secreta quedó la causa.
Vuelve Dalila a tentarlo.
Llora y dice: “¿Soy tan mala
para que en mí no confíes?
De antes no sabía nada”.
“Te lo diré, mujer terca”,
dijo Sansón, “si me atas
con cuerdas nuevas, aún frescas,
se acabará mi constancia”.
Volvió a engañarle Dalila.
Volvió Sansón a atraparla.
“¡Cómo te burlas de mí!”
volvió Dalila a la carga.
“Nunca tú me has querido,
por ti no me siento amada”.
“¿Y tú, acaso, qué me hiciste?
¿No te burlaste, malvada?”.
“No fue mi culpa, mi amor,
fueron ladrones ven zaga”.
“Te lo digo, te lo digo,
¡ así nunca yo te amara!
Atándome al telar
el cabello, pierdo gracia”.
No es necesario decir
que hubo mala fe en la usanza.
Por tres veces cae Sansón
y aún no se desengaña.
¿Probada está la mentira
por tres veces? ¡No! Aún hay cuarta.
Con lamentos se revuelve
Dalila, triste, en la cama.
Un abismo de hastío,
a Sansón le desbarata,
la mujer ya no lo besa,
la mujer ya no lo abraza.
“¡Esto es peor que la muerte!
Pues de mí acompañada
no puedo amarte, y sin ti,
el mundo me da nostalgia.
¡Te lo tengo que decir!
¡Tu curiosidad me mata!”,
dijo Sansón. “En mi pelo
reside mi arrogancia.
Nunca me lo cortaron
desde que nací. Desgracia
es decirlo, pues es voto
al Dios de las alabanzas”.
“¡Ahora sí que te tengo!
¡Te venció tu intemperancia!
Quien se fía de caricias
de este mundo, así acaba”,
confesó la cruel Dalila,
de la misma muerte máscara.
Sin fuerzas ya, vio Sansón
que los ojos le sacaban.
Fue lo último que vio.
Toda muerte se le iguala.
Siente que a dura muela,
con una cuerda lo atan,
la dura muela del tiempo.
No. No hay redención sin gracia.

XVI

Bronce duro de tristeza
al héroe vencido llora.
A un ídolo muerto, plástico,
hecho por manos traidoras,
una fiesta a un tal Dagón
-dragón que veneno aflora-
celebran los filisteos
para aclamar su victoria.
El pobre ciego, solo oye
las voces aterradoras,
el infierno de enemigos
que con su desgracia gozan.
¡El fatal remordimiento
es la culpa, delatora
disfrazada de recuerdo
con miseria por corona!
A pesar de su pecado,
ora al Dios que le dio forma:
“Oh, Señor, te traicioné;
te vendí en mala hora,
mas mi pecado no vale
lo que tu misericordia.
Ellos se burlan de mí,
de espectáculo me toman.
¡Quieren poner sus delitos
sobre tu divina norma!
Por última vez, concédeme
la fuerza en esta hora,
sea la hora de mi muerte,
sea la hora de tu gloria!”.
Escuchó Dios a Sansón,
le concedió la victoria.
Tres mil malvados estaban
reunidos con cruel pompa.
Agarra las dos columnas
que soportan la bóveda
y las arranca del suelo.
El techo se vuelve fosa.
Tres mil malvados murieron
-él también- Así convoca
el destino a todos ellos.
Bajo mal techo se arropan.

XVII

Doce signos de armonía
encierran la luz del sol,
que a través de su viaje
da a la tierra su calor.
La vida se enciende en todo,
una alfombra de verdor
hace próximos los campos
al cielo azul del amor,
y los mares lo reflejan;
la quietud le da color.
Doce sintagmas contemplan
el sello que nos creó.
Y en el silencio invisible,
en el Trono del Señor,
la fuente del pensamiento
-coro angélico- es el don
de la virginal Palabra,
Inteligencia o Canción.
No quiera hacer de este canto
la misma divinidad yo.
Él reside en las alturas
del eterno corazón.
No se acota con palabras
pero en Palabra se dio.
No quiera ser como Mica,
que un ídolo se forjó
en su casa y lo adoraba
de su dinero hecho dios.
No, como del extranjero
hizo Benjamín caución
– la tribu de Benjamín
cuando en Gaba abusó
de esposa de un peregrino
que en casa privada entró
provocándole la muerte,
pues raptado el honor
de la moral, nada tiene
ya el hombre a su favor-
provocando así la guerra
venenosa de dolor
que abre heridas en los hombres
de muy tarda curación,
mata al hijo antes que al padre,
llena el mundo de aflicción
deja la tierra desierta
las viñas sin viñador.
Como un miembro que amputado,
ya no alberga en su interior
el don pleno de la vida,
así el hombre sin amor.
No te desesperes, hombre.
Pronta está tu redención.

Las grullas alzan el vuelo en el Tigris
cuando Daniel enguirnalda de silencio
el cedro de oro de su canto.
Así habla Dios del sabio literato:
“Contarán las naciones
su sabiduría,
y la asamblea pregonará su elogio.
Si subsistiere, dejará nombre por mil,
y si pasare al eterno reposo
crecerá su fama”.
El crepúsculo ofrece como un toro
su vigor purpúreo a la noche;
las hojas del álamo arrancadas
beben el aire del Céfiro helado.
Pero el Poeta,
vaso de barro herido,
siente el laurel brotando de sus sienes
como verde vidriera de esperanza.

-Bien has cantado – celebra Misael- Yo he visto que las gotas de la lluvia se elevaban
y los astros en coro se abrazaban.
¡Lástima que todo concluyese!
Regresamos de nuevo al hastío
del cautiverio. Nos cortaste las alas
del alma cuando la música expiró.

-¡Tristes de nosotros! Los chacales huelen en el llano la sangre de nuestros padres. Descienden en presagios los buitres
a devorar un cadáver de gacela.
¡De nuevo la gravedad misteriosa
y el enigma de nuestra desgracia!

¡Hasta las hormigas nos recorren!- clamó inconsolable Ananías.

Crujieron las torres del viento.
La película del río, desbordada,
destruyó los semblantes de las cosas.
En el Éufrates soñaban unicornios
y dormitaban cocodrilos e hipopótamos,
y los siluros desnudaban fango.
Entre dos ríos, entre dos fechas,
la del Nacimiento y la Partida
los cuatro meditaban
a lomos del caballo de la nostalgia.

Mientras,
eléctrica de voces,
Babilonia,
pendía en sus jardines colgantes
barrocos como pámpanos de vid.

Una lágrima cayó al centro del día
y se amortajó en espectros la noche.
Nacían selvas de aromas
con propaganda de papagayos
en el óxido de la soledad
hecha de las máquinas del tiempo.

En la higuera se posó la luna
y el leopardo, sigiloso, se borró
de la descripción de este destierro.

El Poeta Daniel
oró por todos
antes de dormirse en la providencia.

Soñó
que Nabucodonosor, el rey
de Babilonia, lo llamaba
para que interpretase su sueño.

El sueño del rey era
una estatua de cabeza de oro
pecho y manos de plata,
cintura de bronce,
flancos de hierro
y pies de hierro mezclado con barro.

Una piedra sonora la rompía.
Después, la piedra crecía
hasta hacerse montaña sin medida.

Cuando Daniel despertó
estaba bajo su cama de púrpura
de ministro de Babilonia,
y la égloga se había desvanecido.

No estaban sus amigos con él.

LA TRAGEDIA VENCIDA

Entonces entró en su alcoba Arioc
sin llamar a la puerta, cual espectro,
el capitán de la guardia del rey,
y le informó: “El rey ha decretado
la muerte de todos los sabios,
de todos los científicos físicos y lógicos
porque ninguno ha interpretado su sueño”.
“Condúceme ante el rey” dijo Daniel.
“¡Oh rey!” clamó ya en su presencia
Daniel como una flauta lírica,
“Tus sueños son las cuatro edades
del Hombre, es decir, su Experiencia.
La Piedra es la Palabra Revelada
que las romperá como el barro
para construir un nuevo orden,
el Monte de la Mente Liberada
que solo Dios puede conceder.
Se encarnará su Palabra en nosotros”.
“¿Qué tengo que hacer?” preguntó
el rey. “Solo escuchar”,
le aseguró Daniel,
“no cierres los oídos a su Voz”.
El Gran Misterio de la Encarnación
de la Palabra estaba revelado.
Daniel fue nombrado Gobernador
de la provincia de Babilonia
y jefe de sabios, Administrador
de los bienes del reino.
Pero en el escenario del espacio,
papel de los pasos del hombre,
la tragedia del odio iba a gritar.
En Dura,
en la llanura de Dura,
el rey edificó una estatua de oro,
y ordenó en absurda Apoteosis
rendirle culto y adoración
como a un ser vivo cuando no lo era.
Ante su brillo Augusto
y su delirante mentira
ordenó arrodillar a los amigos
de Daniel: Ananías,
llamado Sidrac en caldeo;
Misael, llamado Misac,
y Azarías, llamado Abed-Nego.
Al negarse a cumplir la orden del rey
fueron llevados a su presencia.
“Confesamos” alegaron ellos
“que no adoramos a ningún dios visible,
sino a aquel que se revela a veces
por medio del Amor”.
El rey enloqueció de ira,
pues el capricho de su autoridad,
no reconocía a ninguna otra.
“Encended una hoguera para ellos,
un castigo ejemplar,
por ser enemigos del orden público
y por rebelarse a mis órdenes”.
Incendiaron de ira un horno
encendido siete grados más
de lo que para cruentos sacrificios
-no hay mayor sacrificio que la muerte-
estaba preparado ( Es el fuego
del mal el que quema al pecaminoso)
y ataron a los justos con su ropa
y de las quemaduras de los siervos
– pues era el fuego de calor extraordinario-
murieron estos, tal era su grado.
Entre las llamas,
lazos abrasadores del fuego,
andaban los tres jóvenes rezando
y cantando a Dios invocando su nombre
en mitad de las fauces del peligro.
Y Dios los escuchó, y su piel
no fue tocada por el fuego,
y fueron sus figuras preservadas.
Mientras tanto
con betún, estopa, pez y sarmientos,
los siervos del rey atizaban el horno.
Y se extendía la llama como lengua de dolor
cuarenta y nueve codos abrasando
a los que se acercaban a su hoja invicta.
El Ángel del Señor
-su misericordia hecha forma de lenguaje-
hizo soplar un viento fresco de alegría
en el interior del horno,
el don de su propio espíritu, la fuerza.
El rey jamás vio nada semejante
y el asombro lo volvió mármol antiguo
y ruina de museo su mirada.
Vio a un hombre entre los tres en el fuego
-imagen de su fe- que cantaba con ellos.
Fue entonces cuando conoció su Nombre.
LA VIRGEN HUMILDAD

I
Así fue como la Virgen
Temis, la Justicia,
reinó sobre los hombres.
Paseábase por Babilonia el rey
contemplando
los platanares y los cocoteros
de su riqueza hecha de apenas tierra.
“A nadie le debo mi fortuna”
se engrió el rey,
“ bajo los signos
del sol y la luna soy el jefe
de la ley de los hombres”.
Aún no había terminado la frase
cuando en el cielo de su mente oyó una voz
y sintió esa voz
– su Significado-
en la vestimenta del paisaje:

“También tú pasarás por la desgracia
y los vientos serán contrarios
a la vela candente de tu alma”.

Una enfermedad de pasajera fiebre
hizo caminar a cuatro patas al rey
mientras crecía su pelo como plumas de águila.

Pasados siete años
viviendo en el campo como fiera,
rumiando la hierba de los prados,
aprendió el octavo a ser persona,
y recuperó la cordura
basada en reconocer la Verdad:
“Un principio divino nos gobierna”.

II

El rey Baltasar está en un banquete
donde sobra vino, pero falta el agua.
Suenan los metales como en una fragua.
De mil que lo siguen solo cantan siete.

En la noche rota se borra la luna,
en los estanques no croa la rana.
El rey ya no sabe lo que le entra en gana.
Avanza la sombra sobre la laguna.

Le aburren los pianos de las intenciones,
se dobla el mañana como un junco herido.
El rey está solo en medio del ruido,
en un cementerio de tristes visiones.

La fiesta apenas empapa sus labios.
De anfiteatros su mente está hastiada.
Percibe la boca abierta de la nada
como una ballena tejida de hados.

Sus dioses amargos vomitan la escena,
están disfrazados en su intemperancia.
El rey se evapora en la blanda distancia.
Se vuelve misterio el manjar de la cena.

Y una mano escribe en la pared su sueño,
una palabra al fondo de su hondo miedo,
que borra el banquete con un solo dedo.
El rey se despierta. Conoce a su dueño.

LA POBREZA

I

Brota la Poesía del Silencio,
como brota el agua de las peñas
en un soplo de plata.
Al principio es susurro de Pobreza,
después extiende sus símbolos a la luz
como las hijas verdes de los árboles.
Se engrosa su cauce, se dora su transparencia,
se vuelve su ausencia canto.
Sus raíces succionan el Sentimiento,
y absorben la tierra de la emoción
en la vertical piedad del tronco,
columna del azul.
En la vertical piedad del tronco
se agrupan en enjambres las hojas
sujetas en el cruce de las ramas
con el aire por única medida.
¿No era una planta de ternura apenas
la que en la mirada se convierte en árbol?
¡Mírala ahora
como la Esposa del Amanecer!
En el vacío, nido de la semilla,
ha germinado el coro del tiempo,
y es ella el Lenguaje, más allá de nosotros.

II

El Poeta
camina pisando leones
en el foso de la ingratitud.

Ha incumplido el Edicto del Rey:
“ confesar al Bien sobre su autoridad”.
Pero en el abismo
los colmillos no atraviesan su piel
y en sus tinieblas brilla la luz que acoge.

La raída dama de la Verdad,
alzando al niño del Ser a los ojos,
delante de los leones es estatua.

Se enciende, poco a poco, otro paisaje,
la paz susurrada en el motivo,
mientras yace tendida, la amargura.

III

Aunque en la noche me vea
– dice el Poeta sincero-
ni toda la eternidad
puede negar lo que siento.

Juega conmigo la sombra
a pintar negro el temor,
pero en el centro del eco
late mi fiel corazón.

Desde el candor de mi vida
camino en la soledad.
Está secreto en el fondo
de la muerte la verdad.

Cercan murallas de ruido
mis manos que ya son alas,
yo no le temo a la muerte,
si tú me sigues, Palabra.

Si tú me sigues, Palabra,
esta cárcel desharás,
pon tu semilla en la noche
y el milagro será ya.
IV

Se encarama la voz al sepulcro,
donde el Poeta se ha hecho solo sombra,
y cayendo la piedra al término
el espíritu preserva el espacio.

Daniel se lanza
a la claraboya del aire
y vuela su nombre en el oído.

V

Suda la memoria del Rey
cuando recuerda el martirio del Poeta.
Sus manos tantean el silencio
hecho de bronce frío y de retratos de viento.
Todos los siglos pesan sobre el Canto
sepultado y jamás profanado
como un río que excava la ausencia
y que disuelve el dolor
y que desnuda el velo de la tierra.
Desciende
los peldaños de su enigma
hecho lira de música a la huella.
Un espejo de luz cae en la sangre
y alumbra en su piedad el día.
El Rey abre la trampa de la noche
y encuentra en su centro,
al Ruiseñor del Ser, al Concepto
inmerso en la imagen sencilla de un hombre
y reconoce en su voz
al océano de todas las voces,
al sucesivo reino del Principio,
Amor,
deseo sin temor hecho morada.

VI

Los leones
del temor no han tocado su cuerpo.
Su pensamiento
camina en la paciencia del asombro
hacia el rostro y herida del día.

Pero en el epicentro del llanto
en el temblor de la incierta duda,
han caído las armas del Enemigo
y todavía no han regresado.
LA PROFECÍA Y LA ESPERANZA

Entonces
ya a salvo,
dijo el ángel a Daniel
cuando oraba a Dios:
“Te revelaré
la Metáfora
y su Sentido.
Setenta semanas
– cada día es
un año-
pasarán,
licor de Tiempo,
y al final
conoceréis el nombre
de Dios con todas sus letras
y será un hecho la misericordia”.

Caía la tarde
y el sol descendía con sus signos
hacia el beso infinito del mar.
“¿Quién soy yo”
preguntó Daniel,
“para que me sea revelada
la Esperanza?”.
“Eres el Vate de Dios,
el timbre
de su inacabable Voz”,
respondió el ángel.
“Lo invisible ahora
con la noche por frontera
será visible mañana.
Se quebrará
como el barro
vuestro cautiverio
y viviréis por siempre
con el corazón libre,
y seréis Iglesia verdadera,
Cuerpo Moral,
cuando recordéis su Nombre
y atestigüéis
la misericordia
clavada en vuestra vista,
en vuestro sentido,
manifiesta,
no solo al que ora y medita
sino a quien estuvo excluido y relegado
a la ignorancia de la pobreza,
al que estuvo bajo el pie del hambre
y fue esclavo del proyecto de otros.
Habrá un solo Héroe,
y será Pastor Ejemplar de todos,
y la confusión claudicará ante la fe
de su intachable conducta
porque vuestro corazón es su bandera,
y miles, como luces,
lo seguirán,
todos los buenos que a la alegría
sin fin nos conducen”.
Dicho esto, voló en un soplo el ángel.

LA RED DESCUBIERTA. FIN DE LA MENTIRA

I

A la joven Susana han seducido
en su jardín ocultos dos ancianos
-¡mirad qué dicha, casi dos gusanos
en selecta manzana se han prendido!-

Los dos le han solicitado nido.
La calma se ha caído de las manos
de la joven, que en teatro de arcanos,
la comedia aún no ha reconocido.

Levantan testimonio contra ella
– ya quisieran levantar lo imposible-
mas no se aclaran en sus dos versiones.

El Poeta a la red de su querella
muestra su voz, palabra inconmovible.
¿ Acaso a la Verdad hay discusiones?

II

Mas no acaba todo aquí,
que después de esta salida
han puesto cerco a la vida
vendedores de “es así”.
A todo dicen que sí
excepto a lo verdadero.
Coronan a un dragón fiero,
lo alimentan con su saña.
A la gente toda engaña
el poder de tal dragón.
“A mí denme la misión”
pide el Poeta a los hombres,
“ de descubrir esos nombres
que están detrás de este fraude.
Cuando en silencio recaude
toda esta información,
reventaré a tal dragón
dándole para comer
otro engaño, y podrán ver
que es bicho muerto su don”.
Se ríen los comerciantes
que viven de la mentira.
Locura dan a la lira
por emblema los farsantes.
“¿Quién al engaño del mundo,
al dragón de la Ignorancia,
beneficio de la rancia
estirpe de los perversos
puede combatir con versos?”
dice el Mal con arrogancia.
Aún reían con jactancia
con la furia de sus dientes
los funestos pretendientes
de la requerida Muerte,
cuando el dragón cae inerte
y vomita su veneno,
indigesto con el cieno
que le dio a comer el Vate.
“Señores, pues ya no late”
dijo Daniel con dulzura,
“ de su infiel literatura
el pulso del corazón.
¿Cómo sin pedir perdón
se trataron de engañar?
Así les ha de dañar
la semilla que sembraron.
Para ruina negociaron.
Esto les ha de enseñar”.
ENTREMÉS DE ESTER

Persia, este reino es
Como la Nada
Yo me siento, aquí, pues
Abandonada.

Confundida en la Nada
no quiero estar.
Y Que el Rey me perdone
por mi piedad.

Yo en su Palacio busco
su sombra amada,
me arrojaré al peligro
de la ancha Nada.

No me importa la armada
que haya a tu puerta.
Para mí es tu mirada
la vida cierta.

En teatro me muevo
cuando no estás.
Navego un mar que bebo,
en soledad.

Al órgano que canta
en mi voz rota,
le he dado mi garganta,
postrera nota.

En tus brazos mi verso
se ha desmayado.
Vence el destino adverso.
Salva mi estado.

Mi pueblo está sufriendo
Por la injusticia,
Yo tu mujer, entiendo
Bien la noticia.

El odio ha separado
Lo antes unido,
Mi pueblo está aterrado
Por este ruido.

Un genocida habita
En tu palacio,
De tu poder se excita
No va despacio.

Se sirve en tu persona,
De la justicia
Después tu alma traiciona,
Con la avaricia.

Por odio ha amenazado
A su cabeza,
Mi pueblo está asustado.
A su dios reza.

Las leyes instituidas,
Son en sus manos
Como telas urdidas
Por los gusanos.

A mi mismo la muerte
Me ha amenazado
¡Es un delito el verte,
A ti, mi amado!

Hamán, que te mancilla,
Odia a la tierra
Porque no se arrodilla
Ante su guerra.

El tirano quisiera
Estar sentado
Y el pueblo, tu bandera,
Arrodillado.

Mi pueblo solo adora
Al dios, no al hombre,
Pues el mortal en su hora
Busca su nombre.

A mi tío Mardoqueo
Por no aceptarlo
Lo hirió con el deseo
De asesinarlo.

Levantó en su querella
Una horca, ¡horror!
Para colgar de ella
A tu servidor.

Con tu sello ha firmado
El exterminio
De mi pueblo apreciado
Con tu dominio.

La ley no me permite
A mí opinar
Aunque mi pueblo grite
¡Tengo que hablar!

Aunque la ley condene
Por informarte
A tu mujer, que viene
A ti a llamarte.

Sin tu llamarla a ella,
Ley que es injusta,
Yo tengo una querella
Del todo justa.

Si por eso la muerte
He merecido
A mí, que vengo a verte,
Vano partido,

Haz algo por ti mismo,
Pues tus aliados
Se vuelven un abismo
De conjurados,

El ministro ha comprado
Sus voluntades
Déjalo despojado
Por sus maldades.

“ Ester, reina preciosa,
dijo el monarca-
no te turbes, hermosa,
por mala parca.

Que si la ley no es justa,
No es un delito,
Asustar al que asusta
Con este rito.

Otra ley firmaremos
Que anule a esta,
Y a ese ministro haremos
Aguar la fiesta.

Traedlo a mi presencia!,
Tu horca, ingrato,
Será para ti ciencia
De tu maltrato.

A ti te colgaremos
De tus traiciones,
Y al pueblo saciaremos
De estas lecciones.

Siempre es sueño el poder
Tú, humano, dueles,
Pero es nuestro deber
Ser siempre fieles.

Pues la injusticia existe
En todo el mundo,
Pero ella no persiste,
Dura un segundo.

La tierra evoluciona
Hacia su alma,
El rencor se aguijona,
En vana calma.

La justicia es la luz,
La caridad,
Es su mayor virtud.
Es su verdad.

Nuestra débil semilla
Será algún día
Arbol de hoja sencilla
Que el cielo envía.

Ester, sé defensora
De nuestras almas.
Mi corazón te adora.
Pues tu lo calmas”

.

SEGUNDA PARTE
( LA VISIÓN DE EZEQUIEL)

A LA ORILLA DE LA LÁMPARA

Junto a los cautivos estoy
y en el otoño de tantas generaciones
he visto el Camino del Porvenir
desde mi ventana.

Soy Ezequiel, labrador de la vida,
y hablo por boca del que escribe
en el papel blanco del destino
y me siento feliz

de fotografiar el Futuro
y de filmar la Era del Amor
en mi mediocridad manifestada
como día de todos.

No soy un letrado ni un legista,
soy solo un hombre que amo a mis hermanos,
y mi voz se parece a la hierba
que humilde crece.

Mi vida fue pretexto de esta imagen
que pronto todos los reinos verán.
No deseo otra cosa que el deseo
de los que escuchan.

Si mi conducta ha sido a veces mala,
pido perdón por todos mis errores.
A la orilla de la lámpara del Ser
voy a decir el Tiempo.
EL OJO Y SU IMAGEN

Vi como ruina deshaciéndose
el privilegio de las cosas en el viento,
y una nube
que con propio fulgor brillaba
aún más que la mayor
ilusión de mis sueños.
En la brasa del fulgor,
en su alimento de energía vi las cuatro
figuras de la distancia,
y eran
el cristal de las Cuatro Estaciones
limándose en éter:
un hombre, un león, un buey y un águila
brillando
en el secreto Evangelio de la Aurora,
en la materia
hecha de nada como madre
del todo que siempre está por venir.

LA TIERRA DE LOS PROFETAS

Los Profetas,
precursores del Poeta
que ofrece la Palabra a los hombres,
forjaron la tierra que pisamos,
la ante-patria,
el preámbulo de la unión.
Nacieron en las orillas del Lenguaje
y se desnudaron del traje
de las horas como estrellas que
encendieron el pan del sol:
Isaías fue el Lucero Polar,
Jeremías el Septentrión,
Amós el sinuoso Serpentario,
Oseas la sílaba de Orión,
Miqueas el lento Boyero,
Joel la nebulosa Andrómeda,
Abdías la Corona Boreal,
Nahum su hermana Austral,
Habacuc el Fénix renacido,
Sofonías el Can Mayor,
Ageo el ligero Can Menor,
Zacarías las Hespérides o Pléyades,
Jonás las lejanas Híadas,
Malaquías el Cochero o Auriga,
Elías y su siervo Eliseo
( resumen de todos los profetas
cuya imagen fue Juan El Bautista)
la remota y ardiente Cruz del Sur.
Una estrella nueva,
jamás conocida,
un lucero errante, seminal cometa,
desde Oriente rutilando
en el papel-eco de las constelaciones,
encerraría
en el ojo del Sol la luz completa
que daría colores al mundo
como nombres dio Adán a las cosas.
Esa tierra ya no sería
jamás valle de llanto donde la lluvia se posa,
sino piedra y altar
en diversas figuras labrado,
en plural acorde fingido,
desde el cual remontar la vista al cielo
mental de la luz materna
y escuchar la Voz,
el cuerpo vibrante de la Voz
en el silencio fiel de nuestro vaso.
EL CARRO DE LA ALEGRÍA

“Y miré”
declaró Ezequiel cantando,
“ sobre el Mal –lodo del mando-
y un carro de alegría contemplé.
En el zafiro de mi infancia
el reino que alma escancia
lejos de espinosos negocios,
raptores de reposos,
en la sinfonía natural
de sentido siempre vertical
que hacia la paz nos conduce,
rural como la misma vida
que al principio se insinúa en herida
y al dilema libre nos reduce-
se dibujó el Carro de la Voluntad,
el Progreso sin fin de la Verdad,
entre el rubí de dos querubines
los límites del tiempo, los confines,
principio y final de nuestro día,
que retratan nuestra biografía-.
Y como los árboles, los muertos,
alzando su silueta en los desiertos
con el hálito de la Poesía
de a quien pertenece el Poder,
cuya bondad es en nosotros saber,
se vestían otra vez de aliento
y respiraban en vivo momento
desde la planicie de la Nada,
porque la Palabra Del Que Puede
les había sido dada,
para que solo
la fábula temporal que lo precede
en el camino de sus pasos quede.

ENTREMÉS DE JOB

I
No morirás
amigo, en tu desgracia,
ni la escama de la Enfermedad
que te soñó
úlcera de dolor
podrá hacerte su semejante.
He de pronunciarte de nuevo
y mi soplo te resucitará,
y serás ligero como luz.

II
¿Quién hizo
escabel de la tierra
y trono del cielo
y en medio de su dilema puso al Hombre?
¿Quién puso el firmamento
por voz?
¿Quién te ha pronunciado?
Solo el mal es ironía
de su Gracia, mas él te curará
porque a través de tu vida habla.
Tendrás por herencia las montañas
de los pensados ángeles
en el consuelo de mi presencia.

III

Evítame, oh cárcel,
dice el Hombre,
infierno del desconocerte,
química indiferencia
de los átomos sin tu decir.
En el cenit del acto,
en la trompeta de mis huesos,
aguardo
los cabellos de tus bienes
trepando, vegetales,
por la queja de mi pobre vida,
por la agonía de mi pecado
gangrenada de silencio.
Búscame y me hallarás
tendido en un parto de ceniza
sobre el colchón del insomnio
con pocos amigos por recuerdos,
desbocada mi esperanza
en la fractura de mi débil sombra,
con la camilla de mi cuerpo
por tributo de tu voluntad de roca.
Articularás mi despojo,
y florecerán mis lamentos
derrumbados por la intemperie,
y volverás mi boca corazón,
y solar me formarás, como tu nombre.

IV

En mi voz
sembraré tu esperanza.
El mundo
empezará de nuevo en ti.

ENTREMÉS DE SAMUEL Y LOS REYES

Joven que escuchó la voz de Dios
que pronunciaba con agrado su nombre,
del templo servidor, Samuel, bendito
hasta del enemigo que te amó.
Abriste los ojos de Helí,
el sol del templo, cuando al conocerte
presenció la virtud de Israel.

Joven que escuchó la voz de Dios
que pronunciaba con agrado su nombre.

Coronaste al primer rey de tu pueblo,
a Saúl, corrompido por el odio,
víctima de suicidio en Gélboe.
Ungiste a David, figura que
cantó el advenimiento del Mesías
y cuyos pasos fueron viva sombra.
De tu virtud
la bóveda del Saber
en Salomón tuvo su arquitecto.

Joven que escuchó la voz de Dios,
que pronunciaba con agrado su nombre.

De Salomón, riqueza a veces cruenta
a veces el Saber es vano cuando
no se sustenta en firme convicción-
fue dividido Israel en dos mitades:
Jeroboam y Roboam precisan
la división de intereses en el pueblo.
Aún así, el germen de la virtud,
llevaría la fragancia de la nueva
flor hasta la Patria de la Palabra.

Joven que escuchó la voz de Dios,
para siempre sea virtud su nombre.

 

INVIERNO

( PRIMERA PARTE: LOS CINCO SENTIDOS)

EN ESTE INSTANTE: VISTA

Está la viña sitiada por la nieve. Un ejército de frío cubre la tierra. Las huellas se borran en lo blanco. Hemos perdido la referencia. Los montes, valles, prados y colinas son un secreto bajo el manto de duda de la nacarada sombra. Aquí y allá sangre de venados y de corzos, residuos de lujo y púrpura abandonados por los pasos tristes de una manada de lobos.
¿Qué hacer más que guarecerse en torno a la hoguera y contar algún cuento, algún milagro?
Los pastores y los niños, aún asustados por el clarín de los soldados, dueños de la Ciudad y siervos del Emperador del Mar, se ocultan en una choza con un letrero que reza: “JERUSALÉN” o “CASA DE ACOGIDA”.
La Loba- así denominan los soldados a su bandera, o también Roma, o también Imperio del Dinero- ha invadido el territorio helado por sorpresa. Un enorme ataúd de mármol es la vida. ¿Quién nos devolverá la libertad perdida y los nombres ocultos de las cosas?

LA VIDA RECIÉN NACIDA: OÍDO

Hay una estrella nueva en la pantalla del cielo. ¡Mirémosla! ¿De dónde vino? ¿Será el corazón de nuestro deseo? ¿Una actriz de las alturas? Viene su carabela desde Oriente dividiendo el zafiro del Tiempo, que ya son los tiempos, hijos de la Equidad. Lo imaginado, el Tesoro de la Deducción, se ha hecho visible. “Es la Corona de un Rey” han dicho los monarcas que la han seguido. “Pero, ¿de dónde procede, de dónde?” se preguntan todos. El Ángel del Sueño les ha hablado a los Pastores.

EL ACONTECIMIENTO: OLFATO
Están las trompetas del alba derritiendo la nieve. Todos los libros dicen lo mismo. En la piel de la Nada – vellón de inocencia blanca-, en la estación de las despedidas canta el gallo, clarín de los viajes. ¡No es un cuadro plano ni una postal ni un decorado; es una persona! Ella, la Humildad, lo arropó y lo concibió de un sueño, y se convirtió en la Belleza de la Esperanza. Él no es uno de nosotros: somos todos los que lo imaginamos cuando nuestro corazón hablaba. “¡Locura!” han exclamado los locos engañados por la perversidad. ¡Al menos nuestro modelo está vivo! Los que no lo han reconocido han sido desterrados de la Lógica, monte medular y santo que nos une.

SU LINAJE: GUSTO

Brote de Judá fuiste, báculo hecho de crecimiento. Tamar, la meretriz de la Pobreza, del Trabajo y de la Miseria, por la humillación del Sufrimiento alumbró al Faro del Mundo, Fares llamado, linaje del segador Booz el generoso, quien en la espigadora Rut, peregrina de Moab, otorgó tronco a tu árbol. Tu antepasado David fue tu figura, la lira-palco que anunció tu nombre y tu llegada a nuestra Obra Cotidiana, incansable tejido de la Parca Memoria, también necesaria Musa. Y ahora tu boca es el renuevo y el germen, la célula y la lengua que insinuará precisos nuestros pasos hechos por fin Camino.

EL REINO DE LA PAZ: TACTO

Todo por ti y para ti fue creado, Hijo Primogénito del Hombre, en el cual se encarnó el Verbo –la Sabiduría del Dios Desconocido del Principio- para que a través de tu figura viva fuese comprendido. Aprendimos a leer el mundo confiando en la bondad de tu ejemplo. Fuiste Símbolo Firme, héroe de héroes en el mar de las generaciones. No te reclinaste en el Magisterio del Pasado, en la grabación de la Voz de los Ancianos. Aceptaste ofrecer tu vida por tinta inmortal de las Letras, y tu nombre necesario como el pan fue Todos. Cuando llegaste al tacto del tormento, a la madera de la muerte, no tembló tu voz, Palabra-Cuerpo, Poema Táctil y Lámpara de nuestro Sentimiento. Reinaste sobre la muerte de la indiferencia, nocturno cuervo, ave equívoca del temor. Somos riqueza, sonrisa, pan y pueblo desde entonces. Estamos desde entonces vivos, más allá de los sueños que pasan.
RETABLO DE LA REDENCIÓN

Acto Primero: El Pescador de Hombres

Escena Primera: El Bautismo de Jesús

Yacía la comarca de la calma
en las ondas del Jordán como un espejo,
cuando Juan vestido
de piel de camello bautizaba
con agua de conversión
en la venera pálida de la fe.
El pueblo tenía puestos los ojos
en su ministerio y la atención
vestía los mármoles de Roma
y esculpía los mitos de la Noche.
Descendió el Nazareno
del Desconocido y en la hilera
de almas de piel sensible
se bautizó también con los demás.
Aún estaba orando
cuando el cielo abrió su misterio
y una voz consciente se confundió
con la paloma de luz de la memoria.
Era aquel el Hijo del Origen.
Todos en su interior lo supieron.
Escena Segunda: Las Tentaciones

Humilde perla fue Jesús,
diamante del Consuelo
arrojado al desierto indiferente
de la soledad deshabitada:
Cuarenta días anduvo
sobre arenas de fuego,
en el destierro del camino
para labrar
la noble piedra de voluntad
con las facciones del esfuerzo,
única encarnación del Amor,
deseo en verdad armado.
Tres veces el Diablo
-el Cansancio, cruel Temor-
se le apareció en el Hambre,
en el Abandono y en la Muerte
y lo engañó con pistas falsas de placer
que a despeñaderos de tristeza
conducen al peso de la ambición,
fiebre de letales convulsiones.
No hizo de piedras pan,
ni de ciudades dominio,
ni de templos capricho.
Solo escuchó el mandato de su Padre,
el Principio,
en el susurro de todos los vientos.
Escena Tercera: Facultad de curar

El Espíritu puso la Palabra
del Universo en su boca,
y en Galilea la Fama lo anunció
con trompeta de asombro,
mas él estaba al lado de los pobres,
siempre al lado de los pobres
de corazón inocente
y transparencia en el hablar.
En Nazaret descubrió su identidad
leyendo las escrituras proféticas
que aludían a su nacimiento.
Pero nadie creyó en el Dios humilde
de cotidiano gesto en su aldea,
y bajando a Cafarnaúm
a un loco devolvió la cordura
y disipó la niebla de su mente
y cerró la herida de su carne.
Eliminó la fiebre de una anciana,
pidiendo a su Padre el don de curar
solo concedido al practicante
de la virtud, que conoce el pecado.
En pie predicaba
la manifestación de Amor Fraterno
junto al Lago Genesaret,
espejo de la muchedumbre,
cuando viendo dos barcas, subió a una,
la de Simón, y le rogó
que la apartara a la seca tierra.
Mar adentro le ordenó bogar
para arrojar las redes del trabajo
sobre las mansiones de los peces,
sobre la líquida existencia.
Tantos eran los peces que pescaron,
tantos como los dones del Bien,
que las redes a punto estaban
de romper los nudos de la experiencia.
Y Pedro,
que aún no tenía nombre,
que apenas confiaba en sus vecinos,
golpeado de grávida ignorancia,
se arrodilló ante el Maestro
y le ofreció tan solo su miseria.
“Levántate”
le dijo su Amigo,
alumbrando el sueño
de su alma tierna,
“ yo te haré pescador de hombres”.
Escena Cuarta. Vocación del Pecador.

En la oficina del llanto,
cobrando el tributo de la Muerte,
se hallaba Mateo en la aduana.
Jesús lo llamó
con voz de amigo
mientras el corazón
de su Padre latía en él.
Se levantó,
orientó el edificio de su cuerpo,
se encaminó hacia la Voz
sin nada, solo con su vacío,
solo con la nada en propiedad.
“Sígueme”
únicamente
se puede decir.
La noche se vuelve luminosa,
estrellada de dicha
con la columna del sentir por verdad.
En el Banquete del Pueblo,
donde pululan los mendigos de la paz,
los malhablados,
los envidiosos enemigos
del significado de la armonía,
a Jesús que comió y bebió codo con codo
con el pecado de sus semejantes,
le reprocharon su servicio.
Pero Él,
vara misma del Lenguaje,
medida de la estatura del Hombre,
declaró:
“De los pobres es mi reino,
de los enfermos la salud,
del vacío mi presencia”.
Escena Quinta. El Sermón de la Montaña.

“Llévanos, Maestro,
a un lugar alto
y allí predícanos el mundo,
y allí contemplaremos tu nombre”,
dijeron los Doce
cuando el Espíritu del Pueblo
paralítico por el temor de su maldad,
tomando su camilla, anduvo vivo
sobre la Tierra de los Muertos.
En el paraje llano del Tiempo
abrió su boca
y bendijo con la Palabra animada
por el soplo del Amor, al Pueblo:
“Bienaventurados
aquellos que esperan en el llano
de esta nostalgia, el regreso
del paisaje del Amor.
¡Pero ay de aquellos
que nunca han esperado!
El Temor los absorberá.
Cuando en una mejilla te golpeen
pon la otra a favor de tu enemigo,
pues nuestra defensa es el Amor,
y nuestra fortaleza, la Paciencia”.

Acto Segundo. Maestro del Amor.
Escena Primera. Las Parábolas.

Toda ciencia
es parábola,
todo conocimiento es mito,
que explica con fe al sentimiento
de la verdad, la aurora
esparcida de lo real.
La Palabra es semilla
que ha de caer en oído fértil.
No hay diferencia
entre las personas,
y el samaritano bondadoso
vale más que el elegante perverso.
La fe es un grano pequeño
que germina en árbol infinito,
en vida con raíz de eternidad.
En la viña del trabajo obramos
las uvas del vino de la paz.
Somos sarmientos
de acepción unidos a la vid del Ser
sentido en nosotros.
Y el arrepentido, también hijo
pródigo que vuelve a su Padre,
alegra el corazón del Bueno.
Cinco sentidos, lámparas encendidas
para recibir
al Esposo Significado.
Muchas figuras,
múltiples idiomas
mas solo el Poder es el Amor.

Escena Segunda. La Samaritana.

Estaba junto al pozo
de la Vida Humana el Espíritu,
y el Amor en el brocal, sed sin medida,
recogió el agua de la Experiencia.
“Dame de beber”
pidió el Espíritu.
El Alma no lo reconoció:
“Esta agua procede de un pozo
y es bebida de extinción.
La mía
es Vida de Dios, es Alegría”.
“¿Acaso no eres tú”
repuso el Alma,
“ un elemento más de la Vida,
y la Experiencia del Pozo que contiene?”.
“No soy un elemento de la Vida,
soy en que puede darla o quitarla.
Soy la fuente sin fin
de la Voluntad
que salta más allá del Tiempo”.
“Eres el Ser”
exclamó el Alma sobrecogida,
“el marido que aguardaba mi pecho”.
“Guarda silencio”
replicó el Espíritu
esculpido en Jesús,
“regresa al mundo,
samaritana errante, Alma delgada,
recuerda mi visita,
pero vuelve al trabajo de los días
y da en tu exilio testimonio de mí”.
Escena Tercera. La Oración

No os voy a enseñar un himno difícil
sino únicamente a decir “Padre”,
“Padre que estás en los cielos,
sobre el Tiempo,
perdónanos. Salga tu amor
victorioso de nuestro destierro
y desvanezca pronto la distancia
entre cada uno de nosotros”.
Escena Cuarta. Los Modelos

“Mi reino está en los pobres”
dice Jesús. Ellos son los modelos,
aquellos
que aran con sencillez,
y labran el yermo del corazón.
“No vengan a mí
extraños que me dicen Señor
y no aman a su prójimo,
a quien tienen al lado,
pues a otro Señor, sin duda, se refieren,
cuando mi autoridad
de la que soy solo servidor, no poseedor,
es el Trono del Bien para todos”
Escena Quinta. La Transfiguración.

En el monte blanco de la mente,
una nube se posó sobre nosotros.
En el blando silencio nos tendimos
y el vestido del Lenguaje del Maestro
sonó como el compás
como la música
del Nacimiento
en el albor de nuestros corazones.
¡Oh la mañana!
¡Oh la santa mañana esplendorosa!
Éramos tres
y nos sentíamos Uno
en el Hombre que nos hablaba de Dios.
El Tiempo
se hizo Niño-Amor
dentro de nosotros,
y caímos rostro a tierra, por la fuerza
con que nos arrebató la Palabra.
Pero Su Voz estaba sobre ella
y nos decía solo “No temáis”.
Acto Tercero. La Pasión.

Escena Primera. La Entrada en Jerusalén.

Aquel que aliviaba sin descanso
el dolor de los afligidos
y por ello el pueblo lo aclamaba,
porque el pueblo nació de su Palabra,
aquel que serenó la Tempestad
y anduvo sobre el agua del Temor,
y avergonzó las trampas del perverso
que lo acusaba delante del mundo,
entró en Jerusalén a lomos
no de corcel indómito de Vanidad
para asombrar al ignorante,
sino de pobre asno de humildad
para ayudar y servir a su pueblo.
Vinieron con laureles
a recibirlo, y
coronándolo de honores,
lo aclamaban Rey de la multitud.
Poco antes
su virtud había hecho
resucitar el cadáver de Lázaro
en la casa de Marta y María.
Pero él, mirando al cielo, buscó inquieto
la sonrisa de su Padre
y después bajó al suelo los ojos
diciendo: “Si la semilla no muere…”
Escena Segunda. Los Mercaderes.

Nunca se enfadó
quien vino a traer al mundo la paz,
más que aquella mañana de feria,
cuando los vendedores
cambiaron en mostrador el altar
del templo de la Oración
para propagar sus fraudes,
para chapar de oro su delito,
y encubrir con lo sagrado su culpa.
Con cuerdas atadas los azotó
y volcó sus robos y sus engaños
a la vista de los sencillos.
“¡Fuera de la casa de mi Padre!”,
gritó,
“Quien viste su nombre
para negociar es un maldito”.
Después dijo:
“Caerá piedra a piedra este templo
ahora profanado
y en tres días lo reconstruiré
pues es el tres el número del Tiempo”.
Los ruines
se reían para avergonzarlo,
confundiendo el sentido del mensaje,
pues el malvado siempre entiende mal.
Pero cuando regresó a la vida
de la memoria del Amor,
sus fieles lo comprendieron
y jamás fue enterrada su verdad.
Escena Tercera. La Cena

Era una noche
como cualquier noche
pero el sentimiento la creó
como la primera noche.
Los Doce estaban reunidos
en torno a la Mesa del Perdón
que es la materia del universo.
Él comió pan
y lo partió con equidad perfecta
como perfecta es la bondad
y después pasó la copa de vino
a todos sin excluir a nadie.
Y pronunció
su único discurso:
“Estos son mi cuerpo y mi sangre.
Haced esto en mi memoria
para actualizar
mi paso por el mundo”.
Como el pan
fue su cuerpo: sacrificio.
Como el vino
fue su sangre: caridad.
Escena Cuarta. Ante el Juez

“¿Eres tú
el Rey de los Hombres?”
le preguntó el Juez
de la Apariencia.
“Tú lo has dicho”.
Como a un ladrón lo prendieron
en expolio,
y como el cordero inocente
conducido al sacrificio de la Muerte,
sostuvo en sus hombros el Silencio.
En el Huerto de los Olivos
los discípulos se dispersaron
y Pedro
en su soledad llorada
lamentó su negativa,
en tanto el traidor que con un beso
por treinta monedas, precio de esclavo,
entregó al Amor,
fue ahorcado por su remordimiento.
“¿Eres tú
el Rey de los Hombres?”.
Sufriendo las penas
que no merecía,
los ultrajes
de rostros que lo habían bendecido,
subió al Calvario y fue clavado
en la Cruz del Castigo, y el Pueblo
confundido, celebró su pena.
Una calavera, la del Hombre,
antiguo Adán,
fue bañada en su sangre
y convertida en paloma de luz.
Estuvo solo en el abandono,
aceptando la salvación de todos
en tanto la tristeza ardía en el aire.
Escena Quinta. Muerte y Resurrección

Su cuerpo extendido
se volvió como el dolor amargo
y “¿Por qué?”
fue lo único afirmable.
Nicodemo,
Magdalena, Juan,
y su Madre con el corazón hecho
un vacío de angustia
traspasado por un rayo continuo,
bajaron con José de Arimatea
el cuerpo de la Cruz
y lo ocultaron
en el sepulcro de la Nada.
Imposible
término.
Por la mañana,
en el resplandor del tercer día,
Magdalena halló la piedra removida
y el sepulcro vacío
y el ángel de su fe dio la noticia.
No creyeron los discípulos
el testimonio de la mujer
y, reunidos, lloraron la muerte.
Pero mientras estaban
con la soga del temor al cuello,
vieron al Maestro con sus llagas
diciendo: “Paz a Vosotros”.
Tomás metió sus dedos
en los agujeros de los clavos y su mano
de voluntad en la llaga de su costado.
Reconstruido en la fe fue al fin el día,
para siempre en memoria
resucitado.

MEDITACIÓN SOBRE EL CRUCIFICADO

No te merecieron mis labios,
no te conoció la boca del mundo,
Rey coronado de luz sola,
clavado miembro a miembro a la desgracia,
Rey cuyos huesos
fueron nuestro oxígeno,
Rey cuyos pies
anduvieron por mi soledad.
¿Con qué voz podré cantarte,
con qué silencio podré sentirte,
cuando el río de tu sangre por mis manos
discurre sin que yo lo comprenda
más que con mi corazón
latiendo al compás del tuyo?
El universo me parece vacío
si tu bondad de hoy no justifica
la pompa de las constelaciones
y la retahíla de las galaxias.
Veo detrás de ti
el tapiz negro de la historia,
anudado en ignorancia,
insatisfecho de melancolía,
desierto e innombrable,
imposible, desaparecido.
Me duelen
los clavos de tus manos y tus pies,
el beso de metal de las discordias,
en cuya hora no participaron
tus manos.
Me duele tu injusticia, mas la amo
porque tú la amaste para hablarme
al oído de mi corazón,
y porque al fin
tu mensaje fue la canción de mi alma
que no sabría amar sin tu lección.
Ahora he comprendido
que la Obra del Amor no muere,
que tú resucitarás mi canto
por medio de tu recuerdo que es
la fuente de la que fluye la memoria,
la patria de nuestro lenguaje.
Ahora comprendo que te amo,
y a través de ti
en el acto a todos los hombres.
LA PIEDAD Y EL ESPÍRITU

La Humana Virgen Madre,
la Esperanza, la Idea
vistió nuestro deseo fiel.

En su seno sostuvo
tierno como la vida,
el corazón de nuestro Rey.

Sus lágrimas cansadas
por tanto sufrimiento,
hecho llaga en su Hijo-Amor,

cayeron en la tierra
corriendo hacia los mares
que reflejan la luz del sol.

Ella fue nuestra Alma,
La Hija de su Hijo,
y la carne de la Verdad.

La humildad de su gesto
es nuestro techo siempre,
la comprensiva libertad.

Todos somos en ella
el velo de su rostro,
secreto y radiante a la vez.

Ciudad somos en ella
y pueblo numeroso.
Pues somos en ella el Saber.

El Espíritu, el fuego,
que alumbra nuestro encuentro,
nos dé, como ave, su calor.

Estemos siempre unidos
en patria de cariño.
Duremos en perfecto Amor.

Démosle la Palabra
a la Virgen del Alma,
a la Asamblea del Sentir.

Y en su Significado,
por siempre viviremos,
porque él nos hará vivir.
LA ETERNIDAD DE LA RESURRECCIÓN

El mundo amanecía con luz nueva
cuando Saulo de Tarso en el Imperio
– la Ciudad que hacia la Justicia avanza-
mostraba a todos los pueblos la hazaña:
el final de los males de la Historia
y el principio de los conocimientos:
Jesús había ya resucitado
y a sus fieles se les había mostrado
con sus llagas antiguas ya curadas
sanando también a la Humanidad
´-el pueblo que habitaba en las tinieblas
repitiendo mentiras que a la muerte
y al pecado heredado por los pueblos
conducían, encadenando al Hombre
con las tinieblas de toda Ignorancia-.
Cuando Antioquía recibiera el nombre
cristiano, porque entre sus habitantes
un grupo siguieron a Jesús, Cristo
llamado en lengua griega Ungido Príncipe,
ya los doce testigos perseguidos
por las envidias de sus compatriotas
de religión judía, habían sido
semillas arrojadas a la tierra.
Los hijos de Abraham sintieron celos
de quienes consentían en hacer
de un hombre el ejemplo de Dios mismo,
porque su acusación ante el Poder
justificaba su pecado humano
y ellos creian ser los elegidos
porque de Abraham heredaran la fe
en el Dios que había venido a salvarlos
en figura de aquel crucificado
por la Ley y las leyes del Imperio.
El pueblo judio que había nacido
de la semilla de Judá, la tribu
de Israel que no se había separado
de la letra de su ley en el exilio
de setenta años en Babilonia
hasta reconstruir Jerusalén,
no aceptaba que otro espíritu inspirase
la ley vieja, y otra Jerusalén
espirutual viviera en cada hombre
si culto externo, en el corazón.
Habían heredado una mentira
que había costado ya muchas muertes
– símbolo de las guerras de este mundo-
pues la fe en el dios desconocido
fue la que guiara a Abraham a Palestina
y por su hijo Isaac la condujeron
hasta Jacob o Israel que la poblara
con sus doce hijos, las doce tribus.
Esclavos en Egipto y retornados
por Moisés a su tierra, se habían ido
detrás de los dioses de sus vecinos
pervirtiendo la ley que le habian dado
para volver a otros cautiverios
en manos de asirios, persas y griegos
hasta el mando de la opulenta Roma
que toda Europa había anexionado
y con ella en germen a todo el mundo.
Entonces, cuando este hombre, Jesús, Cristo,
que les hablaba en nombre de su Dios
y obraba milagros a su mirada
por ellos fuera clavado en la cruz,
cometieron su último pecado,
odiando a quienes se lo recordaban.
Así hicieron con Esteban, quien hablando
de esta verdad murió apedreado.
Pero Saulo, primero fariseo
celoso de la religión judia,
cayó de su caballo cuando iba
a Damasco a encarcelar cristianos
con permiso de rabinos judíos,
y vio una luz en su interior que hizo
que cambiara su odio por amor
y que predicase la buena nueva
de la resurrección de Jesucristo
a toda la humanidad de este mundo,
pues después de la muerte hay también vida
no hay que temer las mentiras humanas.
Así se llamó Iglesia a la Asamblea
de los que creían este mensaje
primero los del mediterráneo
luego a través de la Historia las gentes
de todo el mundo, así la luz propaga
la inteligencia de la arquitectura
que con sabiduría rige el tiempo,
siendo el amor su entraña, no la muerte
que separó a Adán de su Hacedor,
cuando este se separó de su imagen
tentado por falso conocimiento.
Esto no comprendieron los humanos
que continuaron con guerras y crímenes
por sus instintos falsos y perversos
y así llamaron Iglesia al conjunto
de los reyes inicuos de la tierra
dañando a su prójimo y a sí mismos.
El Desarrollo al fin de la Verdad
que existió desde siempre se abrió paso,
somos miembros de un espiritu libre
y, paso a paso, lo conquistaremos.
Después de cuatro imperios como cuatro
estaciones, hay un quinto: Eternidad.
Las revoluciones de los astros
y los derechos que adquieren los hombres
lo prefiguran.
Es la Jerusalén
en la que podemos ser al fin libres
y en la que el Poder será la Justicia
escrita en cada uno de nosotros.
He aquí la buena nueva de los tiempos:
La tierra se desposa con el cielo,
La nueva creación vence a la muerte.
ENTREMÉS DE JUDIT

( Betulia, ciudad de Israel, está sitiada por el ejército babilonio de Nabucodonosor. Su general, Holofernes, amenaza con destruirla si no se entrega. La ciudad entera es una oración en medio del miedo. Judit, mujer hermosa y valiente, viuda, decide sacrificarse para salvar la ciudad. Se viste sus mejores galas y acude al banquete del general Holofernes. Cuando este se encuentra ebrio, corta su cabeza y salva la ciudad del asedio. Como el alma, sube a la victoria tras el asedio del dolor y de la muerte).

HIMNO DE LA FE

Subirás, Alma, a la victoria
tras cortarle la cabeza al Dolor,
como lágrima invertida hacia tu patria,
dejando atrás al Caudillo Temor,
al Príncipe de la Tristeza.
En el banquete beberás su fuerza
y lo embriagará tu feraz seno.

Subirás, Alma, a la victoria.

Subirás, Alma,
liviana como el viento presentido
en el anfiteatro de la fiesta,
segarás la cabeza de las sombras,
serás solamente elevación.

Subirás, Alma, a la victoria.

Subirás, Alma,
Judit bella y valerosa, siempre viuda
del esposo que tienes en el cielo,
meta abstracta de tu discurso,
techo de tu consuelo
y en la muralla del Pueblo-Memoria,
pondrás la cabeza del Enemigo.

Subirás, Alma, a la victoria.

Como el eco afilado de tu beso,
serán los poemas que te celebren;
tú, por su pavimento te engalanas
como una novia de veloz abrazo.
Ya nos saludas, presentido espejo.

Subirás, Alma, a la victoria,
al gesto comprendido de la paz.

FINAL Y PRINCIPIO
APOCALIPSIS

No será un trueno misterioso
de terror el Final
en la escena del Último Día
sobre el cristal
verde de la Esperanza,
alabado por todos los vivientes.
Será canción
el pergamino abierto de los Tiempos
sellado con nuestras vidas y experiencias
en la lámpara de carne del Cordero,
luz interior que restaura y consuela,
que amanece de lo próximo y sencillo,
conquistada alegría.

FIN DE “LA VOZ DEL MUNDO”

LA IDENTIDAD HA SIDO DESCUBIERTA

 

Respiro en el límite encantado de la noche desvaneciéndome,

Alrededor de un fuego vagan silenciosas las siluetas de las sombras amadas,

Busco mi centro mientras giro velado y oscuro detrás de ellas,

El torbellino envuelve la tierra del interior oculto, desnudo que nos ilumina.

 

Una caverna misteriosa de formas libres se ha concebido,

Sus paisajes salen de mí, y a veces en espacios me confunden los labios,

Se entrega a la pasión mi sangre y su vino no sabe otra cosa del mundo,

Mi fortaleza es comprender que estas cosas suceden y algo en mí se queda.

 

Se retuercen los cerrojos al soplo del límite que los funde en espirales,

El camino transita entre rocas de sombría majestad congelada,

Las olas traducen en formas los designios del fondo presentido.

 

Penetrado el velo de la carne al temblor sujeta, se deshacen gimiendo los enigmas.

 

La Palabra está quieta, aguardando, como salida de nosotros,

Aunque su cuerpo fue primero que los brazos y los senos que nos despertaron.

Dichoso fue el nacer, infinito en su verbo indeclinable, para que el mundo fuese comprendido.

 

Cuesta recordar, en el miedo exiliados y en el deseo sumergidos sin que los ojos vean,

Divididos nos buscamos sin encontrarnos, entre partes de emoción arrojadas cada vez más lejos.

En la huida siempre perdemos el camino, porque no aceptamos lo que nos pertenece.

 

Golpea la piedra, corazón, hasta que brote el agua que nos sacie,

Pues todo lo que fuera brilla estuvo un tiempo dentro de nosotros,

Y alejarnos de lo vivo fue perdernos.

 

Sobre una mesa gravitaban elementos en el silencio expectante;

Compartíamos la dicha de nombrarlos, aunque no sabíamos para qué servían.

 

El pan y el cuchillo, ambos maestros, mientras los hermanos nos mirábamos,

Mientras los padres nos cortaban el sueño y nos repartían el alimento diario,

Mientras nos enamorábamos de aquel presente temporal que envolvía los rostros y las manos.

 

Y en la naturaleza de tierra firme, ecos de la felicidad reinaban.

 

¿Qué ocurrió más tarde, cuando el ruido del miedo nos hizo padecer y olvidar,

Cuando el agua nos arrastró con su corriente implacable y nos mostró una dura experiencia,

Y probamos el abandono en una ciencia de nudos de red que nos condujo al color culpable de la sangre derramada?

 

La verdad de la vida, y su resplandor, la justicia, se ocultaron en el centro de la tierra

Y solo la verde capa de la hierba quedó a la vista, testimonio de esperanza.

El himno eterno de las especies nos devolvía la imagen del alma, y aún nos dice: “soy”.

 

Buscando refugio, exploramos comarcas separadas por océanos, nos preguntamos de dónde proceden los signos del fuego,

Allá en las alturas arde la hoguera de un antiguo amor, difícil de entender, tal vez soñado.

 

¿Dónde estamos ahora? ¿Quién nos acompaña? Descendemos la escala despacio,

Ponemos los pies uno detrás de otro, y una isla de luz nos aparece.

 

Los pueblos que del honor y de la guerra modelaron la ciudad habitada,

La capital segura, diseñada con sólidas murallas, inaccesible al bárbaro,

Los castillos inexpugnables de la firme inteligencia,

Los pueblos que sirvieron a los dioses fiándose de sus promesas,

Mientras la forma del dios único, desconocido, se alejaba de ellos,

Ahora, bajo tierra, ya no cantan y comparten el silencio del principio.

 

Toda meta fue un idilio imaginario, y su prueba es este instante que nos da la palabra.

 

Ya no se agitan los mercados, comprando y vendiendo,

Y el temor se ha bebido la última copa de un amor derramado.

Entre ascuas y ceniza buscamos un vestigio de paz,

Una huella de hombre que nos conduzca a lo que es nuestro,

a la patria eterna que en un parpadeo diáfano vivimos, sobre la arena del soñado tiempo,

morada de inquietudes que como animales surgen de la incertidumbre.

 

Copiando la virtud de la belleza, en semillas y racimos esparcida,

Edificamos moradas mecánicas, torres de vigilancia con telas magnéticas,

Y no hallamos lo que buscamos por más que el afán modele sus cúpulas de angustia,

Porque no hemos sabido ver y entender la verdad de lo sencillo.

 

Si el océano es insondable, aunque las naves lo surquen despejando su espuma,

si su ritmo musical se expande en ondas de vestidas creaciones,

si bancos de peces lo pueblan compartiendo los latidos húmedos del fondo líquido expresado,

si se levantan islas y continentes de las masas caóticas del abismo de oscura fuente,

¿dónde está el poder, el control sobre las luces que definen el cielo?

 

Lloró la atmósfera sobre la superficie de la tierra que los ejércitos de niebla acapararon,

La tierra, la madre de una estirpe de mortales que prefirieron la piedra al vacío,

Mortales con cargadores y fusiles, con baterías de terror anhelando explosiva venganza,

Profanadores del lenguaje de signos de las estaciones,

Huracanes y plagas que devoraron una cosecha de inocentes como langostas asesinas.

 

Se alzó el tirano en su pedestal de ignominia,

Dio la orden desde la ciudad cercada de cadáveres animados por un impulso de ira,

Se tragó la ley con preceptos falsos y escupió su rabia sobre quienes no pudieron escapar,

Violó a las virtudes y estrechó el mundo en una cárcel de espejismos con dientes de sierra,

Taladró los cuerpos de los vencidos a cruces de madera y exterminó a sus familias que descendieron a las sombras inconscientes de la muerte,

Imprimió libros sagrados y los ilustró con lágrimas de sangre,

Apretando un botón puso en funcionamiento la bomba del odio almacenado en los sótanos de la mentira,

Con tanta crudeza las imágenes se volvieron espectros que aullaban en la noche de cada habitación mutilada.

 

Mientras tanto, entre los asaltos dirigidos de las detonaciones,

Hablando por hilos eléctricos en los camarotes de los barcos que transportaban humana mercancía,

Entre cuadros de ideales con un oscuro punto de fuga capturados por las instantáneas fotográficas de la memoria,

Los embriones apenas tenían gozo de nacer, y sus cordones eran cortados antes de tiempo por los filos de las agujas de los relojes,

Se uniformaban sus entrañas con drogas antisépticas y con anestésicas doctrinas,

Y se colgaban sus órganos – ropaje sensible- en los escaparates cubiertos de máscaras doradas.

 

Treparon por los huesos los perfumes de la inclemencia,

Se vio de pronto un mapa de hermanos insepultos,

Cuyos cuerpos, abatidos por sus propias armas, ensañándose en intenciones,

Llamaban por su herida a la luz del día sereno, esperando el sacrificio.

 

Anduvo el espíritu oreando entre los cadáveres,

Reconociendo a los suyos,

Tocando lo que parecían ser rostros y manos a la intemperie;

Besó su boca y entró como un golpe de aire en su dormido interior,

Y los puso en pie para volver, desnudos de memoria y de llanto.

 

El poema entona la próxima venida del nombre en otro cuerpo infinito,

Cuando el dominio y los reyes depongan sus coronas y abracen la nueva vida en el río invisible que transcurre entre orillas vecinas, despojándose de la carga de sí mismo,

Como una flecha hacia el mar dirigida, más allá de montañas y valles,

Hacia la piel fría de las profundidades que pronto serán animadas y pobladas de aromas terrestres,

Cuando el silencio se levante del enigma del lenguaje y rasgue su delicada tela con el filo del tiempo, y nada sea preciso decir en la manifiesta gloria del día consumado.

 

Sea el bien quien nazca de nuestras ruinas, abiertos estemos al barro universal que nos modela con los dedos magnéticos del mundo misterioso,

Dejemos obrar y unamos nuestras manos para ayudarnos,

Extendamos la palma de la diestra y arrojemos el arma que empuñábamos lejos de nosotros,

Desterrando la antigüedad de nuestro miedo a la sombra de la caverna del nacimiento que nos hizo heredar el dolor,

Sabiendo que quien estaba antes de la memoria de las cosas no nos dejará abandonados

Ni consentirá que quienes lo buscamos no logremos encontrarlo por nuestros propios medios,

Porque solo él conoce el día y la hora. Bástenos experimentar la vida a nosotros.

 

Una sola semilla arrojamos a la extensión difusa de la tierra cuyos sensuales miembros nos impulsan y nos abrazan con el calor materno,

Una sola moneda invertimos en un banco cuyo crédito ficticio es nuestra alma echando a volar desde su consciente crisálida,

En el destierro invocamos el nombre del Regreso, para que la danza del espacio imaginario salga de la puerta de nuestro cuerpo

Y poseamos la promesa y habitemos la suave gloria de sentirnos unidos y poderosos como un solo viviente por medio del amor recién despierto que crece en los escondites del enigma.

 

En la quietud de la realidad vacía

Los montes luminosos se movían con el juego de la emoción innata

Y dos contendientes sobre la cuerda de la armonía

Combatían el uno contra el otro,

Y dos amantes se besaban juntando sus bocas

Para hacerse eternos en el canto matinal del pájaro esperado.

 

La señal estaba próxima,

Pero nadie supo del azar del milagro

Porque un terremoto conmovía las torres de hormigón lógico,

Las propiedades se desvanecían en los reflejos del agua original,

Las conquistas y los descubrimientos hacían desaparecer su sombra en el peligro,

Las vías cimentadas por la tradición heredada se encogían

En la pantalla de un cine admirado por espectadores dormidos,

Las fábricas no producían más que latas de aire comprimido y pastillas de dorada ansiedad aparente,

Porque había llegado la Era del Espíritu, y pocos supieron alzar la mirada para sostener la libertad de su imagen.

 

Los pueblos agrupados en las laderas de las montañas,

Al borde de las playas donde los marinos extienden sus redes ampliamente,

Y el corazón que ha recorrido todos los paisajes y se ha quedado en las raíces de cada cosa,

Cada cual en su tarea, servidor de la armonía que lo justifica y consuela,

Todos y cada uno se sienten libres, hermanados por la conciencia de no haberse separado nunca – salvo en un soñado éxodo- del principio de admiración celeste.

 

El credo, la raza, el honor y la gloria, ¿no se disuelven en esta percepción cual vivientes que solo pueden repetir, envueltos en la llama que purifica,

El nombre de lo mismo, de lo que siempre estuvo con nosotros,

y de lo que tenemos el deber de recordar?

 

En los bordados inciertos de los telones, manchados de púrpura de sangre que rememora el primer paso del animal que fuimos,

Reptando inconsciente en la evolución de las tinieblas,

La tragedia se desintegra en átomos cada vez más pequeños y sus réplicas animadas – dibujos de coleccionista- no equivalen al conjunto sagrado que despierta, divino, en un rayo de luz más allá de la superficie del mar y al borde de las islas orientales.

 

Escucha las palabras de la tribu alrededor del fuego que cocina las esencias de lo sensible, próximo, social y humano,

¿no son ecos, balbuceos de la palabra única que hizo andar nuestro cuerpo todavía ignorado?

¿ y esas herramientas talladas por hábil mano, desplazadas cada vez más lejos, ingenios que capturan la información del entorno, que siembran los caminos de la tierra, que parecen no terminar nunca, aunque no son más que juguetes de una ciencia de presunciones, siempre dispuesta a volver a empezar desde lo remoto, no aceleran la búsqueda de nuestra identidad completa?

 

Contaban que el cazador se perdió en el bosque, herido por la fuga del último venado invisible,

Su mujer y sus hijos guardaban la casa, y hablaban de la resurrección de los muertos mientras removían la olla de la sopa,

El último hombre entregado al misterio nos ha dicho: “vivid desde la verdad de sentiros libres, no codiciéis lo insensible, ni adoréis la reliquia de una maldición,

Ni el arte ni la técnica dobleguen el juicio, ni encerréis en cárceles el fruto de vuestro trabajo, robando y sometiendo, mintiendo y perjurando, porque lleváis el tesoro con vosotros, y lo encontraréis compartiéndolo todo”.

 

La Madre que nos ha unido y modelado con suaves abrazos,

La Tierra que nos ha liberado con el susurro de sus bellas manifestaciones,

La que obtiene un sentido de los seres que la pueblan,

Que devuelve el polvo al polvo para reciclar su símbolo en una verdad recién inspirada,

La misteriosa, la encantadora, la sensual, la divina forma e imagen de lo oculto a nuestros ojos,

La piel sólida de las emociones que vuelan al cielo como aves de inteligencia,

Ella, la viva y verdadera, no nos abandona, ni puede crearse ni destruirse,

Aunque en su creación nosotros obtenemos la alegría del íntimo encuentro.

 

Se disuelve la fantasía del tiempo en la hojarasca sigilosa de los números ornamentales,

Se prueba el nudo de las circunstancias con la perspectiva de la palma de la mano,

La mente desliza la barca por el río; todos unidos entonamos la canción de la paz reunida.

 

Abolido el velo de la distancia, somos el objeto de la visión.

 

La primavera se remonta a las avenidas de cristal magnético;

Ellas, en un detenido recuerdo resplandecen como limpias estrellas de silencio,

Y las cadenas se desvelan en notas de música interna,

Silban exánimes a un rebaño de lobos que se ahogan en estrangulada ceniza,

Porque el banquete la sangre el camino nunca han sabido terminar,

Asomados a un desolado frío,

A una impureza depuradora que los salva del sueño de sí mismos,

Sacerdotes impúdicos se revuelcan como cerdos en el fango de los limbos recién nacidos,

La mesa se despliega para dioses y hombres que viven de la misma manera,

Con túnicas de una profunda soledad, ungida la piel por su propia y buscada nada que acepta el rostro tal vez sagrado del desconocido,

Y ya el taladro de un trueno en la báquica copa ofrendado

Nos quema la angustia de la muerte y nos transforma en misterio creativo,

Celeste voluntad nos enamora y nos entrega a lo que – amor nunca nombrado- nos contiene,

El alimento es una luz desorientada a la que otorgan poder nuestras manos,

El eterno que su crisálida ha roto,

Porque no hay mundo fuera de nosotros.

Decidimos el mundo que habitamos.

 

El deseo edificó sus cárceles virtuales, arquitecto y albañil de andamios logísticos,

Con un reloj en el centro que marcaba la hora del tamaño de una manzana partida por la mitad.

El río estancado del sumidero, los retretes expulsando gasolina y azufre para mantener contactos y mecanismos,

Los peces muertos de los acuarios de oficina y un mapa bélico por fondo de pantalla de ordenador,

Los pasillos y los probadores amplificados por espejos y altavoces y los micrófonos y las cámaras ocultas fabricando imágenes de cucarachas disputándose la basura,

Esta era la descripción de las circunstancias, hasta que un cortocircuito la devolvió a la expansión del clima social, al invicto silencio que envuelve las cosas.

 

Una lanza de amianto atravesó la coraza de ozono y la generación del dedo sobre el botón gimió con dolores de parto,

La lengua se replegó en la boca. Ya la ciencia y sus máximas no pueden salvar a nadie.

Hemos alcanzado a tocar la corteza de los desolados astros, huyendo con temor desde la vasija de barro que nos sació con el agua del amanecer.

Anuncios de redención se suceden en carteles al borde de las autopistas colapsadas por el tráfico de los idiomas confundidos,

Falsos testimonios de iglesias y de sectas que han sustituido la razón sana por la enferma superstición,

Adoradores de sombras proyectan su película y se la hacen creer a quienes han olvidado su naturaleza tan divina como cualquier otra.

La moda de no renunciar al orgullo, la cinta transportadora de los núcleos masivos…

¿Qué es el hombre: un producto ficticio de sí mismo? ¿El esqueleto de su verdad humana? ¿Una máquina del odio heredado que lo ha poseído?

 

Desciende, poesía, a curar al hombre viejo y atrapado en su lenguaje sin referencia,

Atraviesa sus aprendidos confines y aumenta la extensión de su cuerpo,

Vuelven los días a recordar el instante completo del sol sobre la hierba dorándose de grano,

Nuestra alergia a la verdad primitiva que nos hizo caminar delante cuando éramos dichosos

Es un fantasma condicionado que se agranda en nuestros hogares telemáticos cercados de alambres oxidados que reproducen discos de muertos coronados de consumibles,

Como en Egipto y en Roma los dioses de piedra, incapaces al diálogo, derribados por el rayo y las plagas,

Hasta que una vaca roja nos otorgue la leche de nuestra infancia, y un cordero nos sacie el paladar que ha engullido cual serpiente millones de residuos radiactivos.

 

La caravana de los supervivientes, atravesando la planicie de la inclemencia,

Fotografió y filmó con archivos manuales las ruinas gloriosas del Tiempo Arquitectónico.

Las fieras deambulaban bajo los arcos de elástica niebla, con ojos salvajes recorrían los baños y las habitaciones de las que pendían tétricas cortinas de nostalgia;

La perspectiva de las montañas incandescentes se disolvía al contacto de los dedos solares,

Y en las fotografías, y en los vídeos, y en los retratos pintados, las radiografías de los muertos maquillados traspasaban los contornos cuadrados de los prejuicios disecados en las vitrinas mentales,

Salían de sus urnas los cielos desteñidos de ángeles garabateados, las momias de caucho gemían derretidas en los hornos crematorios de los grandes centros comerciales,

Los nombres sucumbían ante el Nombre de la Nada, y revivían con tibia mecánica cual juguetes de niños olvidados de crecer.

Tristes estatuas de la Esclavitud Heredada, los héroes y los jinetes, los estrategas y los eruditos no eran capaces de salir de sus tumbas para mentir de nuevo,

Y en esta novela de estampas escritas, periódicas, el aire se colaba por entre los párrafos y las noticias diseñadas al uso de un colegio de recuerdos opacos,

Mientras la emoción regresaba a la Tierra, la sabia verdad que siempre permanece.

 

El velo innato de la Tierra, la Comarca del Amanecer Silente, se va cayendo y se derrama en un cálido y orgánico transcurso.

Nuestros ojos ven solo apariencias de símbolos hasta que la transparencia del alma los absorba,

Los mares azules tiemblan en el cáliz de las flores sonoras con el instrumento alado de las abejas y de los colibríes,

Las altas potestades del cielo surcado por nubes de móvil blancura se transforman en cascadas de lluvia incesante,

Los continentes se acercan, dilatándose, desde las profundidades del manto inconsciente,

Las islas y sus habitantes, vestidos de pieles y plumas, se aproximan y sus voces confusas en la noche dividida se alían para congregar la Voz de Todos los Tiempos.

 

En tanto se está quebrando el cascarón de la intuición, porque los objetos se pierden en los remolinos del río que hace brotar la sombra verde de la selva,

Se va desnudando el peregrino, reconociéndose extranjero, él y toda la familia, su mujer y sus hijos,

Su yo se va agrandando hasta trascender su circunstancia que lo arropa con el calor de un vestido prestado,

Y mientras se desnuda para bañarse en el agua que corre en una dirección causal en el remoto azar fragante,

Recupera una dignidad anterior a la norma, una condición previa a todo juego lógico,

La memoria fiel de la absoluta libertad, la propia vida.

 

Que se muestre la revelada, la Unidad, por armónicos acordes sostenida y calibrada,

Adornada de emociones, y que el deseo sucumba, diabólico, ante ella,

Que salga del cuerpo estremecido dando un grito.

La evasión de las estrellas, el ensueño del sol y la piedad de la luna

Han abolido la infinita ilusión de la distancia expresada,

Y ya todo está cerca del corazón que late con nuevo impulso,

Todo está en el corazón nuevamente.

 

Visitamos el sepulcro de mañana:

La caverna pintada con cal, llena de representaciones

Nos abrió sus puertas vanamente sólidas en la dorada ilusión de un sueño;

Su misterio absorbió el mal con una oculta armonía silenciosa,

Las figuras se borraban ante el rigor de la noche que se extendía sin tregua,

Y una ofrenda de lágrimas brotó de nuestros no saciados ojos.

 

Buscábamos al viviente,

En su lugar estaban los signos de la ausencia;

Comprendimos que era la espera de un sepulcro sellado por una piedra oscura

Que ya no estaba en el sitio de costumbre;

Pero nuestra mente aguardó, y al fin se deshizo el enigma del secreto divino,

Y recuperamos el rostro perdido en la ley de la distancia,

Hasta reconocernos reales y libres para siempre.

 

Nada puede ser controlado, la experiencia se alimenta de lo desconocido.

Sea, no obstante, la esperanza el amor que nos reúna de entre las fuerzas inertes,

Sea nuestro dios y nosotros seamos su pueblo,

Sea lo mejor de nosotros, por tres veces recordado en la invocación de cada día,

Para que nos libre de lo que nos aparta de la verdad, nuestro reflejo intermitente,

Haciéndonos rondar infernales círculos de olvido que nos quema los huesos

Hasta la irreductible médula luminosa, de la que surge la sangre que recorre las visiones.

 

Manteníamos una cárcel de hábitos impuros

Al separar y dividir lo que estuvo unido y firme sin ser jamás conmovido,

Atribuyendo al objeto cualidades del sujeto que justifica todo lo que tocan sus manos,

Enfrentándolo a él, fortificando el mal con hábitos y arrojando piedras sobre las tumbas abiertas,

Con miles de homicidios edificando un muro de falsas intenciones, monumento al que hemos llamado historia,

Pero la voz es imposible de acallar, y derrumba murallas de barro y de cemento,

Y se escucha desde todos los puntos de la tierra.

¿Qué campo de batalla acotaréis que pueda contenerla, que sea capaz de silenciarla?

No es la voz de un hombre, a quien una herida puede matar,

Es la voz de todo viviente, que llega a la vez desde todas partes,

Que en un vaso frágil cabe, aunque nada puede contenerla ni dispersarla,

Ni mucho menos destruirla, y su corriente arrastra el río del tiempo adonde quiere.

 

El Testigo Interior, el Contemplado, ha dejado libres las fuerzas de la naturaleza,

Y el vacío formado en el centro de la creación, como el hueco en el vaso,

Ha albergado todo lo que en principio estaba fuera, y era viejo y caduco hasta llegar a entristecernos;

Nunca más los amantes estarán separados, nunca más el hijo lejos del padre,

Nunca más la madre abandonada, la viuda ni el huérfano, ni el perseguido ni el humillado,

Ni el enfermo ni el desvalido; el poder emerge del espíritu e invade esta parca creación, y renueva sus pilares con cantos alegres de libertad, meciendo su transcurso.

 

La victoria celebra el tránsito: el discurso de los elementos alrededor del alma,

Aquella pequeña parte presta al cambio, a la intuición, renuevo que no desaparece

Cuando se disuelven los intervalos tenues de las apariencias, cuando su red se rompe

Penetrada por la lengua del amor, que le otorga el sabor escondido de la sabia dulzura,

Anterior y póstuma al destello de la comprensión, una breve isla en su océano emergida,

Bendición de las aguas, cuyas playas reciben y relevan el mensaje de las olas conscientes.

La victoria celebra el superado sueño de la muerte hacia la espaciosa eternidad del regreso.

 

Al pie de la montaña refulgente – la esperanza, humana estirpe- que expulsa estrellas y luminarias al misterio celeste,

El lobo aúlla a los ingrávidos nombres de la superficie de la intemperie concebida;

Hemos domesticado su raza, y su frente se adapta a nuestras manos

Como la emoción se adapta a la razón y la completa,

Así el cuerpo aguarda el alma, la materia se modela al calor del mundo ilusorio para condensar la verdad,

Y un hijo rompe la placenta del caos en la húmeda tiniebla, transparente fruto cuya carne despierta la sensible escala del encuentro,

Más allá de la doctrina y de la ciencia, sus pálidos reflejos en el cauce de la piel.

 

No queda ya doctrina ni confesión, ni templo que no sea el común a los vivos.

Los espejos han sido quebrados, sus ídolos fundidos al fuego del espíritu,

Y la identidad recuperada, bebiendo de nuevo en la fuente de la memoria

Al comienzo del río del olvido y del recuerdo que arrastra los cuerpos al océano de lecho misterioso del que surge la tierra milagrosamente,

Tal que si fuésemos niños, por segunda vez nacidos, pero ahora alumbrados por una luz consciente que parte de nosotros,

Una luz que destruye las mecánicas encarnaciones, que desvanece el parpadeo de la tiniebla dando vida a los muertos dormidos en el ensueño del sufrimiento,

Una luz de incontables formas, la luz de los ojos de pronto abiertos al alma; tu amor y el mío, nuestro revelado universo.

 

De «El milenio y otros poemas»

 

APOLOGÍA DE LA ALEGRÍA – EL SENTIDO DEL TIEMPO

 

Y para el cruel que me arranca

el corazón con que vivo,

cardo ni ortiga cultivo.

Cultivo una rosa blanca.

José Martí

 

A nadie considero un enemigo.

El mal es lo que atrás dejé al nacer.

De la gracia de tu alma soy mendigo.

Ella es la misma en nuestro libre ser.

 

Ni yo seré superior a ninguno,

ni a otro superior declararé.

Ni para ti será mi yo importuno

ni para mí será pobre tu fe.

 

Como eres en mi amor toda importancia

y su llama se alimenta de ti,

en tu corazón yo fundé mi estancia,

y ella ya existe más allá de mí.